Etiqueta: sector salud

  • Suben casos de dengue hemorragico en Colima

    El secretario estatal de Salud, Saúl Adame Barreto, reconoció estar preocupado ante el incremento en casos de dengue hemorrágico, los cuales representan ya poco más de 20 por ciento en comparación con los de dengue clásico.

    En conferencia de prensa, atribuyó esta situación a «la unión de dos serotipos que provocan una probabilidad mayor de que se nos presenten casos hemorrágicos».

    Confirmó que para los próximos seis meses se dispondrá de por lo menos 20 millones de pesos de la federación para la campaña contra el dengue.

    Asimismo, dio a conocer que se han presentado 10 mil 745 casos probables de dengue, de los que 637 están confirmados como hemorrágicos y tres mil 63 como dengue clásico.

    «Nos preocupa que exista un alto porcentaje de pacientes hemorrágicos», reiteró Adame Barreto, y agregó que por ello se
    intensificarán las diversas acciones en contra de esta enfermedad y del mosco transmisor de la misma.

    Entre ellas mencionó las nebulizaciones en vía pública, abatización en hogares y donde hay depósitos de agua, fumigación de casas y estrategias de descacharrización, incluyendo los programas de patio, azotea y escuela limpias.

    El funcionario estatal aseguró que no se maquillan cifras, pues «la política del gobierno estatal es la de transparencia en la
    información, y afortunadamente no ha habido decesos directos ni de influenza ni de dengue».

    Por otra parte, el secretario estatal de Salud dio a conocer que la vacunación contra la influenza A(H1N1) registra un avance
    aproximado del 50 al 60 por ciento, dando prioridad a las áreas médica, paramédica y de enfermería de todo el sector salud.

    Comentó que en la primera remesa, la institución a su cargo recibió dos mil 600 dosis de antígenos, mientras que el próximo siete de diciembre llegarán mil 400 más

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  • Senadores democratas clave en reforma estadounidense

    Tres senadores demócratas moderados se han vuelto clave para que el proyecto de reforma de salud que impulsa el oficialismo pueda pasar su primer obstáculo al ser sometido a una votación inicial el sábado en la Cámara alta, en la que se necesitan 60 votos para poder mandar la legislación a debate. Mary Landrieu, de Luisiana, Ben Nelson, de Nebraska, y Blanche Lincoln, de Arkansas, han maniobrado hasta ahora con cuidado, pendientes del humor de los votantes de sus estados. Al mismo tiempo, aprovechan su recién adquirida influencia en el Senado.

    Esa influencia se nota en la sección 2006 del proyecto de ley de 2.074 páginas, que en apenas varias decenas de renglones y sin mencionar ni a Landrieu ni a Luisiana, destina 100 millones de dólares de fondos federales a ese estado. Así, pareciera dar paso a que la senadora vote a favor de enviar el proyecto al pleno de la cámara. Los demócratas son 58 y cuentan con el apoyo de dos independientes. La oposición republicana puede usar tácticas dilatorias para que la votación no se produzca, las que se pueden superar con 60 votos, dos tercios del total.

    Nelson fue el único de los tres moderados que el viernes publicó un comunicado en que despejó las dudas sobre sus intenciones. «El Senado debería comenzar a intentar arreglar un sistema de salud público que cuesta demasiado y brinda demasiado poco a los ciudadanos de Nebraska», dijo. Los riesgos de la complicada danza de los líderes en busca de votos quedaron claros cuando el segundo en importancia de la bancada demócrata, Dick Durbin, señaló que Lincoln le había confiado a Reid cómo votaría. Los republicanos de inmediato acusaron a la senadora de decírselo a los líderes de su partido antes que a los ciudadanos de Arkansas y una vocera de Lincoln dijo que «aún está estudiando el proyecto» y no se había decidido.

    La Casa Blanca, en tanto, dijo en un comunicado que el proyecto «ofrece las reformas necesarias al sistema de salud que busca el gobierno». La reforma es considerada el tema de política interior más importante para el presidente Barack Obama. El plan senatorial, que costará casi un billón de dólares en 10 años, cubrirá a casi el 94% de los estadounidenses, según sus defensores, prohibirá a las empresas de seguros negar la cobertura a las personas con condiciones médicas preexistentes y obligará bajo pena de ley a casi todas las personas a adquirir seguro médico.

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  • Reforma de salud en EU, por su primer votacion

    Los demócratas de la Cámara de Representantes estadounidense discutían este viernes antes de someter el sábado a votación una reforma al seguro de salud nacional, uno de los grandes proyectos políticos de la presidencia de Barack Obama.

    El voto del plan de reforma debería ocurrir este sábado, según la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

    Los líderes demócratas aprovechaban las últimas horas de este viernes para tratar de buscar el mayor apoyo posible al proyecto.

    Por tanto, la visita de Obama al Congreso el sábado (inicialmente fijada para el viernes pero postergada debido al incidente que dejó 13 muertos en una base militar de Texas) será bienvenida por los demócratas.

    El proyecto prevé crear un seguro de salud administrado por el gobierno que deberá competir con los seguros privados.

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  • Aseguradoras en EU critican reforma sanitaria

    Las compañías de seguros emitieron el lunes un informe en el que fustigan la propuesta de reforma de salud en el Senado federal, argumentando que la misma elevaría los costos de la atención médica para los consumidores. El reporte lanza un mensaje alarmante en un momento crucial en el debate y constituye una amenaza potencial para la principal prioridad del presidente Barack Obama en su agenda nacional.

    La Casa Blanca y congresistas demócratas desestimaron el mensaje de última hora como un esfuerzo para destruir la reforma. Pero los coloca a ellos y sus aliados a la defensiva, un día antes de una importante votación en el Comité de Finanzas del Senado sobre una propuesta de ley que busca implementar los objetivos de Obama de extender la cobertura de salud a todos los estadounidenses y reducir los crecientes costos. «Realmente no creo que ni siquiera valga el costo del papel en que está escrita», dijo John Rotter, vicepresidente ejecutivo de la AARP (anteriormente conocida como Asociación Estadounidense de Personas Retiradas), refiriéndose al informe del sector de los seguros. «Si alguien se lo cree, ése es un problema».

    El estudio comisionado por Planes de Seguros de Salud de Estados Unidos (AHIP, por sus siglas en inglés), marcó un cambio de estrategia para el sector, que durante meses había estado tratando de trabajar tras bambalinas para ayudar a dar forma a la ley de salud. Con el Senado a punto de votar sobre una propuesta que las aseguradoras temen vaya a resultar en una enorme pérdida de ganancias, decidieron lanzarse al ataque. El domingo por la noche, la AHIP envió a la prensa un nuevo estudio de una firma de contabilidad que proyecta que la ley añadiría 1.700 dólares anuales al costo de cobertura de salud para una familia en el 2013, cuando la mayoría de las cláusulas de la ley estarían en vigor.

    De acuerdo con el estudio de PricewaterhouseCoopers, comisionado por el grupo de seguros, las primas para una sola persona aumentarían 600 dólares más con la ley de lo que subirían si no se implementa ésta. El estudio «confirma que la actual legislación va a hacer la cobertura mas cara para individuos, familias y empresas, y muestra que los costos subirán aún más que lo que lo harían durante el actual sistema», dijo Karen Ignagni, una cabildera del sector de los seguros, a reporteros en una teleconferencia el lunes.

    Las aseguradoras dicen que el aumento será causado por nuevos impuestos y la debilitación de las penalizaciones por no tener seguro, un cambio que dejaría a los estadounidenses aplazar obtener cobertura hasta que se enfermen. Los demócratas y sus aliados criticaron el informe, calificándolo de tendencioso. El economista de salud, Len Nichols, de la New America Foundation, dijo que, entre otras cosas, el reporte no tuvo en cuenta el impacto de subsidios que ayudarían a las personas de bajos y medianos ingresos a comprar un seguro.

    El estudio «fue financiado por gente a la que no le interesa un análisis objetivo de la verdad, sino insertar un particular punto de vista en el proceso político», dijo Nichols.

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  • Barack Obama solicita apoyo a su reforma sanitaria

    Cuando está cerca la fecha para una votación de la Comisión de Finanzas del Senado de Estados Unidos sobre la reforma del sistema de salud, el presidente Barack Obama exhortó el sábado a legisladores a que apoyen la propuesta.

    Pero, los republicanos advirtieron que el plan será un fuerte golpe tributario para muchos estadunidenses.

    La Comisión de Finanzas del Senado, el último de cinco paneles que trató la reforma de salud, votará el martes si aprueba o no lo que es la prioridad doméstica de Obama con la que busca reducir costos, regular a las aseguradoras y expandir la cobertura a millones de estadounidenses que hoy carecen de seguro de salud.

    El plan, que costaría alrededor de 2,5 billones de dólares, se ha convertido en su prioridad política a nivel doméstico.

    En su alocución semanal por radio e internet, Obama dijo que el impulso para cambiar estaba adquiriendo velocidad con la finalización de la legislación de la comisión de Finanzas del Senado.

    La aprobación de parte de la comisión sería una importante victoria, pero la reforma aún tiene un largo camino por delante.

    El proyecto debe fusionarse con uno de otra comisión antes de ser llevado al plenario del Senado a mediados de octubre.

    Obama elogió el proyecto de la comisión al destacar que el departamento de presupuesto del Congreso había concluido la legislación que permitiría a millones de estadounidenses que no tienen seguro de salud poder pagar su cobertura, al tiempo que desaceleraría el crecimiento de los costos de salud pública.

    «Esto es otro hito en lo que ha sido un camino largo y pedregoso hacia la reforma de salud», dijo Obama en su discurso.

    «La propuesta que está saliendo incluye las mejores ideas de republicanos y demócratas, y de personas a lo largo del espectro político», afirmó.

    Pero los republicanos criticaron el plan en su discurso radial semanal, al decir que Obama va muy rápido, y que la medida costaría mucho e implicaría nuevos impuestos muy altos para muchos estadounidenses.

    «En el Congreso, nosotros tenemos el trabajo de abordar este problema, pero la solución que acordamos sobre eso no debe ser precipitada, y la salida no debe se peor que el problema que estamos tratando de resolver», dijo el senador George LeMieux

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  • Seriamente avanza el proyecto de reforma en el senado de EU

    Los senadores demócratas rechazaron el jueves enmiendas propuestas por los republicanos que buscaban mostrar la reforma de salud como un aumento de impuestos a la clase media, y el Comité de Finanzas del Senado siguió avanzando con el objetivo de cerrar el debate sobre la medida al caer la noche.

    El resultado parecía cada vez más inevitable, dado que el presidente de la comisión, el demócrata Max Baucus, declaró que tenía suficientes votos para aprobar el proyecto, el cual busca cumplir las prioridades del presidente Barack Obama de brindar cobertura a quienes no la tienen y frenar los aumentos de precios en los tratamientos.

    El voto final en el comité probablemente no se realice hasta la semana próxima para dar tiempo a los senadores y la Oficina de Presupuesto del Congreso de revisar los detalles. El pleno del Senado y de la Cámara de Representantes lo comenzarían a debatir este mes.

    De convertirse en ley, el proyecto modificaría en gran medida el sistema de salud de Estados Unidos, ya que daría cobertura a un 95% de la población, volvería obligatorio tener seguro de salud por primera vez, daría subsidios para que las personas de menos ingresos puedan comprar seguros de gastos médicos y prohibiría que las aseguradoras dejen de prestar servicio a los enfermos.

    Una nueva bolsa de salud permitiría que la gente comparara planes de cobertura antes de comprar y les exigiría a éstos estándares mínimos de calidad. El proyecto que impulsa Baucus elimina un plan de salud manejado por el gobierno en competencia con las compañías privadas, al que los republicanos se oponen.

    Los republicanos aseguraron el jueves que los impuestos que el proyecto fijaría para la gente que no cumpla la obligación de comprar seguros de salud romperían la promesa de Obama de proteger a las familias de clase media de los aumentos impositivos. Los aranceles para familias que no compren una cobertura podrían llegar hasta 1.900 dólares.

    «Habrá mucha gente cuyos impuestos aumenten por esta ley», dijo el senador republicano Mike Crapo.

    Los demócratas contestaron que la ley en realidad representaría un recorte de impuestos por 40.000 millones de dólares en diez años, dado que daría créditos para ayudar a la gente de menos ingresos a comprar una cobertura.

    «Lo que están diciendo ustedes es que quieren destripar el programa del presidente», dijo Baucus sobre las enmiendas propuestas por Crapo y otro republicano, John Ensign. «Incluso más, quieren destripar la reforma de salud».

    Baucus anunció al comenzar la séptima jornada de debates que esperaba finalizar el jueves, lo que dejaría el camino abierto para que el histórico proyecto se debata en el pleno de ambas cámaras para mediados de mes.

    Cuando quedan apenas dos semanas, hay aspectos importantes aún sin definir, como la inclusión o no del plan de salud manejado por el gobierno.

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  • Cuidado con el dinero de las farmaceuticas

    El Senado se negó el jueves a exigir más dinero al sector farmacéutico después que dos demócratas advirtieron que ello socavaría la frágil coalición política que busca reestructurar el sistema de salud a nivel nacional. En el tercer día de lentas deliberaciones del Comité de Finanzas del Senado surgió el tema clave sobre los beneficios a los jubilados adscritos al plan de salud pública (Medicare) y sus costos.

    El comité rechazó por 13 votos a favor y 10 en contra una enmienda que obligaba al sector farmacéutico a devolverle 106.000 millones de dólares al gobierno en un período de 10 años por las medicinas usadas por los beneficiarios de Medicare con bajos ingresos. Tres demócratas, Bob Menéndez, Tom Carper y el presidente del comité, Max Baucus, se unieron a los republicanos para votar en contra de la propuesta.

    Minutos antes, Menéndez y Carper advirtieron que la aprobación de la enmienda podría socavar el respaldo al proyecto de ley en general. Las empresas farmacéuticas no sólo son los principales empleadores de sus estados, sino que el sector es uno de los que dan mayor respaldo a la reforma del sistema de salud este año. La votación fue un reflejo de la influencia de este sector.

    El patrocinador de la enmienda, el demócrata Bill Nelson, deseaba usar el dinero con el fin de cubrir la brecha en la cobertura de Medicare para los fármacos que requieren receta médica, desde hace tiempo un objetivo de los demócratas. Pero ese monto hubiera sido agregado a los 80.000 millones de dólares de tarifas reducidas que el sector ya ha concedido en un acuerdo con la Casa Blanca y con Baucus. Los senadores dijeron que la Casa Blanca había cabildeado en contra de la enmienda propuesta por Nelson.

    Carper afirmó después de la votación que las empresas farmacéuticas no habían señalado que abandonarían el acuerdo si se aprobaba la enmienda, pero agrego que él lo hubiera hecho. Dijo que les hubiera dicho «váyanse a pasear». Menéndez dijo a sus colegas durante el debate que la enmienda propuesta por Nelson «podría muy bien socavar la esencia de este acuerdo» y «nos pondría en una posición que dificultaría un avance».

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  • Barack Obama cambia estrategia para reforma sanitaria

    El presidente de Estados Unidos, Barak Obama, quien hoy va a la residencia de Camp David a pasar unos días de descanso hasta el lunes, está elaborando una nueva estrategia para lograr la aprobación del plan de reforma sanitaria por parte del Congreso, informó la Casa Blanca.

    Obama hablará probablemente a la nación en los próximos días, después de que el 8 de septiembre el Congreso retome su actividad tras la pausa estival.

    Hasta ahora el presidente, cuya popularidad cayó este verano boreal, dejó al Congreso la tarea de elaborar propuestas legislativas, limitándose a indicar los principios generales de una reforma del sistema de salud del país que pretende ampliar la cobertura sanitaria a los casi 50 millones de estadounidenses que actualmente carecen de seguro.

    Esta actitud permitió al Congreso debatir un vasto espectro de ideas, a menudo en conflicto entre ellas, pero también tuvo el efecto de confundir a la opinión pública sobre los verdaderos propósitos de Obama y sobre las consecuencias de la reforma para quien ya tiene un seguro médico y no quiere cambiar su situación.

    «Estamos entrando ahora en una nueva fase», dijo David Axelrod, el más importante consejero de Obama, en una serie de entrevistas. «Ha llegado el momento de sintetizar y de armonizar las diversas propuestas, ya que hemos llegado a la fase final de la partida», afirmó.

    Esto significa que Obama deberá ser más concreto sobre su plan de reforma sanitaria y en este sentido un discurso a la nación podría ser el mejor modo para abrir esta fase nueva.

    Según un sondeo de la CNN, sólo el 44 por ciento de los estadounidenses aprueba cómo Obama condujo el debate sobre la reforma sanitaria, mientras el 53 por ciento tiene una opinión negativa al respecto.

    «La historia juzgará si fue una buena idea o no consentir al Congreso discutir sobre toda la gama de ideas», afirmó Axelrod.

    «El presidente está convencido de que es posible completar esta histórica reforma, tan importante para la vida de todos los ciudadanos estadounidenses», añadió

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  • Mexico es ejemplo en sector salud para EU

    En el centralizado sistema sanitario mexicano los servicios de salud –privados, de seguridad social y los que carecen de los anteriores (población abierta)–, se apoya en la Secretarí­a de Salud y otras instituciones, del sector público o asociaciones civiles.

    El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) está a cargo de la seguridad social que presta a trabajadores de empresas privadas o asalariados.

    Mientras que para el sector público (federal, estatal o municipal), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se encarga de la atención de los derechohabientes.
    La Secretarí­a de Salud destina sus servicios a la población abierta, institución que solventa también necesidades de asalariados.

    Según el reporte â??Health Data 2008â?, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México se distingue por ser el paí­s que menos recursos destina a salud pública, con 6.6% de su PIB, cuando el promedio, el resto de los estados miembros, asegura 8.9 por ciento.

    Su rezago en infraestructura puede medirse, entre otros parámetros, por el número de camas hospitalarias, el IMSS reconoce que dispone de 0.83 camas por cada mil habitantes, cuando el promedio de los miembros de la OCDE es de cuatro por cada mil personas, lo que equivale a un rezago de 25 años.

    De acuerdo con Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (Incide Social), por cada dos mil habitantes hay tres médicos, un consultorio y cuatro enfermeras, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda entre dos y tres médicos por cada mil habitantes.

    En el paí­s, según datos de la Secretarí­a de Salud, hay 1.8 médicos por cada mil habitantes

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  • 10 puntos sobre la reforma de salud en EU

    1.- ¿Cuál es la estructura del sistema sanitario de Estados Unidos?
    El paí­s carece hoy de un sistema de cobertura universal. Los empresarios garantizan la protección sanitaria de la mayorí­a de los estadounidenses mientras que otra parte de la población elige aseguradoras privadas. Los términos de casi todos los planes incluyen el pago periódico de cuotas, pero a veces se exige el adelanto de cierta cantidad del costo del tratamiento, cuyo importe depende del tipo de plan acordado.

    2.- ¿Ofrece el Gobierno cobertura sanitaria para todos?
    A partir de los 65 años, los ciudadanos pueden acceder al programa Medicare, gestionado por el Estado. De la misma manera, Medicaid se hace cargo de familias con sueldos modestos, niños, mujeres embarazadas y personas con discapacidades.

    3.- ¿Cuáles son las desventajas?
    Los costos de sanidad para el individuo suben dramáticamente.
    Las cuotas para los sistemas basados en el pago parcial del empresario han crecido cuatro veces más rápido que los sueldos de los empleados, de manera que su costo se ha duplicado con respecto a hace nueve años. En 2007, el paí­s gastó 2.1 billones de dólares en sanidad.

    4.- Es poco, es mucho, ¿a qué equivale esa cantidad?
    Esta cantidad representa 16.2% del Producto Interno Bruto (PIB) –y si se consideran otros egresos relacionados, la cifra aumenta a 20%–, lo cual constituye casi el doble de la media de otros paí­ses de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
    El de Estados Unidos es el sistema de salud más caro del mundo. El gasto per cápita duplica el de paí­ses como Alemania.

    5.- ¿Cuáles son los efectos del aumento de los costos?
    Se cree que alrededor de 46 millones de los más de 300 millones de habitantes no tienen un seguro de salud, y que 25 millones reciben una cobertura insuficiente para sus necesidades. Cuando una persona sin seguro se enferma o se accidenta, está obligada a pagar los costos médicos de su propio bolsillo. La mitad de todas las bancarrotas privadas en Estados Unidos se debe en parte a los gastos médicos. Su explosión obliga al Gobierno a inyectar cada vez más dinero en Medicare y Medicaid. Se espera que los gastos en ambos programas suban de 4% del PIB, como era en 2007, a 19% en 2082, convirtiendo así­ los costos de Sanidad en el factor más decisivo para el crecimiento vertiginoso del déficit presupuestario.

    6.- ¿Cómo influye la crisis económica?
    Estos elevados costos son, en parte, responsables de la crisis económica y el colapso de gigantes de la industria estadounidense como General Motors. Su continua pérdida de competitividad ante rivales como las automotrices japonesas, no tiene tanto que ver con la forma en que se fabrican los automóviles sino con los onerosos planes de salud de sus trabajadores, que le impedí­an generar ganancias por cada auto vendido.

    7.- ¿Qué quiere cambiar Barack Obama?
    Obama formuló tres principios que cualquier borrador debe cumplir para poder contar con su apoyo: la reducción de los costos, la garantí­a de que todos los estadounidenses podrán escoger su propio plan de sanidad, incluido un plan público, y la calidad y la accesibilidad del sistema. Un proyecto de ley que permitirí­a la cobertura sanitaria de 95% de la población en 10 años. Contempla un incremento de los impuestos a los dos millones de estadounidenses más ricos, lo que ha provocado la ira de los republicanos.

    8.- ¿Qué ha trascendido de su propuesta?
    Obama no es el primer presidente que quiere reformar el sistema de salud. Lo intentó William Clinton hace 15 años, pero sin apenas participación de los congresistas. En esta ocasión, desde las distintas comisiones en el Senado y en la Cámara de Representantes ya han salido propuestas. La primera se decanta por un sistema de seguro obligatorio en el cual el Estado apoyarí­a con subvenciones a las personas necesitadas. La sanidad pública sólo estarí­a abierta a los que no tienen cobertura a través de un empleador. Otras dos rechazan la opción pública y prefieren una solución mixta de aseguradoras privadas y cooperativas médicas sin ánimo de lucro.

    9.- ¿En qué se ha logrado avanzar en el debate?
    En la negociación entre la Casa Blanca y el Congreso, se ha progresado en temas que podrí­an empezar a aumentar el respaldo popular a la reforma: se mantendrá la libertad de elegir seguro, los que estén satisfechos con su plan actual podrán conservarlo, las empresas están obligadas a proveer un seguro a sus empleados, el aumento de los impuestos sólo afectará a los hogares que ingresen más de un millón de dólares al año y no va a haber aumento del déficit fiscal.

    10.- De lograrse la reforma ¿qué consecuencias se temen?
    Los defensores de la propuesta de Obama la llaman â??la reforma del sigloâ?, mientras los opositores temen la quiebra del Estado. Miembros de las filas demócratas advierten al presidente de consecuencias negativas para la economí­a. Los crecientes costos para los seguros afectarí­an aún más a las empresas, ya afectadas por la crisis, señalaron los representantes. En ambos sectores –demócrata y republicano– se extiende la creencia de que la reforma es innecesaria.
    Sin embargo, el panorama actual no es más prometedor ya que los gigantescos costos de médicos y hospitalizaciones obligan a cada vez más estadounidenses a vender sus casas

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