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  • Norcorea comenzo plan atomico en 1994

    Corea del Norte habría iniciado un programa de enriquecimiento de uranio poco después de acceder a desmantelar su programa de armas nucleares de plutonio en un acuerdo con Estados Unidos en 1994, aseguró el miércoles el canciller surcoreano. En caso de ser ciertas, las declaraciones del ministro Yu Myung-hwan insinuarían que Corea del Norte nunca tuvo intención de renunciar a sus ambiciones atómicas cuando firmó el pacto de 1994, que puso fin a una crisis previa sobre su programa de bombas de plutonio.

    Las sospechas sobre un programa de uranio norcoreano generaron un nuevo clima de tensión en 2002, cuando un funcionario estadounidense dijo que el país había admitido en privado tener el programa secreto. Corea del Norte ha rechazado durante mucho tiempo las acusaciones.

    Sin embargo, el país realizó su segunda prueba nuclear el pasado mayo y admitió tener el programa, además de haber tenido éxito en pruebas de enriquecimiento experimental de uranio. Corea del Norte no dijo cuando inició el programa. «Parece ser que Corea del Norte empezó el programa de enriquecimiento de uranio justo después del acuerdo de 1994 o al menos en 1996», dijo Myung-hwan en una entrevista que la agencia noticiosa Yonhap difundió el miércoles. El ministro no dio pruebas específicas. Su ministerio confirmó sus declaraciones.

    Si el programa de uranio norcoreano empezó poco después del acuerdo de 1994 con Estados Unidos, podría ser más avanzado de lo esperado porque no se esperaba que hubiera empezado tan pronto, dijo Yonhap.
    Myung-hwan explicó, sin embargo, que no está claro el nivel de sofisticación del programa, al igual que se desconoce cuánto uranio ha enriquecido Corea del Norte o cuanto ha sido transformado en armas.

    Las bombas atómicas pueden construirse con altos niveles de uranio enriquecido o plutonio.

  • Inicio de año en Iran, dividido

    Bajo la amenaza de nuevas sanciones internacionales por su política nuclear, Irán entra en 2010 dividido por la reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad, que provocó en junio violentas manifestaciones que se repitieron el domingo con un saldo de varios muertos. Treinta años después de la revolución islámica, las manifestaciones que estallaron tras la elección del 12 de junio y su sangrienta represión sumieron al país en una de las peores crisis de su historia, que persiste al finalizar el año.

    Al menos ocho personas murieron y más de 300 fueron detenidas el domingo en los enfrentamientos más sangrientos entre la oposición y las autoridades desde los disturbios de junio contra la reelección de Ahmadinejad. El gobierno de Estados Unidos reaccionó condenando «la represión violenta e injusta de civiles que buscan ejercer sus derechos universales en Irán». El clima político en el país era tenso desde que falleció la semana pasada, de muerte natural, el gran ayatolá disidente Alí Montazeri. Pero en realidad la crispación viene de más lejos.

    Tras las elecciones numerosas personalidades del régimen denunciaron fraudes y obligaron al Guía Supremo, el ayatolá Alí Jamenei, a tomar partido abiertamente por Ahmadinejad, con la esperanza de acallar las protestas. Fue en vano. Centenares de miles de manifestantes tomaron las calles en junio, siendo duramente reprimidos -36 muertos según el gobierno, 72 según la oposición-, lo que reforzó las críticas contra el poder.

    Seis meses después de estas elecciones, la oposición aprovechó para salir de nuevo a la calle, pese a las numerosas detenciones y a las decenas de condenas dictadas. La web reformista Parlemannews.ir dijo que Seyed Ali Musavi, sobrino de Mir Hosein Musavi, fue alcanzado por una bala en el pecho en el centro de Teherán y murió después de ser trasladado a un hospital.

    Decenas de miles de opositores que llegaron en pequeños grupos confluyeron repentinamente en varios puntos de la avenida Enghelab (centro de Teherán), aprovechando las procesiones previstas por el Ashura -día de luto chiita que conmemora la muerte de Husein, nieto de Mahoma-, según testimonios concordantes recogidos por la AFP. El ex primer ministro Mir Hosein Musavi, una respetada figura del régimen que dirigió el gobierno durante los ocho años de guerra contra Irak se ha convertido en uno de los estandartes de la oposición desde que fue derrotado por Ahmadinejad en los comicios.

    Otras personalidades influyentes, como los ex presidentes Akbar Hachemi Rafsanyani y Mohammad Jatami, o el ex presidente del Parlamento Mehdi Karubi, están acusados ahora de instigar los disturbios y de servir a los «enemigos del régimen», por haber osado criticar al poder. El gobierno intentó controlar la información, prohibiendo a los medios extranjeros cubrir las manifestaciones y arrestando a periodistas, entre ellos un reportero de la AFP que permaneció detenido cuatro días en noviembre.

    A esta crisis política se añade una situación económica difícil, producto de las sanciones internacionales que impiden a Irán modernizar su economía, y una inflación galopante. La crisis que estalló recientemente entre Teherán y las grandes potencias por el programa nuclear iraní puede agravar aún más la situación. Irán está amenazado por nuevas sanciones económicas de la ONU, tras haber sido condenado en noviembre por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), entre otras cosas, por haber ocultado la construcción de un segundo centro de enriquecimiento de uranio en el centro del país.

    Pese a los desmentidos de Irán, los occidentales temen que la República Islámica busque dotarse del arma atómica. Irán ya no cuenta además con el apoyo de Rusia y China, dos de sus sostenes tradicionales en el escenario internacional, que esta vez votaron a favor de la condena.

  • Alistandose Corea del norte en capacidad atomica

    Corea del Norte afirmó el viernes que había alcanzado la última fase del proceso de enriquecimiento de uranio y que iba a fabricar más armas nucleares con barras de combustible utilizadas, indicó la agencia surcoreana Yonhap citando la prensa oficial de Pyongyang.

    «Hemos llevado a cabo con éxito un experimento de enriquecimiento de uranio, y éste ha entrado en su fase final», informó la agencia oficial norcoreana KCNA, según Yonhap. «También estamos acabando el reprocesamiento de barras de uranio utilizadas y de plutonio extraído (de un reactor) para hacer armas», añadió, precisando que estas barras proceden del único reactor norcoreano que produce plutonio.

    «Estamos preparados a la vez para el diálogo y las sanciones», declaró el representante permanente de Corea del Norte en la ONU, en una carta citada por KCNA y destinada al presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

    El diplomático indicó responder a una «demanda de clarificaciones» del comité de sanciones de la ONU. Diplomáticos de la ONU informaron en agosto que los Emiratos Arabes Unidos habían apresado un barco que transportaba armas norcoreanas con destino a Irán.

    En su carta de respuesta, Pyongyang dice que nunca se someterá a la resolución 1874, adoptada el 12 de junio para endurecer las sanciones impuestas al régimen coreano tras su ensayo nuclear del 25 de mayo. «No sentimos, por consiguiente, ninguna necesidad de responder a la investigación del Comité de Sanciones», explicó el diplomático en su carta, donde califica la resolución de injusta.

    Pyongyang advierte que si los miembros del Consejo de Seguridad continúan privilegiando las sanciones al diálogo, se sentirá forzado a «tomar contramedidas autodefensivas más fuertes», una referencia aparente a un tercer ensayo nuclear o a un nuevo lanzamiento de un misil de largo alcance.

    El ministerio de Relaciones Exteriores surcoreano respondió calificando de «intolerable» lo que consideró nuevas amenazas de su vecino del norte. «El gobierno tomará medidas firmes y adaptadas a las amenazas y provocaciones norcoreanas», advirtió.

    Corea del Norte niega desde hace años que esté llevando a cabo un programa secreto para la fabricación de una bomba nuclear con uranio enriquecido. Pero el pasado mes de junio, tras el voto de la resolución 1874, Pyongyang anunció que iba a proceder al enriquecimiento de uranio y a la utilización con fines militares de su plutonio.

    Estados Unidos manifestó su preocupación: «Estamos muy preocupados ante las afirmaciones según las cuales ellos se acercan a la capacidad de producir armas a partir de material nuclear», declaró a la prensa el portavoz del Departamento de Estado Ian Kelly.

    La Casa Blanca había declarado previamente su intención de seguir aplicando con energía las sanciones internacionales tomadas contra Corea del Norte por sus actividades nucleares. El régimen norcoreano subrayó el viernes que nunca rechazó la desnuclearización de la península coreana, pero que las negociaciones a seis (de las que Pyongyang se retiró a mediados de abril tras haber sido condenada por el Consejo de Seguridad por el tiro de un misil) se habían utilizado para «violar» su soberanía.

    Washington mantiene que el diálogo debe realizarse en el marco de las negociaciones a seis (Estados Unidos, las dos Coreas, China, Japón y Rusia). Rusia también abogó el viernes por seguir con estas negociaciones «para llegar a un objetivo común, la desnuclearización».

    En Europa, Italia, Finlandia y Suecia, que asume la presidencia rotativa de la Unión Europea (UE), se declararon «preocupados». Corea del Norte ha realizado recientemente algunos gestos de conciliación, tras meses de mucha tensión.

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