Etiqueta: Rodrigo Hernandez Lopez

  • Los símbolos del poder por Rodrigo Hernandez Lopez

    Octavio Paz dijo alguna vez â??ambos, el tlatoani y el presidente se amparan en la legalidad. Su poder es absoluto, casi sagrado, pero no residen en su persona sino en su investiduraâ?.

    Para entender la cultura del presidencialismo mexicano es necesario hablar de los mitos, somos una nación que tiene sus objetos sagrados y el objeto más representativo es la silla presidencial.

    La silla presidencial es el objeto donde el poder emana, es ahí­ donde el HOMBRE dirige los destinos de una nación. En México el deporte favorito de nuestra clase polí­tica es el de la carrera presidencial. Y sentarse en la silla es la conclusión de las ambiciones de todo polí­tico.

    Es ella quien da la legitimidad, quien se sienta en ella es el que manda, es ahí­ donde bajo las alas del águila se toman las decisiones históricas del paí­s, con las cuales los hombres que ocupan ese lugar tienen dos caminos; son odiados o amados.

    Nuestra clase polí­tica ha traicionado, mentido y asesinado por ocupar el lugar de la oficina número uno del paí­s, no por nada nuestra historia es un mar de sangre, forjada como dice nuestro himno nacional: al grito de guerra. Caudillos, salvadores y mesí­as, han anhelado poder estar ahí­, sentados en esa misteriosa silla, la compañera por seis largos años, amiga, consejera y confesionario, de los hombres de poder.

    Solo ella ha conocido los tragos amargos, el envejecimiento, desesperaciones, júbilos y quizás hasta el llanto del encargado en turno del Poder Ejecutivo. Ella sin duda ha sido testigo silenciosa de las páginas más obscuras de la historia polí­tica. No por nada el Presidente Gustavo Dí­az Ordaz decí­a que â??desde ahí­ es posible sentir cuando el pueblo está satisfecho, airado, exigente, solidario, indiferente o frí­oâ?, no por nada el que se sienta ahí­ representa a la nación mexicana.

    Cuántas cosas nos podrí­a decir el águila, cuantas respuestas sabrí­amos, con cuánta precisión nos dejarí­a ver el mundo del poder y él hombre.

    Hoy como ayer y como mañana la silla ya se encuentra en juego. Y hoy no sólo está en juego la silla y la banda nacional. El año 2012 es un futuro pero un futuro que nos acerca dí­a con dí­a al pasado.

    A veces se nos olvida que somos un paí­s de mitos, y que los hombres responden a las circunstancias y a sus miedos…y esos miedos y esos mitos nos han llevado a pensar que el Presidente es el único responsable de los destinos del paí­s. Hoy ya no son los tiempos como dicen los Tigres del Norte de entregarle las llaves al sucesor de la tienda, pero parece que todo nos lleva de regreso, al punto de origen.

    Debemos pensar hoy sobre el futuro del sistema polí­tico y de sus gobernantes, pues el PRI y todo la maquinaria vienen por el â??carro completoâ? y entonces la pregunta que deberí­amos hacernos no es por qué regresan sino qué hicimos mal cuando la alternancia llegó o es que no estamos listos ya han pasado varias décadas desde que Porfirio Dí­az dijo que México estaba listo para la democracia y hoy parece tan lejana como cuando lo dijo.

    En dos años veremos quien ocupa la silla y el águila ya empieza a contar las horas para poder susurrar sus secretos y consejos al hombre…al hombre de la investidura.

    *Rodrigo Hernandez Lopez periodista por destino y fotógrafo de tradición

  • «Los rompe-teclas» por Rodrigo Hernandez Lopez

    Hablar del sistema polí­tico mexicano es adentrarse en un enfrentamiento de ideas y personajes, significa hacer un recorrido por los momentos amargos y dulces de la polí­tica.

    Tratar de entender el desarrollo de los logros democráticos anhelados por Francisco Ignacio Madero, es contemplar el crecimiento de México durante décadas, su evolución y crecimiento como paí­s, sus héroes y villanos, los grandes lí­deres que han llevado al sistema hasta el punto en que se encuentra.

    Pero no podemos entender la maduración de los sagrados anhelos de un Estado democrático, sin mencionar a uno de los grandes actores que durante años han caminado de la mano con la clase polí­tica; los periodistas.

    Si analizamos el papel que han jugado los medios de comunicación a lo largo de los grandes acontecimientos del paí­s podemos apreciar que sin su constante participación intentar hablar y descifrar el sistema polí­tico no serí­a posible.

    Durante años millones de mexicanos se han enterado de las realidades e impresiones gracias al importantí­simo trabajo que se realiza dí­a con dí­a en los medios. Vale la pena destacar el ejercicio periodí­stico como una parte medular dentro del mismo sistema polí­tico, en este año de mitos y realidades donde son obligatorias las palabras pronunciadas por el Ejecutivo Federal â??celebrar significa también analizar, celebrar significa discutir la historia de México que no ha sido, afortunadamente, ni de ángeles ni demonios, sino de hombres y mujeres como todos, con virtudes, con defectos, con grandes ideales. Dialoguemos y discutamos sobre la historia nacional sin mitos, sin prejuicios, sin exclusiones.â?

    Hoy el papel de la prensa no es igual a los años dorados del viejo sistema donde existí­a una sola regla que se cumplí­a como mandamiento â??no tocarás ni al presidente de la República ni a la Virgen de Guadalupeâ?. Afortunadamente y para el bien del propio sistema contamos con gente como Carmen Aristegui capaz de hacer temblar a las voces más duras de clase polí­tica.

    Vemos con valentí­a los cartones de los moneros ; Hernández, Naranjo, Rictus, Alarcón, Helguera, Paco Calderón, Magú, Carreño, Boligán, Jabaz El fisgón y Helioflores.

    Prestamos atención a las palabras de Denise Dresser, Macario Schettino, Sergio Aguayo, Enrique Hernández Alcázar, Ricardo Alemán, Jesús Rangel, Martha Lamas, Ana Lilia Pérez, Héctor Aguilar Camí­n, Julio Scherer, Lorenzo Córdova, Sergio Aguayo, José Cárdenas, Sergio Sarmiento, Katia D´artigues, Diego Osorno, Olga Pellicer, Félix Fuentes, Denise Maerker, Julio Hernández, Jairo Calixto, Olga Wornat, Lydia Cacho, Alán Arias, Sabina Berman, Ricardo Raphael, Federico Arreola, Joaquí­n López Doriga, Mardonio Carballo, Thelma Gómez, José Gil Olmos, Rosalí­a Vergara, Ernesto Villanueva y el maestro Miguel íngel Granados Chapa.

    El periodismo es uno de los pistones del motor mexicano, y no podemos entender al sistema y sus fallas sin estos hombres y mujeres, quienes gracias a su esfuerzo y compromiso con la verdad y la â??objetividadâ? demuestran que podemos salir de esta tragicomedia mexicana en la cual vivimos.

    Estas lí­neas no son alabanzas a los citados antes, es una crí­tica y un llamado a todo mexicano que posee una pluma y la capacidad de contar la realidad. Es un grito de auxilio pues el trabajo de cada uno de ellos nos llevará a la cita que el paí­s tiene pospuesta con el destino.
    Dí­a a dí­a su trabajo genera los despertares de la mente, y generan opiniones y debate, de nada sirve que en un único diario se publicaran sus columnas, artí­culos y colaboraciones si nadie las leyera o las escuchara.

    El sistema polí­tico mexicano de nada sirve sin ustedes, porque dí­ganme quién nos va a contar de los malos manejos del erario, del nepotismo y la impunidad, de los secuestros, la corrupción, desapariciones, el catastrofismo, de los daños colaterales y sus derivados.

    Vivimos tiempos obscuros pero aún existe la luz, y ustedes tienen el peso en sus hombros, no olviden qué representa hoy su voz y escritura pues son ustedes quienes a diario cuentan la realidad. El periodismo y el sistema polí­tico son complementos, un Presidente sin micrófono no es legí­timo, y un periodista sin entrevistador no tiene nota.

    Les invito a analizar el papel que hoy juega aquel que tiene el medio para dar su opinión y las repercusiones que esto tiene, esa divinidad llamada ética habrá que pensar en sus dimensiones. Prensa y poder cuánto daño le ha hecho a este paí­s, celebremos el bicentenario y el centenario bajo un solo lema, soñemos en libertad y caminemos a los ideales siempre en aras de la verdad.

    * Rodrigo Hernandez Lopez es periodista por destino y fotógrafo