Vargas Llosa celebra 80 años sumándose al canon literario universal. El escritor peruano, naturalizado español, Mario Vargas Llosa llegó hoy a los 80 años sumando un logro más a su trayectoria literaria, ya que en abril su obra formará parte de la prestigiosa biblioteca de La Pléiade, de la editorial francesa Gallimard, que reúne el canon literario universal que supera los 600 títulos de 200 autores de diversos países.
La Secretaria de Cultura federal refirió que los festejos por su aniversario 80 incluyen una fiesta en Madrid, a la que se espera asistan más de 300 invitados, entre figuras literarias y políticas, así como un seminario organizado por la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por el escritor, en el que ex gobernantes, periodistas y filósofos debatirán sobre el futuro de América Latina.
Mario Vargas Llosa, uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos, ganador del Premio Nobel de Literatura 2010, cuenta en su más reciente novela “Cinco Esquinas”, un relato en el que defiende la libertad de prensa en tiempos de corrupción y violencia presididas por el régimen de Alberto Fujimori en Perú.
Respecto a “Cinco Esquinas” la crítica literaria ha sido elogiosa y ratifica lo que el escritor ha expresado, “la gente cree que el Nobel te mata, pero sigo vivo”.
La nueva novela tiene un “arranque impecable, a ritmo sostenido, compacto, deliciosamente lúbrico, está a la altura de sus mejores novelas”, elementos que la distinguen como un crónica política en contextos históricos reales que sin ser una reflexión ayuda a hacerla, ha expresado en México el escritor Julio Patán.
Mario Vargas Llosa nació el 28 de marzo de 1936 en la ciudad de Arequipa, Perú. Ha escrito cerca de 20 novelas, libros de cuentos, de relatos infantiles, 18 obras de teatro, una autobiografía, y varios ensayos, análisis políticos y reflexiones sobre el oficio de escribir.
Su carrera literaria despegó hacia los años 70 del siglo XX con la novela “La ciudad y los perros” (1962), uno de los referentes del “boom” literario de Hispanoamérica, con el que el autor, junto con algunos otros, propuso una ruptura con la lingüística tradicional incorporando innovaciones extranjeras y técnicas narrativas vanguardistas.
“Sus obras representan un encuentro afortunado entre las preocupaciones políticas y las exigencias artísticas. Mario Vargas Llosa destacó del ‘boom’ como un intelectual con el que habrían de discutir las siguientes generaciones”, señala en un artículo reciente el crítico literario Christopher Domínguez Michael.
Obras como “Conversación en la Catedral” o “La guerra del fin del mundo” le hicieron merecedor del Premio Miguel de Cervantes de Literatura en 1994 y al Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1996, además de que es miembro de la Real Academia Española desde hace 22 años.
El incansable narrador, político siempre comprometido con la libertad, periodista admirado y apasionado del fútbol, Mario Vargas Llosa alcanza su cumpleaños –ante miles y miles de lectores– en la plenitud de sus poderes artísticos.
“Dueño de una intachable reputación como combatiente liberal y hombre de paz y además, no es poca cosa, como un varón dueño de su destino”, concluye Domínguez Michael en su artículo de “Letras Libres”, al que hace referencia la Secretaría de Cultura federal.
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Vargas Llosa celebra 80 años sumándose al canon literario universal
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Una distincion mas para Vargas Llosa
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, ganador del premio Nobel de Literatura 2010, será el primer distinguido con la «Orden de las Artes y las Letras» de su país, informó hoy el ministro de Cultura de Perú, Juan Ossio.
La condecoración, que consistirá en una medalla diseñada por el reconocido artista plástico peruano Fernando de Szyszlo, le será entregada al escritor de Arequipa por el presidente Alan García el próximo 15 de diciembre.
En una reunión con la prensa extranjera acreditada en Lima, Ossio consideró hoy «muy significativo» que sea Vargas Llosa el primero en recibir el nuevo galardón, que se entregará cada dos años.
El ministro dijo que el Gobierno prepara «un gran homenaje» al escritor, que comenzará el 15 de diciembre con una visita a la Casa de la Literatura, en el centro histórico de Lima, para saludar a los participantes en una conferencia sobre su obra.
Vargas Llosa ofrecerá luego una rueda de prensa y más tarde participará en una charla en el Museo de la Nación sobre su más reciente novela, «El sueño del celta» .
A pedido expreso del escritor, indicó Ossio, participarán en ese diálogo los críticos y escritores José Miguel Oviedo, Alonso Cueto, Efraín Kristal, David Gallagher y el español Juan José Armas Marcelo.
Tras esto se inaugurará en el Museo de la Nación la exposición «La libertad y la vida» , sobre la vida y la obra del escritor, y luego Vargas Llosa será condecorado en el Palacio de Gobierno por el presidente García, quien ofrecerá una cena en su honor.
Vargas Llosa llegará a Lima el 13 de diciembre, luego de participar en la ceremonia de entrega del Nobel, en Estocolmo (Suecia) , el 10 de diciembre.
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Los límites de la Democracia: LA RAZí?N. Por Dr. José Luis Camba Arriola
El primer artículo dominical de Vargas Llosa como Premio Nobel del Literatura está dedicado al fracaso de la votación para ampliar las causales de despenalización del aborto en España. Al final reflexiona sobre las relaciones entre la Iglesia Católica y la democracia. Sostiene que en la democracia las religiones proporcionan orden moral a muchos ciudadanos que sólo aceptan éste por medio de la fe. Pero que si el â??difícil equilibrio entre el Estado laico y la Iglesia se altera y ésta impregna aquél, o, peor todavía, lo captura, la democracia está amenazada, a corto o mediano plazo, en uno de sus atributos esenciales: el pluralismo, la coexistencia en la diversidad, el derecho a la diferencia y a la disidenciaâ?.
Es lo mismo que, mal explicado, vienen sosteniendo en México el Jefe de Gobierno del Distrito Federal y otros acerca de curas y cardenales católicos. De ese espíritu derivaron las demandas por daño moral y el reclamo por callar a estos sacerdotes. Demandas en las que, por cierto, se cometió el delito de uso ilegal de atribuciones y facultades previsto en la fracción II del artículo 267 del Código Penal, al ser elaboradas por funcionarios públicos, puesto que el daño moral es personal y para demandarlo Ebrard debió recurrir en su calidad de ciudadano a un despacho privado; nunca utilizar dinero público (tiempo de burócratas) para su interposición.
Paradójicamente, resulta intolerante y poco pluralista el deseo de que alguien que opina distinto se calle. Lo que hace que las demandas sean antidemocráticas per se. El Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal ya dijo al respecto que la libertad de expresión tiene como límite el derecho de los otros. ¡Para que aprendan! Ah, de paso dijo que los demandados tienen derecho a hacer valer lo que a su derecho convenga.
En su artículo, Vargas Llosa le concede a las religiones un papel del que carecen en las democracias. De hecho, la secularización de la moral es lo que permite la existencia del político en los países mayoritariamente católicos. La secularización faculta la aparición de la ambición, la cual es opuesta al concepto del pecado original donde el fracaso de los hombres en la vida es lógico y necesario. Caso distinto al de países mayoritariamente protestantes donde su ética permite y obliga al éxito como condición para alcanzar un lugar similar en la vida eterna. Difiere también de los países musulmanes donde la política es la forma de servir a Alá para difundir el Corán extendiendo su palabra a través de la democracia.
Las democracias decimoctávicas y decimonónicas de la Ilustración Francesa y el Romanticismo Alemán respectivamente, se erigen como producto de la razón y se oponen a la tradición (sinónimo de sinrazón). Es un planteamiento consciente para desaparecer el antiguo régimen medieval. Ambos fueron siglos antirreligiosos dominados por la idea revolucionaria. Lo mismo Diderot que Voltaire o Kant que Hegel compartieron la idea de la razón y la revolución como caminos hacia la democracia. La conciencia de la revolución llevó a la revolución de la conciencia. La religión de la revolución sustituyó a las otras; a las del pasado. La historia de la democracia moderna es la de la lucha por la imposición de la razón como eje político. En ese contexto es que nace el pluralismo, la tolerancia, el respeto, la teoría de las obligaciones y otras derivaciones perfeccionadoras de un concepto político que considera al ser humano un ser racional y perfectible. El tamaño moderado de las concentraciones urbanas del XIX y su diversidad, junto con la necesidad de un nacionalismo unificador y una tecnología de la comunicación limitada son el caldo de cultivo del pluralismo.
El siglo XX, por el contrario, ve la desaparición de estos valores. La sociedad de masas los arrastra creando democracias totalitarias. Los fascismos y los comunismos, el macartismo y el golpismo latinoamericano son pruebas de ello. La masificación hace insostenible la continuidad en la construcción de una democracia producto de la razón. La importancia del ser humano deja de descansar en su racionalidad; su valor es la unidad acumulada. La teoría de mínimos aceptables sustituye a la de máximos ideales. La expansión del bienestar va perdiendo lugar ante la evidente deshumanización de los asentamientos urbanos. La subsistencia de la mayoría pasa a ser una meta a expensas de la propagación de la mejoría. El lema de la nueva democracia deja de ser racional: primero iguales: mal pero iguales y luego mejores. La racionalidad pierde contra la mayoría. El asesinato de la razón invita a la vuelta de la tradición (la sin razón). Las religiones toman el lugar de las que habían sido expulsadas.
Si a través de la democracia el catolicismo llega a convertirse en una forma de gobierno o a ejercer una influencia desproporcionada en la política, será una consecuencia lógica de la evolución de un sistema político que si bien cuenta con controles, perdió los límites. La falta de éstos es perjudicial. La razón fue el hilo conductor que permitió moldear y limitar a la democracia. La razón es el único límite del que no debe despojarse. El pluralismo y la tolerancia nacen de ésta. La filosofía de lo que queda de la democracia contemporánea invita a que gane el más bonito, el más fuerte o el de mayores recursos económicos sin importar si le asiste la razón o carece de ella. A la iglesia católica en una democracia no se le calla con demandas. Se le deja hablar y se le prueba con la razón que está equivocada. Razones como las que esgrime el propio Vargas Llosa en el artículo en comento son más democráticas que marchas o mayoriteos. De no limitar el alcance de la democracia a la razón, el temor del actual Nobel de literatura será pronto realidad.
(*) Sociólogo y politólogo
El doctor José Luis Camba Arriola es egresado de la Universidad Complutense de Madrid, donde realizó estudios en Sociología y Ciencias Políticas, especializándose en Sociología Política (Sociología del Poder: redes y mecanismos formales e informales). Actualmente es consultor político y analista
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Peru soy Yo. Vargas Llosa
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, galardonado hoy con el Premio Nobel de Literatura, se mostró feliz con ese reconocimiento, al tiempo que subrayó su compromiso con la literatura y con la defensa de las libertades.
Al explicar el contenido y objetivo de su trabajo, Vargas Llosa aclaró que pese a tener la nacionalidad española, sigue siendo peruano, ya que son las experiencias que vivió en su país natal, son las que plasma en sus obras.
â??El Perú soy yo, aunque algunos peruanos no les gusteâ?. â??Perú es parte de mi, España era un país que no era mío, pero se ha hecho parte de mi, pero Perú, soy yo, Perú es míoâ?, dijo.
«Voy a escribir hasta el último de mis días», afirmó el escritor a quien la Academia Sueca reconoció hoy con el premio de Literatura 2010 por su «cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo», por la manera en que a lo largo de sus más de treinta novelas y múltiples ensayos ha entrelazado literatura y política.
«Creo que es un premio literario y espero que me lo hayan dado más por mi obra literaria que por mis opiniones políticas. Ahora, si mis opiniones políticas, en defensa de la democracia y la libertad, y en contra de las dictaduras, han sido tenidas en cuenta, pues en buena hora. Me alegro», dijo Vargas Llosa en una conferencia de prensa en el Instituto Cervantes en Nueva York.
Acompañado por su esposa Patricia y por el ex presidente de Perú Alejandro Toledo, el escritor hispanoperuano aseguró también «no creer» que este premio le vaya a cambiar.
«Voy a seguir escribiendo sobre lo que más me estimula y defendiendo las ideas que tengo, la democracia y la opción liberal, así como con las críticas a toda forma de autoritarismo, a toda ideología que crea exclusión, discriminación, que cierra posibilidades del diálogo», aseguró el autor de «La fiesta del chivo» o «Pantaleón y las visitadoras», entre otras.
Respecto al futuro de América Latina, el autor se mostró optimista y señaló que «aunque hay muchas cosas que andan mal, hay muchas que ahora andan mejor. Hoy día tenemos muchas menos dictaduras en América Latina que en el pasado».
En esa región, agregó, «hay Gobiernos de izquierda y de derecha que son democráticos. Eso es una gran novedad respecto al pasado, en que la derecha no era democrática y creía en los golpes militares. La izquierda no era democrática, creía en la revolución y que la democracia era una fachada de la explotación».
Vargas Llosa se refirió así a los Gobiernos democráticos de izquierda de Brasil o Uruguay, y de derechas como los de Colombia, Perú o Chile, lo que consideró «un gran progreso» para la región.
«Lo que para mí representa un retroceso es que todavía tengamos Cuba o Venezuela, pero mi impresión es que esa corriente autoritaria, antidemocrática, está como de salida, que cada vez tiene menos apoyo popular como se acaba de ver, por ejemplo, en las elecciones venezolanas», señaló.
También subrayó que los resultados de esos comicios, en los que se registraron avances de la oposición al presidente Hugo Chávez, «me han alegrado muchísimo. Es un progreso de la democracia en un país tan querido y tan importante históricamente como es Venezuela».
Vargas Llosa, quien en la década de los noventa fue candidato a la Presidencia de su país, se refirió también al conflicto de Oriente Medio.
«Siempre he sido un defensor de Israel, pero también reconozco el derecho de los palestinos a tener un estado viable y por esa razón, soy también un critico severo de los asentamientos israelíes, que son un obstáculo en este momento para las negociaciones de paz», afirmó.
Aseguró también que el premio, que le será entregado en una ceremonia el próximo 10 de diciembre en Oslo, «es un reconocimiento a la lengua española» y a la literatura latinoamericana, al tiempo que afirmó que trata «de promover el español escribiendo lo mejor que puedo».
«Este premio no es sólo un reconocimiento como escritor, sino también a la lengua española que es en la que escribo y que tiene mucha energía, es moderna y creativa», dijo el autor, quien también agradeció «a España» porque «le ayudó a ser escritor».
En español, y a veces dando respuestas en inglés y francés, el autor de «La ciudad y los perros» se mostró «sorprendido» por haber recibido este reconocimiento internacional, del que dijo «todavía no he tenido mucho tiempo de pensar en él (…) Me alegro mucho».
Destacó la importancia de la lengua española, de la que dijo que «es un vínculo que une a más de 550 millones de personas en el mundo», y que también une tradiciones.
«Es también un reconocimiento de la literatura latinoamericana que en las últimas décadas ha ido adquiriendo una cierta ciudadanía en el mundo», subrayó, al tiempo que alabó la política educativa del Instituto Cervantes por tener el «acierto de enseñar español en todas sus ricas variantes».
Igualmente tuvo palabras de agradecimiento para «España porque me ayudó a escribir y a ser leído en muchas partes del mundo» y recordó que el ex presidente de Perú, Alberto «Fujimori no me reconocía como peruano y me quería quitar la nacionalidad».
«España me reconoció la nacionalidad y me evito ser un paria. España no era un país mío, y se ha vuelto mío. Lo quiero muchísimo, pero lo que yo escribo es Perú. Soy peruano», subrayó.
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Cuidado ya que puede latinoamerica, retroceder
América Latina padece una incertidumbre institucional que hace imprevisible la evolución democrática en la mayoría de sus países, lamentó hoy el escritor peruano Mario Vargas Llosa al presentar en Madrid su nuevo libro, «Sables y utopías», una colección de artículos sobre la realidad política de la región.
Acaso con la única excepción de Chile, en la mayor parte de países latinoamericanos «no existe una solidez institucional con amplios consensos que prueben que la democracia está ahí para quedarse», añadió Vargas Llosa, en un acto en el que también defendió la despenalización de la droga para luchar contra el narcotráfico y criticó duramente el apoyo de España a gobiernos como los de Bolivia y Venezuela.
El autor de tendencia liberal, que perdió la batalla por la presidencia peruana en 1990 contra Alberto Fujimori, admitió casos positivos de gobiernos de izquierda que aceptaron «el mercado y la realidad contemporánea», como en Brasil o Uruguay, pero constató un «claro retroceso» democrático en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua o Argentina.
Las críticas más duras de Vargas Llosa fueron para el gobierno de Evo Morales en Bolivia. «No es un presidente democrático», sentenció en referencia a su «clara orientación racista». Para el escritor, en países como los andinos, con gran diversidad étnica, hay que alentar el mestizaje y la convivencia. La división propugnada por Morales es «una insensatez» y «sólo conduce a la violencia».
Por otra parte, América Latina ha vivido un extraordinario avance del mestizaje. «La mejor prueba de ello es Morales», destacó Vargas Llosa, «que culturalmente hablando es un criollo».
Morales se encuentra hoy en Madrid, a donde llegó poco después de que lo hiciera el presidente venezolano, Hugo Chávez, «su mayor titiritero», en palabras de Vargas Llosa.
El autor de «Conversación en la catedral» (1969) criticó con dureza la buena relación del gobierno del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, con ambos mandatarios, y la calificó de «una ingenuidad».
«El gobierno de un país que ha padecido 40 años de dictadura (España) y que tiene una clara postura antidictatorial debería solidarizarse» con la oposición en Bolivia o Venezuela, «que lucha por evitar que su país se convierta en una dictadura».
Preguntado sobre la situación en Cuba, Vargas Llosa dijo ver la isla «con una enorme tristeza». «Es un país que parece haber perdido el nervio vital, básico, que hace que un pueblo aspire a alcanzar la libertad. Cincuenta años de dictadura han conseguido exterminarlo», lamentó. «Lo único que queda de ilusión está concentrado en tomar un barco a Miami».
Al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, lo calificó de «un demagogo, un populista», para el que «todos los males de Ecuador son los medios de prensa».
Por el contario, el escritor sostuvo que el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, «ha hecho un magnífico gobierno», si bien lamentó que el mandatario fuese víctima de «la tentación reeleccionista». «Tendrá consecuencias muy negativas para Colombia y para la imagen del propio Uribe».
Vargas Llosa describió el narcotráfico como «uno de los mayores problemas» en la América Latina de hoy. Su poder es tal que se ha convertido en un verdadero contrapoder que hace retroceder al Estado. La solución, para el autor, es la despenalización de las drogas que produce Latinoamérica, la cocaína y la marihuana.
«La lucha puramente represiva no da resultados. Al contrario, es contraproducente», argumentó, y defendió que los «billones de dólares» que se dedican a esa lucha sirvan para campañas contra el consumo de drogas y el tratamiento de los adictos.
«Sables y utopías» (Aguilar) refleja medio siglo de pensamiento político de Vargas Llosa a partir de crónicas, cartas, artículos y semblanzas sobre la realidad latinoamericana. El libro incluye también textos con los que el propio autor disiente hoy, como su apoyo inicial a la Revolución de Fidel Castro en Cuba.
Los primeros capítulos abordan los dos grandes males entre los que, para el autor, ha oscilado América Latina: las dictaduras militares (los «sables» del título) y las utopías revolucionarias.
Un tercer capítulo aborda otros cuatro problemas de la región: el nacionalismo, el populismo, el indigenismo y la corrupción. El volumen cierra con una defensa del liberalismo y la democracia y con un capítulo sobre los formidables aportes literarios de la región