Con la presentación de la película «El bar», del cineasta Alex de la Iglesia, dio comienzo la XX edición del Festival de Cine de Málaga, que este año amplió su programación de cine español a cine en español para dar cabida al cine latinoamericano
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Festival de Cine de Málaga
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Muestra exposición en Málaga a Frida Kalho en intimidad de su hogar
Muestra exposición en Málaga a Frida Kalho en intimidad de su hogar. La exposición “Frida Kalho. Fotografías de Leo Matiz en la Casa Azul”, se exhibe en Málaga, sur español, mostrando a la artista mexicana en la intimidad de su hogar, y con retratos originales por su sencillez.
La exposición, comisariada por Angustias Freijo y Mario Martín Pareja, muestra a la enigmática artista en medio centenar de imágenes exclusivas nunca antes vistas en España realizadas por Leo Matiz.
Las imágenes provienen de los fondos de la Fundación Leo Matiz y también se exhiben publicaciones de las vanguardias de la época, algunas obras de autores que se interrelacionan y aportan claves de la escena mexicana de la época.
Concebida como una gran instalación, la exposición se completa con obras de otros autores de la época, como German Cueto, Mathías Goeritz, publicaciones estridentistas, documentos, bibliografía, proyecciones y textos.
Las fotografías incluidas en “Frida Kalho. Fotografías de Leo Matiz en la Casa Azul”, son también un acercamiento a uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX, el cual expiso en el MOMA en 1949.
Esta exposición examina la utilización vicaria del medio fotográfico por parte de Kalho, el papel de estas imágenes en su trabajo creativo y, de manera medular, como Frida desafía tres principios básicos de la disciplina fotográfica a través de sus retratos.
Estos son: la noción de autoría fotográfica en su trabajo, el uso que hace la artista de la capacidad narrativa del medio y, por último, la relación de estas fotografías con ciertas prácticas autobiográficas.
La propia Frida Kalho afirmó en su momento: “soy el motivo que mejor conozco”.
E palabras de Margaret Hooks, “en algunas de las fotografías de esa época, su desbrodante personalidad está escondida bajo una ajustada máscara, pero sus ojos buscan al espectador con una mirada que no ha perdido ni un ápice de su orgullo desafiante ni de su atractivo”.
También se incluyen en la exposición las sentimentales fotografías que Leo Matiz realizara a su regreso a México en 1997 después de 50 años de ausencia, así como de algunos de los rincones de esa Casa Azul convertida en museo.
Matiz recuerda a aquella mujer controvertida que un día fue su amiga y que le ofreció las miradas más especiales.
Él las inmortalizó, y soñando y recordando su pasado y el de ella, fotografió algunos de los objetos que la acompañaron a lo largo de su vida, como queriendo encontrar dentro de ellos algo de Frida, algo de aquella mujer que sufrió y amó sin tibiezas.
Kalho fue retratada tanto o más que cualquier estrella de cine en México y sus foos alimentaron su protagonismo en su entorno. Durante su primer viaje a Estados Unidos fue fotografiada por Lucienne Bloch, Imogene Cunnigham, Peter Juley, Martin Munkacsi, Nickolas Muray, Carl van Vechter y Edward Weston.
La lista siguió creciendo, y en México posó para Tina Modotti, Lola Álvarez Bravo, Miguel Ángel Bravo, Miguel Covarrubias, Giselle Freund y Héctor García, entre otros. También por André Breton y Dora Maar.
Desde muy joven, sin duda, junto a su padre, el fotógrafo Guillermo Kahlo, Frida aprendió a posar. Complacida, permitía que otros la retrataran.
Ella dominaba por completo el instante fotogénico, era una modelo que se dirigía a sí misma y que imnponía la manera en que sebía ser retratada. Era una modelo intransigente que manipulaba el sentido final de la placa.
De los testimonios fotográficos que quedan de esa época, que son numerosísimos, quizás el más interesante es el que se conserva en el acervo del fógrafo colombiano Leo Matiz.
Leo Matiz se sumergió con su cámara en el ambiente intelectual y artístico de la época y logró registrar en sus retratos la intensidad creativa y personal de los hombres y mujeres que protagonizaron un papel decisivo en la historia cultural de México en los años 40.
Matiz fue, al ser uno de los más allegados a la pareja de Frida Kalho y Diego Rivera, uno de los que captaron a la artista en la intimidad de su hogar, siendo estos los retratos más originales, precisamente por su sencillez.
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Bernardo de Galvez y Ortega, Conde de Galvez
Nació en Nacharaviaya, Málaga, España, en 1746. Virrey de la Nueva España del 17 de junio de 1785 hasta su muerte, ocurrida en la Ciudad de México, el 30 de noviembre de 1786.
Al morir Matías de Gálvez, fue designado virrey de la Nueva España su hijo Bernardo, quien por su valentía y destacados triunfos militares había sido ennoblecido por el rey al otorgarle el título de conde de Gálvez.
Fue un gobernante muy popular gracias a su sencillez y calidad humana. Continuó el virrey con la construcción del castillo de Chapultepec, además de introducir la iluminación de las calles y destinar un porcentaje de la Real Lotería a beneficencia.
Al igual que su padre, Bernardo de Gálvez falleció de una misteriosa enfermedad cuando apenas había gobernado la Nueva España año y medio. Lo sepultaron en la iglesia de San Fernando, junto a los restos de su progenitor.
Medio año después, y también víctima de una dolencia extraña, murió en Madrid el ministro José de Gálvez.
Se dijo entonces que una conspiración había acabado con los Gálvez, seguramente con la venia del monarca, quien así se libraba de la tremenda influencia del ministro y su familia.
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Matias de Galvez y Gallardo
Nació en Nacharaviaya, Málaga, España, en 1717. Virrey de la Nueva España del 28 de abril de 1783 hasta su muerte, ocurrida en la Ciudad de México, el 20 de octubre de 1784.
Por instancias del ministro José de Gálvez, su hermano Matías fue nombrado virrey de la Nueva España.
Con ello, el ministro de Indias consolidaba una poderosa presencia en la América española, pues no sólo colocó a su hermano en la más rica y próspera de las colonias, sino que obtuvo el nombramiento de su sobrino Bernardo como capitán general de Cuba y Luisiana, y el de otro sobrino, Lucas, como intendente de Yucatán.
Los Gálvez, con José al frente, eran la familia más poderosa e importante del Nuevo Mundo.
Apenas pudo Matías gobernar un año y medio en México.
Tuvo tiempo escaso para fundar el Banco de San Carlos, levantar algunos datos estadísticos, reforzar el servicio de policía e iniciar las obras de construcción del castillo de Chapultepec, antes de que una misteriosa enfermedad le provocara la muerte.
Fue sepultado en el templo de San Fernando, en la capital del virreinato.