Através de una denuncia telefónica anónima, se alertó a la Secretaría de Seguridad Pública en Tixtla, Guerrero sobre el hallazgo de varias bolsas negras que contenían cadáveres en su interior, se trató de al menos ocho cuerpos que fueron decapitados.
De acuerdo con lo informado hasta el momento, los cuerpos fueron localizados la noche del domingo cerca de las 22:30 horas, en la orilla de la carretera del libramiento de Tixtla.
Los cadáveres evidenciaron huellas de tortura en diversas partes del cuerpo, entre lo que se mencionó la presencia de quemaduras.
Tras verificar el hecho de violencia denunciado a la línea de emergencias 066, al lugar arribaron elementos ministeriales, integrantes del Ministerio Público local, así como expertos del Servicio Médico Forense procedentes de Chilpancingo.
Los cuerpos fueron trasladados a las instalaciones de Semefo ubicadas en la capital guerrerense, donde se efectúan las diligencias correspondientes para dar paso a las investigaciones conducentes.
Hasta la mañana del lunes, las autoridades de Guerrero no han ofrecido detalles sobre la identificación de los cuerpos mutilados
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Ocho decapitados en Tixtla, Guerrero
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Tixtla vive un baño de sangre
Un comandante y dos agentes de la Policía Ministerial adscritos a la Fiscalía de Guerrero fueron asesinados a balazos en pleno Centro del municipio de Tixtla.
De acuerdo con información dada a conocer por la agencia Quadratín, una de las víctimas fue identificada como Moisés ‘N’ y de los otros dos no se ofrecieron datos.
Los agentes circulaban por las calles del Centro en el interior de un auto de la marca Nissan tipo Sentra blanco con placas de circulación HCH2339 de Guerrero cuando fueron atacados.
Elementos de la policía del estado acudieron al lugar, tras recibir una llamada, que les reportó varias detonaciones de arma de fuego aproximadamente a las 19:50 horas.
Al llegar los policías encontraron los tres hombres asesinados con armas de alto poder. La zona fue acordonada por personal de la Fiscalía de Guerrero para realizar las diligencias correspondientes.
Además, se reportó a hombres heridos de gravedad
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Crimen organizado detrás de asesinato de 4 comunitarios en Tixtla
Los hombres armados que abatieron a cuatro policías comunitarios el jueves pasado en Tixtla, Guerrero, formarían parte del crimen organizado, según el alcalde interino Raúl Vega Astudillo.
El ataque ocurrió tres días antes de que se realizaran las elecciones extraordinarias en ese municipio, en el que se asienta la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, donde estudiaban los 43 estudiantes que desaparecieron en Iguala el 26 de septiembre de 2014.
Los hechos violentos se suscitaron poco después de las 14:30 horas del jueves 26 de noviembre, cuando los comunitarios realizaban un recorrido por el barrio del Fortín, entre las calles de Tapizaco y Flor de Abeja.
Se conoce que es un grupo armado del crimen organizado, es lo que se menciona”, reconoció el presidente municipal interino, en entrevista telefónica con Adela Micha, en Grupo Imagen Multimedia.
Cuestionado sobre si los pobladores de Tixtla ya no quieren a policía comunitaria, el edil dijo desconocer señalamientos hacia los comunitarios.
La policía comunitaria ha hecho su labor y su papel, de salvaguardar a la ciudadanía; ese fue su origen hace dos o tres años. No hay señalamientos hacia ellos.”
El munícipe, que a más tardar el 28 de enero deberá entregar la presidencia al alcalde electo, reconoció que los comunitarios están equipados con escopetas y armas de bajo calibre.
A su juicio, las elecciones extraordinarias del domingo 29 transcurrieron en calma, pues hubo vigilancia por parte de la Policía estatal y “no hubo ningún problema. Hubo detallitos, pero sin ningún contratiempo”. -
Trata y pobreza en Guerrero
La ruta del olvido comienza, paradójicamente, al dejar atrás la carretera de cuota más cara del país: la Autopista del Sol. Tixtla es la entrada a cañadas y montañas. Por este paisaje es recurrente ver que los pies de los indígenas se hunden desnudos en el lodo.
Después de 13 horas de camino, llegamos a la primera parada del recorrido: Ixtlahua Roja, uno de los 20 municipios que forman parte de la región de la Montaña guerrerense, donde la trata de personas ha encontrado en las comunidades más pobres y alejadas del país un resquicio para incorporar a niñas y adolescentes en redes de prostitución y esclavitud.
Flora da su testimonio de esa pesadilla: el día lo recuerda bien, porque había terminado de lavar el viejo pocillo del café. A ella se le acercó una desconocida, quien con trato amable y sonrisa por delante le preguntó: «¿Cuántos años tienes?» Desconfiada, Flora respondió que tenía 14. Al fondo se escuchaba la risa contagiosa de su amiga Esperanza.
En seguida, la mujer se presentó: «Me llamo Carolina y estoy buscando chicas que quieran trabajar, ganar mil 500 pesos al mes cuidando una tienda en Cuernavaca. Si se animan, en dos meses podrían traer hasta un carro».
Cuando se vive en la región más pobre del país es difícil decir que no y aceptaron.
«A Esperanza la vendieron por 60 mil pesos, a Florencia y a mi hija, por 40 mil pesos», dijo don Cayetano, padre de Flora