El cuerpo de un hombre fue localizado en calles de Acapulco, Guerrero, con los pies amarrados con un cable color blanco y la cabeza envuelta con cinta canela, además de que ambas manos le habían sido amputadas.
Sin embargo, a un costado del cuerpo, se encontraba una cartulina que decía “esto me pasó por robar lo de las inscripciones de niños que con esfuerzo sus padres juntaron el dinero”.
La policía arribó al lugar en la madrugada del miércoles cerca de una primaria en la calle Mangos en Acapulco.
El texto de la cartulina fue firmado por la “Colonia Unidas” quienes amenazaron con eso les pasaría a todos los extorsionadores.
El cuerpo quedó en calidad de desconocido y fue trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) dando inicio a la carpeta de investigación 12030250100040270816 por el delito de homicidio por arma de fuego.
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Le cortan las manos por ladrón en Guerrero
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Mineros de Temixco botean por mineros secuestrados de Guerrero
En Arcelia Guerrero, mineros de Temixco realizaron una colecta para pagar el rescate de dos compañeros secuestrados desde el 29 de agosto. Fueron de negocio en negocio, e informaron que mantendrán su paro de labores hasta que sus compañeros regresen y el Gobierno les de garantías de seguridad.
EL gobernador Héctor Astudillo, afirmó que Raivel de Almonte «El Tequilero», líder de una banda delictiva que opera en la región de Tierra Caliente, es el responsable del secuestro de los trabajadores y del robo ala minera.
A esta noche nada se sabe de las personas y los compañeros y la familia siguen boteando en las calles para poder pagar el rescate que se les exige por parte de los criminales.
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Abaten en Jalisco a un sicario del Cártel de Jalisco Nueva Generación
La Fiscalía General de Jalisco abatió a un presunto integrante del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) el pasado miércoles, luego de un enfrentamiento a balazos registrado en el municipio de Tonalá.
El fiscal Jesús Eduardo Almaguer Ramírez informó que la persona fallecida tras el enfrentamiento era investigada por su presunta responsabilidad en la ejecución de cerca de 15 crímenes, ocurridos en lugares y momentos diferentes en la zona oriente del área metropolitana de esta capital.
“El día de ayer, personal de la Fiscalía, en labores de vigilancia e investigación, avistó a un sujeto identificado como Erick ‘N’, quien está vinculado a 12 ó 15 homicidios que se han registrado en la zona metropolitana, en Tonalá, Tlajomulco y Tlaquepaque”.
Según el funcionario, al presunto sicario se le marcó el alto en los momentos en que viajaba con una mujer en un vehículo, pero el sujeto, lejos de hacer caso a la indicación de la autoridad, abrió fuego contra los policías y “los elementos respondieron y el agresor fue abatido”.
Almaguer también informó del desmantelamiento de una banda de secuestradores ligados al mismo cártel del crimen organizado que operaba en el municipio de Degollado. Argumentó que ese grupo había privado de su libertad en forma ilegal a un empresario de la zona, por quien pedía un rescate de 10 millones de pesos.
En las labores de investigación, la Fiscalía ubicó a los secuestradores y a raíz de ello se suscitó un enfrentamiento en una de las brechas del municipio de Degollado, donde se pudo detener a dos maleantes, mientras que otros dos fueron capturados con el apoyo de autoridades en La Piedad, en territorio michoacano.
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A Enrique Peña Nieto no le importa la seguridad de México
El actual gobierno de la república mexicana está demostrando no ser el más sensible, ni el más comprometido con la seguridad de los gobernados. Teniendo el país un grave problema de narcotráfico y crimen organizado, eso no ha sido una prioridad para la administración de Enrique Peña Nieto. Se notó desde el inicio de su sexenio y hoy se palpa con sangre.
A diferencia de países de América Latina como Colombia, que le apostaron todo, estrategia, recursos, ideas y objetivos, a combatir el narcotráfico cuando este ya había acaparado distintos sectores sociales, económicos, productivos y políticos en el primer lustro de la década de 1990, y que hoy les permite tener paz, desarrollo y crecimiento en cierta medida, en México la Presidencia de la República parece manejarse con la premisa de que si ignora el tema desaparecerá, o acaso le apuesta a que, de plano, los criminales se autorregulen hasta lograr un acuerdo ilícito por encima del Estado mexicano.
México atraviesa por una crisis de inseguridad que va de la mano con la incertidumbre económica. A mayor violencia, menor certeza para la inversión. Más asesinatos y secuestros incrementan el costo de mantenerse seguros en las empresas, comercios y familias de este país. El dinero que se destina a equipos de seguridad se retira de la inversión y los beneficios para patrones y trabajadores se esfuman.
Sin embargo, para el gobierno de la república ese no parece ser un asunto de importancia. En raras ocasiones Peña Nieto toca el tema de la inseguridad en México. Y hasta desapareció la Secretaría de Seguridad Pública Federal y la redujo a una Comisión Nacional de Seguridad que dentro de la Secretaría de Gobernación poco puede hacer.
El diputado Jorge Ramos Hernández, presidente de la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, reflexiona sobre el caso: hay cuatro etapas de la seguridad, la prevención, la procuración, la administración de la justicia y la rehabilitación en penales. En México, en el ámbito federal, no tenemos prevención. Esa labor era de la Secretaría de Seguridad Pública Federal.
A la par, la Procuraduría General de la República ha canalizado esfuerzos a intentos fallidos por resolver y dar certeza jurídica en los casos de violencia de alto impacto, donde han sido asesinados o ejecutados por decenas, hombres y mujeres. Tlatlaya, Ayotzinapa, Tanhuato, Apatzingán, son referencias claras que los mexicanos recordamos y ahora asociamos con la violencia sangrienta que impera en este país. Y todos, a pesar de tres procuradores generales de la república, permanecen en la impunidad.
Por eso extraña, aunque padeciendo la insensibilidad de este gobierno federal no debería extrañarnos, que las únicas fuerzas de proximidad y preventivas en los municipios y los estados se vayan a quedar o vean disminuidos sus recursos para el combate a la criminalidad organizada y el narcotráfico.
De 100 000 millones de pesos en los que se pauta la reducción
del presupuesto federal para 2017 en comparación con 2016, unos
11 000 millones serán retirados al presupuesto de seguridad pública de acuerdo con la estimación y propuesta de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que comanda José Antonio Meade Kuribreña, que ha resultado en el cargo más insensible que su antecesor, Luis Videgaray Caso, con todo lo que la comparación signifique.
La decisión del recorte en el presupuesto no fue una decisión tomada en aras de la austeridad republicana con que todo gobierno debería desarrollarse, sino una medida urgente ante la recesión económica que vive el país. La baja en los precios del petróleo fue determinante, y la devaluación de nuestra moneda frente al dólar, otro aliciente.
Al gobierno federal ya no le basta con los impuestos recabados entre los mexicanos. Aun cuando a fuerza de persecución, terrorismo fiscal y hostigamiento el número de causantes ha incrementado, el dinero que genera el gobierno ya no es suficiente. El recorte planteado por la Secretaría de Hacienda, sin embargo, no demuestra el compromiso que debiera tener para las causas sociales de los mexicanos, menos para la estabilidad y tranquilidad de las comunidades, ni hablar de la educación.
Los 11 000 millones de pesos recortados a la seguridad pública impactarán de manera negativa los esfuerzos y recursos destinados al combate de la criminalidad en la Procuraduría General de la República, la Secretaría de la Marina, la Secretaría de la Defensa Nacional, las secretarías o direcciones de seguridad pública y policía de los municipios del país, así como las secretarías, fiscalías o comisiones de seguridad en los estados.
Once mil millones de pesos menos para combatir al narcotráfico, al crimen organizado, a las bandas de secuestradores, de trata de personas, de tráfico de humanos, de delincuentes menores que desvalijan hogares, automóviles, todos los días, en todas las calles de México.
¿De qué tamaño será la falta de compromiso del gobierno de Peña Nieto para desaparecer el Programa Nacional de Prevención del Delito? Si en 2016 a tan importante área se le destinaron 2015 311 796 pesos, para el presupuesto 2017 presentado a la Cámara y que deberán aprobar como tope el 15 de noviembre, el gobierno de Peña Nieto destinó cero pesos, lo cual significa que el Programa Nacional de Prevención del Delito desaparece en esta administración, justo cuando los delitos están incrementando según la encuesta nacional de seguridad pública urbana que determina que ocho de cada diez mexicanos se siente inseguro, además de que millones de personas son todos los días víctimas de algún delito.
Otro recorte igual de grave que va en el mismo sentido: menos 1403 327 294 pesos en Operativos para la Prevención y Disuasión del Delito. Además, propone Hacienda una disminución de 952 697 849 pesos a los subsidios en materia de seguridad pública, lo que llega a municipios y estados, pues 162 302 007 pesos menos para el Programa de Derechos Humanos, y un recorte de 60 526 269 pesos a la promoción, la atención y la prevención de la violencia contra las mujeres.
El gobierno de Enrique Peña Nieto le está apostando a la burocracia y restando importancia a la prevención y el combate de la inseguridad pública.
Peor quienes no sufrieron recortes, por el contrario, registraron incrementos, fueron los sueldos de algunas entidades del Estado mexicano. Por ejemplo, el propio presidente no disminuyó un centavo de los 3 460 000 pesos que percibe anualmente, mientras incrementó el salario que devengan los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en un 2.5 por ciento hasta llegar a cobrar 4 658 000 pesos por año. De igual manera, los consejeros del Instituto Nacional Electoral fueron beneficiados con un aumento de 2.3 por ciento en su sueldo para cobrar, por año,
4 292 000 pesos, mientras los del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se llevarán al año 4 564 000 pesos a sus cuentas personales.
La resta en el presupuesto destinado a la seguridad pública en el gobierno de Enrique Peña Nieto es equiparable al crecimiento del narcotráfico y el crimen organizado en el país. Mientras hay menos retenes, menos armas, menos recursos para operativos policiacos, de investigación o ministeriales, aparecen más células de los cárteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, Arellano Félix, los Beltrán Leyva, Los Zetas, que se pelean por territorios de México para la venta, distribución, trasiego de droga, y el control de la comisión de delitos como el secuestro, la extorsión y el cobro de piso.
A diferencia del gobierno, el narcotráfico invierte en la corrupción de agentes policiacos, asesina jueces, mata policías y amedrenta a funcionarios para actuar con toda impunidad en el crecimiento del ilícito negocio que genera cientos de miles de millones de dólares en América Latina, y que utiliza a México como puente de tráfico hacia Estados Unidos.
Ni las más de 78 000 ejecuciones registradas en los tres primeros años de gobierno de Peña Nieto, ni las constantes balaceras en pueblos y ciudades, ni el éxodo de familias y empresas a un ámbito de mayor seguridad le dan al presidente una idea del país que desconoce, de las calles que no ha pisado, del dolor que no ha padecido producto de la inseguridad.
De otra manera no se explica el recorte de 11 000 millones de pesos a la seguridad pública, y la desaparición de los programas de prevención del delito. A menos que Enrique Peña Nieto de manera real le esté apostando cínicamente a que el crimen se organice, mientras que los mexicanos seguimos pagando la inimaginable factura. -
Cientos de pueblos en México abandonados por el narcotráfico
En la sierra de Guerrero, entre la Costa Grande y la Tierra Caliente, decenas de poblados y núcleos ejidales se encuentran abandonados o en poder de la delincuencia organizada. Están prácticamente deshabitados, salvo por los pobladores que aceptaron o fueron obligados a trabajar para los criminales. Manuel Olivares, director del Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón (Centro Morelos), con sede en Chilapa, Guerrero, describe la situación con elocuencia.
Señala que detrás de esta condición están los intereses de las empresas mineras, tanto trasnacionales como nacionales. La delincuencia organizada opera como brazo paramilitar de ellas. Aunque no existe un registro completo de los afectados, se trata de centenares de familias en circunstancias trágicas, muchas de ellas dispersas en la entidad, el resto del país o en Estados Unidos.
En la llamada región Sierra de Guerrero hay comunidades deshabitadas por completo, en los municipios de San Miguel Totolapan, Ajuchitlán del Progreso, Arcelia y Coyuca de Catalán, refiere Olivares. La Laguna, por ejemplo, se encuentra deshabitada desde 2011. Lo mismo en las partes serranas de la Costa Grande, en los municipios de Petatlán, Coyuca de Benítez y otros.
Entrevistado por La Jornada, Olivares destaca sin ironía alguna: Casualmente, en todas esas localidades existen varias concesiones mineras que no se habían podido instalar a causa de los ejidos y poblados que se resistían. Casi todos los ejidos que actualmente sufren ocupación de la delincuencia organizada se habían negado a titular sus parcelas con los programas de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos (Procede) y el de Certificación de Derechos Comunales (Procecom) del gobierno.
Para las mineras resulta más sencillo operar en tierras despobladas que lidiar con asambleas ejidales y comunitarias, así que los ejidos fueron dispersados. Comisariados y delegados ejidales han huido con sus familias, al igual que los demás ejidatarios o comuneros. Muchas veces dejan atrás la documentación del territorio que tienen. En los hechos se volvieron tierras desocupadas, algunas hace más de cinco años. De acuerdo con la ley, si nadie las habita ni trabaja, se consideran abandonadas.
Un caso: Guajes de Ayala. Salieron casi todos, incluidas sus autoridades. Ahora no tienen documentos que prueben su calidad de ejidatarios. Pero “no toda la gente dejó los anexos. De 16 mil hectáreas, sólo 5 mil están sin dueño. En las otras, la gente que se quedó paga ‘impuesto’ o trabaja para las organizaciones criminales”, agrega el director del Centro Morelos, el cual lleva decenas de casos de desaparición en la región, todos en el contexto de la invasión de la delincuencia organizada. Las familias que buscan a sus hijas e hijos suman decenas.
“Las mujeres son un verdadero botín de guerra. Ahí ve uno a las muchachitas viviendo con los narcos. Las mujeres y los niños son los que más sufren; no queda ningún código de honor, ningún derecho. Los hombres y jóvenes sirven para el sicariato, cultivan amapola o mariguana, les trabajan”.
Olivares expone que otro factor de esta situación desesperada es “la lucha entre las organizaciones criminales por el control de territorio y la ‘necesidad’ que tienen de mayores extensiones de tierra. Y como también requieren mano de obra, incorporan la población al grupo o le exigen recursos económicos. Por eso tantos se van; es insoportable”.
La dispersión de las comunidades llega ser total. Algunas decenas de familias se han refugiado en otros municipios de Guerrero. Pero son incontables las familias que migraron a Michoacán, Jalisco, Baja California o Estados Unidos, y ahora son jornaleros. El Centro Morelos trabaja ahora con grupos de nueve, 16 o 34 familias desplazadas en la misma entidad, que reclaman sus tierras y el derecho a vivirlas y trabajarlas.
A la pregunta de si se trata de comunidades indígenas, Manuel Olivares responde terminante: No lo son. Los lugares abandonados estaban habitados por campesinos mestizos o pueblos que dejaron sus lenguas y costumbres hace tiempo. Resulta más fácil que ellos abandonen sus ejidos. Los pueblos indígenas tienen una cosmovisión diferente respecto de la tierra y la oposición a las minas y la delincuencia organizada. En las comunidades indígenas de la Montaña, la Sierra y la Costa se han formado policías comunitarias para contener la delincuencia y la minería.
Así, las comunidades indígenas se defienden y no abandonan tan fácil sus lugares en estas y otras regiones de Guerrero, también asoladas por la delincuencia y codiciadas por las mineras. -
Alcalde Rolando Espinosa es asesinado a tiros
Un alcalde de Filipinas acusado de tráfico de narcóticos fue muerto a tiros en el interior de una prisión cuando la policía y las autoridades del recinto penitenciario llevaban a cabo una inspección en busca de armas y drogas.
Rolando Espinosa, el alcalde de la ciudad Albuera en la isla central de Leyte, y su hijo, fueron acusados por el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, de tráfico de drogas y exigió que se entregaran, y podían ser «liquidados» si se oponían al arresto.
Espinosa entonces se entregó al jefe de la policía nacional, tras advertir que temía por su vida, y fue arrestado el mes pasado.
Este sábado Espinosa murió en su celda en la prisión provincial después de que él disparó contra los agentes durante una búsqueda de armas de fuego y drogas.
Según el inspector en jefe de la policía, Leo Laraga, Espinosa murió después de haber disparado contra los miembros del Grupo de Investigación Criminal y Detección.
La policía mató a otro alcalde la semana pasada, Samsudin Dimaukom, y a nueve hombres en una balacera en el sur de Filipinas.
Espinosa y Dimaukon estaban entre los más de 160 funcionarios mencionados expresamente por Duterte en agosto dentro de una campaña para avergonzarlos.
Duterte, de 71 años, ganó las elecciones en mayo pasado con la promesa de matar a decenas de miles de delincuentes para evitar que las Filipinas se convierta en un narcoestado, y ha puesto en marcha una guerra sin precedentes contra las drogas.
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Deja Enrique Galindo la Policía Federal
Por instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto fue separado de su cargo al frente de la Comisión de la Policía Federal a Enrique Galindo Ceballos, informó el secretario de Gobernación.
(Por) hechos recientes y por instrucciones del Presidente, el Comisionado de la Policía Federal Enrique Galindo ha sido separado de su cargo… ”, informó en conferencia de prensa el titular de la Segob, además de anunciar la designación de Manelich Castilla Craviotto al frente de la PF.
Precisó el encargado de la política interna del país: “Ello, con el objetivo de facilitar que las autoridades correspondientes lleven a cabo investigación de cara a la ciudadano”.
La Policía Federal ha sido cuestionada por su labor en el rancho «El Sol», donde fallecieron 42 personas el 22 de mayo de 2015.
Sobre Manelich Castilla se destacó que estaba al frente de la División de Gendarmería. El secretario de Gobernación instó al nuevo comisionado a continuar y profundizar el esfuerzo de capacitación permanente en materia de derechos humanos; mantener coordinación con el Gabinete de Seguridad y órdenes de gobierno para que la PF continúe garantizando seguridad a ciudadanía.
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Hallan narcotúnel entre Sonora y Arizona
Agentes de la Policía Federal descubrieron un narcotúnel conectado al sistema de alcantarillados entre las ciudades homónimas de Nogales, el cual cruza hacia ambos países por debajo del muro fronterizo entre Sonora y Arizona.
En un comunicado de prensa, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) detalló que el pasadizo clandestino fue descubierto en un operativo binacional contra la migración ilegal y el narcotráfico, en coordinación con la Oficina de Aduana y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés).
Al efectuar recorridos dentro del drenaje pluvial abajo del cerco fronterizo, policías federales detectaron tierra suelta cerca del punto conocido como W-4, donde se detectó que la pared de concreto tenía restos con textura diferente al concreto, lo que representaba un riesgo para la estructura del drenaje», dicta el boletín oficial.
Las ciudades fronterizas de Nogales en Sonora y Arizona comparten el sistema de alcantarillado público, instalaciones que son aprovechadas por los grupos del crimen organizado para facilitar el proceso de excavación de pasadizos clandestinos por los que cruzan de manera ilegal armas, dinero, drogas e indocumentados.
Al manipular el lugar los agentes de seguridad y migración se percataron que era la entrada de una excavación clandestina con un diámetro de entrada de 51 por 51 centímetros y una longitud aproximada de 31.5 metros, de los cuales casi 1.5 metros se encontraban en territorio nacional y más de 30 metros en territorio estadounidense, con dirección hacia un terreno abandonado en Nogales, Arizona», agregó la CNS.
Aproximadamente la mitad del túnel se encontraba apuntalado con vigas de madera y el resto tenía tierra y rocas, las autoridades consideran que estaba en proceso de construcción porque todavía no alcanzaba a salir hacia la superficie, no se reporta la detención de ningún sospechoso o la incautación de drogas.
Desde 1990 a la fecha han sido descubiertos alrededor de 200 narcotúneles entre México y los Estados Unidos; el pasado mes de abril en Tijuana, Baja California, las autoridades descubrieron el pasadizo clandestino más grande de la historia, el cual tenía solamente 90 centímetros de ancho, pero estaba equipado con un sistema de rieles, iluminación y ventilación, además de un enorme elevador para 10 personas.
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Aumenta la inseguridad en Nuevo León
Aún faltan dos meses para que concluya el año 2016 y la estadística de inseguridad ya rebasó las del año 2015, en una comparativa dada a conocer por el Observatorio Ciudadano de Nuevo León, en el período de enero a septiembre.
Sergio Anguiano, director de la Cámara de Comercio en Monterrey, dijo que los números que reflejan la realidad son contundentes.
«Las estadísticas pues son muy evidentes, no hay margen de error y lo que estamos viendo es que son totalmente coincidentes las cifras de percepción del pulsómetro, con las cifras duras de la Procuraduría, vamos a decir no hay diferencia, nos están marcando ambos indicadores, aunque son diferentes, nos están marcando exactamente lo mismo, pero los datos son contundentes», enfatizó.
En los delitos de alto impacto de enero a septiembre, en el de homicidio doloso se presentaron 315 denuncias en 2015, contra 511 en 2016; en el de secuestro aumentó de 17 a 19 en el mismo periodo; por extorsión se presentaron 357 denuncias en el 2015 contra 446 en el 2016 y el de violación aumentó de 470 denuncias a 516.
Sandrine Molinard, del Consejo Cívico de las Instituciones de Nuevo León (CCINLAC) , dijo que preocupa cómo la violencia puede generar delitos relacionados al narcotráfico.
En los delitos patrimoniales cometidos de enero a septiembre del 2015 al 2016 se registraron 2 mil 920 robo con violencia a persona, casa, negocios o vehículos, contra 4 mil 656 en este año; por robo a vehículo se presentaron denuncias por 2 mil 325 contra 3 mil 117 de este año.
En el robo a negocio se presentó en el 2015, 2 mil 099 denuncias contra 3 mil 654 de este año en el mismo periodo.
El robo a casa-habitación se presentaron 2 mil 143 denuncias en el 2015, contra 2 mil 578 en 2016.
Y en el delito de robo, el observatorio ciudadanos reporto un crecimiento de 6 robos a 38 en el mismo periodo.
«Nos preocupa este indicador, porque, puede ser representativo de otros fenómenos que suceden en la entidad como la participación de bandas de delincuencia organizada vinculadas a otras actividades como el narcotráfico en la entidad, ese es un dato que se viene analizando a nivel nacional, definitivamente no solamente afecta a Nuevo León, afecta a muchos Estados del país», reiteró Molinard.
Desde el Centro de Integración Ciudadana se tiene una estadística generada por la última Encuesta Nacional de Victimización, dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática del porqué no se denuncia.
«En un 60% de los casos los ciudadanos declaran que no presentan una denuncia por causas atribuibles a la autoridad, tales como la pérdida de tiempo, la desconfianza, los trámites largos y difíciles, por actitud hostil o por miedo a extorsiones a la víctima durante el trámite», comentó Eduardo Garza, del Centro de Integración Ciudadana.
Los números lo dicen, ya no sólo es percepción, la realidad se vive en la calle, sin confianza en quienes vigilan y sin mayor escudo que el miedo porque los ciudadanos recorren las calles sin escoltas.
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Regresará la Policía Federal a Tamaulipas
Los aproximadamente 800 elementos de la Policía Federal que fueron retirados de Tamaulipas en meses anteriores, para reasignarlos en otras entidades con problemas de inseguridad, regresarán paulatinamente a esta entidad fronteriza durante noviembre, confirmó el gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca.
Entrevistado a su llegada al Palacio de Gobierno en esta ciudad capital, el Ejecutivo Estatal dio a conocer que sostuvo una reunión con el Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, con quien abordó entre otros temas el relativo al regreso de los elementos de la corporación federal.
Luego de reiterar que existe una buena relación y comunicación con el funcionario federal, García Cabeza de Vaca, señaló que solo están a la espera de la confirmación del número de agentes que habrán de volver a labores de vigilancia en Tamaulipas.