Los tiroteos con múltiples víctimas se han convertido en parte de la normalidad para los estadounidenses según indica un nuevo estudio de opinión.
De acuerdo a una encuesta de NBC News/Wall Street Journal publicada el lunes, 71% de los consultados consideran que los tiroteos masivos se han convertido en una parte normal y permanente de la vida estadounidense. Tan sólo 21% de los encuestados creen que tales actos de violencia son excepcionales y esperan que sean menos frecuentes en el futuro.
El más reciente caso de ese estilo, a pesar de ser vinculado al terrorismo, fue la masacre de San Bernardino en la que 14 personas fueron asesinadas por un matrimonio. Anteriormente, en noviembre tres personas fueron asesinadas en una oficina de Planned Parenthood en Colorado y nueve fueron asesinadas en una universidad en Oregon en octubre.
A finales de 2001, luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre, una encuesta halló que 28% de los consultados temían ser ellos o sus familiares víctimas de un ataque terrorista. La cifra este lunes en la misma pregunta se ubicó en 29%.
La figura fue similar si se les preguntaba sobre el temor a ser víctimas de la violencia por armas en general. 70% dijeron no estar preocupados por ser víctimas del terrorismo y 67% dijeron lo mismo sobre la violencia de armas.
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Tiroteos se han convertido en algo normal en EU
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Mal entrenamiento lleva a tiroteos de la Policía de Filadelfia
Una investigación del Departamento de Justicia señaló que a los oficiales en Filadelfia no se les exige usar recursos menos letales que las armas. La Policía de Filadelfia de nueva cuenta en el ojo del huracán.
Un informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos señala que el pobre entrenamiento recibido por la Policía de Filadelfia, Pensilvania, lleva a que éstos teman por sus vidas en su trabajo diario, lo que a su vez genera justificaciones al uso excesivo de la fuerza.
La investigación del organismo federal iniciada en 2013 fue publicada este lunes, pocos meses después de la muerte de Brandon Tate-Brown, un afroamericano desarmado de 26 años quien fue asesinado por un oficial en diciembre.
El reporte señala que aunque los tiroteos son comunes, Policía de Filadelfia no les exige a sus elementos usar alternativas menos letales, como gas pimienta o pistolas de electricidad. La policía de Filadelfia estuvo involucrada en 390 tiroteos entre 2007 y 2014. 59 personas desarmadas fueron heridas por armas de fuego en la ciudad en 2007, un 15% de todos los tiroteos.
Cuatro personas fueron asesinadas y 17 resultaron heridas por enfrentamientos con la policía en 2014. Cerca de la mitad de los casos incluyó a sospechosos armados quienes los oficiales consideraron que estaban sacando su arma.
El Departamento de Justicia no indica que exista discriminación racial en Filadelfia. Aunque 80% de las víctimas de disparos sean afroamericanos, los blancos que recibieron disparos tenían mayor porcentaje de oportunidad de estar desarmados. También en la mayoría de los casos los sospechosos afroamericanos fueron heridos por oficiales afroamericanos.
El reporte surge semanas después de otro informe similar del Departamento de Justicia sobre el Departamento de Policía de Ferguson, en Missouri, en el cual sí se hallaron indicios de discriminación racial. -
Violencia genera violencia
La guerra de México contra los cárteles de la droga traerá una perfectamente previsible escalada de violencia, con tiroteos, decapitaciones y secuestros, pero la represión resultará contraproducente al final y es preferible un enfoque basado en la salud pública, indicó un estudio difundido el martes que se basa en décadas de investigaciones científicas previas.
Una revisión sistemática de más de 300 estudios internacionales que se remontan a 20 años atrás halló que la represión policial de traficantes y consumidores casi siempre redunda en un aumento de la violencia, dijeron investigadores del Centro Internacional para una Política Científica de Drogas, un organismo sin fines de lucro con sedes en Gran Bretaña y Canadá.
La represión intransigente de los delitos relacionados con la droga eleva las ganancias en el mercado negro, lo cual da lugar a feroces disputas por el control de ese comercio tan rentable, dice el estudio.
Adicionalmente, cuando los jefes narcos más poderosos son muertos o arrestados, frecuentemente los reemplazan delincuentes más brutales y menos hábiles.
«La represión es el componente individual más grande del costo de las drogas, pero pocas veces se lo calcula. Este trabajo indica que es apremiante transferir recursos de la represión contraproducente a un enfoque basado en la salud pública», dijo Gerry Stimson, director ejecutivo de la Asociación Internacional de Reducción de Daño, anfitriona esta semana de una conferencia en Liverpool, Inglaterra, donde se dio a conocer el trabajo