Etiqueta: minoria

  • Cristianos iraquies en indefension

    El más alto líder de los iraquíes cristianos en el Reino Unido, el arzobispo Athanasios Dawood, dijo a medios de comunicacion que la congregación en Irak to tiene quien los proteja y no tienen otra opción que abandonar el país.

    El jerarca hizo las declaraciones una semana después de que más de 50 feligreses murieron dentro de su iglesia en Bagdad después de que militantes islámicos los secuestraron.

    Sin embargo, una diputada cristiana del Parlamento iraquí sostiene que sus correligionarios deberían quedarse y luchar por sus derechos.

    El arzobispo, que subrayó que estaba expresando su opinión, manifestó que los cristianos han perdido toda esperanza que el gobierno de Irak o de otros países occidentales los puedan proteger.

    Dawood recomendará a la congregación de cristianos en Irak que abandonen el país e hizo un llamado al gobierno británico para que les conceda asilo.

    Los cristianos, de la etnia asiria, han vivido en Irak desde el primer siglo pero desde la caída de Saddam Hussein se ven aislados del gobierno de Bagdad, que no ha tenido ni la voluntad ni la capacidad de protegerlos.

    Según el arzobispo ha sido un constante crítico de las fuerzas de Estados Unidos y el Reino Unido por no ofrecer protección.

    Ha habido una serie de ataques con bomba contra sus iglesias que ha motivado a muchos a huir hacia países vecinos.

    Se estima que hay aproximadamente medio millón de cristianos en Irak, aunque cientos de miles han abandonado el país desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003.

  • Nancy Pelosi quiere ser líder de minoría

    Nancy Pelosi, la primera mujer que ejerce como presidenta de la Cámara de Representantes, afirmó el viernes que tratará de conservar la presidencia del bloque demócrata, a pesar de la derrota electoral que le costó a su partido la mayoría en la cámara.

    La primera presidenta mujer de la cámara baja fue una aliada firme del presidente Barack Obama en la reforma de salud y otras iniciativas. Pero muchos demócratas moderados y algunos liberales dijeron que era hora de un cambio en la conducción.

    «Nuestra tarea dista de haber finalizado», dijo Pelosi al hacer el anuncio.

    La legisladora de 70 años buscará el apoyo de sus colegas para asumir como líder de la minoría cuando el nuevo Congreso entre en funciones en enero. Eso la mantendría al frente del grupo demócrata en la cámara baja, que tendrá unas 190 bancas el año próximo. Pero sería un cambio brusco en relación con su posición actual, que ejerce enorme influencia y está tercera en la sucesión presidencial detrás del presidente y el vice.

    Los miembros de la Cámara de Representantes eligen a sus respectivos líderes, aunque la cámara en pleno escoge al presidente. Ese cargo casi seguramente será para el representante John Boehner, actual líder de la minoría.

    La decisión de Pelosi podría provocar una encarnizada lucha por la posición que ahora ocupa el líder de la mayoría, Steny Hoyer. El tercero en jerarquía, el jefe de disciplina de la cámara baja, Jim Clyburn, dijo que tratará de mantener su puesto, que pasará a ser el segundo en comando cuando los demócratas pasen a ser la minoría.

    Si prevalece Clyburn -el afroamericano de mayor rango en la cámara-, Hoyer se vería obligado a dejar su liderato. Sus asistentes dicen que Hoyer se tomará unos pocos días para decidir si competirá con Clyburn por el cargo.

    «Como resultado de la elección del martes, el papel de los demócratas en el 112° Congreso cambiará, pero no lo hará nuestro compromiso de servir al pueblo estadounidense», afirmó Pelosi. «No tenemos intención de permitir que nuestros grandes logros sean neutralizados».

  • Los hispanos en EU, una decada decadente

    Hace 10 años las cosas eran más fáciles para José García. A este mexicano de 48 años, que llegó a Estados Unidos en 1996 desde el estado de Guerrero, no le costaba cambiar de un empleo a otro y lograba ahorrar algo. «A cualquier rato me vuelvo», dijo una tarde de diciembre mientras cortaba rosas en la entrada de un supermercado del alto Manhattan. «En México está mejor porque tenemos casa y lo que cultivamos lo vendemos. Aquí hay muchos gastos y estoy separado de mi esposa y tres hijos». García fue uno de los millones de hispanos que, a los albores del siglo XXI, vio movilizaciones sin precedentes en defensa de los derechos de los inmigrantes. Presenció cómo los hispanos llegaron al Congreso y a la Corte Suprema, se convirtieron en la minoría más grande de Estados Unidos y alteraron el panorama laboral del país.

    García, sin embargo, al igual que muchos otros, siente ahora que estos logros han quedado en polvo. El 2009 termina sin haberse logrado una reforma integral a las leyes de inmigración y bajo el aún fuerte martillazo de la crisis financiera global, que ha reducido el envío de remesas a Latinoamérica y sacudido el sector de la construcción estadounidense, una importante fuente de empleo para los hispanos. «Sentimos que estamos perdiendo fuerza en nuestra comunidad», señaló Angelo Falcón, presidente del Instituto Nacional para la Política Latina. «Que aunque hemos progresado, deberíamos haber logrado mucho más».

    Se habla mucho del poder de voto hispano, del creciente mercado hispano y del aumento en el número de hispanos que han accedido al sector político en la última década, ¿pero se ha traducido todo esto en verdadero poder para la comunidad hispana considerando su tamaño?
    «Siento que tenemos los recursos, pero que de alguna manera, no hemos encontrado la forma de usarlos para ayudar al hispano común», indicó Falcón. La crisis económica se ensañó con fuerza con los inmigrantes de Estados Unidos: el nivel de desempleo para hispanos nacidos en el extranjero pasó de un 5,1% en el último trimestre de 2007 a un 8% en el último trimestre de 2008.

    La esperanza inicial que generó la elección del presidente Barack Obama no se ha traducido aún en resultados tangibles: los crímenes racistas contra hispanos se sucedieron en el noreste del país durante el último año, y aumentaron la deserción escolar, las denuncias de abusos de inmigrantes en el sistema carcelario y las quejas por las nuevas medidas de seguridad en la frontera con México, incluido el envío de agentes federales. Aún así, los hispanos – casi 47 millones en Estados Unidos, es decir, un 15,4% de la población – representan una comunidad difícil de ignorar. A través de marchas bajo lemas como «hoy marchamos, mañana votamos» y un intenso debate político, los hispanos y otras comunidades inmigrantes llevaron el movimiento para reformar las leyes de inmigración a las más altas esferas de Washington.

    El proyecto de ley – con el objetivo de legalizar a unos 12 millones de indocumentados – llegó al Senado en 2007 con el apoyo del entonces presidente George W. Bush, pero quedó estancado allí por falta de apoyo. Más tarde, la guerra en Afganistán y la crisis financiera global que azotó al país relegó el tema a un segundo plano. «Sin el voto latino, el presidente Obama no hubiera sido elegido», dijo el congresista Luis Gutiérrez, un demócrata de Illinois que prepara una propuesta legislativa de reforma migratoria. «Trabajamos muy duro para elegir a un presidente que estuviera comprometido con la reforma. El compromiso fue de un año y ahora que ha llegado el momento esperamos que se cumpla esa promesa».

    Se espera que la propuesta – descrita por Gutiérrez como «un símbolo de esperanza y fuente de unidad para los inmigrantes» – reciba más de 80 patrocinadores. Podría quedar secundada por otra del senador Charles Schumer a principios del 2010. Las esperanzas son muchas, pero también el miedo a que se fracase de nuevo. «Nunca llega la reforma esta. Al revés, están sacando a más hispanos del país», lamentó García, el mexicano del supermercado de Manhattan. «La última década fue una década de extremos», indicó Chung Wha-Hong, directora ejecutiva de la Coalición de Inmigrantes de Nueva York.

    «Pasamos por momentos de discriminación, crímenes racistas, comentarios como los de Lou Dobbs o el sentimiento antiinmigrante tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, también experimentamos un impulso histórico de participación democrática sin precedentes. Ha sido una moneda de dos caras». Aunque Wha-Hong describió los últimos 10 años como una época de «sueños aplazados», destacó la importancia cada vez mayor del Bloque Legislativo Hispano, dirigido ahora por la congresista Nydia Velázquez y encargado de impulsar el debate de la reforma.

    La representante de la cámara baja no dudó en expresar su optimismo respecto al futuro de los hispanos, de los cuales dijo «tienen más poder económico que en cualquier otro momento de la historia». Velázquez nombró la designación de Sonia Sotomayor a la Corte Suprema y los éxitos musicales de Marc Anthony como ejemplos de los progresos de los hispanos. «Aunque nuestra comunidad continúa enfrentando desafíos, los hispanos se han asegurado un puesto en la mesa de negociaciones y desempeñan un papel clave en todos los debates importantes en nuestro país», afirmó.

    La campaña Reforma de Inmigración para Estados Unidos (Reform Immigration for America) -impulsada por docenas de organizaciones – pretende impulsar esos debates. A través de uno de sus programas, más de 100.000 personas han mandado un mensaje de texto al 69866 con la palabra «justicia» para unirse a una red de alertas al celular sobre la potencial reforma. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos los hispanos necesitan una dosis de realismo en el futuro, señalan algunos.

    «Los estadounidenses están preocupados por el desempleo y la economía. Este no es el mejor momento para aprobar la reforma migratoria», dijo César Perales, presidente de Justicia Latina-PRLDEF (Fondo Puertorriqueño para la Defensa Legal y la Educación). «La gente es deportada todos los días, necesitamos una reforma. ¿Estamos dispuestos a negociar?», señaló. «Los hispanos han de entender que será una negociación difícil. Tienen que estar dispuestos a ceder algo».

  • Mexicanos primer lugar de minoria migrante en EU

    Unos 12,6 millones de los inmigrantes en Estados Unidos para 2008 poseían la residencia legal, de ellos 3,3 millones mexicanos, según nuevas cifras divulgadas este martes por el departamento de Seguridad Interior.

    La mitad de esas personas obtuvieron la residencia legal luego del año 2000, precisó un informe del departamento. Detrás de México, los países con mayor cantidad de residentes legales en Estados Unidos para 2008 eran Filipinas (570.000), India (520.000), China (510.000), República Dominicana (420.000), Cuba (350.000) y El Salvador (340.000).

    Cuatro estados congregaban a casi el 60% de los residentes legales: California (3,4 millones), Nueva York (1,5 millones), Texas (1,2) y Florida (1,1). Se estima que otros 12 millones de inmigrantes sin papeles se encuentran en el país, dos tercios de ellos hispanos.

    El gobierno de Barack Obama se ha comprometido a impulsar una reforma migratoria que legalice a los indocumentados con condiciones, como el pago de una multa y que estudien inglés.

    Intentos de reforma migratoria fracasaron en el Congreso estadounidense en 2006 y 2007

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