Etiqueta: reportaje

  • Eligiendo morir, la polemica

    la muerte digna, ¿es sucidio acabar con ella sino hay dignidad ya?

    Mucho se habla de lo que la BBC hizo al transmitir un suicidio asistido.

    ¿Cuál es el caso?

    El era Peter Smedley, un empresario del sector hotelero, de nacionalidad británica y hay que decirlo, multimillonario. Cuando tomo esta decisión puesto que tení­a una dolencia neuronal motora de la cual no se podrí­a librar, tení­a 70 años y no fue sino con 71 años de edad que pudo hacerlo asistiendo a Suiza (único paí­s en el mundo donde hay clí­nicas para morir dignamente) para poder dejar de sufrir.

    La polémica se centra en una sola cuestión, ¿la emisión ayuda a formar una opinión propia o alienta a personas a recurrir al suicidio por esta ví­a?

    Personalmente creo que no, el suicidio es una decisión tan personal que en muchos casos la misma mente busca ayuda para que la persona que tiene la idea suicida, emita señales para que se traduzca en ayuda. Hay que ser muy honestos, quienes sufren una dolencia especifica son los más calificados para decidir en su vida, lo digo desde el punto de vista de familiar de una persona con capacidades diferentes y que tuve un padre que falleció hace poco por una dolencia terrible.

    La ayuda sicológica, teratológica, religiosa y hasta siquiátrica en casos cuando la vida no cambiara o se sabe el final de la misma se ve con ojos absolutamente distintos a la que tiene una persona sana. í?nica y exclusivamente será quien tiene la dolencia, el que podrá dimensionar del todo, el dolor que significa tenerla, no deberí­amos ser como sociedad tan rigorista para quienes están evaluando esta situación.

    Entiendo la polémica que hay entre los grupos contra el morir dignamente y los grupos que piden la libertad de elegir que hacer uno con su propia vida, el papel de la BBC es claro, informar, así­ que con el reportaje â??Eligiendo morir» con el caso de Peter Smedley aun por mas polémica que se genere, dudo se mueva a la gente a tomar decisiones arrebatadas.

  • Un coliseo romano en Mexico

    personas que nadie sabe, quienes eran

    Hace tiempo lo dijimos en este mismo espacio, ¿Quién realmente eran esos cientos de personas que han ido descubriendo en narcofosas? En más de una ocasión hemos señalado que para que sean los cientos de personas encontradas â??sicariosâ?, es porque se estaba enfrentando una guerra cruenta en localidades donde por reportes de inteligencia, se sabí­a no habí­a tal.

    Aquí­ mismo hace una semanas mencione que podrí­an ser turistas que iban de un lado a otro y que se les poní­a a pelear entre ellos para quedarse los narcotraficantes, con los vencedores y hacerlos trabajar para ellos a cambio de sus vidas.

    Este hipótesis toma cada vez más fuerza, un diario en Estados Unidos tuvo una entrevista con un sicario detenido en donde habla que al más puro estilo de circo romano, los narcotraficantes poní­an a pelear con cuchillos, palos y martillos a los viajeros hasta matarse solo por diversión.

    Esto muestra cada vez la escalada de violencia de parte de los narcotraficantes y que pone a reflexionar seriamente a muchos sobre qué y cómo se están haciendo las cosas.

  • Que opina una prostituta

    Veintitrés mujeres mayores que ejercieron la prostitución han hallado cobijo en un asilo en el corazón de la capital mexicana, creado ex profeso para ellas hace seis años y donde pasan sus últimos años entre recuerdos placenteros y amargos.

    «No soy buena ni mala, soy mujer» dice un letrero a la entrada de la Casa Xochiquetzal, que lleva ese nombre en honor a la diosa azteca del amor y ha sido instalada en el antiguo el Museo de la Fama (que reunía historias de célebres deportistas).

    El asilo ocupa un edificio del siglo XVII, ubicado en el barrio bravo de Tepito, famoso por la venta de productos de contrabando y piratería.

    Las mujeres, que para ser admitidas deben tener de 60 años en adelante, aunque hay excepcionalmente una de 51 años, tienen garantizadas las tres comidas del día y una cama, que les facilita el centro sostenido por varias agrupaciones civiles que reciben donativos privados.

    El edificio, que fue otorgado en régimen de comodato por el Gobierno capitalino, cuenta con dos plantas y nueve habitaciones amplias, cada una con dos ó tres camas.

    Entre estas paredes las mujeres recuerdan sus historias, su paso por la prostitución, oficio que algunas aún ejercen, ya que tienen libertad para entrar y salir.

    «Empecé a trabajar como sexoservidora desde muy joven por dinero, pero también por lujuria. Trabajé en muchos lados desde La Merced hasta Mixcoac, pero siempre cuidándome y usando condón para evitar el contagio de enfermedades», dijo Paola, a quien su amigas llaman «El Diablito».

    Paola, quien es la única en el asilo que tiene 51 años, sigue activa en el oficio más antiguo de la humanidad con solo dos clientes fijos, aunque no descarta un servicio más si es que se le presenta la oportunidad.

    Además se ayuda con la venta condones en baños públicos y hoteles del centro de la ciudad, donde existe una febril actividad sexual por prostitución.

    La mayoría de esas mujeres son humildes y comenzaron a retirarse cuando se vieron aquejadas por achaques de la edad o enfermedades crónicas, una de ellas tiene el virus del sida.

    Marisol es una de las pocas que pudo realizar estudios pero quedó a un semestre de terminar la carrera de maestra. Eso le sirvió para desarrollar su gusto por la lectura y lee a poetas como Pablo Neruda, Amado Nervo y Sor Juana Inés de la Cruz.

    Se metió a la prostitución desde adolescente para pagarse la escuela después de que su madre la corrió de casa.

    Marisol declama de memoria un poema que ella escribió sobre la matanza de estudiantes en la plaza de Tlatelolco (2 de octubre de 1968) y otro que dedicó a la memoria de una de sus hijas que murió a los 19 años de leucemia.

    También está «La Canela», una mujer con síndrome de Down, que comenzó en este duro oficio de la mano de una prostituta que la recogió de la calle, pues su familia la abandonó cuando tenía seis años.

    Con el pelo cano, «La Canela», que conserva su nombre en el anonimato, considera que ya es vieja para dedicarse a la prostitución y para ayudarse en los gastos sale a vender no su cuerpo cansado sino dulces.

    María de Lourdes, una mujer robusta y de rostro adusto, llegó a este refugio después de ejercer la prostitución durante más de cuarenta años, varios de los cuales estuvo casada.

    «Mi marido sabía que desde antes de casarnos me dedicaba al trabajo de sexoservidora. Hace algunos años quedé viuda, seguí ejerciendo un tiempo más y después me vine a este lugar», cuenta esta mujer sexagenaria.

    En el patio de este albergue, donde hay una fuente de piedra, estas mujeres celebraron anoche una tradicional posada, una fiesta navideña en la que se recuerda el peregrinar la virgen María antes de dar a luz al «Niño Jesús».

    Tres piñatas rellenas de frutas y dulces fueron colgadas de un lazo para que cada una de estas mujeres las golpearan con un palo mientras las otras coreaban el tradicional: «Dale, dale no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino».

    Al caer los frutos y dulces al piso, las mujeres se lanzaron en pos de ellos como si fueran niñas.

  • Maciel fue comprando influencias

    Un reportaje publicado por el National Catholic Reporter reveló que el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel era tan cercano al papa Juan Pablo II, que lograba incluir a adineradas familias mexicanas en misas oficiadas en Roma por el Sumo Pontí­fice, a cambio de jugosos pagos.

    El texto, elaborado por el periodista Jason Berry, aseguró que Maciel, acusado de abusar sexualmente de menores de edad, incluso de sus propios hijos, distribuí­a dinero entre la jerarquí­a eclesiástica en el Vaticano para ganar simpatí­as.

    Según el extenso artí­culo, el fundador de los Legionarios de Cristo, contaba con el apoyo de poderosos cardenales, entre ellos, Angelo Sodano, en su momento secretario de Estado; Eduardo Martí­nez, prefecto de la Congregación para los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica, y Stanislaw Dziwisz, quien fuera secretario particular de Juan Pablo II hasta el momento de la muerte del Pontí­fice.

    Berry opinó en su documento que el caso de Maciel colocó a la Iglesia católica como uno de los más complejos de la historia, tomando en cuenta que uno de sus personajes más populares incurrió en graves iregularidades, como la pederastia, y llevar una vida marital con hijos en por lo menos dos relaciones.

    Acumulando pistas

    En la primera parte de su trabajo, Berry, quien por años siguió la pista de Maciel, documenta sus crí­menes sexuales, y su habilidad para acumular dinero.

    El trabajo se produce después de meses de investigar en América y Europa, y en el que da cuenta de episodios de corrupción y compra de voluntades.

    Por ejemplo, se refiere al caso de un joven sacerdote enviado por Maciel a el Vaticano para entregar al cardenal Eduardo Martí­nez Somalo un sobre repleto de dinero, como un gesto para granjearse amistades, pero no de manera desinteresada. Lo hací­a para ganar simpatí­as para echar mano de ellas en caso de necesitarlas algún dí­a.

    Berry también comparte en su texto el caso de una familia mexicana que pagó 50 mil dólares para estar presente en una misa privada con el Papa.

    El donativo le fue entregado al secretario particular de Juan Pablo II.

    Asegura que por muchos años, Maciel y otros sacerdotes de la Legión de Cristo distribuyeron sobres repletos de dinero a miembros de la Curia Romana.

    El periodista Jason Berry da cuenta en su trabajo de la ambición de Marcial Maciel y de su frenética búsqueda de amigos y solidarios, a quienes compraba siempre con costosos regalos.

    â??Echaba mano de cualquier medio para alcanzar su objetivoâ?, dijo a Berry el ex legionario Stephen Fichter. Si era necesario mentir a algún jerarca de la Iglesia o al propio Papa, Maciel lo hacia, dijo

  • Israel y el uso de organos en los 90s

    Israel admitió que en los años 90 sus médicos forenses recolectaron órganos de cadáveres, incluidos los de habitantes palestinos, sin permiso de sus familias. La admisión se volvió pública en una entrevista con el ex jefe del instituto de ciencia forense Abu Kabir, el doctor Jehuda Hiss. Una investigadora académica estadounidense entrevistó a Hiss en el 2000 pero decidió publicar el texto ahora debido a una polémica desatada cuando un periódico sueco denunció que Israel mataba a palestinos para usar sus órganos.

    Israel negó esa acusación con vehemencia. Partes de la entrevista fueron emitidas en el canal 2 TV de Israel durante el fin de semana. En ella, Hiss decía: «Empezamos a recolectar córneas… Lo que se hacía era muy informal. No se pedía permiso a la familia». El informe del canal señaló que durante los años 90 especialistas del instituto Abu Kabir recolectaron piel, córneas, válvulas cardíacas y huesos de cadáveres de soldados y ciudadanos israelíes, palestinos y trabajadores extranjeros, a menudo sin permiso de los parientes.

    En respuesta al reporte, el Ejército israelí confirmó la práctica.
    «Estas actividades terminaron hace una década y ya no ocurren más», señaló el Ejército en un comunicado citado por el canal. Durante la entrevista, Hiss describió como los médicos encubrían el hecho de quitar córneas de los cuerpos. «Sellábamos los párpados», explicó. «No extraíamos las córneas en (los casos de) familias que sabíamos abrirían los párpados». Muchos de los detalles de la entrevista salieron a la luz en 2004, cuando Hiss fue destituido como dirigente del instituto forense debido a irregularidades con el uso de los órganos. El secretario de Justicia de Israel desestimó los cargos contra él y Hiss aún trabaja como principal médico forense del instituto. El médico no hizo declaraciones sobre el reporte televisivo.

    Parientes de soldados y ciudadanos israelíes, al igual que residentes palestinos, empezaron a presentar quejas contra el instituto en el momento en que Hiss fue destituido. Los cuerpos pertenecían a gente que murió por varias causas, incluyendo enfermedades, accidentes y episodios de violencia entre palestinos e israelíes. No existen pruebas que de momento confirmen las acusaciones del diario sueco Aftonbladet, que aseguró que soldados israelíes mataron a palestinos por sus órganos. Funcionarios israelíes calificaron el reporte de «antisemita». La académica que realizó la entrevista, Nancy Sheppard Hughes, profesora de antropología en la Universidad de California en Berkeley, dijo que decidió hacer pública la entrevista debido a la controversia generada por Aftonbladet.

    La polémica aumentó la tensión entre israelíes y suecos y forzó al canciller de Suecia a cancelar una visita a Israel.