¿Que habrá sentido el presidente Enrique Peña Nieto que el ex primer ministro de Inglaterra Tony Blair, le haya dicho que México debe ser inflexible con el crimen organizado y el cumplimiento del estado de derecho?
Le adelanto que muy poco, ya que el presidente Enrique Peña Nieto estaba por América Latina en gira de trabajo, pero lo interesante es que Tony Blair deja en claro lo que muchos mexicanos han creído desde antes de que iniciaran las elecciones 2012 que llevaron a el presidente Enrique Peña Nieto a la presidencia, no se puede pactar con el narcotráfico.
Los carteles del narcotráfico cada día parece están un poco más virulentos, una sensación en el ánimo de la gente que indica dos cosas, o las cosas no se han hecho como se debían hacer o que los carteles del narcotráfico están buscando la forma de mantenerse en la hegemonía de sus territorios y claro está, defendiendo a capa y espada su poder.
Pero Tony Blair deja en dicho que el estado de derecho mexicano no solo es la lucha contra el crimen organizado (que ya en el mundo es sinónimo de narcotráfico hablando del caso de México), sino también el respeto a los derechos humanos y el respeto a la sociedad en común, que se traduce claro está en que la cifra de muertes de civiles no crezca.
Claro está de que el presidente Enrique Peña Nieto no estaba en México durante la visita de Tony Blair pero queda en claro que la comunidad europea a través de gente como lo es el ex primer ministro de Inglaterra tienen una intención real y seria de que México no solo se dedique a atrapar capos a fuerza de disparos, sino también que el entramado social sea reconstruido.
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El mensaje de Tony Blair a Enrique Peña Nieto
El mensaje de Tony Blair a Enrique Peña Nieto -
Tony Blair en apoyo a Gordon Brown
Cuando el conservador David Cameron se consolida como favorito, el primer ministro laborista Gordon Brown recurrió a su carismático predecesor Tony Blair para tratar de invertir la tendencia a seis días de las elecciones generales británicas.
Cameron, que encabeza las encuestas de intención de voto sin tener todavía la mayoría necesaria para gobernar, «ganó» la noche del jueves el tercer y definitivo debate electoral televisivo con un 37% de opiniones favorables, según un promedio de los sondeos inmediatos publicados tras 90 minutos de acalorada discusión sobre economía e inmigración.
Superó así por primera vez al líder liberal demócrata Nick Clegg (32%), estrella de la campaña que en las dos primeras justas televisivas revolucionó el panorama político británico hasta el punto de que podría tener la llave del próximo gobierno. El desgastado Brown se tuvo que conformar con la tercera posición (25%).
«Salvo que haya otro terremoto, David Cameron está camino de Downing Street», estimó el viernes el analista del diario izquierdista The Guardian, quien consideró que el líder ‘Tory’ «apareció muy seguro y tuvo su mejor actuación en un debate cuando más contaba».
El diario, tradicionalmente pro-laborista, ha pedido en esta ocasión el voto por el partido liberal demócrata, al considerar «difícil sentir entusiasmo» por la perspectiva de otros cinco años con Brown en el poder.
El líder laborista, que aspira a ser elegido primer ministro por primera vez tras haber heredado el cargo de Blair en 2007, mencionó este viernes la posibilidad de una victoria de los conservadores tras 13 años en la oposición.
«Si las cosas siguen como hasta ahora, entonces los conservadores y posiblemente los liberal demócratas podrían estar en un gobierno de coalición juntos», dijo en un acto electoral en Birmingham (centro de Inglaterra).
Pero inmediatamente agregó: «Seguiremos luchando por el futuro de este país hasta el último segundo».
En lo que conservadores y liberal demócratas consideraron como una muestra de la «desesperación» laborista, Blair hizo este viernes su segunda aparición estelar en la campaña en Londres, donde negó que Brown haya «fracasado».
«Creo que el Partido Laborista tiene todas las posilidades de triunfar», declaró el ex primer ministro (1997-2007). «Cuando llegan los últimos días, la gente se concentra en quién tiene las mejores ideas para el futuro».
Sin embargo, Brown desaprovechó el jueves ante ocho millones de telespectadores una gran oportunidad para convencer a los electores de que es el más capacitado para terminar de sacar a Gran Bretaña de la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial y sanear sus finanzas públicas, en el choque con sus dos jóvenes y telegénicos rivales a los que regularmente acusa de «novatos».
Para Nick Clegg, hasta hace poco un desconocido fuera del restringido ámbito político, la campaña se ha convertido ahora en una carrera entre liberales demócratas y conservadores, que representan, cada uno a su manera, «el cambio».
Pero «necesitamos un cambio real, no un cambio falso», agregó al día siguiente de haber aguantado duros ataques del líder conservador, que le acusó de defender un ingreso de Gran Bretaña en la zona euro y una «amnistía» para los inmigrantes indocumentados, dos temas que preocupan a los británicos.
Pese a su victoria virtual en el debate, David Cameron trató de evitar el triunfalismo, diciendo en la radio BBC que las elecciones estaban «todavía lejos de haberse ganado», sobre todo cuando ninguno de los sondeos le augura todavía una mayoría en el parlamento.
«Estoy muy concentrado en la próxima semana porque aún tenemos que luchar por cada voto y cada escaño», agregó.
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John Major critica a Tony Blair
El ex primer ministro británico John Major criticó a su sucesor Tony Blair por haber involucrado a Gran Bretaña en la guerra contra Irak, estimando que el principal objetivo había sido un cambio de régimen, en una entrevista a la radio BBC 4 difundida el sábado. «Se puede sospechar que (la guerra) estaba más motivada por un cambio de régimen que por las armas de destrucción masiva», señaló Major.
El ex primer ministro conservador explicó que en 2003 había apoyado la guerra debido al riesgo que representaba la presunta presencia de armas de destrucción masiva en Irak. Pero estimó que la investigación británica durante la guerra en Irak había planteado importantes interrogantes sobre la amenaza que representaba Saddam Hussein.
El ex primer ministro conservador recordó que a mediados de los años 1990 algunos consejeros del presidente estadounidense Bill Clinton mencionaron la idea de un cambio de régimen en Irak. En aquel momento, el gobierno británico respondió que toda tentativa de derrocar a Saddam Hussein debía ser legal y viable.
John Major dice haberse creído las afirmaciones de Tony Blair sobre el peligro que representaba Irak, pero que ahora ya no está seguro de esa amenaza. En las próximas semanas, Tony Blair debe declarar sobre este asunto ante la comisión Chilcott, que en el mejor de los caos entregará su informe a fines de 2010.
John Major fue primer ministro de 1990 a 1997. El laborista Tony Blair le sucedió de 1997 a 2007.
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¿Enjuiciar a Tony Blair?
El antiguo abogado del dictador Saddam Hussein quiere abrir una causa al ex primer ministro británico Tony Blair por guerra «ilegal» a raíz de las declaraciones en las que dice que habría implicado a su país en la contienda bélica de Irak aunque el régimen no hubiera tenido armas de destrucción masiva.
Giovanni di Stefano, que defiende al ex ministro de Relaciones Exteriores iraquí Tarek Aziz, envió al Attorney General, el principal asesor jurídico del gobierno británico, una «solicitud de consentimiento para procesar» a Tony Blair.
Blair «infringió la Convención de Ginebra de 1957» involucrando a su país en una guerra «no justificada por una necesidad militar y llevada a cabo de forma ilegal y gratuita», estima Di Stefano, en la carta enviada a Londres, de la que la AFP obtuvo una copia.
El letrado cita la entrevista concedida por Blair este domingo a la televisión BBC1, en la que el ex jefe de gobierno declara que habría implicado a su país en la guerra de marzo de 2003 aunque Saddam Hussein no hubiera tenido armas de destrucción masiva.
Esto «confirma que la verdadera motivación para atacar Irak era cambiar el régimen y no por lo que (Blair) declaró al electorado británico, al parlamento y a los medios de comunicación en 2003», estima Di Stefano en el texto.
El ministerio de Justicia británico ha declinado hacer comentarios y la oficina del Attorney General no ha contestado a las llamadas de la AFP.
Blair, jefe del gobierno británico desde 1997 hasta 2007, declaró a la BBC que la invasión de Irak estaba más justificada por «la idea» de que Saddam Hussein «representaba una amenaza para la región» que por la presencia de armas de destrucción masiva.
A la pregunta de si habría implicado a su país en la guerra en 2003 aunque Saddam Hussein no hubiera tenido armas de destrucción masiva contestó: «Habría continuado pensando que era justo derrocarlo. Evidentemente que habríamos empleado y desarrollado argumentos diferentes en cuanto a la naturaleza de la amenaza».