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  • España desea que la UE aligere su postura ante Cuba

    El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se mostró hoy en La Habana convencido de que su visita a Cuba será «muy positiva y exitosa» y que contribuirá a seguir trabajando para levantar «definitivamente» la «posición común» de la Unión Europea hacia la isla.

    Moratinos hizo estas consideraciones en su reunión con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, con la que comenzó la agenda oficial de su tercera visita a Cuba, que en esta ocasión tiene como objetivo apoyar el diálogo entre el Gobierno de Raúl Castro y la Iglesia católica sobre los presos políticos.

    Ninguno de los ministros se refirió explícitamente a ese proceso en la parte de las conversaciones a las que tuvo acceso la prensa, donde sí coincidieron en resaltar el buen momento de las relaciones entre Cuba y España y en el deseo de un nuevo marco de relaciones de La Habana con la Unión Europea para superar la «posición común».

    «Estoy convencido de que estas jornadas de trabajo serán muy positivas y exitosas tanto para Cuba como para España y que también nuestros socios europeos considerarán que ha sido una buena visita y por lo tanto nos permitirá trabajar para levantar definitivamente esa posición común», afirmó Moratinos.

    El jefe de la diplomacia española opinó que ha llegado el momento de superar la llamada «posición común» para dar paso a una «relación bilateral mucho más estructurada y más intensa» y «conducir el futuro de las relaciones de forma positiva» a través del respeto y de los «avances» políticos, económicos y sociales.

    Vigente desde 1996, la llamada «posición común» condiciona las relaciones del bloque europeo con Cuba a avances democráticos y en materia de derechos humanos en la isla.

    Moratinos también resaltó el momento «importante» de las relaciones bilaterales entre Cuba y España, destacó que van por «muy buen camino», y confió en «seguir intensificando» la cooperación desde el respeto y el diálogo.

    Por su parte, el canciller cubano coincidió con Moratinos en el convencimiento de que su nueva visita a Cuba será «provechosa», y destacó que se produce en un «momento promisorio» en las relaciones de ambos países.

    Bruno Rodríguez confió en que esa circunstancia tenga efecto en la Unión Europea y se normalicen sus relaciones con la isla «una vez que se remueva el obstáculo insalvable» de la «posición común», que calificó de «injusta, unilateral e injerencista».

    «Conocemos el esfuerzo de la presidencia española de la Unión Europea por propiciar una mejor relación (de la UE) con nuestro país», expresó Rodríguez a Moratinos.

    Rodríguez comentó a su colega español que su visita se produce en un momento de mucho trabajo y «debate intenso» en Cuba, donde existen, dijo, muchos planes pero también «muchos obstáculos», entre los que citó el bloqueo económico de Estados Unidos y los efectos del cambio climático y de la crisis internacional.

    Moratinos, que permanecerá en Cuba hasta última hora de mañana, miércoles, tiene previsto reunirse hoy con el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana y principal interlocutor de la Iglesia católica con el Gobierno de Raúl Castro en las gestiones en favor de los derechos humanos y los presos políticos.

    Si se repite el programa de sus dos anteriores visitas, el ministro español se reunirá también con el presidente de Cuba, Raúl Castro, aunque este encuentro no ha sido confirmado

  • Derecha Europea contra Cuba

    La derecha mayoritaria en el seno de la Unión Europea (UE) está decidida a impedir que la presidencia española del bloque modifique la Posición Común hacia Cuba, aseguró este jueves el secretario general del Partido Popular Europeo (PPE), Antonio López-Istúriz.

    El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, defiende que cambiar ese documento unilateral que rige las relaciones entre la UE y La Habana desde 1996 por un acuerdo bilateral obligaría a las autoridades cubanas a mejorar la situación de los derechos humanos.

    Pero el eurodiputado español López-Istúriz, que representa al partido mayoritario no sólo en el Parlamento Europeo sino también en el Consejo, órgano que reúne a los jefes de Estado y de gobierno de la UE, advirtió a Moratinos que «tiene muy difícil» lograr el consenso para acometer cualquier cambio en la Posición Común.

    «Si sale algo, será absolutamente descafeinado», «un acuerdo de mínimos» con una «promesa de futuro», lo que en la jerga política europea significa que «no va a ocurrir nada», dijo el conservador en Bruselas, flanqueado por Blanca Reyes, fundadora de las Damas de Blanco – que luchan por la liberación de sus familiares presos en Cuba-, y Alejandro González Raga, periodista encarcelado en la isla en 2003.

    Ante lo que calificó de «una empresa casi personal de Moratinos de legitimar al régimen cubano», López-Istúriz afirmó que su familia política no «consentirá ningún tipo de cambio» en la Posición Común a menos de que se den avances «clarísimos» sobre derechos humanos, libertad de expresión y de movimiento.

    Esta semana, algunos conservadores europeos se movilizaron para organizar reuniones con disidentes cubanos y seminarios en Bruselas, lo que «demuestra» que «están pendientes y no van a ceder un ápice en su defensa de las libertades del pueblo cubano», advirtió el secretario general del PPE.

    González Raga, por su parte, juzgó que la intención de Moratinos de modificar la Posición Común, que exige avances en derechos humanos a Cuba, responde a «una cierta complicidad» con el régimen y recordó que en su última visita a la isla el ministro «no encontró» tiempo para entrevistarse con disidentes.

    El ministro español se ha convertido en el principal defensor de modificar la Posición Común, mientras existen dudas sobre si cuenta con un apoyo real del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para trabajar en ese sentido.

    La semana pasada, Zapatero dijo entender que «para el conjunto de la UE (Cuba) no sea una prioridad» y estimó que el bloque debe mostrarse «exigente» con el régimen.

    Pero los conservadores europeos, y en especial los españoles, prometen no bajar la guardia.

    López-Istúriz afirmó que «informará debidamente» por escrito a los 18 primeros ministros o jefes de Estado conservadores de la UE de la «intención del gobierno español» socialista.

    Países como Suecia, República Checa o Polonia se han mostrado abiertamente contrarios a estudiar por ahora un cambio de política hacia Cuba.

    La UE adoptó en 2003 una serie de sanciones políticas contra La Habana por la detención de 75 disidentes, a instancias del entonces jefe del gobierno español, el conservador José María Aznar. Las medidas fueron retiradas en 2008 por iniciativa del gobierno de Zapatero.

    Esta semana, la nueva Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, dejó abierta la posibilidad de modificar la Posición Común, pero recordó que «cualquier cambio requerirá» reunir «la unanimidad» de los 27.

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