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  • Hacer una sociedad más fuerte

    Los últimos años ha habido una serie de quejas y crí­ticas severas contra los gobiernos y algunas otras instituciones, por cómo se hacen las cosas y que no hay un proyecto definido para nuestro paí­s.

    Particularmente creo, que una crí­tica o alguna queja sin aportar una solución o acción, es algo vací­o y se convierte en algo destructivo y no constructivo.

    Me parece que antiguamente, como sociedad se era un poco más unido que la actual. El núcleo fundamental en México siempre ha sido la familia, desgraciadamente esto en los últimos tiempos empieza a debilitarse y el copiar esquemas de otros paí­ses, se empieza a apropiar de nuestra sociedad. Los jóvenes empiezan a estar más alejados de lo que son los problemas actuales y buscan facilidades para encontrar un camino, no importándoles la forma y el fondo (léase ser sicarios).

    Estamos empezando a ser en un grado mayor, una sociedad demasiado dejada de todo.

    En cuanto a servicios que nos dan, si nos falla uno o dos dí­as el teléfono (por poner un ejemplo), no exigimos que se nos descuenten esos dí­as o alguna otra manera de compensar ello. No exigimos, que nos den un excelente servicio ya que lo estamos pagando y éste debe de ser bueno, aunado a que el gobierno no apoya mucho en estas situaciones. Pero no debemos dejar que sea así­. Normalmente nos unimos para los desastres (temblores, teletones, inundaciones, etc.) y para lo malo (manifestaciones, huelgas, bloqueos de carreteras, etc.).

    Pero ¿qué pasará cuando nos unamos para lo bueno?

    El dí­a en que en la sociedad mexicana, dejemos de lado diferencias y envidias, podremos ser mejores, nos uniremos para exigir cosas con sustento, podremos exigir mejores gobernantes, mejores servicios, mejores maestros, mejores instituciones (tanto públicas como privadas), mejores medios de comunicación, internacionalmente nos verán mejor.

    Pero y ¿qué hacer? Regresar a las bases, volver a los pequeños núcleos, regresar a los valores y a unirse sin distinguir ideologí­as, sino unidos por un mejor paí­s y con objetivos únicos. Actualmente tenemos todo a nuestro alcance, las redes sociales y el internet, hace que podamos llegar a más personas, que podamos estar unidos. No se necesita generar otra revolución de armas, se necesita una revolución de ideas, de formas, de valores, de pluralismos, de respeto; sin violencia, solo con trabajo, con valentí­a, con ganas y con esfuerzo.

    Muchas veces escucho de los mexicanos que vivimos en el mejor paí­s, en el más bello (cosa que yo también comparto y defiendo), pero solo se queda en eso, en palabras, es ya hora de actuar de mejorar lo que tenemos a nuestro alrededor (al menos lo que tenemos a 10 mts. a nuestra redonda), ni siquiera es el paí­s completo, es lo que tengamos más cerca, solo así­ podremos mejorar, sin la estricta necesidad o dependencia de los gobiernos. Este paí­s es de nosotros, no de nadie más, nosotros tenemos que progresar con él, porque sólo así­ nosotros seremos progreso, caso contrario seguiremos decayendo. Es nuestro tiempo, es nuestra hora.

    * Ricardo Martí­nez â?? Consultor en TI y de empresas y colaborador de atomilk.com
    http://twitter.com/rmtz8

  • ÁGORA, Por Carin

    La historia de la filosofí­a nos ilustra claramente sobre el desarrollo de esta rigurosa disciplina del pensamiento, poniendo en escena tanto a los actores de la misma como el pensamiento luminoso expresado por ellos.

    El estudio de esta disciplina nos pone cara a cara con las múltiples visiones que tuvieron o tienen los filósofos del pasado o presente, evidenciándose en todo pensador una metodologí­a propia, particular, como base para toda la reflexión ulterior.

    De dicha disciplina se desprenden métodos como â??dialécticaâ? (Platón, Hegel), deducción (Aristóteles, Descartes), inducción (Francis Bacon), reducción al absurdo (Parménides), intuición (Henry Bergson), fenomenológico (Edmund Husserl), etc. Hablemos en esta ocasión de un método muy especial: el método socrático.

    Recordemos que Sócrates, maestro de Platón, es uno de los grandes filósofos de la Grecia antigua. Trasciende no sólo por su pensamiento moral, sino por su vida misma que fue un ejemplo de virtud, congruencia e integridad. Las fuentes para entender el pensamiento del filósofo son, no sólo las obras de Platón, Jenofonte, Aristóteles o aún las crí­ticas â??en muchos casos excesivas- de Aristófanes, sino la vida y aún la muerte de este sí­mbolo de conocimiento y virtud.

    El método socrático, mejor conocido como mayéutica, significa â??parirâ?. Y es que Sócrates, hijo de una partera, se califica a sí­ mismo como un partero de almas. El método socrático es una serie de pasos que parten desde la serie de preguntas que Sócrates realiza a su interlocutor. Seguidamente, y ante la ignorancia de sus interlocutores, Sócrates propone una hipótesis. Finalmente esta proposición deber ser demostrada igualmente por quien participa con Sócrates en la búsqueda de la verdad. En este último caso Sócrates procede con su método de preguntas.

    De la lectura de los Diálogos de Platón se desprende que Sócrates nunca llega a respuestas definitivas. Sin embargo, mucho más importante que las conclusiones a las que pudiera haberse llegado (muchos problemas quedaron abiertos para los pensadores que le sucedieron) es la mecánica misma del método, y que lleva a todo un sistema de preguntas que deben ser adecuadas para resolver un problema o, en su caso, anular la â??validezâ? de una proposición falsa.