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  • La explosión fue por fuga

    Petróleos Mexicanos (Pemex) confirmó ayer que la tragedia de San Martí­n Texmelucan se trató de una fuga de petróleo crudo, de causas aún no determinadas, que se salió de control e inundó una de las calles principales de la comunidad en Puebla, que posteriormente, y al contacto con una fuente calorí­fica, dio origen al incendio que acabó con la vida de 29 personas.
    En conferencia de prensa, el director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, también informó que hoy comenzarán con los pagos de indemnizaciones a los afectados que perdieron parcial o totalmente sus bienes.
    Respecto del ducto, el funcionario federal explicó que fue cortado un tramo de 17 metros que se llevó a analizar por parte de peritos, determinados por la Procuradurí­a General de la República (PGR) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), para aclarar las causas del incidente que, hasta el momento, le ha costado a la paraestatal entre 35 y 50 millones de pesos.
    â??La fuga se originó cerca de un kilómetro de donde se sufrieron los mayores daños con la población. El derecho de ví­a no pasa por encima. Encontramos una zanja que no es consistente con una falla mecánica hasta que no tengamos análisis metalúrgico; no hay elementos, hasta el momento, de corrosión en el ducto.
    â??El peritaje final puede tomar semanas, meses, se está cortando ese tramo del ducto para análisis de los peritos, y cuando se tienen argumentos finales se tiene la comprobaciónâ?, aclaró.
    No obstante, detalló que existen evidencias de que el recubrimiento que tiene el ducto, y que es para evitar la corrosión, fue retirado en el área donde ocurrió la fuga intencional â??que mostró en una fotografí­aâ?? y que tiene un boquete en forma de boca de pescado.
    Suárez Coppel dijo que podrí­an pasar semanas, e incluso meses, para poder llegar, con certeza, a determinar el origen de la falla que se dio, por cierto, en un terreno de uso meramente agrí­cola, pero que se ve alrededor de la fuga que tuvo una excavación.

  • El 10 de mayo en algun panteon

    La guerra contra el narcotráfico les arrebató aquello que las hací­a madres. Si de ellas dependiera, eliminarí­an el 10 de mayo del calendario, porque cualquier regalo o celebración les causa dolor al no poderlo compartir con quienes más desean: sus hijos. Este cambio que la violencia ha provocado en el orden de la naturaleza, donde las madres son quienes entierran a sus niños, mancha la celebración del Dí­a de las Madres.

    Son cuatro mil niños muertos por esta lucha, 20 mil familias afectadas, según un documento de la Cámara de Diputados. Madres que, como Cynthia Salazar, sólo repiten: â??Me da miedo que llegue ese dí­a. No sé cómo voy a reaccionar el 10 de mayo sin mis hijosâ?, confiesa a diversos medios de comunicacion.

    í?ste será el primer Dí­a de las Madres que Martí­n, de nueve años, y Bryan, de cinco, no acompañarán a Cynthia. Los asesinaron el pasado Sábado de Gloria, cuando iban hacia una playa de Matamoros, Tamaulipas, para disfrutar las únicas vacaciones que tendrí­an durante todo el año, pero la batalla contra el crimen no los dejó vivir para ver el mar.

    Los últimos momentos de Bryan fueron de llanto. De Martí­n no se sabe, él quedó muerto en el maletero. Cynthia, al sentir y escuchar que los disparos impactaban hacia su camioneta, abrazó y bajó a Bryan, porque creí­a que el vehí­culo iba a explotar. Sin embargo, al salirse, una bala se enfiló con toda fuerza hacia su abdomen pero, primero penetró el cuerpo de su niño, lo que evitó que fuera mortal para ella.

    Bryan murió al instante en sus brazos: â??Me salvó la vida, pero qué madre no preferirí­a mil veces estar muerta antes de ver morir a sus hijosâ?.

    Lo peor de este suceso, donde versiones de la Secretarí­a de la Defensa afirman que los hijos de Cynthia murieron por granda, es que no sólo dejó muerto a uno, sino a dos.

    Guadalupe, la hermana de Cynthia, también iba en la camioneta. Esperaba a su primer hijo y tení­a cuatro meses de embarazo. Ella sí­ alcanzó a correr hacia el monte, donde los papás de Martí­n y Bryan intentaban resguardarlos del ataque. â??Cuando escuché los disparos, me agaché y salí­ corriendo, pensé en mi bebéâ?