El Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) ahora mutila manos a sus miembros para obligarlos a pagar las deudas por drogas.
Así quedó evidenciado luego de que se localizó a seis personas (cinco varones y una mujer) amputadas de sus manos, desangrándose junto a las vías del tren entre las colonias Solidaridad y San Martín de las Flores en el municipio de Tlaquepaque.
También se encontró un cadáver con un letrero. Todos eran miembros de una célula delictiva.
El fiscal general de Jalisco descartó que se trate de algún grupo ciudadano justiciero, dejó claro que son delincuentes queriendo causar temor a otros deudores por drogas.
Asimismo, indicó que ya hay dos detenidos presuntamente vinculados con la agresión, tienen antecedentes por robo a casa habitación, portación de mariguana, lesiones, compra y venta de droga.
Ahora con la Agencia Metropolitana de Seguridad instancia de coordinación estatal e intermunicipal, se busca tener más control en las calles.
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El narcotráfico estaría detrás de las mutilaciones en Tlaquepaque
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Coleccionaban huesos de sus victimas militares de EU
Al menos dos de cinco soldados de Estados Unidos acusados en junio pasado de la muerte de tres civiles afganos guardaban «partes de los cuerpos» de sus víctimas, como huesos, dientes y cráneos, según documentos militares citados hoy por medios locales.
Las cadenas televisivas ABC y CBS indicaron que los documentos se refieren al sargento Calvin R. Gibbs y a los soldados Adam C. Winfield, Jeremy Morloc, Michael S. Wagon y Andrew Homes, todos acusados de homicidio premeditado hace tres meses.
Los cinco soldados, y otros siete acusados de encubrimiento de los supuestos crímenes, forman parte de una brigada Stryker con base en Fort Lewis-McChord, en el Estado de Washington.
Según la emisora local de ABC en Seattle, KOMO.NEWS, los cinco militares también han sido acusados de mutilar cadáveres, de haber disparado contra civiles afganos «simplemente porque podían hacerlo», de consumir hachís y de darle una paliza al soldado que los denunció.
De acuerdo con los documentos citados, a Gibbs le encontraron «huesos de dedos, huesos de pierna y un diente de cadáveres de afganos», y a Wagon, un cráneo.
Uno de los documentos indica que Morlock y Gibbs, en un intento por obstaculizar la investigación, mostraron los huesos de los dedos a un soldado al que amenazaron con matar «si hablaba con los mandos y la policía militar acerca del uso de hachís en el pelotón«.
Los soldados participaron en operaciones cerca de Kandahar, en una zona donde los talibanes tienen mucha fuerza, y según documentos de la justicia militar los abusos comenzaron después que el sargento Gibbs dijese, en tono de broma, que «sería muy fácil arrojar una granada y matar a la gente».
Las audiencias judiciales sobre este caso comenzarán el mes próximo