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  • Rebriran Casa de Hidalgo

    La última morada de Miguel Hidalgo y Costilla antes del estallido del movimiento de Independencia, hoy Museo Histórico Casa de Hidalgo, volverá abrir sus puertas al público este jueves 16 de septiembre luego de haber concluido su proceso de actualización y rehabilitación arquitectónica, con lo que ahora ofrecerá una visión más humana del Padre de la Patria, así­ como mejores servicios al público.

    El museo, ubicado en Dolores Hidalgo, Guanajuato, se alberga en una finca construida en 1779, antigua Casa del Diezmo, donde vivió el cura Hidalgo y desde la cual salió la madrugada del 16 de septiembre hacia el Templo de Dolores para dar el Grito de Independencia y convocar al pueblo para emprender la lucha armada.

    Esta edificación forma parte del conjunto de recintos de valor histórico que integran la Ruta de la Independencia, y que están siendo renovados por el Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia (INAH-Conaculta) con motivo del Bicentenario del inicio de la gesta de 1810.

    De esta manera, el Museo Histórico Casa de Hidalgo ahora ofrecerá un nuevo discurso en sus diez salas, basado en ambientaciones de la época, donde se presentan alrededor de 80 piezas, entre las que sobresalen los anteojos del Padre de la Patria, incunables y facsimilares de los libros que leí­a el caudillo; un libro notarial donde se muestra estampada su firma y la partida de bautismo donde consta su nombre de pila: Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga.

    La renovación integral del recinto â??la primera en 40 añosâ?? representó una inversión de 3.5 millones de pesos, destinados a la rehabilitación de los espacios arquitectónicos, actualización tecnológica, cambio del sistema eléctrico, implementación de de sistema de voz y datos e iluminación.

    La última actualización de este museo histórico se hizo en 1969, de tal manera que para esta ocasión los trabajos de renovación también incluyeron la creación de nuevas áreas como los espacios destinados para talleres infantiles y zonas de descanso, además de la ampliación de los servicios sanitarios; se renivelaron los pisos para evitar exceso de humedad que dañaba los muros y se restauraron las áreas dañadas, también se renovó la pintura de las paredes de las salas y exterior de la casa.

    En lo que se refiere a la renovación museográfica, el nuevo guión â??realizado por la historiadora y curadora Guadalupe Jiménez Codinach, patrocinada por Fundación Cultural Banamexâ?? revela la figura de un Miguel Hidalgo y Costilla más humano, y deja más clara la historia de su familia, desde la relación que llevó con sus medias hermanas, y la importancia que tuvieron estas mujeres para él desde la muerte de su progenitor y se responsabilizó de ellas.

    También se hace mención de su paternidad a partir de pruebas documentales localizadas por la curadora, tema que ha estado presente en el análisis historiográfico de los últimos años.

    Cora Falero, subdirectora de Investigación de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH, explicó que durante los últimos diez años los estudios históricos en torno de Miguel Hidalgo se han enfocado a su familia y se han descubierto nuevos datos, lo que permite ahora un acercamiento a este ámbito de su vida y mostrar cómo vivió el héroe patrio, a qué se dedicaba, cómo se relacionó con su familia, y no sólo referir al actor del Grito de Independencia.

    Lo anterior responde a la propuesta del INAH, de ofrecer al público en este Bicentenario lecturas más libres de los héroes patrios, en el tono que ahora se presentan las biografí­as de Ignacio Allende y José Marí­a Morelos y Pavón, en sus respectivos museos, Casa de Allende y Casa de Morelos, ubicados en Guanajuato y Michoacán, comentó la especialista responsable de la reestructuración de los recintos de la Ruta de la Independencia.

    En el Museo Histórico Casa de Hidalgo se presentan las distintas facetas del prócer: el párroco, el teólogo, el empresario del pueblo de Dolores, el miembro de una familia de la época, el activista que participaba de movimientos previos al estallido de la insurgencia y el personaje central de la gesta; temas abordados desde un entramado entre su biografí­a y la historia, de tal modo que a la par de presentar al Hidalgo humano se van narrando acontecimientos de la Independencia.

    También se menciona la importancia del cura en las parroquias de la Nueva España, se ofrece un acercamiento a las fiestas y tertulias que organizaba, su transformación de pastor espiritual a caudillo, su muerte y la construcción de su imagen como Padre de la Patria.

    En este nuevo guión del museo se destaca la faceta de agricultor y empresario del padre Miguel Hidalgo, como impulsor de una fábrica de cerámica, introductor de la vid y promotor de la apicultura y el cultivo de gusanos de seda.

    En lo que respecta al movimiento de Independencia, la nueva propuesta de museo permite entender por qué la lucha se gestó en esta región de la Nueva España, una de las más ricas de la época y donde habí­a más criollos, advirtiendo las causas de origen más en lo económico que en lo social, explicó Falero.

    El recorrido museográfico inicia con la historia de los orí­genes del pueblo de Dolores, la fundación de la parroquia, la llegada de Hidalgo a Dolores en 1803, convirtiéndose en el párroco número 22 del lugar; también aborda la historia de la casona del siglo XVIII, hoy sede del museo, sitio donde Hidalgo recibió el aviso de Juan Aldama de que la conspiración habí­a sido descubierta, y desde donde salió la madrugada del 16 de septiembre al templo de Nuestra Señora de los Dolores para hacer el llamado al pueblo a rebelarse contra el mal gobierno.

    Para la nueva museografí­a también se elaboraron réplicas de pinturas y grabados relativos a Hidalgo y al movimiento de Independencia, que se suman a piezas históricas como esculturas religiosas, armas, mobiliario y libros del siglo XVIII, aunque no todos pertenecieron a la casa de Hidalgo porque ésta fue saqueada por el militar español Félix Marí­a Calleja una vez iniciada la lucha armada; todos los objetos recibieron tratamientos de conservación y restauración para ser nuevamente exhibidos.

    Otras piezas que se muestran son reproducciones de objetos de uso cotidiano mandadas hacer ex profeso a artesanos de la región que respetaron la manufactura del siglo XVIII, entre éstas destaca la vajilla del comedor y un gran farol ubicado en el zaguán, donde comienza la visita al museo.

    Las salas del recinto son: Origen de la Congregación de Dolores, Los Antecedentes, Vida de Miguel Hidalgo y Costilla, La revolución de las mentes (1765-1792), El botafuego de la rebelión, Recámara, Sala de Guerra, Comedor y Cocina y Sala Homenaje

  • Miguel Hidalgo y Costillas

    Padre de la Patria, iniciador de la Independencia de México. Fue el segundo hijo de Don Cristóbal Hidalgo y Costilla y de Doña Ana Marí­a de Gallaga. Nació el 8 de mayo en la hacienda de Corralejo, jurisdicción de Pénjamo, Guanajuato.

    Sus primeros años los pasó en la misma hacienda de Corralejo, de la cual era su padre administrador y en seguida pasó a estudiar a Valladolid (Morelia), en el Colegio de San Nicolás.

    En ese mismo colegio, al crecer, dio cursos de filosofí­a y teologí­a; llegó a ser rector del establecimiento en 1791. Por su talento, los colegiales le pusieron por apodo el «Zorro». Recibió el grado de bachiller en teologí­a en la ciudad de México, en 1773, y se ordenó sacerdote en 1778. Sirvió en varios curatos, y a la muerte de Joaquí­n, su hermano mayor, se le dio el del pueblo de Dolores. Traductor del francés, se aficionó a la lectura de obras de artes y de ciencias, y tomó con empeño el fomento de varios ramos agrí­colas e industriales en su curato.

    La fracasada conspiración de Valladolid, ocurrida en 1809, solapada, se refugió en Querétaro y allí­ cobró fuerzas; la protegí­a el corregidor Don Miguel Domí­nguez, y en 1810 reclutaba partidarios mientras llegaba la hora de mostrarse abiertamente. Se ignora cuándo se unió Hidalgo a los conspiradores, pero él reconoció después que trataba con Allende, «con quien habí­a tenido anticipadamente varias conversaciones acerca de la independencia, sin otro objeto por su parte que el de un puro discurso; pues sin embargo de que estaba persuadido que serí­a útil al reino. Nunca pensó entrar en proyecto algunoâ?.

    Hidalgo, pues, sabí­a de la conjura, pero no se afiliaba. y así­ corrió el tiempo hasta que, a principios de septiembre de 1810, por instancias de Allende, Hidalgo se decidió y comenzó a trabajar en el logro de la empresa. Entretanto, la conspiración fue descubierta a las autoridades, y los conjurados fueron reducidos a prisión. Hidalgo supo vagamente de la denuncia hacia el 12 o 13 de septiembre pero sólo hasta la madrugada del dí­a 16 supo del curso de los acontecimientos.

    Era domingo, y más temprano de lo acostumbrado, se llamó a misa en la parroquia; comenzaba la lucha por la Independencia. El mismo dí­a 16 salieron Hidalgo y los suyos de Dolores. Marcharon a San Miguel el Grande, y al anochecer entraron en la población. Allí­ se les unió el Regimiento de la Reina, y en el camino se les unió una multitud de gente del campo, principalmente indios, armados con flechas, palos, hondas e instrumentos de labranza.

    Al pasar por Atotonilco, Hidalgo encontró una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, la hizo suspender del asta de una lanza, y aquel fue el estandarte del ejército. El 22 de septiembre, con asistencia del Ayuntamiento de Celaya, fue nombrado Hidalgo general y quedó investido del mando supremo del ejército, que ya sumaba 50 mil hombres.

    Con aquellas fuerzas se avanzó sobre Guanajuato, y el 28 cayó en sus manos la ciudad. El obispo electo de Michoacán, Abad y Queipo, declaró excomulgados a Hidalgo, Allende, Aldama y Abasolo. Hidalgo, para defenderse, escribió tiempo después un manifiesto, donde también proponí­a la reunión de los representantes de las ciudades, villas y lugares, formando unas Cortes que dieran leyes sabias y apropiadas a las necesidades de los pueblos.

    En Acámbaro el capitán general fue declarado generalí­simo, con mayores facultades y distinciones. El ejército siguió para Maravatí­o, Tepetongo, Hacienda de la Jornada, Ixtlahuaca y Toluca, y el 30 de octubre desbarató en el monte de las Cruces las fuerzas de Torcuato Trujillo, mandadas por el virrey Venegas para contenerlo. Con esta victoria quedó abierto el camino de la capital; Allende era de la opinión de que se avanzara sobre ella aventurando un golpe decisivo; Hidalgo se opuso alegando la falta de municiones, la pérdida sufrida en la batalla, que habí­a infundido gran terror en la gente bisoña, la aproximación de las tropas realistas al mando de Calleja y de Flon, y el éxito dudoso de un combate contra la guarnición de la ciudad.

    Sin hacer nada se estuvieron a las puertas de México hasta el 1 de noviembre, y el 2 comenzaron a retroceder por donde habí­an venido. A consecuencia de ello, perdieron la mitad de la gente por la deserción. Los insurgentes ignoraban el rumbo que traí­a el ejército realista y las operaciones que habí­a ejecutado. Al amanecer del 7 de noviembre, en Aculco, fueron atacados, y se dispersaron completamente sin combatir, dejando en el campo sus equipajes y útiles de guerra.

    Allende se retiró para Guanajuato, Hidalgo entró con cinco o seis personas en Valladolid, habiendo disminuido las numerosas fuerzas reunidas poco antes. La separación de los dos jefes tuvo por objeto poner en estado de defensa a Guanajuato, mientras la insurgencia se reorganizaba. Hidalgo resolvió marchar a Guadalajara con más de siete mil hombres.

    Guanajuato se perdió el 25 de noviembre de 1810. Allende marchó a Zacatecas y de ahí­ a Guadalajara. Allí­ se intentó crear un gobierno del que Hidalgo era cabeza, con dos ministros, uno de «Gracia y Justicia» y otro denominado «Secretarí­a de Estado y del Despacho». Hidalgo legislaba como suprema autoridad. Ordenó la publicación de El Despertador Americano y expidió, el 6 de diciembre, un decreto para abolir la esclavitud y los tributos.

    Las fuerzas realistas llegaron a las cercaní­as de Guadalajara. En Puente de Calderón se enfrentaron a los insurgentes y los derrotaron. El ejército se desbandó. Hidalgo salió para Aguascalientes, y de ahí­ a Zacatecas. Lo alcanzó Allende en la hacienda del Pabellón, y el 25 de enero, en compañí­a de Arias y de otros jefes, depusieron al generalí­simo del mando, reduciéndolo a un papel insignificante en realidad, aunque su destitución no se hizo pública y en apariencia conservaba su autoridad.

    En Saltillo se determinó que los jefes principales, con la mejor tropa y el dinero, partiesen para Estados Unidos y, en el camino, fueron hechos prisioneros por los realistas el 21 de marzo, en las Norias del Baján.

    Hidalgo fue llevado a Monclova, de allí­ salió el 26 de marzo por el ílamo y Mapimí­, y el 23 de abril entró en Chihuahua. Se le formó proceso, que fue más lento que el de sus compañeros a causa de su condición de religioso. La sentencia de degradación sacerdotal se pronunció el 27 de julio y el 29 se ejecutó en el Hospital Real donde Hidalgo estaba preso.

    El Consejo de Guerra condenó al reo a ser pasado por las armas, no en un paraje público como sus compañeros, y tirándole al pecho y no a la espalda, conservándose así­ la cabeza. Su cabeza, con las de Allende, Aldama y Jiménez, se pusieron en jaulas de hierro en los ángulos de la Alhóndiga de Granaditas de Guanajuato. El cuerpo tuvo sepultura en la tercera Orden de San Francisco de Chihuahua, y en 1824 fueron traí­dos el tronco y la cabeza a México, para enterrarlos con gran solemnidad. En la actualidad, sus restos descansan en la Columna de la Independencia de la ciudad de México.

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