Etiqueta: sequia

  • Gobierno de Guerrero pago el Seguro Agrícola Catastrófico a 960 productores

    En el municipio de Arcelia, en la región de la Tierra Caliente, el gobierno de Guerrero pago el Seguro Agrícola Catastrófico a 960 productores de maíz afectados por la sequía, por un monto de 1.7 millones de pesos
    Gobierno de Guerrero pago el Seguro Agrícola Catastrófico a 960 productores

  • California sigue sumida en la sequía

    California sigue sumida en la sequía. A pesar de las lluvias dejadas en los últimos meses por El Niño, la histórica sequía que afecta a California desde hace más de cuatro años no tiene visos de desaparecer, de acuerdo con los expertos estadounidenses.
    El Niño, fenómeno climatológico provocado por un aumento de las temperaturas en el Pacífico que termina desencadenando fuertes precipitaciones, solo ha sido «un vendaje para la herida abierta», explica a la AFP el paleoclimatólogo Julien Emile-Geay, de la Universidad del Sur de California (USC).
    En su opinión, se necesitan varios años seguidos de intensos chubascos y abundante nieve para revertir el déficit de agua. Sólo el norte de California ha recuperado la media estacional durante el invierno boreal; el sur sigue vacío.
    La crisis generada por la sequía, que ha provocado terribles incendios, amenazado la flora y fauna y dejado miles de hogares sin agua potable, está lejos de terminarse.
    Ante este panorama, las autoridades intentan por todos los medios que los 39 millones de habitantes que tiene este gran estado del oeste del país acepten el cambio climático como un hecho.
    La agencia que gestiona el agua en California (DWR, por sus siglas en inglés), anticipa que el volumen de nieve en las montañas de la Sierra Nevada, esencial para llenar los ríos y las capas freáticas, se reducirá en un 25% de aquí a 2050 y un 50% hasta fines del siglo.
    La perspectiva empeora si se tiene en cuenta la subida de las temperaturas y el aumento de la evaporación de los subsuelos, destaca Emile-Geay.
    California sigue sumida en la sequía

  • Haití cada vez peor por pobreza, hambruna y sequía

    Haití cada vez peor por pobreza, hambruna y sequía. Las zanahorias y las papas que cultiva Carole Joseph están secas. Ya no le quedan pollos a la familia. La mujer vendió primero sus pocas herramientas y luego la cama de madera donde dormían ella y sus hijos para comprar comida. La familia ahora duerme en el piso de su casucha.
    Lo único que le queda son las cacerolas que usa para cocinar sobre fogatas… cuando hay algo para comer.
    Esta mujer de 28 años, con cuatro hijos, es parte de las 1,5 millones de personas que no comen bien por una sequía de años que arruina las cosechas de su pequeño poblado de la montaña y de otras regiones del país.
    «Comemos y bebemos algo todos los días, pero nunca lo suficiente como para recuperar las fuerzas. Ya no sé qué hacer», expresó Joseph con voz ronca mientras acunaba a sus mellizos, cuyos cabellos quebradizos y amarillentos son signo de malnutrición.
    En los últimos tres años ha habido una feroz sequía que ha agravado la miseria de numerosos haitianos que ya vivían en la pobreza absoluta. Las cosechas del año pasado fueron las peores en 35 años, en un país en el que más de dos tercios de su población viven de la agricultura, y que a menudo usa herramientas arcaicas.
    Muchos haitianos se van a dormir hambrientos y están acostumbrados a las privaciones y a los desastres naturales. Pero el impacto de esta sequía ha sido tan severo que el país enfrenta una «inseguridad alimenticia sin precedentes», según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
    La sequía se intensificó el último año por El Niño, un fenómeno que ha estado alterando los patrones climáticos en todo el mundo y que ha producido sequías en América Latina y el Caribe. Cuba sufrió su peor sequía en más de un siglo en el 2015 y en Puerto Rico y otros sitios se han racionado el agua.
    Pero hay pocos sitios más vulnerables que Haití, donde 3,6 de sus 10,4 millones de habitantes no consumen el mínimo de calorías diario, de acuerdo con el Programa Alimenticio Mundial de la ONU. De ellos, 1,5 millones necesitan ayuda urgente porque están tan mal alimentados que se debilitan.
    «Esta sequía es muy peligrosa. La presión sobre la gente va en aumento», dijo el economista haitiano Kesner Pharel, quien acotó que los alimentos se llevan más de la mitad del ingreso promedio de una familia en Haití.
    Pharel dijo que la producción agrícola se ha contraído tanto en los dos últimos años que el 70% de lo que consume Haití es importado. Antes se importaba el 50%. A medida que merma la producción de alimentos, se desvaloriza la moneda local, lo que hace que los costos de los productos importados aumenten.
    Las autoridades dicen que cada vez más familias de zonas rurales se ven obligadas a emigrar a las ciudades. Al no contar con las suficientes calorías, por otro lado, los niños son más vulnerables a infecciones, incluida sarampión.
    Wendy Bigham, directora local del Programa Alimenticio Mundial de la ONU, dice que muchas familias campesinas han estado consumiendo las semillas para sus cultivos, pidiendo préstamos y vendiendo sus posesiones, como ganado y herramientas, para poder comprar comida. Con el correr del tiempo, no obstante, la situación se hace cada vez más insostenible.
    En el poblado de Oriani, en las montañas del sudeste del país, Joseph lo sabe muy bien. Su esposo se fue hace un año para buscar trabajo en la República Dominicana y no ha vuelto. Se vio obligada a vender sus pollos y sus otras posesiones para comprar comida.
    Una tarde reciente, periodistas de la Associated Press se encontraron con ella en una clínica del pueblo colmada de mujeres con bebés. Sus mellizos de dos años, Angelo y Angela, no están desarrollándose normalmente, al punto de que todavía no caminan ni dicen palabra alguna. Lo único que le dieron en el lugar fueron unas tabletas para combatir los parásitos ya que a la clínica se le acabó una mantequilla de maní rica en sustancias nutritivas.
    En la casucha de su familia de piedra y madera, los otros dos hijos de Joseph, Junel, de 10 años, y Stevenson, de 12, descansan sobre una alfombra de paja mientras su madre trata de alimentar de pecho a los hambrientos mellizos. Joseph está tan malnutrida y deshidratada que no produce leche alguna. «Solo quiero calmarlos», expresó.
    Para hacer llegar ayuda de emergencia a gente como Joseph y sus hijos, el Programa Alimenticio de la ONU intenta recaudar 84 millones de dólares en donaciones para distribuir efectivo y comida entre un millón de personas. Estados Unidos ha reforzado su ayuda de emergencia a Haití, repartiendo 11,6 millones de dólares entre organizaciones sin fines de lucro para combatir las déficit alimenticio de unas 135.000 personas.
    Hacer llegar comida de emergencia a comunidades a las que se puede llegar únicamente en burro es difícil, pero no tanto como resolver los crónicos problemas alimenticios de Haití.
    Abnel Desarmours, director interino de la Unidad de Coordinación Nacional de Seguridad Alimenticia del gobierno, dijo que hacen falta más esfuerzos sostenidos para escaparle al ciclo inacabable de desastres y rescates. El aumento en la inseguridad alimenticia refleja lo vulnerable que siguen siendo los haitianos a pesar de haber recibido asistencia mundial por décadas.
    «Es muy difícil, pero tenemos que encontrar una solución. Hay que construir o arreglar sistemas de irrigación y hay que mejorar nuestra producción alimenticia», declaró.
    Haití tiene problemas de malnutrición desde hace tiempo como consecuencia de una pobreza generalizada, el mal funcionamiento de las instituciones, la corrupción y un sector agrícola frágil, muy golpeado por una degradación climática y ambiental.
    Por ahora, Joseph hace lo que puede para darle a su familia dos comidas diarias. «Es muy duro porque empiezan a llorar de noche y no puedo hacer nada», expresó.
    Haití cada vez peor por pobreza, hambruna y sequía

  • ONU busca fondos para afectados por sequía en Guatemala

    ONU busca fondos para afectados por sequía en Guatemala. El director de operaciones humanitarias de la ONU, el irlandés John Ging, visitará el miércoles varias comunidades del este de Guatemala, donde la entidad busca invertir unos 57 millones de dólares para atenuar los impactos de una prolongada sequía.
    El Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala informó mediante un comunicado que Ging será acompañado en la gira por funcionarios del gobierno guatemalteco y otros entes humanitarios que participan en el programa.
    El plan busca reunir 57,1 millones de dólares para asistir a unas 500.000 personas con alimentos, atención en salud, agua y saneamiento, precisó el boletín.
    Para arrancar con el proyecto, el Fondo Central de Respuesta a Emergencias de las Naciones Unidas ya asignó 4,8 millones de dólares.
    En noviembre pasado, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció que será necesario dar asistencia alimentarias a unos 2,3 millones de centroamericanos, en su mayoría pequeños agricultores que perdieron sus cosechas debido a una prolongada sequía, que se ha agudizado por el fenómeno El Niño.
    Miguel Barreto, director regional del PMA para América Latina y el Caribe, sostuvo en esa oportunidad que «un número creciente de personas necesitarán asistencia de manera sostenida durante la primera temporada (de cosecha) del 2016, la cual comienza cada año con la siembra en abril y concluye con la cosecha en agosto y setiembre».
    ONU busca fondos para afectados por sequía en Guatemala

  • Sequía en Colombia abate el río Magdalena

    Sequía en Colombia abate el río Magdalena. En el Magdalena, principal río de Colombia, la multiplicación de los peces siempre se hizo realidad en los primeros meses del año, pero este 2016, con la sequía provocada por el fenómeno meteorológico El Niño, solo llegó lodo.
    Con los peces, venían los panes, y con el trabajo del primer trimestre, los pescadores tenían para subsistir todo el año. «En los almacenes te prestaban, porque sabían que llegaría la subienda», dice a la AFP Juan Carlos Díaz, de 48 años, sobre esta época anual de migración de peces remontando el río.
    «Hay gente que se ha quedado sin recuperar empeños, sin pagar deudas… no hay plata para eso, ni siquiera para los impuestos», apunta Hugo Granados, de 67.
    Ambos están en un muelle de Honda (Tolima, centro), una localidad pesquera de unos 26.000 habitantes en el Valle del Magdalena Medio, rodeada de montañas. Estaban acostumbrados a que para la subienda llegara gente de todo el país a cargar pescado, pero «ya no hay. No hay nada», repiten.
    Bocachicos, bagres o nicuros llegaban por millones y se acumulaban entre Honda y La Dorada (Caldas, centro), unos 30 km al norte. «Metías un canasto al agua y salía lleno de bagre», recuerda Alfredo Moreno, de 54 años, otro pescador sin pescado.
    «A uno lo llaman mentiroso cuando habla de la subienda», sonríe Moreno, como si hubiera tenido la suerte de conocer un milagro. «Hasta teníamos que tirar canoas con sartas de pescado porque había demasiado», exclama.
    Un bagre de buen tamaño llegó a valer 200 pesos (0,06 dólares). Hoy, no bajan de los 80.000 pesos (24 dólares). Pero la mayoría son demasiado pequeños.
    El aumento de 10,85% del precio de los alimentos en 2015 es otra consecuencia de la sequía que desde hace meses sufre Colombia. En especial, subieron los productos del campo por los estragos que la escasez de agua ha causado en la agricultura.
    Con una media de 60 centímetros de profundidad, el Magdalena tiene su punto más seco del país en Honda, donde superaba los 2,5 metros, según datos oficiales. La primera arteria fluvial de Colombia se desliza con una tercera parte de su caudal y sólo conserva 10% de su potencial pesquero, según asociaciones de pescadores.
    El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) afirma que está en sus niveles más bajos en 15 años, pero en Honda y La Dorada dicen que no lo vieron así en décadas.
    – De «orgullo» a «alcantarilla» –
    Este fenómeno El Niño, agravado por el cambio climático, ha provocado en Colombia una intensa sequía y ha sido calificado como «fuerte» por el gobierno. Pero no es el único mal que azota al Magdalena, el río por donde subían los barcos de vapor desde el Caribe hasta el centro del país, fuente inagotable de recursos y motivo de orgullo.
    Ahora, frente a sus orillas secas y con unas previsiones de lluvias para abril y mayo que no llegan a la mitad de lo habitual para esos meses, los pescadores enumeran sus preocupaciones.
    «Los ganaderos secan las ciénagas para convertirlas en pasto», dice uno. «Los mineros echan mercurio al agua», suspira otro. «También nosotros tenemos la culpa porque cogimos el pescado demasido chico», asume un tercero.
    «Esto va de mal en peor», señala a la AFP el ambientalista Luis Eduardo Hincapié, que ve el río «plomizo» por los residuos industriales.
    «Nuestras ciénagas de producción de peces están atiborradas de químicos tóxicos y residuos, entre ellos, plásticos», explica desde un «playón» que solía estar cubierto de agua. La deforestación de las riberas de los afluentes ha hecho más difícil mantener la humedad y los arroyos y quebradas que alimentaban el río están «totalmente secos», agrega.
    «El Magdalena, si no ayudamos a cuidarlo, va para riachuelo», dice Díaz, el pescador que tras seis meses sin lluvia, observa el caudal raquítico del río escoltado por garzas y garzones, aves de patas finas que no corresponden al lugar.
    Hay una docena de departamentos que vierten sus aguas negras al Magdalena, explica Hincapié. El verde brillante de sus alrededores se volvió verde mustio o marrón. «Era el orgullo nacional. Ahora, es la alcantarilla del país».
    Sequía en Colombia abate el río Magdalena

  • Vientos y sequia avivan los incendios forestales

    Los vientos y el calor en la región occidental de Estados Unidos han avivado los incendios forestales en las Montañas Rocosas del Norte, la esquina noroeste y otras partes, además de dificultar las labores de los bomberos que intentan contener las llamas.
    Según pronósticos, el tiempo agravará los fuegos en algunas zonas, en tanto que el gobierno federal dijo que el mes entrante se le agotará su presupuesto antincendios. A continuación un vistazo a los incendios forestales en los estados del oeste:
    Dos grandes incendios forestales en Oregon han destruido inmuebles y obligado evacuaciones en tanto que los huéspedes huyeron de un centro turístico debido a la intensificación de los vientos.
    Un incendios forestales se encuentra localizado en la Reservación India Warm Springs, en una zona rural del centro de Oregon, abarcó el viernes más de 80 kilómetros cuadrados (50 millas cuadradas); fue necesario desalojar el jueves una subdivisión rural y un centro turístico que tenía 400 visitantes con hospedaje reservado.
    Los bomberos en diversas partes del estado de Washington enfrentan un calor extremo y fuertes vientos mientras combates grandes incendios y numerosos fuegos menores, en tanto que las autoridades temían que las tormentas con relámpagos del viernes pudieran agravar la situación.
    Centenares de personas fueron desalojadas de la ciudad de Chelan, en el centro de Washington, ante el avance de los incendios propiciados por relámpagos. Las flamas y el humo eran visibles desde el centro de la ciudad.
    Las autoridades dispusieron el viernes evacuaciones obligatorias para zonas del extremo oeste de la ciudad de Kamiah, en el noroeste de Idaho, debido a un incendio que abarcaba 32 kilómetros cuadrados (20 millas cuadradas), de acuerdo con una televisora.
    KREM-TV en Boise dijo que los residentes de la ciudad de Kamiah y otras zonas circundantes recibieron la indicación de que empacaran y estuvieran listos para desalojar en cualquier momento.
    Esas zonas incluyen Harrisburg East, Caribel, Tom Taha, Adams Grade, Kamiah, East Kamiah, Woodland Grade, Frasure Grade, Ridgewood y Fort Misery.
    incendios forestales imagenes

  • En California se vigila el uso del agua

    En California se vigila el uso del agua
    «Sí, divulgo su dirección. El mundo vigila mucho más», advierte Tony Corcoran, una de las personas que estos días emplea su tiempo libre en recorrer las comunidades de Beverly Hills, West Hollywood y otros lugares para buscar a gente que malgasta agua durante la peor sequía de California en la memoria reciente. Corcoran calcula haber subido a YouTube más de 100 videos de derrochadores, que incluían sus direcciones.
    Otros tuitean las direcciones con fotos de los malhechores, empleando etiquetas como (hash)DroughtShaming («vergüenza seca»). Otros hacen fotos con sus celulares y las envían directamente a las autoridades.
    Pero no todo el mundo está contento con eso.
    Una mujer que se cansó de lo que hablaba Corcoran mientras regaba las plantas dirigió su manguera de riego hacia él.
    En Beverly Hills, cuando estaba mostrando a un periodista y un fotógrafo el agua que corría por la calle ante una mansión, el enfadado habitante llamó a la policía. Dos autos patrullas respondieron con rapidez, pero los agentes no tomaron medidas.
    En Hollywood, Sam Bakman, que gestiona un condominio, dijo que su edificio se vio expuesto por error hace poco por alguien en Twitter, debido a un aspersor roto que fue reparado con rapidez. Bakman mostró a un periodista las restricciones de la ciudad sobre el riego y señaló que los temporizadores de su sistema están dentro de lo permitido.
    «Si pensaban que estábamos haciendo algo mal, ¿por qué no llamar a mi puerta?», preguntó.
    Corcoran, que administra un grupo de restaurantes y conservó su actitud neoyorquina cuando se trasladó hace poco a la relajada Los Ángeles, no se arrepiente. «De lo que se trata es de que la gente cambie, no de avergonzarlos», dice.
    La sequía en California está en su cuarto año sin visos de amainar, y el gobernador ha ordenado a todo el mundo que utilice un 25% menos de agua. Los que buscan a los infractores dicen que la mejor forma de conseguirlo es dejar de regar el pasto del jardín. O al menos, tener cuidado al hacerlo y no dejar que se derrame agua en la calle.
    «Iba de pasajero en un auto y lo primero que vi fue agua por la calle. Y cuando avanzamos vi el aspersor roto», comentó Patricia Perez, de Eagle Rock, que no tardó en tuitear una foto del desastre. También escribió a la agencia local de agua.
    «Cuando intentas hacer lo mejor que puedes a nivel personal, e intentas ahorrar agua, es muy molesto», comentó, explicando uno de los motivos para esta práctica de la denuncia pública.
    Dan Estes, que comercia con bienes raíces, ha llegado a desarrollar su propia aplicación gratuita, DroughtShame, que registra el lugar y el momento en el que la gente ve un derroche de agua.
    A diferencia de otros, no está a favor de incluir el rostro de los infractores o exponerles al mundo. La gente que utiliza su aplicación le envía la información y la foto, y él la reenvía a la agencia de aguas pertinente.
    Una vez, señaló, denunció a la escuela preescolar que hay junto a su apartamento. «El temporizador de sus aspersores estaba apagado. Esas cosas estuvieron en marcha cinco horas y la vereda era un río». Lo que hizo fue público, pero sin iniciar una confrontación, señaló.
    Veinte minutos después de denunciarlo, los aspersores estaban apagados.

  • La industria de albercas en California una opción ante la sequia

    California
    La industria de las piscinas y circuitos termales en California ha lanzado una campaña para mostrarse como una opción para jardines responsables con la sequía, mientras el estado entra en su cuarto año de sequía estival, con las piscinas residenciales y otros consumidores de agua cuestionables en el punto de mira.
    Mientras los vecinos en California luchan para reducir su consumo de agua potable en un 25%, la Asociación de Piscinas y Spas de California ha lanzado una campaña llamada Let’s Pool Together, y presiona a las administraciones de distritos que gestionan el agua para evitar las prohibiciones propuestas al llenado de piscinas y circuitos termales.
    El sector cita un estudio interno, según el cual una piscina de tamaño promedio, con una parte de terrazo, utiliza un tercio del agua necesario para regar un jardín con césped después del llenado inicial.
    «No decimos `Resuelva la sequía, ponga una piscina’, pero la conclusión es que la gente que pone una piscina está tomando una decisión de hacer algo más eficiente con el agua en su jardín. Están ahorrando agua», indicó John Norwood, presidente de la Asociación de Piscinas y Spas de California. «Las piscinas son una forma de jardín».
    Algunos expertos en ahorro de agua pusieron en duda los cálculos de la industria y señalaron que en el mejor de los casos, las piscinas y jardines residenciales utilizan aproximadamente la misma agua tras un llenado inicial. Hay 1,18 millones de piscinas residenciales en California, según Metrostudy, que recoge información sobre viviendas.
    Al menos una docena de ciudades y distritos en las zonas más golpeadas por la sequía han prohibido la emisión de nuevos permisos para piscinas, rellenar nuevas piscinas y vaciar y rellenar las ya construidas.
    El distrito de aguas de la Costa Sur, una de las áreas más lujosas del condado de Orange, prohibió el llenado o rellenado de piscinas residenciales, y la ciudad de San José, que intenta reducir su consumo de agua un 30%, hizo lo mismo en abril. Esa ciudad también prohíbe rellenar las piscinas existentes con más de un pie de agua, aunque el alcalde sí señaló que las piscinas sin llenar serían pistas de patinaje fantásticas. Por lo general, las prohibiciones no afectan a piscinas comunitarias.
    «Estamos en una sequía muy significativa. Pedimos a la gente que no riegue sus jardines», dijo Kerrie Romanow, directora del departamento de servicios medioambientales de San José. «Eso requiere un cierto nivel de sacrificio».
    Al mismo tiempo que ciudades e instituciones aplican restricciones, los contratistas experimentan un pequeño aumento de demanda al terminar la recesión. Las solicitudes de permisos para piscinas cayeron de forma drástica durante la recesión, pero los constructores en zonas sin restricciones relacionadas con el agua dicen que el negocio va en alza esta primavera.
    El crecimiento es menor en California que en otras zonas cálidas como Florida, Texas y las Carolinas, que no se enfrentan a una intensa sequía, señaló Toby Morrison, gestor nacional de ventas en Metrostudy.
    «Nuestras ventas han subido de forma significativa, pero no tenemos ni idea de cuánta gente se ve influida por leer el diario y decir, `Vaya, puede que no pueda llenarla o quizá me tiren piedras los vecinos si construyo una’», comentó Cecil Fraser, propietario de Swan Pools en el lago Forest, California.
    Leigh McDonough vive en California, y su deseo de tener una piscina pesó más que su preocupación por la sequía cuando se compró una nueva casa.
    Ella y su esposo investigaron en internet y descubrieron estadísticas que decían que su futuro oasis consumiría la misma agua que el jardín, y quizá menos si utilizaban una cobertura para la piscina y añadían plantas tolerantes a la sequía en el resto del espacio. Su distrito aún no ha restringido el agua de las piscinas, y McDonough llenó la piscina de 21.000 galones (unos 80.000 litros) el mes pasado con dos mangueras.
    «Para nosotros, era en cierto modo algo imprescindible cuando compramos esta casa», comentó McDonough, que espera sustituir el césped del jardín delantero por hierba artificial. «Así que estoy contenta de que esté hecha, y que pudiéramos llenarla».
    Los expertos advierten que los cálculos que comparan jardines y piscinas dependen de demasiadas variables como para ser fiables, como cuánta agua se salpica, si hay una cubierta de piscina para evitar la evaporación y la frecuencia con la que se regaba el jardín.
    Al final, el agua empleada por piscinas y jardines de césped es similar, señaló Peter Gleick, presidente del Instituto Pacífico en Oakland, un instituto de investigación sin ánimo de lucro centrado en el medio ambiente y la sostenibilidad. Y dejar que el césped se seque o replantar con plantas de desierto requiere mucha menos agua que una piscina, así que la comparación pierde sentido, señaló.
    «Esto son lujos y estamos en una sequía muy mala, todo el mundo tiene que ponerse a la altura en lugar de señalarse entre sí», dijo Gleick

  • Ordenan restricciones por sequía en California

    California
    El gobernador de California Jerry Brown anunció las primeras restricciones obligatorias de consumo de agua en la historia de la entidad este miércoles.
    El estado de la costa del Pacífico se mantiene en una severa sequía desde hace varios años. La orden ejecutiva del mandatario regional Demócrata busca reducir en 25% el uso del agua a lo largo de California. Los límites afectarán a todos los habitantes de la entidad, desde residentes hasta campesinos y empresarios.
    «La sequía histórica exige acciones sin precedentes», dijo Brown en un comunicado. Recientemente el estado registró la menor cantidad de nieve desde que se documenta tal cifra. El derretimiento de la nieve suele proveer buena parte de los recursos de agua disponibles.
    Entre otras cosas, la orden de Brown busca remplazar 50 millones de pies cuadrados de césped con zonas tolerantes a la sequía, ofrecer reembolsos para remplazar aparatos eléctricos ineficientes, exigir a campos de golf y otros largos campos que hagan «recortes significativos en el uso del agua» y ordenar sistemas de irrigación de goteo en las construcciones de nuevas viviendas.
    La orden también busca aumentar los precios considerablemente mientras más agua utilicen los habitantes. En 2014 el gobernador Brown había declarado un estado de emergencia en California por la sequía.

  • Brasil prohíbe la ducha

    Durante los largos meses de calor pegajoso en el verano de Río de Janeiro Brasil, Viviane Vargas dice que no necesita ni una ni dos duchas diarias, sino tres, para sentirse limpia.
    Esta vendedora de tienda de 32 años no está sola: estudios revelan que los brasileños son quienes más se duchan en el mundo, con un promedio de 12 duchas a la semana, lo que hace de esos baños una parte fundamental de la cultura nacional, a la altura del fútbol y el carnaval.
    Pero una seguía histórica hace que de muchos grifos del sur de Brasil no salga agua, sobre todo de Sao Paulo Brasil, la ciudad más grande de Sudamérica, donde la población teme que se les pida que no tome tantas duchas. Si bien no sería el problema más grave generado por la sequía, observadores dicen que restringir la ducha podría perjudicar a los políticos.
    «Las duchas son parte de nuestra raíz brasileña», sostuvo Renata Ashcar, coautora del libro publicado en el 2006 «El baño: Historias y rituales».
    «No poder darse una ducha en un país tan caluroso como este, en el que la higiene es tan importante, puede causar una rebelión», agregó.
    El sur de Brasil padece la peor sequía en ocho décadas y sus embalses han llegado a niveles críticos. Los residentes de Sao Paulo sufren cortes de agua desde hace meses y es posible que pronto suceda lo mismo en Río.
    Las fuertes lluvias caídas en febrero y principios de marzo ayudaron un poco, pero los embalses todavía están por debajo de los niveles históricos. El de Cantareira, que abastece de agua a unas 9 millones de personas de Sao Paulo, por ejemplo, está en estos momentos al 13% de su capacidad.
    En condiciones normales, el agua abunda y es común que la gente limpie las aceras con una manguera en lugar de barrerlas y que dejen correr el agua mientras se cepillan los dientes.
    Se han lanzado campañas de información para desalentar esos hábitos, lo mismo que el lavado de autos, e instando a la población a tomar medidas para conservar el agua, como por ejemplo guardar el agua de las duchas y usarla para limpiar inodoros y pisos.
    Vargas dice que comenzó a usar agua de la máquina de lavar ropa para regar las plantas. Pero no ha dejado de ducharse tres veces al día.
    «Con este calor, no resisto sin ducharme», explicó.
    En verano las temperaturas llegan rutinariamente a los 37 grados centígrados (99 F) en Río de Jaineiro Brasil, que este año ha sido la ciudad más calurosa de Brasil, según el instituto meteorológico Climatempo. La humedad supera a menudo el 80% y genera un clima pegajoso, que hace que la gente se duche en la mañana y antes de acostarse a la noche.
    Los brasileños se bañan más que nadie en el mundo, de acuerdo con un estudio publicado el año pasado por Euromonitor, una firma investigadora de mercado de Londres.
    «No se ve bien si no te duchas, si no hueles bien», declaró Sissi Freeman, directora de márketing de Granado, una empresa brasileña de jabones y cosméticos.
    Fundada en 1870 en Río, la empresa produce 9 millones de barras de jabón al mes. Freeman dice que la empresa no ha registrado una merma en las ventas, pero que está «muy preocupada» y que ha decidido producir unas toallitas que la gente puede usar para limpiarse en caso de que empiece a racionarse el agua.
    Ha habido ya algunas protestas por el tema del agua y el historiador Flavio Elder dice que pueden empeorar.
    «Si hay cortes graves, no hay duda de que tendremos un impacto social. Habría un caos social», pronosticó Edler, que investiga la historia de la medicina y la higiene en la Casa de Oswaldo Cruz, subsidiaria de una de las firmas de investigación de asuntos de salubridad.
    «Yo mismo, si un día no me puedo duchar, me siento muy mal todo el día», señaló.
    Brasil