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  • Tradición de las doce uvas

    Las doce uvas, uvas de la suerte o también llamadas campanadas es una tradición de origen español, extendida a otros países hispanoamericanos como México, Venezuela, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Perú, Colombia, Puerto Rico o Costa Rica. Consiste en comerse doce uvas, una por cada campanada a las 12 de la noche del 31 de diciembre al 1 de enero, debido a que supuestamente trae buena suerte
    Tradición de las doce uvas

  • Propósitos.

    Cada año, una de las tradiciones que tenemos en la cena de despedida del año, es la de hacer 12 propósitos, uno por mes, por campanada o por lo que sea. ¿Cuántas veces has cumplido los propósitos? La verdad, yo nunca, bueno, sólo este ultimo año los cumplí, sólo hice 3 y los 3 los cumplí, pero eso es una excepción, o los cumplía o los cumplía, no tenía elección. Pero volvamos a los demás; es bastante difícil cumplir con los propósitos de año nuevo, así que para que nos hacemos, de los 12 propósitos que hiciste la semana pasada, si acaso cumplirás uno, entonces ¿por qué en lugar de hacer 12, no hacemos menos?

    Pero escógelos bien, que sean propósitos cumplibles, o al menos que para cuando se termine el año nuevamente, estén en proceso de cumplimiento, no hagas propósitos que dependan de alguien más, ni que dependan de la naturaleza, del humor de tu jefe o de que si suben o bajan los intereses, la bolsa de valores o la inflación, traducción de este rollo, que dependan solamente de ti. Por ejemplo, si decides que tu propósito será estar en forma (no redonda, sino saludable) no te compres unos tennis milagrosos para hacerlo, ni te compres un cinturón que hace las abdominales por ti cuando tu estas viendo la tv, o lo que sea. Inscríbete al gimnasio de esos que cobran todo el año por adelantado para que te duela no ir, en otras palabras, pon de tu parte para que el propósito se cumpla y no esperes un milagro.

    Yo te propongo que, hagas memoria de cuales fueron tus propósitos para este 2011, escoge los cumplibles, escríbelos en un papelito y ponlos en un lugar visible para ti, ni tu familia, ni tus amigos ni nadie más tenemos que saber cuáles son, puedes revisarlos periódicamente y e ir tachando esos que ya cumpliste, al final del 2011 con tus propósitos cumplidos llegaras a la fiesta de fin de año y dirás: Yo SI cumplí mis propósitos ¿y tú? Además que recordarás cuales son y para el 2012 puedes ponerte otros propósitos de más alto calibraje.

    Por otra parte, no es obligación cumplir con los propósitos, no pasa absolutamente nada si no los cumples, pero seguro que al llegar a la fiesta para recibir el 2012 los propósitos que hagas serán los mismos del 2011 porque no te acuerdas que siempre dices que te pondrás a dieta o que harás ejercicio pero siempre te quedas con la intención de.

    Yo sólo tengo un propósito para este año y pondré todo de mi parte para cumplirlo.

    ¡Felices Fiestas!

    Tania Garza. Lic. En Administración, ferrocarrilera, malvadina, biónica y algunas veces diva.

  • Año nuevo ¿vida nueva?

    La celebración del año nuevo es remota en la historia de la humanidad.

    Cuatro mil años atrás, los Babilonios festejaban durante once dí­as al inicio de la primavera. Actualmente hay múltiples tradiciones y cábalas para terminar el año: comer 12 uvas, barrer para sacar la mala suerte, dar un par de vueltas en la calle cargando una maleta para asegurarnos el viaje anual, comer lentejas para tener dinero, utilizar ropa interior roja o amarilla según los intereses.

    Terminar el año y tener frente a nosotros uno nuevo, aun sin estrenar, provoca en muchas personas la necesidad de hacer el recuento de lo vivido. â??Año nuevo, vida nuevaâ? así­ lo dicta el refrán popular, ojala que fuera tan fácil dejar atrás todo aquello que no nos gusta, lo que nos incomoda, lo que no nos permite avanzar. Definitivamente no se puede, aun iniciando el año, seguimos â??cargandoâ? todo aquello que nos hace ser quien somos.

    Hace tiempo una querida prima en una plática familiar me preguntaba que parte de mi vida borrarí­a, o de plano hasta que parte de mi vida le darí­a rewind. Debo reconocer que me hizo pensar, y por un momento, bastante tentador, pensé en tener un pequeño control remoto para borrar, editar, o como lo quieran llamar, todo aquello que me ha causado dolor a través de la vida, pero sinceramente me pregunto ¿Seria quien soy si pudiera desaparecer partes del pasado?, la respuesta es no. Lo que me conforma, lo que me define, lo que me determina es lo vivido; bueno, malo, triste, alegre, doloroso, sea como sea me ha forjado.

    El año nuevo, esa página en blanco que nos da la oportunidad de empezar, y no en las situaciones de la vida, sino en la manera de verla, esta frente a nosotros.

    El mundo cada vez más difí­cil, cada vez más adverso, cada vez más agresivo, cada vez más carente de valores, nos pide, nos exige ser conscientes de la otredad, concepto de la semiótica que se entiende como la necesidad de articular los mensajes tomando en cuenta las realidades, necesidades y percepciones del grupo al que vamos a dirigir nuestro mensaje.

    Para poner en práctica el concepto de otredad en la vida diaria, es imprescindible que asumamos el papel del otro, ser empáticos, comprender y asumir los roles de los demás, y definitivamente ser generosos, adjetivo que tiene poca cabida en nuestra realidad, ya que vivimos e un mundo lleno de individualidad y egoí­smo.

    El año nuevo no significa dejar atrás todo y empezar de nuevo, mas bien es retomar lo que tenemos y modificarlo, si tenemos limones hacer limonada. Nunca tendremos lo que queremos, tenemos lo que nos hace falta para crecer y convertirnos en seres humanos, en todo el sentido de la palabra.

    Feliz año nuevo.

    Beatriz González Rubí­n