Etiqueta: monumentos

  • Juan Carlos Rodríguez Meyo crea a escala 1:400 los monumentos de Puebla

    Sobre un restirador de trabajo hay madera, vinil transparente, papel, yeso, pinturas, tijeras, luces leds y un sinfín de herramientas que permiten que con ingenio y paciencia, Juan Carlos Rodríguez Meyo crea a escala 1:400 los monumentos de Puebla
    Juan Carlos Rodríguez Meyo crea a escala 1 a 400 los monumentos de Puebla

  • Monumentos iconicos de México con alto valor simbólico y cultural

    Testigos silenciosos de alegrías, enojos y tristezas, cada uno de los lugares y monumentos iconicos del país, llevan consigo un alto valor simbólico y cultural para los mexicanos
    Monumentos iconicos de México con alto valor simbólico y cultural

  • Día Internacional de los Monumentos y Sitios

    Un grupo de especialistas participan desde hoy y hasta el 20 de abril en las jornadas para conmemorar el Día Internacional de los Monumentos y Sitios, que se celebra el 18 de abril.
    Día Internacional de los Monumentos y Sitios

  • Que movio a la Ley Federal sobre Monumentos

    Un análisis sobre las consultas públicas que precedieron a la promulgación de la Ley Federal sobre Monumentos hace más de 40 años han sido reunidas en la más reciente publicación del jurista Bolfy Cottom, investigador de la Dirección de Estudios Históricos, la cual se presentó en el marco de la 38 Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería.
    Que movio a la Ley Federal sobre Monumentos

  • Falta de seguridad talon de aquiles en trafico de material historico

    Era por la adrenalina, la sensación de ser el primero en penetrar tumbas indí­genas y ver esos â??monitosâ? resguardar huesos sin olor. Aunque el saqueo era por el dinero, por la necesidad de alimentar a sus nueve hijos cuando Ramón Gómez Maldonado ya habí­a intentado casi todo para sobrevivir: jornalero en Sinaloa, Sonora, California y Arizona, deportado a ratos en Tijuana, obrero en Guadalajara.

    A Ramón le tocó una época dorada de los descubrimientos arqueológicos en México, pero de eso no sabe, sólo recuerda que por una pieza, en la década de los 50, le daban mil pesos. Todas tení­an su precio y sus clientes, que iban hasta su casa en el pueblo de Santa Rosalí­a o a Magdalena, en Jalisco. â??Ahora esas piezas son muy valiosas, de 50 mil o 100 mil pesos. Habí­a de muchas, habí­a unas como de guerreros, grandes; todos esos monos que tení­an lanzas valí­an muchos centavos, a nosotros nos pagaban por mitad, los que hací­an negocio eran los que vení­an por ellasâ?.

    Antes de que llegaran los primeros arqueólogos a la zona, él encontró desde vasijas de barro pintadas y puntas de flecha de obsidiana, hasta figuras de indí­genas de medio metro. â??Habí­a muchos pozos con monosâ?, es la manera en que Ramón explica el naciente auge del saqueo de las â??tumbas de tiroâ? (túnel de cuatro a seis metros que conduce a dos cámaras labradas bajo tierra; son parte de la â??tradición Teuchitlánâ?, que data de 300 a 400 años d.C.).

    A sus 81 años de edad, Gómez Maldonado prefiere dejar la actividad a los jóvenes; hace un año todaví­a acompañó a un grupo, pero la experiencia ya no es como antes, como cuando sacaban de hasta 30 piezas por excavación.

    El Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia (INAH) no dio respuesta oficial sobre el tema; especialistas nacionales e internacionales coinciden en que México es uno de los paí­ses con mayor saqueo de bienes culturales y su región occidente una de las más afectadas por ello en América Latina.

    De los 42 mil 991 sitios arqueológicos registrados por el INAH a junio de este año, se considera que 40% de ellos han sufrido saqueos, según Blanca Paredes, investigadora de la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas, quien comparte estadí­sticas personales a falta de cifras oficiales. Con base en el seguimiento de noticias y casos denunciados, la arqueóloga calcula que se presentan de 20 a 30 destrucciones de sitios por dí­a.

    Entre todos los sitios registrados como lugares de vestigios prehispánicos, sólo 176 en 19 estados de la república son considerados â??zonas arqueológicasâ? abiertas al público.

    Para el director de la División de Objetos Culturales y de Patrimonio Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Edouard Planche, la situación de alto saqueo en México sólo se compara con paí­ses en conflictos bélicos como Irak, Camboya, Afganistán y Colombia, o con Guatemala.

    La arqueóloga de la Universidad Estatal de Nueva York, Elizabeth Stone, que ha estudiado el saqueo en Irak, compara el peligro de robo de los bienes culturales mexicanos con lo que ocurrió en aquel paí­s en guerra; además, se lamenta: â??El saqueo es un problema de los paí­ses pobres, que son los que tienen mayor riqueza arqueológica. La gente rica en el Occidente compra y no le importa de dónde vienen las piezas; nadie piensa que es ilegal, arrestan a muy pocos, hay la complicidad de académicos en algunas ocasiones, que van con donadores ricos en lugar de llevar la pieza al museoâ?.

    En los pueblos de la región occidente del paí­s se sale a los campos no sólo a sembrar, sino a buscar monitos, es decir, figuras antropomorfas de hasta 2 mil años de antigí¼edad que los habitantes de la zona excavan a solicitud de intermediarios que a su vez las llevan a coleccionistas de México y el extranjero.

    Antes y después de la Ley sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artí­sticos e Históricos de 1972 (que, entre otras cosas, prohí­be el saqueo, posesión sin permiso, comercialización y tráfico de piezas arqueológicas por considerarse patrimonio nacional), las figuras que los campesinos saquean de sus tierras y venden a 500, 3 mil o hasta 50 mil pesos aparecen luego en catálogos de galerí­as o en páginas de internet de paí­ses donde comercializar bienes muebles arqueológicos no es un delito federal.

    Si un europeo compra en su paí­s una pieza prehispánica y el gobierno mexicano quiere reclamarla, éste puede argumentar que la compró â??de buena feâ? sin conocer su procedencia ilegal.

    â??Existe una falta de claridad en la propiedad estatal, en el ví­nculo que une al Estado con su patrimonio arqueológicoâ?, considera el abogado Jorge Sánchez Cordera, integrante del comité de expertos de la Convención de Tráfico Ilí­cito de Bienes Culturales de la UNESCO.

    El catálogo en lí­nea de piezas precolombinas de la casa de subastas Sothebyâ??s, con sedes en Londres y Nueva York, muestra una â??mujer de Jalisco sentadaâ? que se vendió en 3 mil 738 dólares, y un â??jorobado de Jalisco agachadoâ? en 2 mil 875 dólares, ambas originarias de la región occidente mexicana y vendidas junto con lotes de de los estados de Veracruz, Colima, y las regiones maya y olmeca, con precios de hasta 600 mil dólares por pieza.

    La galerí­a parisina Binoche Renaud Giquello â??que ya tuvo una denuncia del gobierno mexicano por una subasta de piezas producto de excavaciones clandestinas realizadas el 14 de junioâ?? exhibe en su página web una pieza de â??actualidadâ?: una máscara funeraria teotihuacana en piedra verde a 125 mil euros. Aunque de dudosa autenticidad, también es fácil observar ofertas de objetos prehispánicos a la venta en portales de internet como eBay o Mercado Libre, entre otros.

    â??No hay nada especial para internet, aplicamos la ley con las figuras delictivas que puedan adecuarse… Mucha de esta comercialización se realiza desde portales del extranjero y resulta muy complejo; son muchas cuestiones técnicas que no están reguladas en nuestro paí­s ni en otrosâ?, explica René Salazar Montes, ministerio público y director de la Unidad Especializada en la Investigación de Delitos contra el Ambiente y Previstos en Leyes de la PGR.

    El problema es también de desconocimiento. Si no se sabe qué se tiene, tampoco se puede saber qué se saquea o comercializa ilegalmente. Para la arqueóloga Blanca Paredes, no basta con declarar zona arqueológica un lugar si se quiere proteger de saqueo, sino hacer inventarios de lo que se posee en cada sitio.

    â??Todo el paí­s es una zona arqueológica… la institución (INAH) no se da abasto. Se habla de que el saqueo ocupa entre el tercer y cuarto lugar en delitos en el mundo, después del tráfico de drogas. Mucha gente lo relaciona con quienes se dedican al narco, porque se toma como otro elemento de poder el vender estos objetos, de obtener ganancias, pero también cierto prestigio. Estas redes son más fuertes y sólidas de lo que podemos suponer, pero como institución no nos hemos abocado sobre un control o una base de datos de lo que está pasando a nivel de denunciasâ?, opina Paredes.

    Esa base de datos de denuncias tampoco está en la Procuradurí­a General de la República (PGR). Según René Salazar, no hay denuncias por saqueo y las denuncias por robo de piezas se realizan en cada delegación o municipio. No se tiene a nivel federal una lista.

    La PGR descarta el ví­nculo del tráfico ilí­cito de bienes culturales con el narcotráfico, incluso la existencia misma de â??redesâ? de saqueadores y comerciantes de piezas arqueológicas, pero tampoco han descubierto cómo operan exactamente saqueadores y comerciantes, dice René Salazar Montes.

    â??Si tuviéramos identificadas bien las formas, tendrí­amos ya mejores resultados. Lo que nosotros creemos es que se sacan por aduanas, por carretera o por avión, pero haciéndolas pasar por artesaní­as… Si la droga la sacan en grandes cantidades, pues a veces figuras pequeñas pueden salir ocultas bajo cualquier coberturaâ?, complementa Salazar.

    Para Edouard Planche, de la UNESCO, â??el tráfico de objetos culturales está estrechamente vinculado al tráfico de drogas y armas, e involucra el mismo tipo de personas y es difí­cil cuantificar qué tan grande es y cuánto dinero generaâ?.

  • Exposicion «Invidentes fotografían patrimonio cultural»

    Un grupo de ocho personas invidentes ha logrado, a través de la fotografía, convertir en imágenes las ideas concebidas en su mente sobre los monumentos históricos, a partir del conocimientos de estos y con la utilización del resto de sus sentidos.

    El hecho de que estas personas no vean, no quiere decir que no puedan retratar, afirmó Julio César Martínez Bronimann, fotógrafo de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC).

    Este grupo de invidentes participa en el Proyecto Historia, Arte e Identidad para la Conservación Social del Patrimonio Cultural con Ciegos, que lleva a cabo la CNCPC, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).

    El ejercicio creativo se da a través de los talleres de sensibilización que coordina la restauradora Gabriela Patterson, con los cuales el INAH-Conaculta busca involucrar a nuevos públicos en el cuidado y disfrute del patrimonio cultural.

    El fotógrafo Martínez Bronimann ha indagado en fuentes documentales sobre la enseñanza de la fotografía a ciegos y ha adaptado su propio método de enseñanza.

    El especialista encamina a los participantes del taller a expresar las imágenes que se forman en su mente, a través del conocimiento de un objeto o un espacio histórico por medio del tacto, el oído y en ocasiones el gusto, y «escribirlas» en un papel sensible a la luz.

    «El significado de la palabra fotografía es ‘escribir con la luz´; las personas incapacitadas para verla pueden sentirla a través del calor que les produce en la piel, y así también ubican la dirección de la luz y por consiguiente, de la sombra», indicó Martínez Bronimann.

    «En los espacios cerrados, sienten la ausencia de luz por el cambio de temperatura, entonces deducen que deben poner luz extra: flash, así como cuando el calor del sol no es suficiente y cuando perciben un día nublado», agregó.

    El fotógrafo del INAH explicó que sus alumnos saben manejar los contraluces. «Saben dónde colocarse respecto a la orientación del sol; pueden percibir si se encuentra atrás o de frente; a la izquierda o a la derecha de su cuerpo. Saben dónde está la parte iluminada y la sombra».

    Sobre el encuadre, el tallerista dijo que el oído y el tacto son los sentidos con que se guían para captar imágenes. «En el caso del retrato -agregó- se trabaja a través de la voz: la persona a la que van a captar tiene que estar hablando, en un tono medio, mientras se toma la fotografía; así, el fotógrafo determina la dirección y distancia de su modelo.

    En ocasiones, antes de fotografiar objetos los tocan y huelen, pero cuando es posible, un acompañante puede describirles el espacio o la figura para que se formen una idea en la mente.

    «Con la cámara captan superficies porosas, lisas, de agua; diferentes texturas, colores, formas; de esta manera los normovisuales podemos apreciar en papel las imágenes que ellos perciben a través de sus cuatro sentidos».

    La enseñanza a este grupo de invidentes, que forman parte del Comité Internacional Pro Ciegos, inició con una introducción en la que Martínez Bronimann explicó cómo funciona la cámara, sus componentes y los principios para «escribir imágenes con luz».

    Para facilitar el trabajo y no complicarlos con mucha teoría, sólo trabajan con cámaras desechables.

    A la fecha han realizado dos recorridos por sitios históricos en donde han podido poner en práctica sus conocimientos, el Ex Convento del Desierto de los Leones y el Museo de El Carmen, ambas construcciones coloniales del siglo XVII en la ciudad de México.

    Luego de una explicación de la arquitectura e historia de estos dos lugares, los invidentes comenzaron con la captura fotográfica de formas, texturas y colores guiados por el calor del sol.

    La restauradora Gabriela Patterson afirma que uno de los agentes más dañinos para el patrimonio cultural es el hombre y sólo a través de la educación y la sensibilización de los diferentes públicos, es como se puede conservar.

    Ahora, dijo, el reto es que estas personas invidentes estén totalmente capacitadas para que a su vez contribuyan a crear esta conciencia entre la sociedad, a través de talleres que permitan experimentar sensaciones por medio de todos los sentidos.

    El grupo de invidentes se reúne cada viernes para practicar diferentes actividades y revisar la tarea de fotografía