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  • Falta de seguridad talon de aquiles en trafico de material historico

    Era por la adrenalina, la sensación de ser el primero en penetrar tumbas indí­genas y ver esos â??monitosâ? resguardar huesos sin olor. Aunque el saqueo era por el dinero, por la necesidad de alimentar a sus nueve hijos cuando Ramón Gómez Maldonado ya habí­a intentado casi todo para sobrevivir: jornalero en Sinaloa, Sonora, California y Arizona, deportado a ratos en Tijuana, obrero en Guadalajara.

    A Ramón le tocó una época dorada de los descubrimientos arqueológicos en México, pero de eso no sabe, sólo recuerda que por una pieza, en la década de los 50, le daban mil pesos. Todas tení­an su precio y sus clientes, que iban hasta su casa en el pueblo de Santa Rosalí­a o a Magdalena, en Jalisco. â??Ahora esas piezas son muy valiosas, de 50 mil o 100 mil pesos. Habí­a de muchas, habí­a unas como de guerreros, grandes; todos esos monos que tení­an lanzas valí­an muchos centavos, a nosotros nos pagaban por mitad, los que hací­an negocio eran los que vení­an por ellasâ?.

    Antes de que llegaran los primeros arqueólogos a la zona, él encontró desde vasijas de barro pintadas y puntas de flecha de obsidiana, hasta figuras de indí­genas de medio metro. â??Habí­a muchos pozos con monosâ?, es la manera en que Ramón explica el naciente auge del saqueo de las â??tumbas de tiroâ? (túnel de cuatro a seis metros que conduce a dos cámaras labradas bajo tierra; son parte de la â??tradición Teuchitlánâ?, que data de 300 a 400 años d.C.).

    A sus 81 años de edad, Gómez Maldonado prefiere dejar la actividad a los jóvenes; hace un año todaví­a acompañó a un grupo, pero la experiencia ya no es como antes, como cuando sacaban de hasta 30 piezas por excavación.

    El Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia (INAH) no dio respuesta oficial sobre el tema; especialistas nacionales e internacionales coinciden en que México es uno de los paí­ses con mayor saqueo de bienes culturales y su región occidente una de las más afectadas por ello en América Latina.

    De los 42 mil 991 sitios arqueológicos registrados por el INAH a junio de este año, se considera que 40% de ellos han sufrido saqueos, según Blanca Paredes, investigadora de la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas, quien comparte estadí­sticas personales a falta de cifras oficiales. Con base en el seguimiento de noticias y casos denunciados, la arqueóloga calcula que se presentan de 20 a 30 destrucciones de sitios por dí­a.

    Entre todos los sitios registrados como lugares de vestigios prehispánicos, sólo 176 en 19 estados de la república son considerados â??zonas arqueológicasâ? abiertas al público.

    Para el director de la División de Objetos Culturales y de Patrimonio Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Edouard Planche, la situación de alto saqueo en México sólo se compara con paí­ses en conflictos bélicos como Irak, Camboya, Afganistán y Colombia, o con Guatemala.

    La arqueóloga de la Universidad Estatal de Nueva York, Elizabeth Stone, que ha estudiado el saqueo en Irak, compara el peligro de robo de los bienes culturales mexicanos con lo que ocurrió en aquel paí­s en guerra; además, se lamenta: â??El saqueo es un problema de los paí­ses pobres, que son los que tienen mayor riqueza arqueológica. La gente rica en el Occidente compra y no le importa de dónde vienen las piezas; nadie piensa que es ilegal, arrestan a muy pocos, hay la complicidad de académicos en algunas ocasiones, que van con donadores ricos en lugar de llevar la pieza al museoâ?.

    En los pueblos de la región occidente del paí­s se sale a los campos no sólo a sembrar, sino a buscar monitos, es decir, figuras antropomorfas de hasta 2 mil años de antigí¼edad que los habitantes de la zona excavan a solicitud de intermediarios que a su vez las llevan a coleccionistas de México y el extranjero.

    Antes y después de la Ley sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artí­sticos e Históricos de 1972 (que, entre otras cosas, prohí­be el saqueo, posesión sin permiso, comercialización y tráfico de piezas arqueológicas por considerarse patrimonio nacional), las figuras que los campesinos saquean de sus tierras y venden a 500, 3 mil o hasta 50 mil pesos aparecen luego en catálogos de galerí­as o en páginas de internet de paí­ses donde comercializar bienes muebles arqueológicos no es un delito federal.

    Si un europeo compra en su paí­s una pieza prehispánica y el gobierno mexicano quiere reclamarla, éste puede argumentar que la compró â??de buena feâ? sin conocer su procedencia ilegal.

    â??Existe una falta de claridad en la propiedad estatal, en el ví­nculo que une al Estado con su patrimonio arqueológicoâ?, considera el abogado Jorge Sánchez Cordera, integrante del comité de expertos de la Convención de Tráfico Ilí­cito de Bienes Culturales de la UNESCO.

    El catálogo en lí­nea de piezas precolombinas de la casa de subastas Sothebyâ??s, con sedes en Londres y Nueva York, muestra una â??mujer de Jalisco sentadaâ? que se vendió en 3 mil 738 dólares, y un â??jorobado de Jalisco agachadoâ? en 2 mil 875 dólares, ambas originarias de la región occidente mexicana y vendidas junto con lotes de de los estados de Veracruz, Colima, y las regiones maya y olmeca, con precios de hasta 600 mil dólares por pieza.

    La galerí­a parisina Binoche Renaud Giquello â??que ya tuvo una denuncia del gobierno mexicano por una subasta de piezas producto de excavaciones clandestinas realizadas el 14 de junioâ?? exhibe en su página web una pieza de â??actualidadâ?: una máscara funeraria teotihuacana en piedra verde a 125 mil euros. Aunque de dudosa autenticidad, también es fácil observar ofertas de objetos prehispánicos a la venta en portales de internet como eBay o Mercado Libre, entre otros.

    â??No hay nada especial para internet, aplicamos la ley con las figuras delictivas que puedan adecuarse… Mucha de esta comercialización se realiza desde portales del extranjero y resulta muy complejo; son muchas cuestiones técnicas que no están reguladas en nuestro paí­s ni en otrosâ?, explica René Salazar Montes, ministerio público y director de la Unidad Especializada en la Investigación de Delitos contra el Ambiente y Previstos en Leyes de la PGR.

    El problema es también de desconocimiento. Si no se sabe qué se tiene, tampoco se puede saber qué se saquea o comercializa ilegalmente. Para la arqueóloga Blanca Paredes, no basta con declarar zona arqueológica un lugar si se quiere proteger de saqueo, sino hacer inventarios de lo que se posee en cada sitio.

    â??Todo el paí­s es una zona arqueológica… la institución (INAH) no se da abasto. Se habla de que el saqueo ocupa entre el tercer y cuarto lugar en delitos en el mundo, después del tráfico de drogas. Mucha gente lo relaciona con quienes se dedican al narco, porque se toma como otro elemento de poder el vender estos objetos, de obtener ganancias, pero también cierto prestigio. Estas redes son más fuertes y sólidas de lo que podemos suponer, pero como institución no nos hemos abocado sobre un control o una base de datos de lo que está pasando a nivel de denunciasâ?, opina Paredes.

    Esa base de datos de denuncias tampoco está en la Procuradurí­a General de la República (PGR). Según René Salazar, no hay denuncias por saqueo y las denuncias por robo de piezas se realizan en cada delegación o municipio. No se tiene a nivel federal una lista.

    La PGR descarta el ví­nculo del tráfico ilí­cito de bienes culturales con el narcotráfico, incluso la existencia misma de â??redesâ? de saqueadores y comerciantes de piezas arqueológicas, pero tampoco han descubierto cómo operan exactamente saqueadores y comerciantes, dice René Salazar Montes.

    â??Si tuviéramos identificadas bien las formas, tendrí­amos ya mejores resultados. Lo que nosotros creemos es que se sacan por aduanas, por carretera o por avión, pero haciéndolas pasar por artesaní­as… Si la droga la sacan en grandes cantidades, pues a veces figuras pequeñas pueden salir ocultas bajo cualquier coberturaâ?, complementa Salazar.

    Para Edouard Planche, de la UNESCO, â??el tráfico de objetos culturales está estrechamente vinculado al tráfico de drogas y armas, e involucra el mismo tipo de personas y es difí­cil cuantificar qué tan grande es y cuánto dinero generaâ?.

  • Inseguridad y economia de Morelos, grandes cuentas

    Autoridades de Morelos indicaron que la preocupación en su estado no sólo son el número de ejecuciones, sino la forma en que las organizaciones asesinan a sus enemigos: decapitaciones de personas, desmembramientos de cuerpos, levantones, secuestros, porque mantienen a la sociedad morelense en un estado de preocupación y extremo temor.

    «A veces encontramos los cuerpos en un estado desastroso, algunos de los ejecutados tienen signos de haber sido torturados (…) eso es el ejercicio de la extrema violencia de no temerle a nada ni nadie; la gente no lo soporta, vive con temor constante», reveló un servidor público del gobierno de la entidad.

    Líderes de comerciantes precisan que la «sicosis» que aún permea entre la gente se debe a que las víctimas son tiradas a plena luz del día en cualquier parte de la zona conurbada de Morelos; incluso, las ejecuciones son perpetradas en lugares donde concurre muchas personas, incluyendo centros comerciales.

    «Aquí puedes ver que cuando hay un ejecutado y la prensa acude para cubrir los hechos, en el lugar donde está el cuerpo no solamente esta resguardado por la policía estatal y ministerial, sino también por sicarios, quienes filman, toman fotografías, preguntan nombres, y todos saben que esa gente es un asesino, pero nadie lo detiene», afirmaron integrantes de organizaciones civiles en la entidad.

    Asimismo existe el registro que de febrero a la fecha, cuando menos, 70 negocios han cerrado por la crisis de seguridad, que vive el estado, los rubros más afectados son los restaurantes, bares, centros nocturnos, licorerías, tiendas de abarrotes, agencias de renta de autos, y de venta de automóviles seminuevos.

    Las familias de quienes mantenían negocios de esos rubros han migrado a otros estados, sobre todo, quienes tenían agencia de renta y venta de automóviles, y que fueron señalados por el «cártel del Pacifico de Sur» de que sus dueños trabajan para La Barbie.

    Siete negocios que manejan este rubro han cerrado en los últimos cuatro meses, uno de ellos denominado «Autos Exóticos», ubicado a aproximadamente 200 metros de la Casa de Gobierno de Morelos

  • Como empezo en Morelos la violencia

    La escisión entre La Barbie y El H, que hoy tiene enfrentadas a sus organizaciones en Morelos, se derivaron también de una «presunta traición», pues Héctor Beltrán Leyva acusó a Valdés Villarreal de haber entregado a su hermano Arturo a las autoridades federales.

    De acuerdo con los reportes militares, el «cártel del Pacífico Sur«, que se dio a conocer a mediados de abril pasado, principalmente en Cuernavaca, está conformado por los Beltrán Leyva y Zetas, aunque en los informes de la autoridad se menciona que Arturo Beltrán, desde que dirigía la organización, le denominó de esa manera para establecer diferencias con el cártel del Pacífico que lidera Joaquín el Chapo Guzmán

  • Morelos esta bajo la guerra de 4 carteles de la droga

    Reportes militares registran pérdida de negocios en el estado por la lucha entre rivales del narcotráfico

    Paradójicamente, la entidad fue hace tres años el centro de descanso y refugio de grandes capos en México; ahora, Morelos es disputado por cuatro organizaciones de la delincuencia organizada.

    Los hermanos Beltrán Leyva, y su alianza con los Zetas, son quienes se hacen llamar «cártel del Pacifico Sur». í?dgar Valdés Villarreal, La Barbie, va solo por la plaza, y por su lado está la Familia Michoacana.

    Clima cálido, exuberante vegetación, tranquilidad territorial, y, al mismo tiempo, su cercaní­a con Guerrero, Estado de México, Puebla y Distrito Federal fueron los atractivos para que los lí­deres del narcotráfico, como Amado Carillo Fuentes, Juan José Esparragoza, El Azul, y el extinto Arturo Beltrán Leyva, entre otros, tomaran la entidad como su lugar de residencia.

    Tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, en diciembre del año pasado, el recrudecimiento de la violencia ha dejado en el estado 196 asesinatos violentos en lo que va del año; 68 por ciento de esas ví­ctimas cuenta con antecedentes penales y 63 por ciento radicaba en esta entidad, de acuerdo con funcionarios de la 24 Zona Militar.

    Las versiones castrenses indican que Beltrán Leyva mantení­a como jefes de su organización a í?dgar Valdés Villarreal, La Barbie, y a Sergio Villarreal Barragán, El Grande; sin embargo, tras su muerte, el grupo criminal tuvo varios reacomodos.

    Después de que El Barbas fue abatido por la Marina, su hermano Héctor, El H, tuvo que asumir el liderazgo completo de la organización criminal, pero su alianza con los Zetas -quienes hace unos años eran el brazo armado del cártel del Golfo- para dominar el sureste del paí­s, hizo que se rompiera la asociación con Valdés Villarreal, quien tení­a la pretensión de asumir el control completo de la organización de los hermanos Beltrán Leyva

  • Hacen levanton en Santa Catarina

    Frente al colegio Americano en la colonia Residencial Aguacatal del municipio de Santa Catarina, se registró una balacera y un presunto levanton.

    Trascendió que un hombre de entre 25 y 30 años fue levantado, sin embargo no se ha definido si es trabajador del colegio o un padre de familia.

    Esta persona iba a bordo de un vehículo tipo Malibú que quedó abandonado.

    El acontecimiento coincidió con el horario de salida de los alumnos del American School Foundation of Monterrey, por ello las autoridades escolares decidieron que tanto los maestros, alumnos como los padres de familia o las personas que vayan a recoger a los estudiantes
    permanecieran dentro de las instalaciones por un tiempo indefinido.

    Elementos ministeriales y periciales arribaron al lugar para iniciar las investigaciones correspondientes.

    Más tarde trascendió que hombres armados intentaron plagiar a dos hijos de un alto ejecutivo del corporativo Femsa, lo que desató la balacera entre los escoltas y los delincuentes.

  • FCH confia que los ciudadanos le reconozcamos su lucha

    La lucha del presidente Felipe Calderón Hinojosa contra el crimen organizado es necesaria y los mexicanos habrán de reconocerla, aseguró el dirigente estatal del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya Cortés.

    En entrevista, dijo estar convencido de que hay temas de alcance nacional, en los que no es válido moral ni éticamente claudicar o dar un paso atrás por cálculo polí­tico.

    â??Yo estoy convencido de que el presidente Felipe Calderón es un hombre de estado, que no está pensando en la próxima elección sino en la próxima generación, y ojalá que cada vez haya más polí­ticos que aprendamos a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas eleccionesâ?, enfatizó.

    Respecto al tema de la legalización de las drogas en el paí­s, que hoy el presidente Calderón Hinojosa ratificó su oposición al respecto, Anaya Cortés opinó que no es el momento para una decisión de ese tipo.

    â??Sin embargo, estoy de acuerdo en que todas las voces sean escuchadas y es tan válido que se escuchen las voces de quienes creemos que no es conveniente como de quienes creen que sí­ lo es, para que se dé un debate rico en ideasâ?, abundó.

    De esa manera se podrán sacar las mejores conclusiones respecto a la conveniencia o no de legalizar el uso de drogas en el paí­s, puntualizó el dirigente estatal panista

  • Las policias de Mexico subsidiadas por el narco

    El crimen organizado financia a las policí­as municipales del paí­s con sobornos por mil 277.27 millones de pesos mensuales (es decir 15 mil millones al año), afirmó Genaro Garcí­a Luna, secretario de Seguridad Pública federal.

    Esa cifra cubre el déficit salarial, estimado por la dependencia, de 165 mil 510 policí­as municipales del paí­s, de los cuales 40.5% gana entre mil y 4 mil pesos al mes; mientras otro 20.4% percibe menos de mil pesos mensuales, detalló el funcionario en el Foro Internacional â??Hacia un Modelo Policial para el México del Siglo XXIâ?.

    Dijo que â??el déficit salarial de los policí­as municipales es de mil 277.27 millones de pesos mensualesâ?¦ Eso no lo pagamos y eso es igual a corrupción: ese déficit lo financia el hampa, la parte delictiva. Hoy en el paí­s la policí­a sigue operando ganando 2 mil, 3 mil pesos; es decir, el coche camina y la gasolina alguien la poneâ?.

    Según las nóminas del crimen organizado encontradas por la Policí­a Federal contienen pagos de 4 mil o 5 mil pesos mensuales para los policí­as sobornados: â??es la compensación y es en todo el paí­sâ?, explicó Garcí­a Luna al defender su propuesta de crear policí­as únicas en las 32 entidades federativas.

    El cálculo sólo considera el ingreso mensual que requieren los policí­as para llevar una vida digna, estimado en 10 mil pesos mensuales, sin considera uniformes ni gastos de operación, destacó ante especialistas, autoridades municipales e integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).

    â??Yo no estoy en la perspectiva necia de que sea un modelo de policí­a única estatal. Si a mí­ un alcalde me dice: â??yo me hago responsable de combatir el delito y proteger a la comunidadâ??, sale, pero ¿qué creen?, el paí­s tiene 40% de policí­a que no combate el delito, no protege a la comunidad, y ese es un problema. Ahora, si un alcalde se compromete a combatir el delito yo soy felizâ?.

    Las policí­as que se dedican a perseguir los delitos en el paí­s, precisó, son las judiciales o ministeriales, que con 26 mil 928 elementos, apenas constituyen 6.3% del total de la fuerza del Estado

  • FCH tiene todo ela poyo contra el crimen

    Al presidente Felipe Calderón le hemos dado todo para el combate al narcotráfico, no sólo reformas a la ley, sino también solidaridad, â??buenos deseosâ? y hasta legitimidad en su cargo, por lo que no puede reprochar nada, afirmaron legisladores priistas.

    Inlcuso, señalaron que el próximo 1 de septiembre el titular del Ejecutivo tiene la oportunidad ideal de concretar el diálogo con el Congreso para analizar no só-
    lo el tema de la seguridad, sino también los de la economí­a, educación y salud que interesan a todos.

    La ví­spera, Felipe Calderón afirmó ante lí­deres religiosos que participaron en la tercera jornada del foro Diálogo por la Seguridad que no esperará a que llegue el apoyo de los partidos y el Congreso para relanzar la estrategia contra el crimen organizado.

    Para explicar esa situación, el titular del Ejecutivo recurrió a la parábola bí­blica del rey que organizó un banquete y cuando los invitados se excusaron de no ir, salió al cruce de los caminos y convocó a quienes pasaban por ahí­.

    Francisco Arroyo Vieyra, vicecoordinador del PRI en el Senado, sostuvo que le han dado a Calderón todas las herramientas normativas solicitadas, solidaridad y buenos deseos. â??Le dimos inclusive legitimidad, porque lo acompañamos el 1 de septiembre en que tomó posesión. ¡No se puede quejar de falta de consideración del Congreso!â?, subrayó.

    Hizo notar que Calderón sabe que en el Legislativo se tiene la obligación de â??ayudar en lo ayudableâ?, pero también de modificar y oponerse a lo que les compete, porque el equilibrio de poderes está diseñado así­ en la Constitución.

    Por su parte, el también senador Fernando Castro Trenti puntualizó que el PRI ha trabajado en todas las iniciativas enviadas y ahora serí­a prudente que el Ejecutivo mande sus nuevos proyectos de reformas para discutirlas.

    El diputado David Penchyna sostuvo que el Ejecutivo ha tenido sus reformas y si ha fallado en su estrategia contra el crimen es porque se trata de un gobierno fracasado que no sabe aplicar las polí­ticas públicas adecuadas.

    Por su parte, César Augusto Santiago dijo que Calderón no puede reprochar nada al Congreso, porque le han dado todo, como un presupuesto histórico para la Secretarí­a de Seguridad Pública en 2010 por más de 60 mil millones de pesos., cuando en el último año del ex presidente Vicente Fox los recursos fueron de 7 mil millones de pesos.

    â??Todas sus iniciativas en materia de seguridad pública, todas, se le han cumplido puntualmente: los juicios orales, los cateos, la inspección policiaca, la intervención telefónica, los testigos protegidos, los arraigos… Todas esas medidas que él ha propuesto se le han aprobadoâ?, puntualizó.

    Ahora ve â??cómo reparte las culpas derivadas de su incapacidadâ?, por lo que esperamos que el último paso no sea que nos convoque a todos a ir a La Villa en una peregrinación el 12 de diciembreâ?, agregó.

    El también diputado Jesús Marí­a Rodrí­guez explicó mencionó que la Constitución â??no prohí­beâ? a Calderón presentarse en San Lázaro el próximo 1 de septiembre.

    â?Que venga a dialogar no sólo el tema de seguridad, que es de coyuntura; ahora está tratando de invitar a que todo mundo participemos en esa mala decisión de declarar una guerra… Después de prácticamente casi cuatro años quiere que hagamos un diagnóstico, pero para seguir con la misma estrategiaâ?, indicó

    Mencionó que â??todos los dí­as son una oportunidadâ? para que el mandatario reconozca que â??fue un errorâ? la estrategia anticrimen que â??ha fracasado, y entre más pronto se corrija beneficiará a todos los mexicanosâ?

  • ¿Cuanto paga el crimen a la policia? 1270 millones al mes

    El narcotráfico destina mil 270 millones de pesos al mes para corromper a policí­as municipales, informó Genaro Garcí­a Luna, secretario de Seguridad Pública (SSP) federal.

    En el foro internacional Hacia un modelo policial para el México del siglo XXI, el funcionario afirmó que la diferencia entre lo que gana un agente local y lo que deberí­a percibir para tener una vida digna la está abonando el crimen organizado: «Tenemos un déficit que si no se paga por el Estado mexicano, lo paga el hampa, lo financia la parte delictiva. Eso es igual a corrupción. Hoy siguen operando los policí­as que ganan dos mil o tres mil pesos; es decir, el coche camina y la gasolina alguien la pone».

    Garcí­a Luna explicó que un policí­a debe ganar, cuando menos, diez mil pesos al mes. Sin embargo, 40% de los uniformados municipales â??alrededor de 60 milâ?? ganan entre mil y cuatro mil pesos, y otra quinta parte â??aproximadamente 33 milâ?? ganan menos de mil pesos

  • La cronica de como atraparon a Ignacio Nacho Coronel

    Ya iba para afuera, cortando cartucho y brincando entre muebles, entre barandales de madera y sillas rústicas de hierro, gritándole a Irán Quiñónez Gastélum, su escolta, para ubicarlo, para ordenarle que salieran por atrás, pero el hombre encargado de la seguridad personal de Nacho Coronel ya tení­a a media docena de militares encima apuntándole a la cara.

    Eran poco más de las 13:00 horas cuando el grito de los oficiales se escuchó en la entrada principal de la casa. â??¡Ejército mexicanoâ?¦ quieto, no se mueva! ¡Quieto!â?, le decí­an los militares a Quiñónez mientras su jefe, Ignacio Coronel Villarreal, era buscado por cinco elementos de tropa en la estancia de la casa de Colinas de San Javier, sobre la calle de Paseos del Parque.

    Sobre la herradura que forman las calles de Madrigal y Paseos del Parque, en la zona residencial del municipio de Zapopan, los dos helicópteros Bell de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) seguí­an volando bajo, en cí­rculos cerrados y con una dotación de francotiradores listos para disparar en caso de que alguno de los buscados lograra escapar. Pero ni Ignacio Coronel ni Quiñónez, su escolta, pudieron salir de la casa: el sicario y protector del capo fue sometido rápidamente por los soldados y Nacho Coronel llevó la peor parte. Momentos antes, éste le habí­a disparado a la cara al teniente de Infanterí­a que iba al frente del grupo de asalto para capturarlo. Murió al instante. Coronel siguió disparando su pistola automática y alcanzó a darle a un Sargento que cayó herido.

    Pensó que con eso podí­a ganar metros, terreno, piso a los militares que creyó haber dejado atrás, pero se equivocó: el teniente al que habí­a asesinado y el sargento herido estaban casi a la entrada de la casa, pasando la cochera, atravesando el primer patio, por eso creyó que podrí­a huir si salí­a por una de las habitaciones del fondo, la que daba a otro patio más pequeño y luego a una cancha de tenis. Después lo esperaba un jardí­n y de inmediato la calle de Madrigal, a la que nunca llegó.

    Porque antes se topó de frente con un segundo grupo de militares. La orden superior era la de detenerlo vivo, pero imperaron la situación real y la doctrina castrense: más que un narcotraficante o un delincuente, Ignacio Coronel se convirtió en un enemigo y como tal se le abatió cuando quiso enfrentar a balazos a los militares para escapar por la calle trasera. Fue acribillado de frente; cuando intentó disparar ya estaban cinco militares apuntándole. Tres de ellos abrieron fuego. Las ráfagas atravesaron a Coronel.

    Su cuerpo quedó a medio escalón entre dos barandales de madera que asemejaban los lí­mites de un potrero, con sus sillas y bancos de madera y hierro, con una mesa de cristal ocupada con vasos de unicel, latas de refresco y cerveza. Quedó a medio camino entre una cantina hecha de ladrillos rojos, un par de amplificadores negros y el desnivel que separa una parte de la sala y la estancia que lleva a las habitaciones del ala izquierda de la casa.

    Fueron 10, quizá 12 minutos antes de que todo terminara. Las siguientes cuatro horas fueron de cateo, de levantamiento de pruebas y de recolección de objetos e información sobre el cártel de Sinaloa y sus operaciones en el Occidente del paí­s.

    OJOS EN EL CIELO
    Los mandos de inteligencia militar y naval sabí­an que desde hace poco más de un año el narcotraficante Ignacio Coronel Villarreal, conocido como Nacho Coronel, viví­a en Zapopan, Jalisco, municipio del que entraba y salí­a a placer protegido por policí­as de diversas corporaciones.

    Esto no era nuevo. Desde 2006 un grupo de operadores y sicarios del cártel de los hermanos Beltrán Leyva se habí­a trasladado al municipio de Zapopan para unirse estratégicamente a esa parte del cártel de Sinaloa que controlaba el paso de dinero, drogas, armas, personas, precursores quí­micos, vehí­culos y combustible por esos rumbos del paí­s. En ese mismo año fueron detenidos cuatro familiares de los Beltrán Leyva en zonas residenciales de Zapopan. El propio Ignacio Coronel vivió más de tres años en la exclusiva zona de Puerta de Hierro, a escasos cinco kilómetros de la Base Aérea Militar Número Cinco, en ese municipio en donde se localiza también el Colegio del Aire. De ahí­ se mudó a Colinas de San Javier, ocupando con su gente cuatro casas ubicadas en sitios que le garantizaran el control de accesos y salidas en caso de urgencia.

    De acuerdo con la Defensa Nacional, Ignacio Coronel controlaba los intereses del cátel de Sinaloa en los estados de Jalisco, Colima, Nayarit, Michoacán, Durango, Zacatecas y Coahuila. Cuando la guerra entre cárteles se agudizó, obligó a Coronel a moverse constantemente para evitar el acoso de sus enemigos. Al hacerlo entraba y salí­a de Jalisco esporádicamente hasta que su gente tomó el control de la plaza y le aseguró una permanencia menos turbulenta. Sin embargo, la detención en el norte del paí­s de varios operadores de cárteles rivales que contaban con información sobre la posible ubicación de Coronel sirvió para aportar datos más precisos sobre el paradero del narcotraficante.

    A todo esto se sumaron las escuchas telefónicas, las intervenciones de internet y la infiltración de militares encubiertos que hací­an patrullajes esporádicos para ubicar las casas, fotografiarlas y llevar un seguimiento que permitiera un operativo casi perfecto: a los militares les tomó al menos una semana preparar con todo detalle el operativo para detener a Coronel luego de vigilar sus movimientos y los de tres grupos de sicarios que viví­an en dos casas más localizadas en Colinas de San Javier. Sin embargo, los especialistas de las Secciones Séptima (Operaciones Contra el Narcotráfico), Segunda (Inteligencia Militar) y del Centro de Inteligencia Antinarcóticos (CIAN) del Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMADEN) utilizaron un software simple y al alcance de todos, Google Earth, para ubicar con certeza al capo, conocer sus posibles rutas de escape y prevenir contingencias que involucraran a otros vecinos de la exclusiva zona de Colinas de San Javier. Con las imágenes allí­ captadas definieron la parte final del plan de operaciones para rodear por todos sus puntos vulnerables la casa del tercer hombre en importancia del cártel de Sinaloa.

    Por ello los equipos especiales sabí­an muy bien que Nacho Coronel podí­a escapar de la casa de Paseos del Parque sólo por cuatro puntos y usando únicamente dos ví­as inmediatas de huí­da: la calle de Madrigal, a espaldas de su casa, en donde tení­a una cancha de tenis y junto a esta un jardí­n de unos 200 metros cuadrados, y la propia Paseos del Parque, insegura y atestada, como seguramente estarí­a, de militares y policí­as si alguna vez llegaban a dar con su paradero.

    Lo lógico serí­a que una vez alcanzada la calle de Madrigal, el siguiente objetivo fuera la avenida Juan Palomar Arias, que podí­a conducirlo hacia el municipio de Guadalajara. De cualquier modo, todos los posibles puntos de escape estaban cubiertos, y ni siquiera fue necesario extender el movimiento militar hacia las avenidas y calles de la zona residencial.

    Minutos antes de ingresar a las casas, los militares detuvieron a los primeros dos sicarios, los vigí­as: sobre ellos habí­a un seguimiento constante pues conocí­an bien los movimientos y los horarios de su jefe. Los detenidos sabí­an que Coronel estaba en la casa, acompañado únicamente por Irán Quiñónez Gastélum, y que no tení­a planes para salir en las horas siguientes.

    Al sobrevuelo de los helicópteros le siguieron el cierre gradual de las calles Paseo de los Parques, Avenida Patria, Juan Palomar Arias, Madrigal, Paseo de la Noria y Villa de la Colina. Luego, el arribo de tres grupos especiales de 50 elementos cada uno pertenecientes a la V Región Militar y, finalmente, los cortes de energí­a eléctrica y de la señal de internet.

    En cuestión de minutos Ignacio Coronel y su gente quedaron aislados. Sin contacto entre ellos, sin el apoyo del resto de sus sicarios, el capo quedó inutilizado mientras las alas de los helicópteros sonaban cada vez más cercanas a los techos de las casas. La intervención militar fue precisa, pero la reacción de Ignacio Coronel, imprevista. Los militares que diseñaron el operativo estaban seguros de que al verse rodeado, superado en número y poder de fuego, Nacho Coronel se entregarí­a. El cálculo fue erróneo.

    Una hora más tarde, con la situación bajo control y un capo muerto más, el presidente Felipe Calderón y su comitiva arribaban a Guadalajara para sostener un encuentro con empresarios y luego inaugurar el nuevo estadio de las Chivas. Mientras, la Sedena citaba a los medios de comunicación para una conferencia de prensa en la que se ofrecerí­an datos sobre la operación.

    No hubo tal. El general Edgar Luis Villegas, subjefe Operativo de la Defensa Nacional, sólo leyó el comunicado de dos cuartillas y se retiró rápidamente del auditorio de la Sedena. El texto indicaba, en su parte final, que â??Nacho Coronel dirigí­a las actividades delictivas para su organización en el occidente de la República, que comprende los estados de Jalisco, Colima, Nayarit y parte de Michoacán, controlando el tráfico de Cocaí­na a través de la denominada Ruta del Pací­ficoâ?.

    El Departamento de Estado de los Estados Unidos, la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y el Orden Público y el FBI ofrecí­an una recompensa de cinco millones de dólares por información que llevará a su captura, añadí­a el comunicado.

    ¿Quién era?
    Ignacio Coronel Villarreal, mejor conocido como El rey del ice o El rey del crystal, nació el primero de febrero de 1954 en Veracruz, según datos del gobierno estadunidense, aunque sus contrapartes mexicanos lo ubican como oriundo de Canelas, Durango. De acuerdo con un informe de inteligencia del gobierno de Estados Unidos, desde 2008 se le consideró el capo más poderoso del paí­s.

    Sus orí­genes en el narcotráfico se remontan a mediados de los años ochenta, cuando trabajó en Zacatecas para Amado Carrillo Fuentes. Desde la muerte de éste, en 1997, ha intentado mantenerse al margen de disputas y ha diversificado su red hacia la pení­nsula de Yucatán y las costas de Sonora.

    Ignacio Coronel fue identificado como el operador financiero de la desaparecida Federación, organización donde confluyeron hasta hace unos años los principales capos sinaloenses encabezados por Juan José Esparragoza Moreno, los hermanos Vicente y Rodolfo Carrillo Fuentes, Ismael El Mayo Zambada, Joaquí­n El Chapo Guzmán así­ como Arturo y Alfredo Beltrán Leyva.

    Se encargaba de las operaciones del cártel de Sinaloa en la zona de Jalisco, Colima y Nayarit, principalmente. Ignacio Coronel enfrentaba órdenes de aprehensión por delincuencia organizada, narcotráfico e incluso tení­a una orden de detención provisional con fines de extradición solicitada por el gobierno de Estados Unidos