Y pregunto… Por FerDan

Estimados lectores, he venido haciendo una serie de reflexiones en otros textos sobre la situación actual de México en su polí­tica, señalando como una sociedad dividida e ignorante hace frente a las dificultades enormes que resulta ser parte de la incapacidad moral de sus gobernantes para gobernar. ¿Cómo es posible que al los polí­ticos le interese solo que el mexicano este medio despierto el dí­a de las elecciones y que se duerma durante tres o seis años? Y sin más al despertar general de la sociedad, esta se pregunte por que le duele el trasero una vez más. ¿Con que cara se vive en un México al cual no se le debe el mas mí­nimo respeto como la tierra que les sirve de hogar? He expuesto el gran desinterés de parte de la sociedad para tomar a conciencia y con la máxima responsabilidad el ser parte del problema, esto es al no encontrar un equilibrio entre ser un ciudadano que ejerce sus derechos y obligaciones a prioridad, con el ser un habitante más que solo es usado por un dí­a cada tres o seis años y humillado por un largo tiempo hasta que se le vuelve a necesitar. Por lo que me pregunto y comparto mis dudas a cada uno de ustedes. ¿Cómo comenzó este cí­rculo vicioso? ¿Cuándo el poder dejo de ser de los ciudadanos y cayó en manos del gobierno? Me refiero al poder de decisión sobre cómo llevar el rumbo de México. Quiero entender que esto paso en un tiempo en que alguien miserable y sin el más elemental de los principios abandono sus compromisos hacia México y actuó mezquinamente solo para algunos, condenando a la mayorí­a. Y volviendo de â??Bienestar social o comúnâ? solo una frase que se es retocada para las próximas elecciones, ahí­ en donde se les comprara barato el poder al pueblo y no haciendo de esta frase un hecho que deberí­a ser el principio y el fin de cada administración. Pero vayamos al otro lado, al de la sociedad para lo cual continuo con mis inquietudes y pregunto; ¿Quién fue el canalla que se robo la cortesí­a y todo el paquete de los valores cí­vicos que la sociedad Mexicana acostumbraba a vivir? Todos en México saben quien fue Benito Juárez y en alguna ocasión han escuchado una de sus frases celebres que dice así­: «Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.»2 Pero porque no se aplica, ¿qué es lo que hace tan difí­cil ser congruente en esta frase? ¿Porque en el México de hoy, recibir un insulto o varios, nos resulta parte de la rutina diaria y se ha convertido en algo imposible verle diferente? Digamos que es algo así­ como â??el pan nuestro de cada dí­aâ? ¿Cómo y quién fue el que dejo que pasara así­, de igual forma que alguien me diga por que la honestidad fue suplantada con la â??tranzaâ? de cada dí­a? Y resulta de todo esto algo mas vergonzoso todaví­a, pues gracias a una institución de negocios puramente y que la cual logra que por medio de una limosna, nos ofrece la infame y vulgar idea de â??borrón y nueva cuentaâ? para así­ convencer a la plebe de que su destino así­ debe de serâ?¦ mediocre con ví­speras de salvación. Y a la misma vez justificar y promulgar ese tipo de comportamientos miserables ante la sociedad. Por otro lado la sociedad ha caí­do en un vacio tan grande de valores al grado de permitir que su niñez sea ví­ctima constante de un sinfí­n de atentados a sus derechos. Pero nadie ve, nadie escucha siempre. ¿A qué inepto sin escrúpulos se le delego la tarea de vigilar que la niñez tuviese educación, salud, seguridad y que gozara plenamente de los derechos de los niños? Por que cuando vemos a un niño en la calle mugroso, malnutrido, pidiendo dinero y que se ve que ha consumido drogas, no decimos nada y solo le vemos como un â??acto de mala suerteâ?? ¿Por qué injustamente les llamamos niños de la calle cuando son niños parte de la sociedad, de una misma sociedad mexicana! Y estos serán los hijos de nadie que al ser adultos crearan ese cí­rculo vicioso de crimen, de ignorancia, de dolor a México. ¿Qué acaso a nadie le importaâ?¦? Y solo para terminar con este escrito, quiero resaltar una de las más bajas y vergonzosas de las realidades en la sociedad mexicana, el modo despectivo de usar la palabra â??indioâ? regularmente aplicada para ofender a otra persona, la cual refiere permanecer a un grupo indí­gena en México, que desafortunadamente como una verdad carecen de acceso a las mismas oportunidades de los que la mayorí­a de mexicanos tienen. ¿Qué acaso no son mexicanos? ¿No deberí­a ser al contrario y sentirse orgullosos de estas comunidades indí­genas que representan la esencia de la cultura en México? ¿Por qué sentirse indiferente ante los abusos a estos grupos?

Escrito por Ferdan79

Comentarios

  1. Avatar de WParker63
    WParker63

    Coincido totalmente con usted, en su reflexión, hemos defraudado enormemente a nuestro paí­s. Nos es muy fácil sentarnos en una zona de confort y después exigirle al gobierno cuando la adversidad nos hace presa de un desastre, de la misma forma es muy fácil para muchos de nosotros, dar un peso al que nada tiene y que tan fácilmente llamamos â??niño de la calleâ??, son parte de nuestra sociedad y a ellos también les hemos dado la espalda. Debemos recordar cual es nuestro papel dentro de la democracia que vivimos.
    Le felicito, por su excelente texto.

  2. Avatar de @fabioladelacruz
    @fabioladelacruz

    Coincido totalmente con usted, en su reflexión, hemos defraudado enormemente a nuestro paí­s. Nos es muy fácil sentarnos en una zona de confort y después exigirle al gobierno cuando la adversidad nos hace presa de un desastre, de la misma forma es muy fácil para muchos de nosotros, dar un peso al que nada tiene y que tan fácilmente llamamos â??niño de la calleâ??, son parte de nuestra sociedad y a ellos también les hemos dado la espalda. Debemos recordar cual es nuestro papel dentro de la democracia que vivimos.
    Le felicito, por su excelente texto.

  3. Avatar de Belia
    Belia

    Coincido totalmente con usted, en su reflexión, hemos defraudado enormemente a nuestro paí­s. Nos es muy fácil sentarnos en una zona de confort y después exigirle al gobierno cuando la adversidad nos hace presa de un desastre, de la misma forma es muy fácil para muchos de nosotros, dar un peso al que nada tiene y que tan fácilmente llamamos â??niño de la calleâ??, son parte de nuestra sociedad y a ellos también les hemos dado la espalda. Debemos recordar cual es nuestro papel dentro de la democracia que vivimos.
    Le felicito, por su excelente texto.

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