Un problema global

cual es el problema entonces

Por Luis Javier Ochoa Valdez

La globalización es un término que la mayorí­a de las personas actualmente han escuchado por lo menos una vez. Pero, ¿qué es la globalización? Según la Real Academia Española, la globalización es la â??tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionalesâ?, pero va más allá que una simple tendencia de mercados y economí­a. La globalización comprende también un intercambio en las culturas, las costumbres, las tendencias de moda, consumo y problemas que comprenden los paí­ses del mundo. Todo este intercambio de información se fue haciendo más conocido en los últimos años, y con la entrada del internet, este proceso se vio acelerado de manera exponencial. Ahora, con este fenómeno que ha marcado este siglo en el que vivimos, se ven, como en todas las cosas y eventos mayores, preferencias hacia uno u otro lado. Estas preferencias se inclinan, obviamente, hacia los paí­ses primermundistas; sus productos, la ropa que se usa en ese momento, las pelí­culas que se ven y realizan ahí­, etc. Todos esos aspectos se ven reflejados en los paí­ses que â??dependenâ? de ellos.

A lo largo de los años y por acontecimientos que han marcado al mundo, ya sea por guerras, descubrimientos o sistemas de producción, algunos paí­ses han logrado desarrollarse mejor económicamente que los demás, y algunos otros han llegado al nivel de superpotencias. Estos paí­ses se han visto como un modelo a seguir para los demás, en un mundo dirigido por el dinero, para que sus ciudadanos logren tener un nivel de vida acorde a los estándares puestos por estos paí­ses lí­deres.

¿Pero qué se puede definir como un buen nivel de vida? Muchas personas han logrado sus riquezas por medio de estafas, engaños y hasta han tenido que pasar y pisar a gente que no lo merecí­a para este fin. Sea como sea, ahora son los que dirigen todo, y son los que se encargan del comercio. Con la globalización se han encargado de llevar sus productos a otros lugares del mundo, siendo libres de poner sus productos donde crean sea benéfico para su empresa. En un asunto en particular, el TLC (Tratado de Libre Comercio), las fronteras económicas entre EUA, Canadá y México se â??derribaronâ?, permitiendo la entrada de productos extranjeros a México, y la exportación de algunos productos mexicanos al mercado extranjero. Me refiero a algunos porque el departamento de comercio de EUA, al tratar de proteger su economí­a, ha permitido el ingreso de pocos productos mexicanos.

Dado ya este punto la pregunta principal es cuál es el problema con esto. El problema con esto es la responsabilidad que tenemos con nuestro paí­s. Estamos en un paí­s que busca de cierta manera parecerse a nuestro vecino, y superpotencia, EUA, dándole mucha importancia a todo lo que producen y a todo lo que ellos dicen que es correcto o bueno. Con la llegada de empresas y productos de este paí­s, o también de Europa, muchas de las pequeñas empresas y de lo que se hací­a en México se ha ido rezagando. Con la importación de trigo a México, los pequeños agricultores se han visto en la necesidad de vender sus terrenos porque nadie puede competir con una empresa enorme que produce trigo transgénico por millones de toneladas1 . Como respuesta de esto, muchas personas han tenido que emigrar a otras ciudades, o incluso a otros paí­ses, para intentar tener un mejor ingreso y poder vivir mejor, dejando poblaciones deshabitadas y costumbres y tradiciones olvidadas. Estamos perdiendo mucho de nuestra muy valiosa cultura ante otra cultura que está tomando lugar en todo el mundo: el consumismo.

En Alemania, en contraste con nosotros, se enorgullecen por los productos de su paí­s.

En el supermercado, la preferencia de las personas es comprar productos hechos en Alemania, pues aparte de que están orgullosos de lo que su paí­s produce, al hacer esto ayudan a que su economí­a crezca. Pero no quiere decir que Alemania esté excluida de la globalización, pues es algo prácticamente imposible. Lo que pasa en este caso es que sí­ hay productos extranjeros en los supermercados y tiendas, pero lo que prefieren ellos es ayudarse, tienen una responsabilidad con su paí­s y la siguen. En cambio, en México, cuando alguien está en un supermercado y ve un producto mexicano y uno extranjero, la preferencia va para el extranjero, pues la fama de que los mexicanos somos mal hechos e irresponsables nos hace ver que nuestros productos son de mala calidad, y si ni siquiera nosotros tenemos una buena imagen de nuestro paí­s, ¿cómo queremos que el mundo nos vea diferente?

Otro caso que muestra nuestra incapacidad por querer hacer avanzar a México, y que pude presenciarlo, es en la exportación de aguacate. Hace algunos años EUA no permití­a que los productores de aguacate en México exportaran este producto a su mercado, dieron mil razones para que no se le permitiera la entrada. En ese entonces, y por esa razón, el aguacate estaba a un precio muy bajo y su calidad era muy buena, se podí­a ver en todos lados muy buenos aguacates a muy buen precio y la gente los compraba sin problemas. Pero tiempo después, EUA cambió de opinión y permitió que el aguacate mexicano entrara al comercio estadounidense. ¿Cuál fue el resultado de esto? Para los dueños de estas empresas fue un gran avance económico, pero, ¿para el mercado mexicano? ¿Para los consumidores mexicanos? El resultado fue en los supermercados, un aguacate horrible y, a pesar de esto, un precio igualmente horrible que se mantiene hasta la fecha. ¿Cómo pueden preferir el bienestar de un paí­s ajeno sobre el suyo? Esto solo dice que estas empresas ven a México como el producto que dejan: horrible.
Ahora, las empresas que logran entrar a paí­ses tercermundistas lo hacen con sus maquilas y sus plantas de producción que pagan una suma miserable, no les ofrecen los derechos que les corresponden y no dejan más que desperdicios y basura en ese paí­s 2. Todo este asunto se complica para estos paí­ses pobres, donde la gente se ve más afectada dí­a a dí­a y los gobiernos no hacen más que apoyar a las empresas que tomaron un lugar en ese paí­s, pasando por alto a tanta gente que vive en condiciones subhumanas.

No digo que la globalización tenga que parar, pues tendrí­a que cerrar las puertas a todo el mundo y obligar a la gente que no permita nada que no sea de su paí­s, pues atenta con la libertad de todos. Tampoco digo que la globalización sea totalmente mala, es sólo la voluntad de los paí­ses la que debe cambiar. Se necesitarí­a una reforma educativa en el paí­s, una que fomente nuestra cultura, que desde pequeños sepamos de dónde venimos y cómo es nuestra cultura, pues así­ podremos apreciar lo que es el esfuerzo mexicano y sabremos de dónde viene lo que producimos. Tenemos que cambiar, tomar a otros paí­ses como ejemplo, y tal vez así­ logremos recuperar algo de lo que hemos perdido en estos años.

Bibliografí­a
– 1 Calderón Salazar, Lic. Jorge Alfonso. (n.d.). Agricultura mexicana y tratado de libre comercio de amí?rica del norte. Retrieved from http://ierd.prd.org.mx/CI12/jcs1.htm
– 2 Brooks, David. (2007). Wal-mart niega derechos básicos a sus trabajadores: human rights watch. La Jornada, Retrieved from http://www.jornada.unam.mx/2007/05/02/index.php?section=economia&article=027n1eco
– ¿qué es la globalización?. (2005, diciembre). Retrieved from http://sepiensa.org.mx/contenidos/2005/quesGlobal/quesGlobal_1.htm
– globalización. (n.d.). Retrieved from http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=globalizaci%F3n

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