Etiqueta: Obispo de Puebla

  • Diego Osorio De Escobar y Llamas, Obispo de Puebla

    Nació en La Coruña, España. Virrey de la Nueva España del 29 de junio al 15 de octubre de 1664. Murió en Puebla, Puebla, en 1673.

    Sin ambición alguna por ser virrey, el obispo de Puebla, Diego Osorio de Escobar y Lamas, fue llamado a ocupar interinamente el más alto cargo de la Nueva España en sustitución del depuesto conde de Baños.

    Estuvo al frente del virreinato poco más de tres meses, suficientes para apaciguar los ánimos, turbados por las iniquidades del anterior gobernante.

    En ese breve periodo también se ocupó de reorganizar la armada de Barlovento, así como de ordenar la fortificación de Campeche. Preocupado por la seguridad del reino, envió dinero a la isla de Cuba, atacada por piratas ingleses, para financiar la fabricación de armas.

    Del mismo modo, procurando dar respuesta a las numerosas quejas en contra del correo, emitió varias disposiciones tendientes a mejorar ese servicio.

    En cuanto llegó a México su relevo, el marqués de Mancera, el obispo se retiró a su querida diócesis de Puebla, en donde permaneció hasta su muerte

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  • Juan de Palafox y Mendoza, Obispo de Puebla

    Nació en Fitero, Navarra, España, en 1600. Virrey de la Nueva España del 10 de junio de 1642 al 23 de noviembre de 1642. Murió en Burgo de Osma, Soria, España, en 1659

    El rey confió a Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla, el virreinato interino de la Nueva España en tanto llegaba a México el virrey que sustituiría al depuesto marqués de Villena.

    Personaje de muchos conocimientos, gran influencia política y cercano al monarca, tuvo a su cargo el juicio de residencia de los tres virreyes anteriores.

    Durante sus breve mandato ordenó destruir todos los vestigios prehispánicos, aun los que formaban parte de las fachadas de las casas y edificios.

    Célebres son sus conflictos con la Compañía de Jesús, en los que defendía las prerrogativas del rey por encima de las de la iglesia.

    Palafox fue removido de la sede episcopal de Puebla y trasladado a la de Osma en España.

    Tras su muerte, su figura fue utilizada por la monarquía como bandera contra los jesuitas y en favor de la supremacía del poder real.