Etiqueta: Organización Internacional del Trabajo

  • 1 de 6 niños, trabaja en México

    La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que uno de cada seis niños tiene una actividad laboral y, en México, la cifra alcanza los 3.5 millones, expuso la experta Guadalupe Margarita Villanueva Colín, de la Facultad de Derecho de la UNAM.

    Al dictar la conferencia «Los derechos humanos de los menores», la especialista dijo que los pequeños que se encuentran en condición laboral se enfrentan a problemas como la desnutrición, falta de educación y salud, maltrato y esclavitud.

    En un comunicado, definió a los derechos del menor como los principios, normas y garantías, cuyo propósito es el cuidado, protección y salvaguarda del bienestar de quienes no han cumplido 18 años de edad.

    Precisó que los artículos 3 y 4 constitucionales establecen que los infantes tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento, y los tutores están obligados a preservar estas garantías.

    La especialista dijo que en este año se calcula que en el país 60 mil niños se prostituyen, actividad en la que se castiga a los explotadores, más no a las personas que solicitan estos servicios.

    Además, estudios de la UNICEF indican que en el mundo hay 352 millones de menores que trabajan, de los cuales, 180 millones son sometidos a reclutamientos forzados, sobre todo en países de Medio Oriente, donde son utilizados para cuestiones bélicas, expuso.

    Entre los instrumentos que antecedieron a la regulación de los derechos humanos a nivel supranacional están la Carta de la Organización de las Naciones Unidas, la Declaración de los Derechos del Niño y el Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

    Por último, destacó que los derechos civiles de los niños comprenden el acceso a un nombre, nacionalidad, protección contra los malos tratos y normas especiales, mientras que los económicos, incluyen, entre otros, la seguridad social y un nivel de vida digno.

    Sobre los derechos sociales, un menor debe contar con asistencia médica y protección contra cualquier agresión, en tanto que los culturales abarcan la educación, el derecho a la información y la participación en actividades artísticas y culturales.

  • La Historia de la OIT

    La Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue creada en 1919, al término de la Primera Guerra Mundial, cuando se reunió la Conferencia de la Paz, primero en Parí­s y luego en Versalles. Ya en el siglo XIX dos industriales, el galés Robert Owen (1771-1853) y el francés Daniel Legrand (1783-1859), habí­an abogado por la creación de una organización de este tipo. Las ideas que éstos formularon, tras haber sido puestas a prueba en la Asociación Internacional para la Protección Legal de los Trabajadores, fundada en Basilea en 1901, se incorporaron en la Constitución de la OIT, adoptada por la Conferencia de la Paz en abril de 1919.

    Su fundación respondí­a, en primer lugar, a una preocupación humanitaria. La situación de los trabajadores, a los que se explotaba sin consideración alguna por su salud, su vida familiar y su progreso profesional y social, resultaba cada vez menos aceptable. Esta preocupación queda claramente reflejada en el Preámbulo de la Constitución de la OIT, donde afirma: â??existen condiciones de trabajo que entrañan… injusticia, miseria y privaciones para gran número de seres humanosâ?.

    También se basó en motivaciones de carácter polí­tico, asentando que de no mejorarse la situación de los trabajadores, cuyo número crecí­a constantemente a causa del proceso de industrialización, éstos acabarí­an por originar conflictos sociales, que podrí­an desembocar incluso en una revolución. El Preámbulo señala que el descontento causado por la injusticia â??constituye una amenaza para la paz y armoní­a universalesâ?.

    La tercera motivación fue de tipo económico. Cualquier industria o paí­s que adoptara medidas de reforma social se encontrarí­a en situación de desventaja frente a sus competidores, debido a las inevitables consecuencias de tales medidas sobre los costos de producción. El Preámbulo señala que â??si cualquier nación no adoptare un régimen de trabajo realmente humano, esta omisión constituirí­a un obstáculo para otras naciones que deseen mejorar la suerte de los trabajadores en sus propios paí­sesâ?.

    Los participantes en la Conferencia de la Paz aportaron un motivo adicional para la creación de la OIT, motivo relacionado con el final de la guerra, a la que tanto habí­an contribuido los trabajadores en el campo de batalla y en la industria. Esta idea queda reflejada en la propia frase inicial de la Constitución: â??la paz universal y permanente sólo puede basarse en la justicia socialâ?.

    La Comisión de Legislación Internacional del Trabajo, instituida por la Conferencia de la Paz, redactó la Constitución de la OIT entre enero y abril de 1919. Integraron esta Comisión los representantes de Bélgica, Cuba, Checoslovaquia, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Polonia y Reino Unido, bajo la presidencia de Samuel Gompers, presidente de la Federación Estadounidense del Trabajo (AFL). Como resultado de todo ello, se creó una organización tripartita, única en su género, que reúne en sus órganos ejecutivos a los representantes de los gobiernos, de los empleadores y de los trabajadores. La Constitución de la OIT se convirtió en la Parte XIII del Tratado de Versalles.

    La primera reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, que en adelante tendrí­a una periodicidad anual, se celebró a partir del 29 de octubre de 1919 en Washington, y cada uno de los Estados Miembros envió dos representantes gubernamentales, uno de las organizaciones de empleadores y otro de las organizaciones de trabajadores. Se aprobaron durante dicha reunión los seis primeros convenios internacionales del trabajo, que se referí­an a las horas de trabajo en la industria, al desempleo, a la protección de la maternidad, al trabajo nocturno de las mujeres y a la edad mí­nima y al trabajo nocturno de los menores en la industria.

    La OIT se estableció en Ginebra en el verano de 1920. En 1926 se introdujo una innovación importante: la Conferencia Internacional del Trabajo creó un mecanismo para supervisar la aplicación de sus normas, mecanismo que aún existe en nuestros dí­as. La Conferencia creó una Comisión de Expertos, compuesta por juristas independientes y cuya misión consistí­a en examinar las memorias sometidas por los gobiernos y presentar cada año su propio informe a la Conferencia.

    La OIT formula normas internacionales del trabajo, que revisten la forma de convenios y de recomendaciones, por las que se fijan unas condiciones mí­nimas en materia de derechos laborales fundamentales: libertad sindical, derecho de sindicación, derecho de negociación colectiva, abolición del trabajo forzoso, igualdad de oportunidades y de trato, así­ como otras normas por las que se regulan condiciones que abarcan todo el espectro de cuestiones relacionadas con el trabajo. Presta asistencia técnica, principalmente en los siguientes campos:

    â?¢ formación y rehabilitación profesionales;
    â?¢ polí­tica de empleo;
    â?¢ administración del trabajo;
    â?¢ legislación del trabajo y relaciones laborales;
    â?¢ condiciones de trabajo;
    â?¢ desarrollo gerencial;
    â?¢ cooperativas;
    â?¢ seguridad social;
    â?¢ estadí­sticas laborales, y seguridad y salud en el trabajo.

    Fomenta el desarrollo de organizaciones independientes de empleadores y de trabajadores, y les facilita formación y asesoramiento técnico. Dentro del sistema de las Naciones Unidas, la OIT es la única organización que cuenta con una estructura tripartita, en la que los trabajadores y los empleadores participan en pie de igualdad con los gobiernos en las labores de sus órganos de administración.

    Juan Somavia, el actual dirigente del organismo internacional, ha sido un fuerte impulsor del diálogo social, definiéndolo como todo tipo de negociaciones y consultas â??e incluso el mero intercambio de informaciónâ?? entre representantes de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores sobre temas de interés común relativos a las polí­ticas económicas y sociales. La definición y el concepto de diálogo social varí­an en función del paí­s o de la región de que se trate y no tienen todaví­a una formulación definitiva. Para el caso de México, el diálogo social es la fuente de inspiración de la nueva cultura laboral

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  • Van trabajadores del ISSSTE a instancias internacionales

    La semana pasada hablamos señalamos y comentamos sobre que los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, estarían hablando, discutiendo, fallando y deliberando sobre la Ley de pensiones del ISSSTE.
    Y es que si hacemos un segundo historia, sucede que iniciando este sexenio el presidente Calderón llego casi con la reforma al sistema de pensiones del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado redactada y hablada con las bancadas del Partido Revolucionario Institucional y el Partido Verde Ecologista de México; el primer mensaje enviado es que aun después de los problemas pos electorales, en México el gobierno lograba consensos.
    Así, con esta reforma la nueva Ley del ISSSTE parecía desventajosa ante los ojos de muchos y es comos e promovieron cerca de cuarto de millón de amparos para que a los trabajadores al servicio del estado no se les aplicara de forma retroactiva.
    Ese cuarto de millón de amparos valían casi un millón de personas.
    La semana pasada la Suprema Corte de Justicia de la Nación en una votación 8 a favor de la nueva ley y 2 en contra (declarándole inconstitucional) llego a la conclusión de desechar dichos amparos y, no declarar en lo general inconstitucional la ley que habría venido a costar muchísimo dinero al país y una crisis ligera a tres años en la nación y su crecimiento económico.
    Ahora son los trabajadores que ante este fallo han dicho irían a cortes internacionales para defender sus derechos; por ejemplo, Organización Internacional del Trabajo (OIT) , la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Amnistía Internacional.
    Así que la lucha, continua.
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