Etiqueta: republicanos

  • Los republicanos no saben como defender a Donald Trump

    Dicen los que saben que hay una máxima en la vida, cuando no sepas porque te esta yendo mal, culpa a los demás, parece que es lo que el mandatario norteamericano Donald Trump, hace y parece que solo sabe hacer eso, ya que ahora culpa a su propio partido de hacer muy poco por defenderlo.
    El presidente de EE.UU., Donald Trump, acusó hoy a los republicanos del Congreso de hacer «muy poco» para protegerle, y volvió a criticar la investigación sobre los supuestos lazos con Rusia de su campaña electoral en 2016. De hecho señala a algunos (según versa en algunas publicaciones periodisticas de EE.UU.) de quizá estarlo boicoteando.
    Los republicanos se encuentran entre la espada y la pared, ¿quien en su sano juicio puede defender al presidente Donald Trump, que es en el menor tiempo de su mandato, el presidente más impopular entre sus gobernados de la historia del país?
    Hay analistas que dicen que los días de Donald Trump están contados, la investigación en torno a los lazos con Rusia lo ven como un ataud que esta construyéndose y parece que con prisa, ya que la mayoría de norteamericanos ya ven con desconfianza a los habitantes de la Casa Blanca en torno a la verdad en este tema.
    Quizá y Trump no sabe de leyes, pero si mal no recuerdo quien otorga información privilegiada a Rusia, en las leyes norteamericanas esta catalogado como traidor y tiene la pena capital… nadie esta midiendo los alcances de la situación, mucho menos Donald Trump.
    Los republicanos no saben como defender a Donald Trump

  • Donald Trump aplaude el Brexit

    El precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, elogió este viernes la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea y estableció un paralelo con su propia campaña para limitar la inmigración ilegal y construir un muro en la frontera de su país con México.
    En la reapertura de un campo de golf en Escocia, el multimillonario neoyorquino dijo: «Veo un gran paralelo. Creo que la gente realmente ve un gran paralelo. Mucha gente está hablando de eso y no sólo en Estados Unidos, sino también en otros países».
    Las personas desean tomar el control de su país nuevamente, quieren tener independencia. Tú ves esto con Europa, en toda Europa», dijo el empresario de 70 años, el más probable candidato republicano para la elección presidencial de Estados Unidos el 8 de noviembre.
    Trump, que llegó en su helicóptero a Turnberry, cerca del complejo turístico de su propiedad donde está el campo de golf, dijo que el referendo británico era un revés también para el presidente Barack Obama, que había instado a los británicos a permanecer en la Unión Europea.
    Habrá muchos otros casos en los que ellos (los ciudadanos) buscarán recuperar el control de sus fronteras, recuperar su moneda, tener un montón de cosas de nuevo. Ellos quieren ser capaces de tener un país nuevo», sostuvo el magnate inmobiliario.
    Donald Trump aplaude el Brexit

  • Obama urge a republicanos a pronunciarse sobre nominación de juez

    Obama urge a republicanos a pronunciarse sobre nominación de juez. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reiteró hoy su llamado a los republicanos en el Senado para dar al juez Merrick Garland una audiencia justa y una votación para ocupar un lugar en la Corte Suprema.
    En su mensaje semanal, el mandatario señaló que han pasado 45 días desde que Garland fue nominado para ocupar un lugar en el máximo tribunal y resaltó algunas cualidades que los mismos republicanos le reconocen, como su integridad, experiencia y calificaciones impecables.
    Garland “es un hombre de logros y agudo intelecto (…) honesto, capaz, y cuya reputación es irreprochable”, cualidades que los mismos republicanos reconocen en el juez, reiteró Obama.
    Al afirmar que la mayoría de los republicanos se han negado a hacer su trabajo y han negado al juez Garland la consideración que se merece, el presidente enfatizó que la Corte Suprema “debe mantenerse por encima de la política partidista”.
    “Yo he hecho mi trabajo, he nombrado a alguien tan calificado como Merrick Garland”, subrayó Obama, tras indicar que “ahora es el momento para que el Senado haga su trabajo”.
    “Darle al juez una audiencia y darle un voto afirmativo o negativo, pero darle la oportunidad y a nuestra democracia con el respeto que se merece”, reiteró.
    Un reciente sondeo encontró que un 52 por ciento de los estadunidenses están a favor de que el Senado vote este año sobre el nominado del presidente a la corte.
    Mientras que, un 30 por ciento se pronunció por dejar vacante el cargo para que sea el próximo presidente del país quien lo nomine.
    La nominación de Merrick se hizo tras la muerte del juez Antonin Scalia, pero fue rechazada de inmediato por la mayoría republicana que controla el Senado
    Obama urge a republicanos a pronunciarse sobre nominación de juez

  • Donald Trump quiere renuncie John Kasich

    El principal aspirante presidencial republicano, Donald Trump, alega que la nominación casi está en sus manos, por lo que está presionando al gobernador de Ohio para que abandone la contienda por la Casa Blanca, argumentando que no se le debería permitir a John Kasich seguir ganando delegados.
    Tratando de recomponerse después de una semana difícil, Trump dijo que es injusto que siga en campaña Kasich, que solo ha ganado elecciones primarias en el estado que gobierna. Sugirió que Kasich, quien ha prometido que llegará a la convención nacional del partido en el verano, debería hacer lo que hicieron Marco Rubio y Jeb Bush: renunciar a la contienda.
    «Si no estuviera Kasich, yo ganaría automáticamente», dijo Trump el domingo durante un mitin en West Allis, Wisconsin.
    Agregó que el gobernador podría pedir ser considerado en la convención republicana en Cleveland en julio sin siquiera competir en las primarias que quedan. También dijo que compartió sus preocupaciones con autoridades del Comité Nacional Republicano en una reunión en Washington la semana pasada.
    La campaña de Kasich respondió que ni Trump ni el senador de Texas, Ted Cruz, tendrán los delegados suficientes para ganar la nominación de inmediato cuando sea la convención en Cleveland.
    «Ya que él piensa que es tan buena idea, esperamos ver que Trump renuncie antes de la convención», dijo el portavoz de Kasich, Chris Schrimpf.
    Al mismo tiempo, el ex aspirante republicano Ben Carson -quien dio su respaldo a Trump- advirtió el lunes que «sería un desastre» si el Partido Republicano trata de buscar otra alternativa a Trump o Cruz en la convención de julio. En entrevista en el programa «Good Morning America» de ABC, Carson dijo que si se da el escenario «tendremos problemas importantes».
    Por su parte, la aspirante presidencial demócrata Hillary Clinton dijo en «Meet the Press» de NBC que el FBI no le ha solicitado hasta ahora una entrevista sobre el uso de un servidor privado para su correo electrónico oficial de cuando era secretaria de Estado.
    Donald Trump quiere renuncie John Kasich

  • Republicanos se resignan ante Donald Trump

    Republicanos se resignan ante Donald Trump. Ante el probable ascenso de Donald Trump hasta la candidatura republicana a la presidencia, los líderes del partido han adoptado posturas entre la aceptación resignada y la negación más profunda.
    Tras ganar en al menos otros tres estados esta semana, Trump es ahora el único aspirante encarrilado para conseguir la candidatura republicana antes de la convención del partido en julio. Pero aún necesita nuevas victorias en las próximas primarias para hacerse con los 1.237 delegados necesarios, lo que hace que algunos de sus oponentes conserven un destello de esperanza de que aún puedan detenerle.
    «Sigo pensando que es una posibilidad muy realista que nadie va a tener una mayoría de delegados», dijo Henry Barbour, un miembro del Comité Nacional Republicano que trabajó con la estrategia de delegados de Marco Rubio hasta que el senador por Florida abandonó la carrera el martes.
    Trump «no merece ser presidente», afirmó Barbour, aunque señaló que en último término apoyaría al magnate si «puede convencerme de que es material de presidente».
    Trump advirtió el miércoles que sus partidarios podrían amotinarse si no logra alcanzar esa cifra de delegados y pierde la candidatura en una pugna sobre normas internas en la convención republicana.
    «Habría disturbios», declaró Trump en el programa «New Day» de la cadena CNN. «Si privan a esta gente de su derecho al voto creo que tendrían problemas como nunca han visto antes».
    A pesar de las profundas preocupaciones acerca de este precandidato en el interior del Partido Republicano, hubo poca acción tangible el miércoles que apuntara a un modo de detener la marcha del magnate de los bienes raíces hacia la elección general.
    Ni los líderes del partido ni los donantes se apresuraron para respaldar a Ted Cruz, el único candidato en la competencia con una posibilidad remota de superar a Trump en el conteo de delegados. Un grupo pequeño de conservadores mantuvo con sus planes de reunirse el jueves para analizar la perspectiva de unirse en un tercer partido, pero no se ha identificado a ningún candidato para liderar ese esfuerzo.
    John Boehner, expresidente de la Cámara de Representantes, planteó que su sucesor, Paul Ryan, podría ser el nominado en caso de que haya una disputa en la convención. Pero Ryan rápidamente se salió de la fórmula, al decir a través de una vocera que «no aceptaría una nominación y cree que nuestro nominado debería ser alguien que se postuló este año».
    Mientras tanto, la líder en la contienda demócrata, Hillary Clinton, fijó su mirada en un enfrentamiento con Trump en noviembre. Su triunfo arrasador en las cinco elecciones primarias del martes fue un golpe duro para su rival Bernie Sanders, y dio a Clinton lo que el gerente de su campaña describió como una «ventaja insuperable» en el conteo de delegados.
    «Estamos seguros de que por primera vez en la historia de nuestra nación, el Partido Demócrata nominará a una mujer como su candidata presidencial», escribió Robby Mook en un memorándum a sus partidarios.
    Clinton tiene al menos 1.599 delegados frente a los 844 de Sanders. Se necesitan 2.383 para ganar la nominación demócrata.
    Trump exhortó a los republicanos a ver la contienda por la nominación del partido con el mismo sentido de claridad. Durante una ronda de llamadas a los programas matutinos de televisión, afirmó que algunos de los mismos senadores republicanos que lo han criticado públicamente lo han llamado de manera privada para decirle que quieren «participar» en su campaña.
    Republicanos se resignan ante Donald Trump

  • Ted Cruz comienza a sumar apoyos no por bueno, sino por Donald Trump

    Ted Cruz comienza a sumar apoyos no por bueno, sino por Donald Trump. Los ansiosos dirigentes republicanos están haciéndose a la idea de que el segundo aspirante a la nominación presidencial menos deseado, Ted Cruz, podría ser al final de cuentas la única opción que tienen para frenar a Donald Trump, al que quieren menos todavía.
    Durante mucho tiempo, colegas del Senado y exrivales en la contienda presidencial temieron la ideología purista de Cruz, pero ahora les preocupa más la posibilidad de que Trump salga nominado. Cruz ha recibido el apoyo de una de sus antiguas rivales en las primarias, Carly Fiorina, y busca el de otro, Jeb Bush.
    El senador Lindsey Graham dice que Cruz es «la persona más lógica para frenar a Trump». No hace mucho Graham había dicho que elegir entre Cruz y Trump era optar entre «ser baleado o envenenado».
    Trump, por su parte, pide al aparato del partido republicano que se unan detrás de su candidatura.
    «No es mi preferido», declaró Graham sobre Cruz. «Pero estamos donde estamos. Y si Trump gana en la Florida y en Ohio, no creo que se lo pueda frenar».
    Las contiendas del martes que viene en esos dos estados, cuyos vencedores se llevarán todos los delegados en disputa, preocupan al movimiento anti-Trump dentro del Partido Republicano.
    El magnate está dominando las primarias y podría tomar una ventaja decisiva.
    «Si gano los dos (estados), esto se acabó», se mofó Trump en una entrevista con el programa «Anderson Cooper’s 360» de CNN.
    «En lugar de resistirme, deberían abrirme los brazos», agregó en declaraciones a Fox News Channel.
    Bush, quien asomó como el candidato del establishment republicano pero se tuvo que retirar tempranamente de la puja al no recibir el apoyo que esperaba, está hablando con todos los candidatos que siguen en carrera, con excepción de Trump, antes del debate republicano de la noche. El miércoles se reunió en privado con Marco Rubio y planeaba verse el jueves con Cruz y con John Kasich.
    Bush y Trump tuvieron tensas confrontaciones durante la primera parte de la campaña y en varias ocasiones se tildaron el uno al otro de «perdedor».
    Rubio, el favorito del establishment tras el derrumbe de la candidatura de Bush, intentó ser la figura llamada a unificar el partido, pero tuvo un día desastroso este martes, en que no sumó un solo delegado. Trump ganó tres votaciones y Cruz una ese día.
    Ahora, necesitado de una victoria el martes próximo en su estado de la Florida para salvar su candidatura, Rubio admite que tal vez se le fue la mano en sus virulentos ataques a Trump.
    «Mis hijos se sintieron incómodos. Si tuviese que hacerlo de nuevo, no lo haría», dijo el miércoles por la noche en MSNBC.
    La debilidad de Rubio ha hecho que muchos de sus partidarios empiecen a contemplar la posibilidad de apoyar a Cruz.
    «Creo que podría hacerlo», declaró el senador Dean Heller, quien respalda a Rubio. «Estoy de acuerdo con Cruz el 80% de las veces. Hay cosas en las que no coincido, pero si coincido en el 80% y es conservador, nos vamos a llevar bien».
    Por ahora, no obstante, ni un solo senador republicano ha apoyado a Cruz, quien dijo que el líder de la mayoría en el Senado Mitch McConnel es un mentiroso y promovió una paralización parcial del gobierno que duró 16 días en el 2013.
    Trump tiene el respaldo de un senador, Jeff Sessions, y Rubio el de 14.
    Fiorina, sin embargo, ofreció a Cruz una inmediata dosis de credibilidad al decir el miércoles en Miami que Trump la «horroriza».
    «La verdad es que Donald Trump y Hillary Clinton son dos caras de la misma moneda», declaró, con Cruz a su lado. «Es hora de que nos unamos detrás de la persona que puede derrotar a Donald Trump, que puede derrotar a Hillary Clinton».
    A numerosos republicanos, no obstante, les cuesta digerir la idea de que hay que apoyar a Cruz con tal de frenar a Trump.
    «El establishment republicano está agonizando», sostuvo un dirigente republicano de larga trayectoria, Mark Meckler. «Los únicos candidatos que quedan son 100% antiestablishment».
    Ted Cruz comienza a sumar apoyos no por bueno, sino por Donald Trump

  • Donald Trump y su muro fronterizo

    ¿Puede Donald Trump cumplir su promesa de construir un muro a lo largo de los 3.000 kilómetros de frontera entre Estados Unidos y México para impedir la migración irregular? Y lo que es más, ¿puede hacer que México lo pague?
    Por supuesto que puede construirlo, pero no es tan sencillo como dice.
    Levantar el muro, una iniciativa muy festejada en los actos de campaña del magnate, que busca la candidatura presidencial republicana, es una empresa compleja y rodeada de dificultades. En su camino se alzan numerosos obstáculos burocráticos, diplomáticos, ambientales, monetarios y logísticos.
    Y obligar al gobierno mexicano a pagar la factura no será sencillo. Su presidente ha rechazado de plano esa posibilidad.
    No es la primera vez que se intenta colocar una barrera física entre México y Estados Unidos.
    Durante el segundo mandato del presidente George W. Bush, el Congreso autorizó 1.200 millones de dólares para construir varias millas de cerca doble, pero el gobierno afrontó un sinfín de obstáculos. Propietarios privados que rechazaban las ofertas de compra de terreno. Preocupaciones ambientales y demandas.
    Ahora hay 1.046 kilómetros (650 millas) de cerca en la frontera, lo que incluye un valla de acero de 4 metros (15 pies) de altura en muchas zonas urbanas, diseñada para detener o reducir el número de personas que cruzan, así como barreras para vehículos, postes de acero más cortos llenos de cemento y plantados en el suelo.
    Construir eso ya fue un desafío, y un nuevo muro más alto como el que quiere Trump afrontaría sin duda la misma oposición, si no más.
    En primer lugar, un acuerdo de fronteras de 1970 regula la construcción de estructuras a lo largo de los ríos Colorado y Bravo en la frontera mexicana. El texto indica que las estructuras no pueden perturbar el flujo de los ríos, que pasan por Texas y 38 kilómetros (24 millas) en Arizona y definen la frontera entre ambos países, según la Comisión Internacional de Fronteras y Agua, una agencia conjunta estadounidense y mexicana que administra el tratado.
    Trump dijo que su muro no tendría que cubrir los 3.379 kilómetros (2.100 millas) de la frontera, pero aunque se excluyan los tramos bloqueados por accidentes geográficos, sigue habiendo graves problemas.
    En algunos lugares, las obligaciones del tratado y las zonas de inundación designadas en el río requerirían levantar el muro bien entrado el territorio estadounidense, lo que sería incómodo si el gobierno mexicano paga y supervisa el proyecto.
    Además de crear una especie de tierra de nadie entre el muro y la frontera real, un gobierno o el otro tendría que comprar grandes extensiones de propiedad privada, así como tierras de al menos una tribu indígena con territorio a ambos lados de la frontera en el sur de Arizona.
    En zonas donde la frontera es tierra seca en New Mexico, la mayoría de Arizona y California, habría que construir estructuras para que el muro no obstruya rutas de paso naturales ni provoque inundaciones. Construir en estas zonas puede ser complicado y caro. En las sensibles dunas de arena del sur de California, por ejemplo, habría que instalar una «cerca flotante» que permitiera el movimiento natural de las dunas.
    Después están las cuestiones de conservación del medio ambiente. Grupos como Defenders of Wildlife y el Sierra Club presentaron demandas por algunos tramos de la cerca parcial que existe ahora. Y en algunos lugares, la regulación federal podría impedir, o al menos retrasar de forma considerable o aumentar los costes del proyecto.
    En diversos tramos de la frontera de California pueden encontrarse un total de 18 especies protegidas a nivel federal y en Arizona viven al menos 39 clasificadas como amenazadas, en peligro o aspirantes a obtener protección, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos.
    Suponiendo que Trump pueda sortear todos estos problemas, también debe lidiar con el costo y las consecuencias diplomáticas.
    Muchas organizaciones que monitorean datos han cuestionado la estimación de Trump sobre que el muro podría construirse por entre 10.000 y 12.000 millones de dólares. Y han rechazado su afirmación de que podría financiarse reduciendo el déficit fiscal de Estados Unidos con México.
    Cifras proporcionadas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y el Servicio de Investigación del Congreso indican que el precio total de la actual cerca de 650 millas fue de 7.000 millones de dólares. Y eso no incluye el mantenimiento.
    Trump ha insistido en que México pagará el muro, quizá con comisiones sobre el dinero que los migrantes envían a sus familias, con aranceles o por otros medios. Esas comisiones serían muy impopulares y probablemente los aranceles chocarían con el Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio. En definitiva, el costo de esos aranceles también repercutiría en los consumidores estadounidenses.
    Conseguir que el gobierno mexicano pague la obra directamente es casi con certeza una ilusión.
    El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, dijo el lunes que no había ninguna situación en la que México pudiera pagar el muro, y comparó la retórica de Trump con la de Hitler o Mussolini. El expresidente Vicente Fox fue más directo, y empleó una palabra soez para afirmar en una entrevista que su país no tiene la menor intención de pagar el muro prometido por Trump. Tanto Fox como otro expresidente, Felipe Calderón, han comparado a Trump con Hitler.
    De modo que hay una mala reacción diplomática a los planes, una cuestión que planteó en 2009 el Servicio de Investigación del Congreso.
    «¿Superan los beneficios en seguridad de fronteras el riesgo de enemistarse con México y Canadá?», preguntó la agencia. «¿Deben las opiniones o deseos de los gobiernos de México o Canadá tomarse en cuenta en lo referente a cercas fronterizas? Dada la necesidad de coordinar actividades de espionaje y seguridad en la frontera, ¿debe imperar el mantener una relación de trabajo cordial con México y Canadá sobre la protección de la frontera con barreras físicas?».
    Y el miércoles, un grupo de miembros de una comunidad nacional republicana sobre seguridad, entre los que había exmiembros del gobierno, criticó duramente la idea.
    «Controlar nuestra frontera y evitar la inmigración ilegal es un tema serio, pero su insistencia de que México financie un muro en la frontera sur aviva pasiones de escasa ayuda y se basa en una absoluta malinterpretación y el desdén sobre nuestro vecino del sur», indicaron en una carta abierta.
    Donald Trump y su muro fronterizo

  • Ted Cruz será el rescate republicano ante el flamigero Donald Trump

    Ted Cruz será el rescate republicano ante el flamigero Donald Trump. Líderes republicanos sopesan la perspectiva de que la mejor esperanza para frenar la marcha de Donald Trump hacia la nominación presidencial pudiera ser Ted Cruz: el único candidato que causa tanta incomodidad entre la elite del partido como el magnate, si no más. Cruz se dividió resultados con Trump en las contiendas del sábado, fortaleciendo el argumento que solamente él puede derrotar al multimillonario.
    Trump y Cruz tienen ahora una considerable ventaja en delegados frente a su rival Marco Rubio, reduciendo aún más el ya estrecho sendero del senador floridano a la nominación.
    Si continúa la declinación de Rubio, éste sería el precandidato del establishment más reciente que cae víctima de un electorado enfurecido y frustrado al que no le preocupa nada el respaldo partidista ni de la prensa. Rubio ha presentado ambos en semanas recientes, pero su atractivo para los electores republicanos no ha aumentado.
    Rubio consiguió una victoria el domingo en la primaria en Puerto Rico, su segundo triunfo en la campaña.
    Rubio rechazó la idea de que los republicanos opuestos a Trump deberían unirse en respaldo de Cruz, argumentando que el resultado probable dejaría al partido con una larga batalla sin un nominado seguro en la convención de julio.
    «Para ser sinceros, es difícil imaginarse en estos momentos, de la forma en que van las cosas, que alguien vaya a conseguir» una mayoría de 1.237 delegados, dijo Rubio The Associated Press el domingo por la noche. «Incluso Trump, tendría que ganar la mitad de los delegados que quedan. Veremos qué sucede. Es un año político muy inusual».
    Rubio prometió de nuevo que él va a ganar su estado, Florida, el 15 de marzo, lo que le daría los 99 delegados.
    Los demócratas, en tanto, realizaron asambleas partidistas en Maine el domingo. Bernie Sanders ganó esa contienda, venciendo a Hillary Clinton para su octava victoria en las 19 votaciones realizadas hasta ahora en el proceso.
    Los candidatos demócratas realizaron el domingo un debate en Flint, Michigan, que resaltó sus diferencias en política económica.
    Sanders y Clinton se enfrentaron apenas dos días antes de la primaria de Michigan en una ciudad que ya estaba en malas condiciones antes de que sus residentes se enteraran de que su agua potable estaba contaminada con plomo.
    Clinton dijo que solamente ella tenía una estrategia «creíble» para elevar los salarios. En días recientes, la candidata ha promovido un plan para reducir beneficios fiscales a compañías que exportan empleos y usar el dinero para alentar inversiones en Estados Unidos.
    Sanders resaltó en un artículo el domingo en el diario Detroit Free Press que su rival había respaldado «políticas desastrosas» como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la normalización de comercio con China, que han resultado en la pérdida de miles de empleos, lo que ha devastado a ciudades como Detroit y Flint.
    Sanders ganó las contiendas demócratas el sábado en Kansas y Nebraska y Clinton ganó en Louisiana, para aumentar su considerable ventaja en delegados.
    Ted Cruz será el rescate republicano ante el flamigero Donald Trump

  • Que sigue tras este super martes de elecciones en EU

    Que sigue tras este super martes de elecciones en EU. Ante los delegados conferidos por 12 estados, observe los totales cuando la situación se asiente.
    Trump logró al menos 186 delegados en la jornada de primarias, mientras que Ted Cruz sumó al menos 125 representantes y Marco Rubio al menos 62. John Kasich sumó al menos 18 delegados y Ben Carson se apuntó al menos tres. Hubo 595 delegados republicanos en disputa en 11 estados.
    En general, Trump lidera la carrera para convertirse en el candidato republicano a la Casa Blanca con 268 delegados. Le siguen Cruz, con 142, Rubio con 78, Kasich con 24 y Carson con ocho. Se necesitan 1.237 delegados para ganar la candidatura presidencial republicana.
    En el bando demócrata, Clinton tuvo 441 de los 865 delegados que se repartían en la jornada electoral más intensa de las primarias presidenciales estadounidenses. Sanders está por detrás con al menos 262. Se necesitan 2.383 delegados para ganar la candidatura presidencial demócrata.
    Observe cómo los líderes en ambas contiendas, Clinton y Trump, se posicionan de cara al futuro. ¿Se centrarán más en sus contrincantes en las primarias o actuarán más como si ya se estuvieran disputando las elecciones presidenciales? Trump dijo el martes en la noche que si Clinton no había resuelto nada hasta ahora en Washington «no resolverá nada en los próximos cuatro años». Clinton, por su parte, censuró lo que describió como el discurso enfadado y divisivo del favorito republicano, aunque no lo identificó por su nombre.
    El itinerario de Rubio refleja sus prioridades. Hace campaña el miércoles en Michigan, que votará en primarias el 8 de marzo. Ya prepara grandes actos en su estado natal, Florida, donde la votación se efectuará el 15 de marzo a la par que en estados donde el ganador se lleva todos los delegados. La votación adelantada ya comenzó en Florida en tanto que Rubio ha manifestado claramente la importancia de esa región para él: «Vamos a ganar Florida. Florida no va a dar su voto a un estafador como Donald Trump».
    Esté pendiente de un Cruz más firme, rejuvenecido por los triunfos en su estado natal, Texas, y el vecino Oklahoma. Mientras subraya que es el único candidato que ha conseguido victorias sobre Trump hasta el momento, Cruz exhortó el martes en la noche a otros precandidatos republicanos a que «consideremos unirnos en oración» y hacer alianza contra el magnate. Traducción: Retírense de la contienda.
    Hay que observar cómo la corriente dominante del Partido Republicano se reconcilia o no con Trump. Antes de la votación del Supermartes, algunas personalidades del partido anunciaron que jamás apoyarán a Trump. Otros manifestaban con renuencia que respaldarán a quien al final resulte ganador.
    Que sigue tras este super martes de elecciones en EU

  • Donald Trump casi asegurada tiene la candidatura republicana

    Donald Trump casi asegurada tiene la candidatura republicana. Líderes republicanos y votantes moderados el viernes esperaban señales de que los ataques de la víspera al precandidato Donald Trump hayan puesto un freno a su campaña. En una jornada extraordinaria de la historia del partido, Trump recibió fuertes críticas del candidato de 2012 Mitt Romney y de sus rivales Ted Cruz y Marco Rubio, mientras la elite republicana buscaba cerrar el camino del empresario neoyorquino hacia la candidatura.
    El caos refleja la convicción de la conducción republicana de que Trump tiene pocas probabilidades de vencer a Hillary Clinton, la ex secretaria de Estado y ex senadora que parece encaminarse a obtener la candidatura demócrata.
    Con todo, los otros tres precandidatos -Cruz, Rubio y John Kasich- declararon durante el debate de la víspera que apoyarán a Trump si gana las primarias. A su vez, Trump dijo que apoyará a quien gane, aunque se mostró incrédulo ante la posibilidad de que no fuera él.
    El discurso de Romney, un ataque inédito de un ex candidato del partido, puso de manifiesto la desesperación que reina en el establishment partidario.
    «No tiene el temperamento de un líder estable y reflexivo», dijo Romney. Calificó a Trump de «farsante» y «estafador» que «quiere timar al público estadounidense», un hombre cuya «imaginación no debe gozar de poder real».
    En declaraciones por la cadena NBC el viernes, Romney dijo que «haré todo dentro de los límites políticos normales para asegurar que no elijamos como candidato a Donald Trump».
    El senador John McCain, otro ex candidato republicano, respaldó el ataque de Romney.
    Trump en su réplica dijo que Romney era «un candidato fracasado» que perdió ante el presidente Barack Obama hace cuatro años precisamente por ser mal candidato.
    En materia política, Trump se declaró dispuesto a negociar en varias cuestiones.
    Le parecía bien, dijo, que el senador Rubio hubiera negociado en cuestiones de inmigración. Dijo que había cambiado de parecer porque «necesitamos gente altamente capacitada en este país».
    Y aceptó con ecuanimidad que había contribuido a campañas demócratas, incluyendo con 10 cheques a la de Clinton contra Obama en las primarias de 2008.
    Era cuestión de negocios, dijo Trump.
    Donald Trump casi asegurada tiene la candidatura republicana