Un saldo de ocho personas muertas dejó un enfrentamiento entre un grupo armado con efectivos del Ejército mexicano en la localidad El Embarcadero, municipio de Alto Lucero.
Un grupo armado a bordo de al menos 12 vehículos llegó a dos comunidades ubicadas en la costa, muy cerca de la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, y saqueó las viviendas; además se llevó a tres miembros de una familia dedicada a la fabricación artesanal de quesos, pero en el trayecto se toparon con militares, a los que enfrentaron.
La Fiscalía General de Veracruz emitió un comunicado en el que señala que ya investigan los hechos, pero no habla de detenciones.
Un reporte policiaco interno de la Secretaría de Seguridad Pública estatal narra que alrededor de las 15:30 horas recibieron un reporte anónimo sobre un comando que había llegado a la comunidad El Embarcadero a bordo de varios vehículos.
Uno de los testigos refirió a los policías que los maleantes saquearon las viviendas, se llevaron varios electrodomésticos y secuestraron a tres miembros de la familia de queseros: dos varones y una menor de edad. Con ellos huyeron hacia la comunidad El Limón, a la que aparentemente también iban a saquear.
En el trayecto hacia la carretera federal, la Costera del Golfo, el convoy se topó con efectivos del Ejército y ocurrió la refriega. Cuando los policías de Seguridad Pública llegaron al sitio sólo lograron enterarse que había ocho personas sin vida y no los dejaron aproximarse al sitio donde yacían los cuerpos.
La persecución del grupo armado continuó la noche del viernes y hasta la madrugada del sábado. Los vehículos en los que viajaban se quedaron varados y abandonados. La versión de los lugareños es que desde hace tres o cuatro meses la familia de fabricantes queseros comenzó a recibir amenazas de extorsión.
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Que paso en Alto Lucero Veracruz
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Ligan violencia en Juárez a la llegada de Caro Quintero
Los asesinatos en Ciudad Juárez, con características del crimen organizado, aumentaron a 18 en lo que va de julio, esto con el último crimen ocurrido en la colonia Águilas de Zaragoza, al sur de la ciudad, donde fue localizado el cuerpo de un hombre que fue abandonado en la calle.
El cadáver tenía huellas de tortura, las manos atadas hacia atrás y su cabeza cubierta con una bolsa plástica, también presentaba un impacto de bala en la cabeza.
La semana pasada el fiscal del estado declaró que se tienen datos de que un nuevo grupo criminal, encabezado por Rafael Caro Quintero, busca pelear la plaza del negocio del narcotráfico y que podría estar presente una avanzada para comenzar enfrentamientos en la lucha por el control de la droga.
Luego de esta declaración, a inicios de la semana fue dejado un mensaje amenazando al fiscal, el cual estaba firmado por el narcotraficante Rafael Caro Quintero.
A pesar de que se ha notado un repunte en homicidios que podrían estar relacionados con cuestiones de drogas y grupos criminales, el general de la Guarnición de la Plaza, Hugo Humberto Pedroza Salazar, desmintió la versiones del Fiscal y aseguró no tener información de la presencia del narcotraficante.
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México en manos del narcotráfico
El fusil AR-15 estaba tan viejo que los agentes le colocaron cinta metálica alrededor del cargador para que no se le despegara. El helicóptero, sin una de las dos puertas, también parecía tener más de dos décadas. Pero eran, así de precarios, parte del equipo con el que contaba la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR) en Juárez en la época más violenta, en 2011, cuando los índices de homicidios seguían alrededor de cinco diarios y la ciudad era todavía una de las más peligrosas de México.
Noté los recursos de los agentes de la PGR durante un viaje a la Sierra de Chihuahua, donde, sin chalecos antibalas ni protección de otro tipo, durante unas ocho horas se dedicaron a arrancar con las manos miles de matas de mariguana. El dato oficial indicó que se trató de 3.2 hectáreas, el mayor decomiso que realizaba la PGR por sí sola en los más de tres años de presunta guerra contra las drogas en la entidad con los mayores índices de violencia. No hicieron detenciones ni dieron muestras de tratar de buscar a algún relacionado con el plantío aun cuando en el campamento encontrado todo indicaba que los encargados deberían estar cerca, ya que, como suele reportarse en estos casos, las brasas de una fogata bajo un comal seguían encendidas cuando llegamos.
Varios aspectos del operativo tenían un aire de montaje. Tanto la escasez con la que trabajaban los agentes federales como el hecho de que ninguno parecía tener la intención de buscar a algún probable responsable de la vigilancia y mantenimiento de las hectáreas cultivadas. Si realmente se trataba de “combatir” al narcotráfico, ¿por qué no se trataba de mejorar el trabajo en la investigación de este tipo de delitos? ¿Por qué los agentes de la PGR se veían tan pobremente equipados, sobre todo en comparación con los militares que llegaron a aquella frontera en helicópteros patrocinados por el Gobierno norteamericano a través de la Iniciativa Mérida?
La delegación de la PGR en Chihuahua duró incluso años sin titular y jamás llegaron los 63 agentes del ministerio público que fueron anunciados al inicio de la Operación Conjunta Chihuahua.
En el colmo de la ausencia de investigación, la PGR informó que no tenía responsabilidad alguna en esclarecer los miles de homicidios registrados en aquella frontera a partir de 2008, el periodo de violencia atribuido a una disputa entre grupos de la delincuencia organizada.
El motivo, señaló la dependencia, era que el fuero federal era, efectivamente, el encargado de investigar la delincuencia organizada, pero que la ley en la materia no preveía el homicidio en su catálogo de delitos. En la Fiscalía General del Estado, mientras, el titular, Jorge González, informaba que unos seis mil casos de asesinatos cometidos con armas de uso exclusivo del Ejército Mexicano estaban totalmente sin investigación debido a que, por el calibre de las armas usadas, eran considerados obra de la delincuencia organizada, delito que correspondía investigar a la federación.
Ninguna Procuraduría, entonces, estaba dispuesta a investigar o a recabar elementos para esclarecer y castigar ante la sociedad lo que había ocurrido.
Había, en cambio, un despliegue armado que llegó a ser de hasta ocho mil efectivos militares que patrullaron casi cada una de las calles de la ciudad en vehículos tipo Humvee artilladas. La estrategia parecía ser, entonces, ocupar el territorio; no “combatir al narcotráfico” ni, a través de procedimientos penales, imponer el Estado de Derecho.
La presunta guerra “contra” el narcotráfico presentó, entonces, un marcado contraste entre la violencia y la capacidad del Gobierno federal para detener a presuntos delincuentes. De acuerdo con lo que el ex Secretario de Seguridad Pública reportó en la glosa del Quinto Informe de Felipe Calderón Hinojosa, por ejemplo, en los primeros cinco años de ese sexenio, la Policía Federal detuvo a unas 75 mil personas; de éstas, sin embargo, sólo dos mil 554, o un tres por ciento, resultaron ser probables integrantes de alguna banda del crimen organizado. Al mismo tiempo, en contraste, en el país se registraron unos 84 mil asesinatos dolosos.
Los procesos penales iniciados a partir de las detenciones de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, son otro ejemplo de falta de profundidad, y no porque se haya fugado dos veces de sendos penales de alta seguridad, sino porque, pese que el Gobierno de Estados Unidos asegura que el Cartel de Sinaloa es el principal introductor de drogas ilegales en su territorio y que el sinaloense es uno de los líderes de esta organización, su arresto no ha provocado otras aprehensiones importantes ni aun acusaciones por delitos como homicidio o lavado de dinero. En el Consejo de la Judicatura, que reporta la actividad de los juzgados federales, no hay siquiera reportes de que la PGR haya obtenido sentencias condenatorias en las averiguaciones previas que mantiene abiertas contra el presunto capo.
Ismael “El Mayo” Zambada, otro sinaloense con unos 40 años en el negocio del narcotráfico y que supuestamente co-dirige el Cartel de Sinaloa junto con “El Chapo”, mantiene por su parte el récord de nunca haber sido arrestado.
Y aun cuando el Gobierno federal impulsó la versión de que la violencia era “entre ellos” o de que quienes eran víctimas de homicidio probablemente también eran parte del crimen organizado, la realidad es que el Gobierno federal no puede presentar las averiguaciones previas que expliquen quién asesinó o por qué a cada una de las víctimas. La delincuencia organizada es un delito federal, pero la PGR ha delegado en las procuradurías estatales toda la responsabilidad de aclarar lo sucedido en la presunta “guerra contra las drogas”. Las procuradurías estatales, por su parte, en la mayoría de los casos tampoco investigan.
Una medición reciente sobre la impunidad alrededor de los asesinatos en México, basada en el número de arrestos por homicidio contra averiguaciones previas abiertas, estima que en un 72.5 por ciento de los casos no hay detenidos; proporción de impunidad que puede ser aún mayor si la cantidad de detenidos se compara con los casos en los que los agentes del ministerio público pueden, efectivamente, presentar evidencia de la responsabilidad de los acusados.
Sin esta información, comentó uno de los autores del análisis a a medios de comunicación en febrero pasado, “no podemos afirmar quién fue el culpable o cuáles fueron las causas en la gran mayoría de los asesinatos cometidos en este país en los últimos años”.
Y así, en este contexto en el que la narrativa oficial insiste en que hay una disputa “entre ellos”, el Estado mexicano no sólo ha omitido investigar o encontrar a los responsables de los miles de asesinatos, sino que, en diferentes ocasiones, sus propias fuerzas armadas, incluyendo al Ejército, han sido encontradas como atacantes. La desaparición de 43 normalistas en Guerrero, donde está documentada la participación de al menos dos corporaciones policiacas, es sólo un ejemplo. Otro es el de los también estudiantes Javier Francisco Arredondo Verdugo y Jorge Antonio Mercado Alonso, asesinados en 2010 en Monterrey por personal de la Secretaría de la Defensa Nacional que, aun cuando los abatió desarmados, los identificó como integrantes de la delincuencia organizada.
Pero esa es la función de la impunidad en este México de la presunta “guerra contra las drogas”: permitirle a las instituciones del Estado mexicano evadir su obligación de procurar e impartir justicia y, al mismo tiempo, tener una coartada por si deciden cometer un crimen. Siempre podrán culpar “al narcotráfico” o a “los cárteles”. Nunca les ha parecido necesario probarlo.
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Fin de semana en Nuevo León
Nuevo León registró una racha violenta, éste fin de semana, con cinco personas fallecidas a balazos, en diversos hechos.
En el primero de los sucesos, hombres armados dispararon en contra de un bar y lanzaron una granada dejando un saldo de dos personas muertas y tres lesionados.
El ataque se registró en contra del Bar Reventón 2, que se localiza en el cruce de No Reelección y Nepantla, en la colonia San Bernabé.
Dos hombres descendieron de sus vehículos y accionaron sus armas, alcanzando a las personas que en esos momentos estaban fuera del negocio.
En el sitio quedó sin vida un vendedor de hotdogs, quien fue identificado como Martín Lerma González, de 50 años. La otra víctima mortal llevaba por nombre Susana Rodríguez Gómez, de 25 años.
La mujer quedó sin vida a un costado del puesto de venta por lo que se presume que podría ser un cliente.
Los heridos fueron identificados como: Juan Rolando Reyna López, Mario Alberto Nava Rivera y José Luis Castañeda Cerda, quienes se desempeñan como guardias del bar.
La granada que lanzaron los atacantes no detonó, de lo contrario la tragedia pudo haber sido mayor.
Segundo caso
En otro hecho, desconocidos acribillaron a un taxista que se encontraba estacionado afuera del bar Río, que se localiza en la colonia Constituyentes del 57.
El ahora occiso se llamaba Armando Vázquez García, de 33 años.
Tercer caso
Un presunto narcomenudista fue asesinado en la colonia San Ángel Sur.
El hecho violento fue reportado en General Bravo.
Hasta el momento no se sabe el nombre de la víctima.
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Suman 3 decapitados los encontrados en Guerrero
Durante la madrugada de ayer fueron encontrados los cuerpos cercenados de tres hombres cerca del Palacio de Gobierno de la ciudad, en la zona sur de Chilpancingo, Guerrero.
Aproximadamente a las 3:10 horas, las autoridades municipales fueron alertadas del avistamiento de unas bolsas negras en el encauzamiento del río Huacapan, localizado entre el Instituto Tecnológico y a 200 metros del Palacio de Gobierno.
La policía local refirió que junto a las bolsas había un mensaje elaborado por un presunto grupo delincuencial que opera en el estado.
Una media hora después, en la Autopista del Sol, gracias a una denuncia anónima al servicio 066, las autoridades lograron ubicar a unos metros a la entrada de la 35 Zona Militar una hielera, en cuyo interior se encontraban las cabezas de tres hombres, las cuales, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública de la entidad, presuntamente pertenecen a los cuerpos hallados cerca del Palacio de Gobierno.
Este hecho provocó una intensa movilización policiaca en los dos lugares.
Para recoger los restos de las víctimas se presentaron agentes del Ministerio Público y peritos de la Fiscalía General de Guerrero.
Posteriormente, los restos de los descabezados fueron llevados al Servicio Médico Forense de Chilpancingo para continuar la pesquisa.
Hasta el cierre de esta edición, se desconoce si la identidad las víctimas, así como los móviles del crimen han sido confirmados por la policía.
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Fuerza Tamaulipas cierra narcocampamento en Aldama
Un campamento, que era utilizado por un grupo delincuencial en el municipio de Aldama en esta entidad, fue asegurado por elementos de Fuerza Tamaulipas, este pasado viernes 12 de agosto; los oficiales fueron agredidos con una granada que no estalló.
El descubrimiento lo hicieron alrededor de las 17:50 horas, cuando los policías estatales atendieron una denuncia ciudadanía que advirtió de la presencia de civiles armados y posiblemente personas privadas de su libertad en el rancho Las Hermanas, en el ejido La Piedra de ese municipio.
Al llegar al lugar, los elementos de Fuerza Tamaulipas fueron agredidos con armas de fuego por varios sujetos, quienes lograron darse a la fuga entre el monte.
Luego de realizar una revisión a la propiedad, las autoridades encontraron un arma larga, seis cargadores abastecidos, 54 cartuchos hábiles, una pechera tipo militar, una cuatrimoto y una granada de fragmentación, misma que le fue lanzada a los policías estatales, pero no se activó.
Con la autorización del Agente del Ministerio Público adscrito al municipio de Aldama, se procedió a la destrucción por incineración de la granada en el mismo lugar, ya que carecía de la chaveta de seguridad y se corría el riesgo de que en cualquier momento pudiera detonar.
En lo que corresponde a la propiedad, el arma, las municiones, el chaleco y la cuatrimoto, quedaron a disposición del representante social para que emprenda la investigación correspondiente.
Durante el operativo, una unidad oficial resultó con impactos de bala, luego de la agresión de los presuntos delincuentes, pero ningún elemento de Fuerza Tamaulipas resultó lesionado.
Apenas el pasado 12 de abril del año en curso, en el kilómetro 70 de la carretera Mier-Nueva Ciudad Guerrero, también atendiendo una denuncia ciudadana que reportaba la presencia de civiles armados, agentes de Fuerza Tamaulipas localizaron el citado campamento.
Esa ocasión, los uniformados descubrieron indicios de ser habitado frecuentemente, localizando también equipo de uso militar y municiones de alto calibre.
En ese sitio aseguraron 46 cargadores para armas largas, 726 cartuchos de arma larga y tres fornituras. No se encontraron personas al momento del operativo.
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Anuncia cartel del narcotráfico limpia en Michoacán
A través de narcomantas en las que advierte que irá por todas las “lacras” como El Güero Cejas, secuestradores y ladrones de autos, esta mañana se dio a conocer un nuevo grupo delictivo autodenominado “La Vieja Escuela”.
“Ya estamos aquí en la costa y vamos a barrer con todos, principalmente con los de la colonia Lucio Cabañas, corran, vamos en serio”, destaca el mensaje.
Las mantas, que aparecieron en diversos puntos del puerto, fueron retiradas por elementos de la Marina y puestas a disposición del Ministerio Público de la Federación.
Con “La Vieja Escuela” suman ocho los grupos delictivos que operan en Michoacán: Cártel Jalisco Nueva Generación, Caballeros Templarios, Los Justicieros, La Nueva Familia Michoacana, H3, Los Viagras y Grupo IRIS.
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Milwaukee en calma tras disturbios
La ciudad de Milwaukee amaneció hoy bajo una tensa calma tras horas de violentos disturbios ocurridos esta madrugada, después que la policía asesinó a tiros a un hombre cuando era perseguido a pie junto a otra persona.
La policía dijo que la víctima de 23 años de edad se encontraba armada al momento de los hechos, aunque no está claro si en algún momento el sospechoso disparó contra los agentes involucrados en la persecución.
El incidente se inició la tarde del sábado cuando dos oficiales marcaron el alto a dos personas que se encontraban en el interior de un vehículo en la zona norte de la ciudad, y estos salieron y trataron de huir a pie.
El alcalde de la ciudad Tom Barret dijo que durante la persecución uno de los dos policías disparó en varias ocasiones contra los dos hombres, hiriendo a la víctima, quien dijo tenia consigo un arma de fuego y quién fue confirmado muerto en el lugar de los hechos.
La jornada de violencia dejó como saldo negocios incendiados, entre ellos una estación de gasolina, y al menos dos patrullas policiacas dañadas por decenas de manifestantes que salieron a las calles del norte de la ciudad horas después de la muerte del hombre.
Autoridades dijeron que los manifestantes lanzaron piedras contra los policías, quienes en equipo antimotines trataron de dispersar a los manifestantes.
Tres personas fueron detenidas durante los enfrentamientos y Barret dijo que reforzará la presencia policiaca en el norte de la ciudad, habitada predominantemente por afroestadunidenses para mantener el orden.
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Jennifer Lopez a serie del narcotráfico
Jennifer Lopez quiere ahora ser mala. Muy mala. Cree haber encontrado un nuevo papel a su medida y se convertirá en la llamada ‘Madrina de la cocaína’ en su nuevo proyecto televisivo, según ha publicado la revista norteamericana ‘Variety’.
La actriz y cantante estadounidense, que el pasado 24 de julio cumplió 47 años, será Griselda Blanco, la traficante colombiana que lideró el cártel de Medellín durante la década de los 70 y 80.
Será una película para la cadena televisiva HBO, y JLo no solo será la protagonista. También llevará las riendas del proyecto como productora ejecutiva. Igual que ha hecho con la teleserie ‘Shades of Blue’, donde interpreta a una mujer policía.
«Estoy fascinada con esa mujer. Por lo complicada y corrupta que fue su vida durante tantos años. Por eso me pareció perfecto unir fuerzas con la HBO para traer de vuelta la historia de Griselda”, ha explicado la artista de origen portorriqueño, divorciada del cantante Marc Anthony y con una vida sentimental tan agitada como sus bailes.