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  • Quieren preso a Julian Assange, el fundador del sitio Wikileaks

    Autoridades suecas lanzaron una orden de arresto contra Julian Assange, el fundador del sitio Wikileaks, que en semanas recientes reveló documentos secretos sobre la guerra de Afganistán, acusado de violación.

    El director de comunicación de la fiscalía sueca, Karin Rosander, dijo a la agencia de noticias de Países Bajos BNO News, que la orden de arresto fue emitida en relación con dos eventos separados.

    De acuerdo con esta acusación, una mujer acusa a Assange, cuyo paradero se desconoce, de violación, mientras otra de acoso sexual.

    Assange es el fundador de Wikileaks, que es un sitio web que publica informes anónimos y documentos filtrados con contenido sensible en materia religiosa, corporativa o gubernamental, preservando el anonimato de sus fuentes.

    Wikileaks dispone de más de 90 mil ficheros, entre informes escritos y videos, en su mayoría clasificados como secretos, que dan cuenta sobre la guerra sucia librada por Estados Unidos y aliados de la OTAN en Afganistán e Irak, entre enero de 2004 y diciembre de 2009.

    Los documentos proporcionan un retrato devastador de la contienda afgana, al revelar cómo las fuerzas de la coalición intervencionista han matado a cientos de civiles en «operaciones» de comandos especiales, las cuales nunca fueron denunciadas y no salieron a la luz.

    Reflejan en particular detalles de unos 144 ataques contra civiles de los denominados grupos de tareas, desde ametrallamientos a individuos -ataques selectivos- hasta incursiones aéreas masivas, con resultado de centenares de bajas inocentes.

    La publicación de estos documentos causó una enome polémica en la comunidad internacional, en particular en Estados Unidos, cuando el Pentágono indicó que la revelación de esas informaciones en forma ilegal podrían traer consecuencias negativas para las tropas en Afganistán.

    El Departamento de Defensa indicó que se reservaría el derecho de acusar a la página de incitar al robo de propiedad del gobierno si las conclusiones de la investigación conjunta que está desarrollando con la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) pudieran respaldar este cargo

  • Conozca a WikiLeaks que tiene en jaque al pentagono

    La primera agencia de inteligencia del pueblo. Así­ se autodescribe WikiLeaks, el sitio en internet que ha causado furor tras la revelación de unos 91 mil documentos militares sobre la guerra de Afganistán.

    Cuenta con un personal mí­nimo â??cinco personasâ?? y un pelotón de voluntarios que trabajan sin goce de sueldo para evaluar la información que cualquiera puede enviar. Desde su fundación, en diciembre de 2006, ha dado varios golpes certeros, como cuando difundió, en noviembre de 2009, más de medio millón de mensajes del 11-S, incluyendo comunicaciones de autoridades federales y locales, y también de particulares, generando crí­ticas por violación a la privacidad.

    WikiLeaks se ha convertido en el dolor de cabeza de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. En abril difundió el video â??Muerte Colateralâ?, donde muestra el ataque de un helicóptero estadounidense que acabó con la vida de 15 personas en Irak. Más de cuatro millones de personas vieron la cinta en las primeras 72 horas desde que fue colgado en YouTube.

    En 2007, la organización exhibió el manual utilizado por los soldados en Campo Delta, Guantánamo, que les permití­a negar el acceso de los presos a la Cruz Roja hasta por cuatro semanas.

    También difundió la cuenta de correo electrónico en Yahoo de Sarah Palin y la â??Bibliaâ? secreta de la Cienciologí­a.

    El rostro público de WikiLeaks es su fundador, el australiano Julian Assange; pero detrás de este fenómeno están disidentes chinos, hackers, programadores de computadoras y expertos en tecnologí­a, en una organización dirigida por Sunshine Press.

    Los voluntarios que revisan el material que llega a WikiLeaks incluyen expertos en lingí¼í­stica, informática y derecho.

    Además, la gente que trabaja para este sitio mantiene contacto con reporteros y empresas periodí­sticas.

    â??WikiLeaks podrí­a convertirse en una herramienta periodí­stica tan importante como el Acta de Libertad de Informaciónâ?, pronosticó recientemente la revista Time. WikiLeaks busca, a fin de cuentas, y a decir de Assange, â??transparencia radicalâ?. Cuantos menos secretos haya, mejor. Se define como una organización â??apolí­ticaâ? que recibe â??documentos de interés polí­tico, diplomático, histórico o éticoâ?.

    El ser un sitio web les da dos grandes ventajas: puede llegar a más gente â??tienen presencia en YouTube y Twitterâ?? y les permite garantizar a sus fuentes â??los whistleblowers, o soplonesâ?? el anonimato. Ni la gente que trabaja de WikiLeaks conoce las identidades de sus fuentes. Así­ no hay que mentir, dicen.

    Su servidor principal (de los más de 20 que tiene en el mundo) está en Suecia, paí­s reconocido por sus estrictas leyes de protección de fuentes. Que la información esté encriptada es otro medio para proteger tanto los datos como a quien los proporcionó. WikiLeaks es una herramienta tan poderosa que el propio Assange ha dicho que â??si un gobierno o empresa quisiera remover su contenido, tendrí­a prácticamente que desmantelar internetâ?.

    Al ser un página web, no está sometida a las mismas restricciones que la prensa tradicional. No sólo eso; ha entrado al quite en donde los medios no han podido. En el caso del helicóptero, Reuters habí­a tratado de obtener el video, pero WikiLeaks lo logró antes, lo desencriptó y subió a las redes sociales. Algo similar sucedió con el llamado Reporte Minton (2006) sobre un incidente de desechos tóxicos en Costa de Marfil que, según la ONU, afectó a unas 100 mil personas. A The Guardian le negaron el reporte, pero WikiLeaks logró difundirlo el 14 de septiembre de 2009.

    El sitio ha sido multireconocido: en 2008, la revista británica The Economist le otorgó el premio a â??Nuevos Mediosâ?, y lo msimo hizo en 2009 Amnistí­a Internacional, por la publicación de un reporte oficial sobre asesinatos y desapariciones extrajudiciales en Kenia.

    WikiLeaks tiene también su talón de Aquiles: funciona a través de donaciones â??no acepta dinero del gobierno o corporacionesâ??, y Assange asegura que para mantenerse requerirí­a de unos 779 mil dólares al año. Associated Press, Los Angeles Times y la National Newspaper Publishers Association lo apoyan financieramente en casos de demandas legales.

    Pero WikiLeaks no siempre consigue recursos, lo que retrasa el proceso de evaluación de información â??cuenta con alrededor de 1.2 millones de documentos en su base de datosâ??, o de decodificación de videos o materiales. La organización considera pasar al modelo de â??subastaâ?, vendiendo la información al mejor postor, so pena de perder su credibidad.

    La misma premisa de WikiLeaks, â??abolir el secretismo oficialâ?, resulta controvertida. Su polí­tica es de â??divulgación indiscriminada, sin consideración con la privacidad, la propiedad intelectual y la seguridadâ?, dijo a The Guardian Steven Aftergood, difusor de de documentos filtrados en el blog Secrecy News.

    Controvertido y para muchos un dolor de cabeza, así­ es WikiLeaks; parece que llegó para quedarse y, a través de internet, cambiar la manera de difundir noticias

  • El miedo a Wikileaks

    Una de las grandes fortalezas de la democracia es tener una voz independiente capaz de desafiar lo que el gobierno y las corporaciones están haciendo, dijo a Andrew Fowler, presentador de ABC News, Ken Day, el ex policía australiano que en 1991 arrestó a Julian Assange, el ex hacker más famoso del planeta.

    Así se expresó el ex investigador de la Policía Federal Australiana sobre el fundador de WikiLeaks -que almacena de manera anónima y encriptada documentos que los gobiernos prefieren ocultar- el entonces joven a quien hace 20 años dejó al borde de la cárcel para purgar una pena de diez años por haber penetrado ilegalmente en la red de la telefónica Nortel.

    «A un nivel muy alto yo respaldaría lo que él está haciendo para apoyar la transparencia y aunque siempre habrá peligros inherentes por la forma como se hace esto, me parece grandioso», reconoció el ex cazador de Assange en el foro que Fowler organizó hace un mes en Nueva York, en el que Assange participó vía teleconferencia, pues sus abogados le recomendaron no viajar a EU, pues las autoridades de ese país lo buscan.

    El pasado 5 de abril, Assange se convirtió en un poderoso enemigo de la administración Obama al difundir en Youtube un video secreto del ejército de EU donde unos jóvenes soldados a bordo de un helicóptero disparan contra un grupo de civiles en Bagdad, incluidos dos niños que viajaban en una camioneta cuyo conductor se bajó a auxiliar a un empleado de la agencia de noticias Reuters, que se encontraba herido.

    El video muestra que los soldados confundieron el equipo de televisión de los reporteros con fusiles de alto poder y rematando a los hombres que estaban herido. La revista The New Yorker reportó el 7 de junio pasado que sólamente en Youtube, el incidente ha sido visto por más de siete millones de personas, y que WikiLeaks lo difundió también en una página especial, después que Reuters esperó mucho más de un año para obtenerlo de las autoridades estadunidenses.

    Assange, que desde 1991 logró penetrar en las redes de información y protección de datos del Departamento de Defensa de Estados Unidos, quedó convertido en el involuntario protagonista de una novela de acción que se desarrolla en tiempo real en el ciberespacio y a través de la prensa y la televisión mundial.

    «Agentes federales buscaron el pasado viernes a Assange en otro evento de hackers de Nueva York, en el que debía participar, para arrestarlo», alertaban los twitteros en la página de WikiLeaks, mientras el diario The Washington Post anunciaba que 15 países, encabezados por EU, se comprometieron por primera vez a reducir la amenaza de una guerra ciberespacial.

    Suelette Dreyfus, quien con apoyo del propio Assange escribió Underground, www.underground-book.com, sobre las hazañas de los hackers australianos, añadió que Assange sintió «un poder intoxicante» al entrar a la red militar más importante de EU: NIC.

    El ex policía Day dijo en el panel de Fowler que la intromisión del joven Assange en Nortel -quien operaba bajo el seudónimo de Mendax- estaba alimentada por el ego, por el deseo de demostrar que era el mejor.

    Dreyfus relata que el joven Mendax y sus compañeros Prime Suspect y Trax eran los mejores y que los tres jóvenes adoptaron el nombre de Subversivos Internacionales.

    «Fue divertido jugar con su sistema… No causamos ningún daño, incluso mejoramos unas cuantas cosas. Por favor no llame a la policía federal australiana», escribió Assange a los encargados de seguridad de Nortel, antes de ser arrestado por Day en 1991. Evidentemente, la petición fue contraproducente.

    Para entonces, empezaba a agonizar la época en que los hackers australianos se dedicaban a explorar los nuevos espacios virtuales bajo la mirada de algunos técnicos de seguridad que simplemente los echaban del sistema. El auge de la telefonía atrajo a chicos que se alejaron del hackeo de aventura para hacerse adictos al robo de largas distancias y de claves de tarjetas de crédito.

    Dos años antes, el 16 de octubre de 1989, cuando Dreyfus relata que Assange se esforzaba a sus 18 años por ingresar a The Realm, la cofradía de los mejores hackers, los australianos dieron su golpe maestro cuando sorprendieron a los técnicos de la NASA, de Maryland a California y de Europa hasta Japón, con un extraño mensaje de bienvenida en sus computadoras:

    «Gusanos contra asesinos nucleares. Su sistema ha sido oficialmente wankeado. Ustedes hablan de tiempos de paz para todos, pero luego se preparan para la Guerra.»

    Era el momento en que los activistas antinucleares de Florida deseaban interrumpir la cuenta regresiva de la plataforma de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, para evitar el lanzamiento del transbordador Atlantis que llevaba a bordo la cápsula Galileo, alimentada con energía nuclear para poder llegar hasta a Júpiter.

    Para los adolescentes australianos se trataba de una broma: «Nada es más rápido que la velocidad de la luz. para demostrarlo trate de abrir la puerta del refrigerador antes de que se encienda la luz», decían las pantallas de la NASA.

    Sin embargo, Ron Tecati, el ex gerente de ciberseguridad de la NASA, relató en el panel de ABC News, que la absoluta pérdida de control sobre las computadoras fue una experiencia devastadora: «Este tipo de ataque fue algo en lo que realmente nadie había pensado. Luego describimos estas cosas como un Pearl Harbor electrónico», dijo.

    Al final del incesante repiqueteo de los teléfonos que arrojaban los histéricos gritos del personal de la NASA que temía la cancelación del proyecto, los técnicos de seguridad descubrieron que el gusano no estaba programado para destruir el sistema. La normalidad volvió a la agencia espacial pero no así a los círculos de hackers australianos. La cosa iba a empezar a ponerse fea.

    Hoy, a sus casi 40 años de edad, Assange, quien desde la adolescencia formó parte del grupo de exploradores cibernéticos de Melbourne, que durante la temporada de frío invernaban en sus recámaras acompañados de rudimentarias computadoras con las que penetraban en las redes más sofisticadas para conocer sus estructuras y leer los correos electrónicos de sus directivos, ya no pide a los agentes de seguridad que le den otra oportunidad. Ahora contrataca.

    «La filtración es de manera inherente un acto antiautoritario. Es inherentemente un acto anarquista», dijo el fundador de WikiLeaks a Fowler el pasado 22 de junio en el panel de Nueva York.

    Su defensa, como ya lo hizo al exhibir al banco suizo Julius Baer como una entidad involucrada, entre otras cosas, en lavado de dinero, evasión de impuestos y el gran robo, fue revelar más documentos comprometedores que motivaron a la institución a suspender su demanda contra WikiLeaks.

    Daniel Elsberg, quien enfrentó la persecución de los servicios de inteligencia y una demanda penal por divulgar Los Documentos del Pentágono, que exhibieron las mentiras del gobierno de EU frente a la guerra de Vietnam, advirtió en el foro de ABC News que la vida de Assange corre peligro.

    Pero el fundador de WikiLeaks, que enfrenta el arresto de Bradley Manning, el joven oficial de inteligencia del ejército de EU que presumió al ex hacker Adrian Lamo ser el autor de la filtración del video de la muerte de los civiles en Bagdad, advierte que lo que le interesa es defender la integridad de sus fuentes, incluso por encima de su propia seguridad.

    Lamo entregó a Manning a la policía por considerarlo peligroso para la seguridad de EU, pero Assange tiene 1.2 millones de documentos que prometen exhibir más mentiras del gobierno estadunidense