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  • Reglas de etiqueta para los no-jugadores. Por Dr. Niebla

    A tan sólo un mes de que comience la temporada fuerte de los video juegos la verdad es que no se me ocurre mucho de qué escribir; sin embargo, pensando en qué presentar esta semana, se me ha ocurrido hablar de un tema delicado, que tiene que ver con esos momentos en los que jugadores y no-jugadores, tenemos diferencias.

    Para la mayorí­a de los no-jugadores, en especial novias, novios no jugadores, esposas o conocidos â??porque los amigos sí­ jueganâ?? los video juegos son una pérdida de tiempo, una especie de ancla que nos ata a una niñez que, se supone, debimos de dejar atrás hace mucho tiempo; pero sabemos que esto no es cierto, es más podemos comprobarlo cientí­ficamente, basta con ver que la cantidad de juegos para adultos es mayor que la cantidad de tí­tulos para niños.

    No todos los no-jugadores son iguales. Por un lado tenemos los no-jugadores que les importa que seamos felices, que apoyan nuestro gusto por los video juegos y que incluso, en nuestro cumpleaños o navidad, nos regalan un juego de video, a pesar de qué aún no entienden nuestra fascinación por pasar la tarde matando aliení­genas.

    Por el otro lado tenemos a los no-jugadores que creen que es su deber llevarnos de la mano a su mundo de mediocre â??madurezâ?, donde no puede existir la diversión, y todo aquello que produzca placer está prohibido.

    En el medio de esos dos extremos tenemos a los no-jugadores que no les importa un demonio lo que hagamos: si jugamos o no, básicamente porque ellos están muy ocupados con sus propios vicios, y entienden que un pasatiempo, sea el que sea, es sagrado y uno no tiene que andar de criticón.

    El caso es que se sea el tipo de no-jugador que se sea, hay ciertas reglas de etiqueta que se deben de observar cuando se está con un jugador, todo con el afán de vivir en armoní­a y tranquilidad, y entendernos los unos a los otros:

    1) Mientras un jugador está jugando, se debe de intentar omitir la pregunta â??¿y eso de qué se trata?â?

    Los video juegos son como pelí­culas y pueden suceder dos cosas: a) que la premisa del juego sea matar todo lo que se ponga frente a la pantalla, o conducir tan rápido como se pueda, o llegar del punto 1 al punto

    2; o b) que la trama del juego sea tan complicada como la de Metal Gear Solid, que tomó veinte años en contarse y otro tanto en explicarse. En ambos casos preguntar de qué se trata es una falta de respeto al jugador pues a) es obvio; o b) no vamos a dejar de jugar por explicar en ese preciso momento por qué Revolver Ocelot platica con su brazo.

    2) No interrumpir los cinematics.

    IMPORTANTE: No-jugadores, ese momento en el que el jugador deja el control de lado y se pone a ver, con rostro serio y toda la cosa, la televisión, es la razón por la que ha estado horas en su consola, es el momento en que la historia, a través de grandiosas gráficas generadas por computadora, se desvela; una pieza fundamental para entender de qué trata el juego y poder contestar a la pregunta del inciso anterior; pero, y OJO, esta escena sólo pasa una vez, no se repite. En ese momento a los jugadores no nos importa si pagamos el agua, tenemos que ir a comer con la suegra, hay que entregar el trabajo o cualquier otra cosa, lo único que nos importa en todo el mundo es esa pequeña pelí­cula dentro de nuestro juego, así­ que no interrumpan.

    3) No se refieran a los jugadores como inmaduros, infantiles o que podrí­an hacer algo mejor con su tiempo

    A ver no-jugadores ¿alguna vez le han dedicado tiempo a jugar? ¿No? Entonces no anden de criticones. Jugar video juegos es una actividad completa que requiere de coordinación motriz, planeación, pensamiento estratégico, sentido del ritmo y buen gusto. Es como jugar beisbol y ajedrez al mismo tiempo, por eso hay competencias, a nivel mundial, de video juegos. Eviten esos comentarios, que no los veo diciéndole a Ana Guevara o a Michael Phelps que dejen de andar jugando carreritas y hagan algo productivo con sus vidas.

    4) Evitar la pregunta: â??¿y en eso te gastaste X mil pesos?â? al referirse a una consola o un video juego.

    Básicamente porque nos evita la respuesta de â??sí­, ¿y? Es mi lanaâ?.

    5) Si no quieren jugar, digan que no quieren jugar.
    No hay nada más molesto que escuchar frases como: â??es que yo no le entiendo a esas cosasâ?, â??es que soy muy torpeâ?, â??es que son muchos botonesâ?; por el amor de Dios, si hasta un niño de cinco años puede jugar. Mejor ser sinceros.

    Y ya por último, a final de cuentas, jugadores y no-jugadores, todos vivimos en el mismo mundo; algo de comprensión, un poco de espacio y, después de un pleito, una cerveza o el tradicional sexo de reconciliación y el mundo será un mejor lugar donde vivir. Paz.

    Rodrigo, â??Dr. Nieblaâ? Castañeda