Etiqueta: terrorismo

  • Hamid Karzai gana posiciones en Afganistan

    Las intenciones de voto aumentaron para el presidente Hamid Karzai, favorito de las elecciones presidenciales del próximo jueves en Afganistán, pero podría verse forzado a disputar una segunda vuelta frente a Abdulá Abdulá, indica un sondeo estadounidense publicado el viernes. Según el estudio del Instituto Republicano Internacional, con sede en Estados Unidos, un 44% de los afganos interrogados dicen querer votar por Karzai en las que serán las segundas elecciones presidenciales de la historia de Afganistán.

    Un sondeo anterior, realizado en mayo, le atribuía un 31% en intención de voto. Según los resultados del sondeo será necesaria una segunda vuelta, a menos que Karzai alcance el 50% más uno de los votos requeridos para ser declarado vencedor en la primera vuelta. El ex ministro de Asuntos Exteriores, Abdulá Abdulá, gana en este sondeo siete puntos en relación al de mayo, y se sitúa en el 26%.

    El candidato independiente Ramazan Bashardost se sitúa en tercera posición, con el 10% de intención de voto (tres puntos más que en mayo), seguido por el antiguo ministro de Finanzas, Ashraf Ghani, que duplica su registro hasta el 6%. La comunidad internacional teme que las amenazas de los talibanes disuadan a la población (17 millones de inscritos) de ir a votar, lo cual restaría credibilidad a los comicios, si bien el sondeo revela que el 90% de los afganos dijo que ejercería el voto.

    El sondeo se realizó entre 2.400 hombres y mujeres afganas, del 16 al 26 de julio

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  • Elecciones en Afganistan, 20 de agosto

    Los afganos están convocados a votar el 20 de agosto para participar en la segunda elección presidencial de su historia, en un contexto de miedo por las amenazas de ataques de los rebeldes talibanes, que pueden disuadir a muchos electores. El presidente saliente, Hamid Karzai, es el favorito pero la dinámica campaña del ex ministro de Relaciones Exteriores Abdula Abdula podría conducir a una segunda vuelta, según los analistas.

    Además de la violencia, muchos observadores temen fraudes, sobre todo en las regiones recónditas. Unos 17 millones de afganos están inscritos en los 7.000 colegios electorales, donde se dirimen simultáneamente las elecciones provinciales, protegidos por 300.000 policías y soldados afganos y extranjeros.

    Los insurgentes «no tienen ninguna posibilidad de realizar un ataque de envergadura», asegura el portavoz del ministerio de Defensa, general Mohammad Zahir Azimi. Pero los rebeldes han ganado terreno en tres años y ejercen una influencia mayor o menor en cerca de la mitad del país, según los observadores, y la violencia alcanza actualmente niveles récord desde que las tropas internacionales echaron del poder a los talibanes, a finales de 2001.

    Los insurgentes preconizan el boicot de las elecciones, «una patraña orquestada por los norteamericanos» según ellos, y afirman que no atacarán directamente a los colegios electorales. Pero un enésimo ataque, el lunes pasado, contra edificios gubernamentales cerca de Kabul reavivó la inquietud sobre el riesgo de fuerte abstención provocada por la violencia, que desacreditaría estos comicios que Occidente considera cruciales.

    «Si el Gobierno no puede con la violencia de los talibanes, no votaré», afirma Nasratulá, de 20 años, un habitante de Kandahar, la gran ciudad del sur. Hamid Karzai ha hecho mucho por el país, estima este vendedor de burqas, «pero ha fracasado en el tema de la inseguridad, que lo eclipsa todo y lo desacredita. Y esto empeora cada día que pasa». El mandatario saliente ganó la primera elección presidencial «democrática» en 2004 con 55,4% de votos en la primera vuelta.

    A pesar de unos sondeos a la baja debido a la explosión de la violencia y del desempleo (alrededor del 40%), Karzai sigue siendo el favorito, estima el analista afgano Harun Mir, «porque los otros candidatos principales no fueron capaces de ofrecer una alternativa de verdad».
    En total 41 candidatos, incluidas dos mujeres, aspiran a desempeñar la función suprema. Desde 2001 se han registrado progresos, pero muchos afganos se sienten frustrados: a pesar de los miles de millones de dólares de ayuda internacional, la mayoría sigue sin electricidad, las carreteras están en pésimo estado, escasea el trabajo y la corrupción es un mal endémico.

    Para los observadores, si sale reelegido Karzai será gracias a los acuerdos con dirigentes étnicos y religiosos y hombres fuertes locales, que le darán millones de votos. El presidente saliente también cuenta con el apoyo de jefes de guerra de dudosa reputación, como el tayik (segunda etnia del país) Mohamad Qasim Fahim, acusado de crímenes de guerra, al que prometió una vicepresidencia en caso de victoria, o como el temible dirigente uzbeko Abdul Rashid Dostam.

    Las contrapartidas siguen siendo una incógnita, pero se evocan cargos ministeriales y escaños de gobernadores provinciales, en un país todavía muy feudal a veces, conservador y dominado por los grupos armados y las alianzas tribales. «Negociar así no es democracia», critica Wadir Safi, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de Kabul, y subraya otro reto, además de la inseguridad: conseguir que voten unos electores mayormente iletrados, pobres y en un 80% rurales.

    «No comprenden las implicaciones del voto», dice el docente y afirma que algunos venden sus votos por 10 ó 20 dólares

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  • No abrira un buen numero de colegios electorales en Afganistan

    En lugar de abrir los 7.000 colegios electorales previstos en todo el país, sólo podría haber 6.200 en funcionamiento porque no se puede garantizar la seguridad de los electores en todos ellos, declaró a la AFP uno de los responsables de la Comisión, Zekria Barakzai.

    «La cantidad de (colegios electorales) será entre 6.200 y 7.000. No lo sabremos antes del día de las elecciones», precisó.

    Los actos de violencia en Afganistán alcanzaron niveles inéditos en las últimas semanas, desde la llegada de las fuerzas internacionales en 2001 que expulsaron a los talibanes en el poder.

    Los rebeldes talibanes juraron que boicotearán las elecciones atacando a los «invasores» y pidieron a los afganos no concurrir a las urnas

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  • Talibanes comprometen las elecciones en Afganistan

    La amenaza de ataques sangrientos de los rebeldes talibanes se cierne como nunca sobre las elecciones presidenciales y provinciales del 20 de agosto en Afganistán, lo que hace temer una abstención masiva del electorado en las urnas y por lo tanto unos resultados poco creíbles. Ocho años después del comienzo de la intervención militar internacional que los expulsó del poder, y pese a la presencia de 100.000 soldados extranjeros, los talibanes ganan terreno en el país, reconoció el lunes el comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, general Stanley McChrystal.

    Los episodios violentos batieron en los últimos meses récords absolutos desde 2001, un hecho que pone en duda la celebración de elecciones en una parte de los 7.000 centros de votación, principalmente en los bastiones rebeldes del sur y del este.
    Los expertos están convencidos de que los talibanes tienen mayor capacidad que en 2004 y 2005 para obstruir estas elecciones, como ya anunciaron que harían. «Bastará sólo con unos kamikazes en una gran ciudad el día de la votación para que la gente se quede en casa», estima el analista afgano Harun Mir.

    A pesar de los 300.000 policías y soldados afganos e internacionales que estarán desplegados para intentar garantizar la seguridad, si los insurgentes deciden actuar «será casi imposible detenerlos» porque «un kamikaze siempre puede infiltrarse», advierte Mir. Los talibanes llamaron a los afganos a boicotear estas elecciones, que consideran una impostura orquestada por Estados Unidos, y a alzarse en armas contra los «invasores».

    «No atacaremos a los civiles en los colegios electorales. Pero impediremos a la gente que vaya a ellos», declaró uno de sus portavoces, Zabihulá Mujahed. La amenaza de ataques y la intimidación de los electores ponen en peligro la credibilidad de los comicios, según los observadores.

    Teniendo en cuenta que la seguridad es una condición indispensable para elecciones libres y justas, la situación actual «podría afectar a la libertad de movimiento de algunos electores», sostiene Nader Nadery, presidente de una ONG. El mensaje de los talibanes ha calado en la opinión pública.

    «No creo que las elecciones se desarrollen bien, no hay seguridad (…)», opina Hamidulá, un habitante de Kandahar (sur), la capital bajo el régimen de los talibanes (1996-2001). Frente al aumento de la violencia, algunos países occidentales han pedido la apertura de negociaciones con insurgentes «moderados», una idea que el presidente afgano Hamid Karzai defiende desde hace años.

    Karzai, favorito para las presidenciales, se ha comprometido a organizar un encuentro con los rebeldes bajo la égida del rey Abdalá de Arabia Saudí para entablar negociaciones, en el caso de que sea reelegido. Pero los talibanes han rechazado en varias ocasiones las propuestas de Karzai, poniendo como condición la retirada de las tropas extranjeras.

    A pesar de que el derramamiento de sangre es un hecho cotidiano, el portavoz del ministerio de Defensa, Mohammad Zahir Azimi, asegura que «la amenaza no es tan grande». Pero para el afgano de a pie, como el ingeniero Mohammad Akram, «la amenaza sigue presente», con o sin elecciones. El votará, pero se pregunta: «¿Quién puede garantizar que no moriré en un ataque de los talibanes antes o después de las elecciones?»

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  • Posibles nuevos atentados de ETA en España

    España sigue en alerta máxima ante la posibilidad de que el grupo separatista vasco ETA cometa un nuevo atentado, después de la escalada de ataques con bomba en Mallorca que, hasta el momento, han costado la vida a dos agentes de policía. El gobierno dijo el martes que las fuerzas de seguridad buscan a los responsables de las cuatro pequeños artefactos que estallaron el pasado domingo en Mallorca, en el Mediterráneo, sin causar heridos.

    El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, precisó en rueda de prensa que el abanico de hipótesis es amplio y los autores del atentado podrían encontrarse tanto dentro como fuera de la isla. Rubalcaba reconoció que el enclave turístico mallorquín, así como el resto del país, siguen en alerta con el objetivo de prevenir un nuevo atentado de la banda etarra.

    «Es evidente, y no se puede negar a estas alturas, que ETA siempre que puede atenta y por tanto no podemos descartar que lo vuelva a intentar», subrayó Rubalcaba. El ministro señaló que los investigadores continúan peinando Mallorca en busca de pruebas y que el despliegue policial en la zona, en la que permanece de vacaciones el rey Juan Carlos, es muy intenso.

    Además, Rubalcaba consideró que todos los indicios apuntan a que el comando que colocó las bombas del domingo es el mismo que el pasado 30 de julio atentó en un municipio de Mallorca contra un vehículo de la Guardia Civil española, matando a dos agentes. No obstante, el gobierno hizo un llamamiento a la tranquilidad y aseguró que los miles de turistas, británicos y alemanes fundamentalmente, que veranean estos días en la isla no tienen de que preocuparse.

    El objetivo prioritario de ETA, dijo, siguen siendo las fuerzas de seguridad españolas. «La gente puede sentirse segura en la isla de Mallorca y eso afecta a los turistas, entre otras cosas porque no son objetivo de la banda terrorista», aseguró el ministro.

    Por último, Rubalcaba señaló que esta serie de atentados no significan necesariamente que ETA sea más fuerte, sino que la organización está intentado responder al acoso policial y judicial en España y Francia y a la detención de varios de sus presuntos líderes en el último año. «Creo que ETA tiene la necesidad de demostrar que existe, tiene ese necesidad», afirmó. «Y siempre que puede hacerlo (atentar), lo va a hacer».

    ETA, considerada una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, ha asesinado a más de 825 personas desde finales de 1960, en su campaña por un País Vasco independiente de España

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  • El ultimo atentado de ETA

    Dos guardias civiles murieron este jueves al estallar un coche bomba frente a un cuartel de la Guardia Civil en Mallorca (este de España), en un atentado que el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, atribuyó a la organización independentista armada vasca ETA. En una intervención en Madrid, Zapatero subrayó que este «atentado criminal», en el que dos agentes «fueron asesinados por ETA», se produce «en un momento en el que la acción decidida de la Guardia Civil y la policía nacional, con la colaboración de las fuerzas de seguridad francesas, golpea como nunca a la banda terrorista».

    La explosión se produjo frente al cuartel de la institución en la localidad costera de Palmanova, en el municipio de Calviá, cerca de la capital de las islas Baleares, Palma de Mallorca, en una zona muy turística donde hay numerosos hoteles. El tipo de artefacto que originó la explosión no está claro.

    Un testigo relató a la Radio Nacional de España que vio «un todoterreno que había volado por los aires» y «una columna de humo» frente al cuartel de la Guardia Civil, zona que «está acordonada».
    Los fallecidos son dos agentes de 27 y 28 años que iban vestidos de paisano, añaden. Horas después del atentado, la policía desactivó una bomba adosada a un vehículo de la Guardia Civil cerca del lugar del atentado, indicó a la AFP esa institución, tras haber trazado un amplio perímetro en la zona por sospechar que había otro vehículo.

    El ministerio del Interior ordenó el cierre durante unas dos horas del aeropuerto de Palma de Mallorca, el tercero de España por tráfico de pasajeros (22,8 millones de viajeros en 2008), y prohibió también las salidas por mar de la isla ante la posibilidad de que los autores se encontraran en la isla, dentro de la operación policial «Jaula». El objetivo era impedir la «huida de los terroristas» si se encontraban en la isla, explicaron.

    La familia real española pasa sus vacaciones en Mallorca, en el palacio de Marivent, a unos 8 kilómetros del lugar del atentado, aunque este jueves ni los Reyes ni el príncipe heredero, Felipe de Borbón, se encontraban allí. La organización independentista armada vasca ETA intentó atentar contra el rey Juan Carlos I en 1995 en Palma de Mallorca.

    El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, viajó a la isla para «supervisar la investigación», según fuentes gubernamentales. Varios ministros, el Congreso de los Diputados, la Comisión Europea y varios países como Francia y Brasil condenaron el atentado.

    Se trata del segundo atentado de ETA en España en 24 horas. El miércoles, la explosión de una furgoneta bomba ante una casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos (norte) de madrugada, mientras sus ocupantes dormían, causó 64 heridos. La Guardia Civil es objetivo prioritario de ETA, junto con la policía y los militares españoles, los miembros el gobierno regional socialista vasco y miembros de los ayuntamientos, sobre todo.

    Se da la circunstancia de que este viernes se cumplen 50 años de la creación de la organización, que ha matado a 828 personas en su lucha por la independencia del País Vasco. El último atentado mortal de ETA fue el pasado 19 junio, cuando un policía murió al estallar una bomba colocada en su coche cerca de Bilbao (norte).

    La organización armada integra la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos. ETA cumplió una tregua de algo más de un año, que concluyó en junio de 2007, durante la cual el gobierno socialista español intentó negociar sin éxito el fin de la lucha armada.

    Tras esa tregua reanudó sus atentados y desde entonces ha matado a nueve personas. Las policías española y francesa han detenido a decenas de sus miembros y a varios de sus jefes. Hace varias semanas la organización anunció que actualmente lleva a cabo una «reflexión» para ser más «eficaz»

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  • El caso de Miguel Angel Blanco Garrido

    Miguel Ángel Blanco Garrido (Ermua, 13 de mayo de 1968 – Lasarte, 13 de julio de 1997), concejal por el Partido Popular de Ermua, Vizcaya. Secuestrado por ETA a las cuatro de la tarde del jueves 10 de julio de 1997, durante dos días se produjeron multitudinarias manifestaciones en toda España pidiendo su liberación. La tarde del sábado 12 de julio apareció herido de muerte con dos heridas por arma de fuego en la cabeza. Falleció horas después, en la madrugada del 13 de julio

    El mismo día del secuestro, una llamada en nombre de la organización terrorista ETA, efectuada como era habitual al diario Egin, había exigido al gobierno de José María Aznar el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco como condición indispensable para su liberación, dando 48 horas como ultimátum. El mismo día se convocó una manifestación multitudinaria en Madrid y otras grandes ciudades para mostrar la repulsa al secuestro y pedir su liberación.

    A las 16:50, cincuenta minutos después de que concluyera el ultimátum, Miguel Ángel recibió un tiro en la nuca a bocajarro en las cercanías de la localidad guipuzcoana de Lasarte-Oria, que le dejó herido de muerte. El calibre utilizado fue inferior al empleado habitualmente por ETA (9 mm Parabellum)

    Los disparos no lograron acabar con la vida del edil al instante. Fue trasladado a un hospital en estado crítico y falleció a las 4:30 de la madrugada del sábado

    El asesinato de Miguel Ángel Blanco supuso una movilización unánime en contra de ETA. Tras su muerte se acuñó el término Espíritu de Ermua y se creó el 18 de diciembre de 1997 la Fundación Miguel Angel Blanco, presidida por su hermana, con el objetivo de mantener, promover y fomentar el respeto a los Derechos Humanos, los principios de paz, solidaridad y convivencia democrática y conservar viva la memoria de Miguel Ángel Blanco y lo que supuso en la sociedad su vil asesinato, así como la de todas las víctimas del terrorismo. La entidad promotora de esta fundación fue Radio Televisión Española, que donó para su creación los ingresos obtenidos durante el acto homenaje en recuerdo de Miguel Ángel Blanco.[1]

    Su secuestro y asesinato provocó un sentimiento social de rechazo hacia el terrorismo etarra. Aunque asociaciones como Gesto por la Paz de Euskalherria[2] ya habían iniciado el año anterior sus movilizaciones cívicas contra la violencia, a partir de entonces las organizaciones y las expresiones en contra de la violencia de ETA aumentaron.

    Así mismo se adoptó una nueva política antiterrorista y 17 días después de su brutal asesinato, Jaime Mayor Oreja afirmó que en el supuesto de que el ruido de las armas hubiera callado, su partido alentaría un proyecto de paz en el que no habría ni vencedores ni vencidos.

    El Foro de Ermua surge tras la reunión de varios profesores después del secuestro y posterior asesinato del concejal. Su eje de acción es un manifiesto de repulsa donde se proclama su oposición a cualquier negociación con ETA que no sea su disolución como organización armada y la unidad antiterrorista de los dos grandes partidos políticos, PP y PSOE. Militantes de distintas organizaciones políticas, principalmente del PSOE y del PP o periodistas integran este grupo cívico.

    El 30 de junio de 2006 se juzgó y condenó a 50 años de prisión a los responsables, Francisco Javier García Gaztelu (alias Txapote) y su compañera sentimental Irantzu Gallastegui (alías Amaia), por el secuestro y asesinato del concejal.[3] Durante los mismos días del juicio Telecinco emitió el documental Miguel Ángel Blanco: el día que me mataron.[4] Reportaje íntegro en Google Vídeo.[5]

    Los familiares de Miguel Ángel fueron expulsados del juicio por interrumpir la vista tras enfrentarse a los acusados y sus familiares. La hermana de Miguel Ángel (María del Mar) y presidenta de su fundación manifestó: «Les he dicho que se rían; que yo el día que sus familiares se pudran en la cárcel, desde ese día, me reiré yo».[6]

    Diez años después todavía se celebran actos de homenaje.[7] existiendo una fundación en su recuerdo.[8]

    Tras el décimo aniversario de la muerte de Blanco, sus familiares trasladaron su cuerpo desde el nicho del cementerio de Ermua a el de la localidad orensana de A Meca, donde actualmente descansa en su tumba.

    El cantautor Carlos Goñi, líder de grupo musical Revólver, compuso una canción, Una lluvia violenta y salvaje, de su disco Básico 2, en homenaje a Miguel Ángel Blanco

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  • Historia de ETA

    ETA,Organización armada vasca de liberación nacional. Nació en diciembre de 1958 con motivo del fracaso de los jóvenes del grupo Ekin por crear una organización juvenil autónoma del PNV. El surgimiento de ETA supuso, en pocos años, una transformación ideológica profunda dentro del nacionalismo vasco. Conceptos como raza o confesionalismo fueron transformados mientras otros como defensa del medio ambiente y liberación social, ausentes hasta entonces de buena parte del nacionalismo anterior a la Guerra Civil, aparecieron por primera vez en escena.

    El nacimiento de ETA, o en su defecto de los grupos de estudio y formación denominados Ekin, tuvo su origen en lo que algunos analistas han dado en calificar como largas vacaciones del PNV. Acertada o no la expresión es constatable que el período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra mundial fue el del desmoronamiento organizativo e ideológico jelkide. Durante más de cinco años el PNV había estado llenando de documentos, telegramas y mensajes en clave las sedes de los servicios secretos de todo Occidente en la espera de que tal prestación fuese recompensada por los aliados.

    Pero todo fue en vano. Desde Washington confiaron más en Franco que en un imprevisible consenso republicano. Juan Ajuriagerra se había entrevistado con Dwight Eisenhower al final del conflicto mundial pero eso no fue óbice para que el general y presidente norteamericano diese el apoyo a Franco, llegando en visita oficial a Madrid el mismo año en que nacía ETA. Obviamente no hubo relación causa-efecto pero sí simbología generacional

    Si ETA en un principio fue reacción frente a la pasividad del PNV, pronto se convertiría en símbolo de «renacimiento» o «primavera» como han gustado en llamar algunos poetas al reflejo de su intervención. ETA intentaba conjugar todas las formas de lucha posible, convirtiéndose en un auténtico movimiento de liberación. Las ikastolas, el euskara, el teatro, la música, el sindicalismo, las escuelas sociales, etc. fueron producto de la se nsación dinámica que supo transmitir la organización armada al conjunto de la sociedad vasca.
    En los años sesenta la presencia de ETA sirvió para demostrar que el pueblo vasco estaba vivo y que, sobre todo, al margen del franquismo, la recuperación de las señas de identidad nacionales dependía en gran manera de la propia iniciativa popular. Indudablemente ETA era un movimiento políico, según ella misma lo apuntaba: «Nuestro problema no consiste solamente en poder conseguir unas estructuras políticas más o menos diferentes de las de los pueblos que nos circundan. Una Euskadi con un poder político propio es una meta imprescindible a alcanzar; sin embargo no bastaría con ello. Si este poder político estuviese al servicio de una lengua y una cultura extraña a nuestro país, podríamos decir con certeza que habríamos fracasado en nuestros esfuerzos. Euskadi no sería Euskalherria sino una región española».

    Para ETA, el alejamiento estratégico de la línea marcada por el nacionalismo tradicional, si no tan notorio en esta primera época, si fue más evidente al intensificarse la actividad armada y profundizar en una teoría para la liberación de Euskal Herria. El paso de la Guerra Civil, el lastre de los dirigentes históricos y la misma organización del PNV, única con un mínimo de solidez en los últimos veinte años, eran algunos de los elementos distorsionadores que hacían más precario el alejamiento.

    Aunque los primeros años de ETA estuvieron caracterizados por el impulso de jóvenes dedicados a preparar grupos de estudio y a dotarse de una ideología acorde con las nuevas coyunturas políticas, ya a finales de 1959 manifestaron la intención de abrir un frente armado de intervención política. Colocaron así las primera bombas en el Gobierno Civil de Gasteiz, en el diario Alerta de Santander y en la comisaría de Policía en Indautxu. Los comienzos, como todo movimiento sujeto más a la necesidad que a la planificación, fueron desastrosos. No tanto por errores propios sino porque en un breve lapso de tiempo toda la organización sería desmantelada. Ahí tuvieron la oportunidad de comprobar la fortaleza de un enemigo que había salido victorioso de decenas de batallas históricas. La quema en Donostia de dos banderas españolas el 18 de julio de 1961 sirvió para que más de un centenar de militantes y simpatizantes de ETA fuesen detenidos y los que sobrevivieron tuvieran que tomar el camino del exilio. La estructura interna quedó deshecha.

    En los años siguientes y durante una buena época la organización vasca llenó las paredes de Euskal Herria de pintadas, colocó ikurriñas en cables de alta tensión, amenazó a chivatos y destrozó centenares de placas franquistas mientras en sus trabajos internos se daban las razones para una guerrilla de montaña. Pero con el inicio de las acciones directas ETA también sufriría sus primeras bajas. El 7 de junio de 1968 Txabi Etxebarrieta caía muerto por la Guardia Civil en Olarrain (Tolosa). Cuatro años después fallecía en Elizondo el segundo militante de ETA muerto por el mismo Cuerpo, Jon Goikoetxea. Desde entonces hasta hoy ciento ochenta militantes de ETA, deportados, presos o exiliados han muerto en enfrentamientos, en acciones del GAL o en circunstancias originadas por el conflicto. Entre ellos también miembros de grupos que, como ETA, optaron por la lucha armada en EGI, Iraultza, Iparretarrak o Comandos Autónomos.

    Diez años después de la muerte de Txabi Etxebarrieta, José Miguel Beñaran Argala definía el conflicto con la crudeza de una necesidad: «La lucha armada es desagradable. No nos gusta a nadie, es dura. A consecuencia de ella se va a la cárcel, al exilio, se es torturado; a consecuencia de ella se puede morir, se ve uno obligado a matar, endurece a la persona, le hace daño. Pero la lucha armada es imprescindible para avanzar».

    Así se llegó hasta la V Asamblea que marcó de manera estratégica el futuro de ETA. Para ETA, en el plano interno, la consecuencia inmediata de la Asamblea fue la asunción de una estructura frentista, reflejando esa idea, entonces popularizada por el vietnamita Trung Chinh, de que las áreas de enfrentamiento serían varias y diversas y de que la lucha armada era el eje que las unía y llevaba hasta el triunfo: «Las victorias en los campos de batalla de la economía, política y cultura dan la victoria militar a la Resistencia Nacional». La organización armada pretendía huir del reduccionismo de unas siglas para convertirse en un movimiento integral: «No basta una conciencia de clase, no basta una conciencia nacional, es necesaria una conciencia de clase nacional, puesto que sufrimos tanto de las estructuras capitalistas como las imperialistas».

    Así de una organización activista se pasó a una organización militar. La primera partida de armas fue comprada a Checoslovaquia, precisamente cuando los tanques rusos entraban en Praga. Mientras desembalaban estas armas, el Comité Ejecutivo de ETA redactaba una dura crítica a la intervención soviética. La reacción no pudo ser más clara: fue la primera y la última vez que ETA recibió ayuda del otro lado del Muro de Berlín. Luego llegó el llamado Proceso de Burgos, donde ETA realizó su primer secuestro en la persona del cónsul alemán en Donostia, Eugen Beihl. El proceso fue, sin duda, el suceso colectivo más importante en Euskal Herria desde el final de la Guerra Civil.

    Hasta entonces, además, la solidaridad europea con relación a Euskal Herria no se había manifestado con tanta intensidad, lo que sirvió para que la prepotencia del Gobierno franquista fuese derrotada. Como consecuencia directa, ETA se convirtió en la referencia organizativa contra el franquismo, no sólo en Hegoalde, sino en el conjunto del Estado español. Cuando en diciembre de 1973, ETA mató al presidente del Gobierno español, el almirante Luis Carrero Blanco, demostró que era la única organización dispuesta a atacar al corazón del sistema: había ejecutado el golpe más osado de los años que siguieron al término de la Guerra Civil.

    Esta efervescencia supuso, también, una gran actividad interna. De ETA salieron en diez años, varios grupos de distinta tendencia política. En 1966, el grupo llamado de Los Cabras dejaría la organización y a finales del mismo año lo dejarían los autodenomiandos ETA berri, bajo el paraguas del maoísmo. También meses antes se habían ido los de Branka desde planteamientos de socialismo autogestionario. En 1970 los escindidos serían los trotskistas que darían lugar, un par de años más tarde, a la Liga Comunista Revolucionaria. En 1974, parte del Frente Obrero daría origen a un partido marxista leninista, LAIA y ese mismo año, la organización polimili rompería con el Frente Militar, en lo que consideraba una readecuación de la estrategia frentista. Tambión hubo numerosas incorporaciones como la de EGI, las juventudes del PNV, que en 1971 entró masivamente en ETA.

    En los años setenta, ETA se fue conformando como un Movimiento de Liberación Nacional, al estilo de los movimientos del llamado Tercer Mundo. Si bien ETA dejó constancia de solidaridad y apoyo hacia respuestas armadas en diversos puntos del planeta (Kurdistán, Vietnam, Uruguay, Argelia, etc.) no sería hasta mayo de 1972 que se presentaría públicamente con otras dos organizaciones, manifestando un acuerdo común con ellas. Ambas serían, como ETA, movimientos de liberación europeos: el Frente de Liberación Bretón y el IRA.

    En 1974, en los estertores del franquismo, ETA entendía que llegaba el final de su modelo organizativo y el inicio de un accionar más intenso. Hasta entonces, sólo el presidente del Gobierno español y el comisario Manzanas habían fallecido como consecuencia de operativos de ETA. Durante casi quince años, ETA, a través de un modelo organizativo que presentaba graves problemas para su desarrollo, había pretendido abarcar todas las facetas de la resistencia ante el franquismo, a la vez que marcaba las pautas para el renacimiento nacional. Sobre la organización de la actividad militar se producirían algunas novedades importantes. Para ETA era imprescindible una compartimentación estricta e inmediata entre los aparatos legal e ilegal que hiciese impermeable su estructura general a la represión policial. Las cárceles y el exilio estaban llenas de militantes de ETA que habían trabajado en todos sus frentes. Nacieron así los comandos especiales, un nuevo concepto de célula armada.

    Paralelamente, la izquierda abertzale se iba reforzando con organizaciones sectoriales que abarcaban desde la juventud hasta las Gestoras por Amnistía. Surgió también KAS, en verano de 1975. En ese mismo año se produjeron nuevos juicios y el Régimen mandó a los militantes de ETA Txiki y Otaegi, así como a tres militantes del FRAP, ante un pelotón de fusilamiento. Fueron intensas movilizaciones, como cuando el Proceso de Burgos, que se extendieron por Europa. Una prueba más de la vitalidad de los movimientos populares de la época.

    El 20 de noviembre de 1975 murió Franco y un año después el nuevo Gobierno de Suárez presentaba el proyecto de Reforma Política, que sería refrendado por las Cortes franquistas con mayoría absoluta. Llegarían las elecciones generales, las primeras desde la segunda República y un nuevo proceso constitucional español. Los grupos abertzales, incluidos ETA y el PNV mantuvieron en Txiberta (Angelu) unos encuentros para abordar la nueva fase constitucional. El proyecto fue una especie de Frente Nacional, con una primera piedra de toque para las elecciones. Pero las conversaciones que el PNV y los polimilis mantenían paralelamente con el Gobierno español provocaron el fracaso. La Izquierda abertzale pidió la abstención a esas elecciones, mientras se manifestaba en la calle por la consecución de la amnistía.

    Ese junio de 1977, mes electoral, contó con una fuerte y desconocida ofensiva de ETA, la mayor hasta entonces. En once días se sucedieron un total de 34 acciones. Esta actividad militar dejó entrever diversos nuevos métodos de la organización armada así como su capacidad operativa. En Bizkaia, por ejemplo, ETA atentó contra las instalaciones de la central nuclear en construcción, iniciando, de esa manera, una campaña que provocaría en cinco años, más de una decena de muertos entre varios centenares de sabotajes y el cierre definitivo del proyecto de Lemoiz.

    Esta fase constituyente contó con la redacción de la Carta Magna, rechazada luego en referéndum en Hegoalde. Mientras, la reorganización de ETA transformó su actividad. Nunca en la historia de la organización armada sus engranajes internos habían funcionado como hasta entonces, a pesar de que desde el Gobierno español, la ofensiva represiva tampoco tenía parangón en relación con otras épocas. Estos logros en el funcionamiento y marcha del conjunto se hicieron bajo mecanismos de democracia interna y participación de la militancia que no correspondían con esa imagen hermética que desde el exterior se ofrecía sobre la organización armada. La participación de la militancia en la marcha de su organización tuvo diversos puntos de inflexión en los Biltzar Nagusi que fueron convocados en varias ocasiones en este período en Iparralde.

    El Biltzar Nagusi, entre otras funciones, elegía el Biltzar Ttipia, la dirección de la organización armada. El Ejecutivo de ETA estaba en manos de ocho militantes que representaban otros tantos aparatos, los cuales funcionaban con plena autonomía. Los ocho aparatos eran: Información, Propaganda, Comandos Legales, Comandos Ilegales, Oficina Política, Economía, Relaciones Internacionales y Mugas. La información que llegaba a la organización era clasificada y el propio Biltzar Ttipia, según las circunstancias y escuchando al conjunto de los delegados de los aparatos, decidía actuar en uno u otro sentido.

    Los aparatos, por su parte, se estructuraban internamente en la medida de sus necesidades. Así, algunos de ellos contaban con nuevas subdivisiones producto de su propia dinámica. Este era el caso de las Relaciones Internacionales, que incluía un sector estrictamente político-diplomático y otro dedicado a tareas de aprovisionamiento armamentístico y logístico con el que abastecer al resto de estructuras. Cuando la magnitud de cualquiera de los temas que abordaba cada aparato desbordaba a éste, era el Biltzar Ttipia quien decidía sobre su futuro tratamiento.

    Después de la reorganización, ETA desplazó un comando permanente a Madrid. La primera acción costó la vida a dos militares españoles del Ejército español. Este salto cualitativo produjo también cambios de espacios. ETA se convertía, peligrosamente para el Gobierno de Madrid, en la única referencia de la opción rupturista, es decir en la denuncia permanente del proyecto reformista auspiciado desde las esferas franquistas. La respuestas represivas fueron, también, contundentes. La muerte de Argala, un mito dentro de ETA, abrió una nueva etapa de la actividad de los grupos parapoliciales en Iparralde. Los atentados contra los refugiados, a los que se sumarán acciones parapoliciales en Hegoalde, fueron parte de una estrategia represiva global que aglutinaba otras áreas como las de las prisiones, las detenciones de exiliados en suelo francés o el hostigamiento a la izquierda abertzale. Fue el ensayo de lo que luego sería el GAL.

    Paralelamente a la elaboración y aprobación del Estatuto de Autonomía que separaba territorialmente Hegoalde, ETA ejecutó la mayor ofensiva armada de su historia. En 1978, ETA, los polimilis y los Comandos Autónomos realizaron atentados que costaron la vida a 75 personas. En 1979, 136 acciones produjeron la muerte de 71 personas, de ellas 21 guardias civiles, 16 confidentes, 11 policías y otros tantos miembros del Ejército. La tónica de 1980 fue la misma: 81 muertos.

    Al año siguiente, en medio de una nueva ofensiva de ETA llegó el golpe de Estado protagonizado por diversos mandos de la Guardia Civil y del Ejército. El resultado fue la derechización de la Administración española, nuevas legislaciones antiterroristas y la continuidad de un pulso frenético. En marzo de 1982 se dio por concluido el modelo autonómico que configuraba a Hegoalde en dos comunidades autónomas, finalizando de esta forma, el proyecto iniciado a la muerte de Franco. El Amejoramiento navarro quedaba definitivamente sellado, lo que significaba que el Viejo Reyno contaría con una especie de estatuto uniprovincial dentro del marco de la nueva Constitución española.

    A estas alturas y con motivo de sus veinticinco años de existencia, ETA hizo un pequeña valoración de su trayectoria: «Hoy en día, después de 25 años de vida activa, de perfeccionamiento y consolidación de la organización, ETA y el resto del MLNV, hemos alcanzado un grado de enfrentamiento que demuestra que no estamos dispuestos a ceder en los puntos mínimos de defensa de los derechos legítimos de nuestro pueblo. Hace ya ocho años que ETA, haciendo gala de madurez y honradez políticas viene ofreciendo reiteradamente y unilateralmente la posibilidad de un alto el fuego en base a la negociación de los cinco puntos de la alternativa KAS. Si la organización ofrece esta posibilidad es porque somos perfectamente conscientes de que la paz es posible aquí y ahora. Pero no cualquier paz, no la paz de los cementerios, ni la Pax Hispana, sino una paz sin vencedores ni vencidos».

    A partir de 1982 y de la victoria electoral del PSOE en las elecciones a las Cortes madrileñas, la actividad y análisis de ETA no variaron un ápice. Hasta enero de 1989, fecha del inicio de las conversaciones entre el Gobierno español y ETA en suelo argelino, el enfrentamiento saltó de tragedia en tragedia. Las cárceles españolas albergarían a más de quinientos presos vascos, mientras que en las francesas los encarcelados llegarían al medio centenar. Los muertos de ambos lados también sufrieron un ascenso espectacular, ofreciendo el lado más dramático del contencioso. ETA sufrió reveses de envergadura, de los que supo salir airosa.

    Fue precisamente con la asunción del PNV de la dirección del Ejecutivo de Gasteiz y la escisión interna de los jelkides, que el enfrentamiento histórico entre Euskal Herria y el Estado español, pareció variar de coordenadas. ETA apuntaría, ante los ataques del PNV y el inicio de la Ertzaintza en tareas represivas que: «En la actualidad el PNV, después de haber abandonado la oportunidad de defender los derechos del pueblo vasco y defender su soberanía, trata de descalificar la lucha armada utilizando argucias metafísicas para condenar las muertes que ésta produce. Sin embargo a nadie se nos olvida que en el 36 el PNV llevaba al campo de batalla a los gudaris para matar al enemigo y morir por una causa. Hoy, guardando algunas diferencias, las muertes tienen el mismo sentido. Desde entonces a aquí, el valor de la vida no ha sufrido ningún cambio. Entonces, como ahora, el valor de la vida era y es la liberación y soberanía de Euskadi, así lo entendemos los que no nos hemos rendido y seguimos combatiendo. ETA es una realidad histórica que corresponde a las necesidades del pueblo vasco para liberarse de su opresor».

    Después de diez años de tiras y aflojas en el terreno de los contactos a través de terceros, ETA y el Gobierno español se sentaron en la llamada Mesa de Argel, entre enero y marzo de 1989. Para ETA, la negociación se situaba en el contexto de la estrategia de guerra prolongada de desgaste. Frente a tesis insurreccionistas de su primera época, habían entendido, ya desde 1978, la inviabilidad de la victoria militar, adoptando la que llamaron «táctica de conquistas irreversibles», mediante la creación de correlaciones de fuerzas favorables para la negociación.

    Pero las llamadas Conversaciones de Argel fracasaron y todo volvió a quedar como al principio. En marzo de 1992, la dirección de ETA era detenida en Bidarte, lo que le produjo una nueva restructuración interna, en línea con otras de igual calado histórico. Su actividad decreció en relación a otras fases históricas, mientras que, desde el conjunto de la izquierda abertzale y la sociedad vasca se anunciaba la culminación de una fase política y la apertura de una nueva, en la cual ETA, como anunció en varios comunicados, estaba dispuesta a aportar su intervención, marcada por el apoyo al proyecto de reconstrucción nacional de Euskal Herria.

    Las claves que marcó ETA después de su reestructuración interna, a partir de 1994, fueron expuestas por un nivel de actividad más selectivo, centrado en aspectos neurálgicos del propio sistema. Este cambio táctico se produjo también con motivo de la debilidad de los aparatos del Estado y la necesidad de remover la sociedad vasca después del asentamiento en el Estado español de los códigos impuestos por la llamada Reforma Política. Fruto de estos cambios llegaron algunas acciones de envergadura en Madrid (en especial en julio de 1994 contra el teniente general Francisco Veguillas, número tres del ministerio de Defensa). Asimismo, Gregorio Ordoñez, hombre fuerte del PP en Hegoalde, murió en un atentado de ETA en Donostia, ocurrido en enero de 1995 y José María Aznar, presidente del PP, sufrió otro atentado en Madrid el 19 de abril de 1995, del que salió ileso.

    A lo largo de su existencia, la actividad de ETA ha estado marcada por grandes convulsiones sociales en Euskal Herria. Las últimas décadas en tensión política permanente ha propiciado experiencias inéditas en la cronología centenaria del conflicto. A pesar de que las bajas mortales en ambos lados han sido menores que en la confrontación anterior y a pesar de que el exilio de la Guerra Civil acogió a más de 150.000 vascos a partir del 36, algunas características (saturación de prisioneros, guerra psicológica, presión internacional…) se configuran como si fueran propias de una guerra abierta. Así, entre diez y quince mil vascos han militado de manera más o menos intensa en ETA. Los casi veinte generales del Ejército español muertos por la organización armada en los últimos veinte años, es el mayor número de bajas de este nivel producida en toda la historia del Estado español, incluidas las guerras de liberación americanas.

    Si en un principio la pasividad social tras la derrota de la Guerra Civil llevó a ETA a convertirse en la chispa para prender el bosque, los resultados obtenidos hicieron creer que la fase insurrecional estaba cerca. La última fase, a partir del asentamiento de España en Europa, llevó a modificar la estrategia de ETA para que una negociación política reconociese la fortaleza de ambos contendientes y, con ambición, pusiese fin dignamente al período más cercano.
    Sin embargo, la modernización del Estado español llevó pareja la asunción de los factores más retr&ógrados que los vértices de las sociedades modernas expresan: intransigencia, uniformidad y reacción. En esta onda la disidencia vasca fue el principal problema para la normalización y legitimización, a la vez que su guerra pendiente. De esta forma, la Administración transmitía una imagen externa de fortaleza inequívoca. Por un lado aplicando los códigos bélicos al uso (ejecuciones extrajudiciales, torturas, secuestros, chantaje, leyes especiales, intoxicación, etc.) y por otra, y puesto que el sistema politico lo permitía, acotando perfectamente la insurgencia y la represión consiguientes. Es decir: guerra sí, pero camuflada.

    La última fase ha estado caracterizada por diversas presiones. Para el Gobierno español el elemento civil debe permanecer al margen para poder mantener dentro de sus coordenadas su version particular del conflicto, es decir: Estado de derecho contra terrorismo.

    Tras esta constatación, la estrategia de ETA a partir de la ruptura de las Conversaciones de Argel ha ido encaminada a romper los dos principales moldes al margen del policial: el internacional y el civil, para de esta forma presentar realmente el origen del conflicto: España versus Euskal Herria.

    En cuanto al apartado estadístico, y a lo largo de su historia, ETA ha ejercitado toda suerte de acciones militares, supliendo en muchas ocasiones con imaginacion la falta de recursos. Si la acción más trascendental fue la muerte del presidente del Gobierno Español, Luis Carrero Blanco (justo un mes despues del secuestro del embajador español en la CEE, Alberto Ullastres) otro tipo de operativos fueron también espectaculares. La colocación de artefactos por medio de submarinistas, el ataque a la sede central del Ministerio de Defensa, la incursión del centro de coordinación telefónica del Estado español o el uso de francotiradores para hostigar tanto a miembros de las fuerzas de seguridad españolas como a altos funcionarios del ejército han sido algunas de las actuaciones más significativas de la organización armada vasca.

    La actividad de ETA fue, junto a la intensa y permanente respuesta popular, la causa de la paralización de las obras de la central nuclear de Lemoiz, así como en la década de los setenta, de la solución de conflictos laborales enquistados por la intransigencia patronal. Como también de parte de las transferencias otorgadas por el Gobierno Español a las autonomías de Gasteiz e Iruñea, a pesar de lo complicado que resulte para sus protagonistas el admitir esta tesis.

    Durante los años de su existencia la organización armada vasca ha actuado preferentemente y en consonancia con sus objetivos políticos en el sur de Euskal Herria. Pero también lo ha hecho en todas las regiones y nacionalidades peninsulares del Estado Español. Asímismo, la organización vasca ha actuado en épocas recientes contra intereses españoles en Alemania, Italia y Holanda, y en otras más lejanas en Argentina, en donde llegó a asaltar la casa del entonces agregado militar de la embajada hispana, Jaime Milans del Bosch.

    El enfrentamiento ha originado casi un millar de muertos, algunos reconocidos en los «partes de guerra» del régimen español y otros, en cambio, no sumados en la estadística. Entre los no declarados se encuentran esos doscientos ciudadanos vascos muertos por la Policia Nacional y la Guardia Civil en Euskal Herria durante los últimos 25 años, a los que habría que añadir los más de 2.000 heridos. La guerra ha tenido también otros sucesos sangrientos y desgraciados, unos en mayor medida que otros.

    La supervivencia de ETA en un pulso contra el Estado a todas luces desigual, se mueve precisamente en coordenadas sencillas. Así lo explicaba la propia ETA en una de sus recientes entrevistas: «La nuestra es una estrategia transparente y sin secretos, y no entiende de maquiavelismos ni de la demagogia e hipocresía que hacen gala el gobierno del PSOE y los partidos políticos adscritos a los pactos antiabertzales. Nuestra estrategia tiene unos objetivos bien definidos y claros: el reconocimiento por parte del Estado de los derechos políticos y sociales que se le han arrebatado a nuestro pueblo por la violencia y la fuerza de las armas»

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  • Cronologia negra de ETA

    La organización independentista armada vasca ETA, que cumple 50 años de existencia, no recurrió a la violencia para conseguir la independencia del País Vasco (norte) hasta 10 años después de su creación, y en 41 años ha asesinado a 828 personas.
    Estas son las principales fechas que marcan la existencia de la organización armada:

    -31 de julio de 1959: Miembros de una escisión del Partido Nacionalista Vasco (PNV) fundan ETA.

    -7 de junio de 1968: Primera víctima mortal de ETA, el guardia civil José Antonio Pardines.

    -1970: «Proceso de Burgos» contra 16 dirigentes de ETA, seis de los cuales son condenados a muerte, aunque finalmente las penas fueron cambiadas.

    -20 de diciembre de 1973: Primer atentado de ETA en Madrid, donde mata al presidente del gobierno de Franco, el almirante Luis Carrero Blanco, en una explosión que hace volar su coche por los aires.

    -3 de enero de 1977: Se inicia la campaña de ETA contra la central nuclear de Lemóniz (País Vasco), durante la cual mata a cinco personas.

    -1980: año más sangriento, 92 muertos.

    -Diciembre de 1983: Creación de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), integrados por dirigentes del Ministerio de Interior, que mataron a 14 «etarras» hasta 1987.

    -10 de septiembre de 1986: ETA asesina a «Yoyes», dirigente que había abandonado la organización para reinsertarse.

    -19 de junio de 1987: Un coche bomba estalla en el centro comercial Hipercor de Barcelona y mata a 21 personas: es el mayor atentado de la organización.

    -8 de enero de 1989: Primera tregua de ETA, de dos semanas, al retomarse las conversaciones de Argel con el gobierno socialista español, que fracasaron.

    -29 de marzo de 1992: Desarticulada la cúpula de ETA en Bidart (Francia).

    -17 de enero de 1996: El funcionario de prisiones Ortega Lara sufre el secuestro más largo de ETA, que dura 532 días.

    -10 de julio de 1997: ETA secuestra al concejal vasco del Partido Popular (PP, conservador) Miguel Angel Blanco, de 29 años, y dio 48 horas de ultimátum al gobierno español para acercar a sus presos al País Vasco. Tras ese plazo fue asesinado, lo que desencadenó una movilización sin precedentes de la población española.

    -16 de septiembre de 1998: Segunda tregua de ETA, que acaba 14 meses después al fracasar las negociaciones con el gobierno del PP.

    -29 de junio de 2002: Se aprueba la ley de Partidos Políticos, base para la ilegalización por parte de la justicia española del partido independentista Batasuna en 2003 por sus vínculos con ETA.

    -22 de marzo de 2006: Tercera tregua de ETA, que dura hasta junio de 2007. El gobierno socialista español intenta negociar sin éxito el fin de las armas.

    -30 de diciembre de 2006: ETA rompe de hecho esa tregua con una bomba en un aparcamiento del aeropuerto de Barajas (Madrid) que mata a dos ciudadanos ecuatorianos, Carlos Palate y Diego Estacio.

    -17 de noviembre de 2008: La policía detiene a Garikoitz Azpiazu, «Txeroki», jefe militar de ETA, en el sur de Francia. En dos años son detenidos cuatro jefes «etarras».

    -30 de junio de 2009: El Tribunal Europeo de Derechos Humanos avala la ilegalización de Batasuna.

    – 30 de julio de 2009: Dos muertos en un atentado en Mallorca

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  • Informacion sobre ETA y su primer atentado

    La organización independentista armada vasca ETA, que cumple 50 años de existencia, cometió su primer atentado en 1968 y en 41 años ha matado a 828 personas.

    ETA (Euskadi Ta Askatasuna, «Patria Vasca y Libertad»), fundada el 31 de julio de 1959, figura desde 2001 en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea (UE) y de Estados Unidos.

    La organización se creó para lograr la independencia de «Euskal Herria», el Gran País Vasco, que abarca el País Vascofrancés (extremo suroeste de Francia) y las regiones españolas del País Vasco y Navarra.

    Desde su primer atentado, el 7 de junio de 1968, ETA ha matado a 828 personas, sobre todo en España, pero también en Francia, y desde entonces ha perdido a unos 200 activistas, según los independentistas.

    Más del 90% de las víctimas de ETA fueron asesinadas cuando el dictador Francisco Franco ya había muerto, en noviembre de 1975, tras lo cual se restableció la democracia en España.

    Uno de los primeros atentados espectaculares de ETA fue el asesinato, con explosivos, en el centro de Madrid, del almirante Luis Carrero Blanco, presidente del gobierno de Franco.

    La policía y el ejército han sido los blancos privilegiados de la organización armada, que utiliza coches bomba para perpetrar sus atentados y los asesinatos selectivos para acabar con sus víctimas, entre las que también hay numerosos civiles, sobre todo cargos políticos y empresarios.

    El saldo de su acción más sangrienta (21 muertos en un hipermercado de Barcelona, en 1987) fue atribuido por los independentistas a un error de coordinación logística.

    Los objetivos de ETA eran defendidos en el ámbito político por la coalición radical Batasuna y sus predecesoras Herri Batasuna (HB) y Euskal Heritarrok (EH), que en diversas elecciones logró entre el 12% y el 18% de los sufragios del electorado vasco.

    Batasuna fue declarada ilegal en España en marzo de 2003 por el Tribunal Supremo español.

    En 2008, la justicia española suspendió la actividad de otros dos partidos independentistas, ANV y PCTV, prohibiéndoles presentarse a las elecciones legislativas españolas de ese año, y en abril de este año prohibió presentarse a las elecciones regionales vascas a otros dos partidos independentistas, D3M y Askatasuna por sus lazos con Batasuna y ETA.

    La creación de ETA por parte de estudiantes nacionalistas fue justificada por el «inmovilismo» del Partido Nacionalista Vasco (PNV, moderado) ante el franquismo.

    El PNV fue creado a finales del siglo XIX sobre la base de la ideología étnica, antiespañola y ultracatólica de su fundador, Sabino Arana.

    ETA anunció una tregua en marzo de 2006 que interrumpió con el atentado del 30 de diciembre de 2006 en el aeropuerto de Barajas, en el que murieron dos ecuatorianos.

    Durante esa tregua, que duró hasta junio de 2007, el gobierno español intentó negociar el fin de la organización por tercera vez.

    En junio de 2007, ETA reanudó sus actividades violentas, a la vez que las policías española y francesa incrementaban sus operativos contra la organización y detenían a decenas de presuntos miembros. Desde entonces, ETA ha matado a nueve personas, incluyendo a los dos muertos este jueves en un atentado en Mallorca

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