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  • Lula Vs López Obrador

    Lula Vs López Obrador

    El presidente Luiz Inacio Lula da Silva empieza a brillar en la escena internacional a tan sólo cinco meses de haber asumido por segunda vez la presidencia de la República de Brasil.
    Es paradójico que mientras el presidente López Obrador era declarado persona non grata por el gobierno de Perú, -e intercambiaba declaraciones ofensivas con la presidenta de ese país, Dina Boluarte-, el presidente Lula mantenía una larga conversación con su homólogo Vladimir Putin, -de Rusia-, tratando de mediar para desactivar el conflicto de ese país con Ucrania.
    Este ejemplo ubica en su justa dimensión el ámbito del impacto de estos dos perfiles de liderazgo.
    Mientras México se ha mantenido en el ostracismo internacional durante este gobierno, -con una evidente ausencia de nuestro presidente en los foros internacionales-, el Brasil de Lula se perfila para convertirse en cabeza moral de la región.
    Lula es de esos gobernantes carismáticos que suelen coquetear con el populismo, como lo acaba de hacer con la desafortunada declaración de que Venezuela ha enfrentado una narrativa negativa de antidemocracia y autoritarismo, -construida desde el exterior-, con lo cual pretendió desestimar las denuncias sobre violaciones de derechos humanos y de falta de democracia que pesan contra el gobierno de Nicolás Maduro.
    Sus genes socialistas le empujan a la demagogia, pero en los hechos sus políticas internas han sido constructivas y evitan la confrontación. Ha gobernado para todos los brasileños, tanto para los que votaron por él, como para los que prefirieron a sus opositores.
    Desde esta perspectiva, Lula ha demostrado ser un estadista, -indudablemente de izquierda-, pero respetuoso de las reglas democráticas y de la autonomía de los otros poderes.
    Sus resultados como presidente le avalan, pues durante su primer periodo sacó de la pobreza a casi 30 millones de brasileños e impulsó el surgimiento de la llamada “nueva clase media”, generando empleos y convirtiendo a Brasil en una de las economías emergentes de mayor crecimiento.
    Lula terminó su mandato con un porcentaje de aprobación ciudadana del 82%.
    Definitivamente, Lula logró resultados en su anterior presidencia porque logró conjuntar un buen equipo de colaboradores cercanos, a los que dejó tomar decisiones, mientras él se dedicaba a lo suyo: endulzar el oído de las clases populares utilizando la demagogia populista.
    Mientras el presidente López Obrador se formó en las filas del priísmo hegemónico de los años setenta, y en su juventud llegó a encabezar el PRI en Tabasco, Lula siempre fue un sindicalista que desafió al poder y la dictadura militar e impulsó en febrero de 1980 la fundación del PT, -Partido del Trabajo-, única organización política a la que ha pertenecido.
    Siendo líder del sector metalúrgico fue encarcelado en abril de 1980 para destrabar una huelga que él había iniciado en la zona metropolitana de Sao Paulo, que ya estaba afectando a todo Brasil. No hubo mandato judicial de por medio.
    Eran los tiempos del general Joao Figueiredo como cabeza de la dictadura militar que agonizaba.
    Por ello podemos describir que Lula viene de aquellos demócratas que vivieron el fin de la dictadura militar brasileña, iniciada en 1964 y concluida por la presión social en 1985.
    En contraste, López Obrador nace como líder social con la toma de pozos petroleros de Tabasco.
    Los orígenes y el contexto de cada quien determinan sus actitudes políticas.
    Durante cuatro años el presidente López Obrador intentó asumir el liderazgo de América Latina aprovechando la ausencia de líderes carismáticos en el gobierno
    de los otros países de esta región, y que Jair Bolsonaro, -presidente de Brasil-, careciese de tacto político para abanderar causas.
    Sin embargo, el presidente López Obrador intentó asumir el liderazgo tomando como estrategia la confrontación y la provocación de conflictos, como ha sucedido recientemente con la presidenta Dina Boluarte, -de Perú-, o cuando él
    no asistió a la IX Cumbre de las Américas, realizada en Los Ángeles, California, del seis al diez de junio del 2022, -organizada por la OEA-, para obligar a Estados Unidos y la OEA a aceptar la asistencia de quienes encabezan las dictaduras latinoamericanas. Ni qué decir de las reiteradas criticas subidas de tono a la OEA y a la ONU, descalificando la autoridad moral de ambas instituciones.
    Seguramente el presidente Lula, -con mucha mano izquierda y visión política de alto alcance-, capitalizará los errores diplomáticos de México, -agravados por las declaraciones hechas por nuestro presidente-, y logrará consolidarse como el líder regional.

    Madres buscadoras

    La violencia criminal en contra de madres buscadoras ha llegado al límite. El grado de indefensión y vulnerabilidad de estas luchadoras sociales contrasta con la indiferencia del gobierno federal y los gobiernos estatales y por ello han optado por intentar sensibilizar a los verdugos de sus hijos, de sus parejas y de sus familiares desaparecidos.

    La respuesta del presidente debía haber sido emotiva y determinante. La responsabilidad de todo gobierno, -en cualquier parte del mundo-, es proteger a los ciudadanos de cualquier riesgo posible. Los ciudadanos hubiésemos esperado que ante un llamado tan dramático y desesperado de este colectivo de “madres buscadoras”, el presidente hubiese sacado la casta y ordenase un agresivo programa de blindaje para proteger a estas bravas y admirables mujeres.

    Sin embargo, más bien parece que él considera que la mejor solución … será rendirse a la negociación para alcanzar la pax narca.

    Muchos líderes de opinión hacen referencia a negociaciones realizadas entre grupos criminales y los gobiernos de varios países. Sin embargo, estos acuerdos, -realizados en lo oscurito porque no tienen sustento moral ni legal-, han sido prácticos porque se realizan desde la posición de fortaleza gubernamental, para responder con fuerza si la delincuencia no cumple los acuerdos.

    En nuestro caso, -como país-, la delincuencia le ha perdido respeto a la autoridad y ya hay zonas territoriales donde tienen el control absoluto y las fuerzas armadas no ingresan a esos territorios. Lograr acuerdos entre el Estado Mexicano y la delincuencia, sólo significaría dar una tregua en la cual los delincuentes se fortalecerían aún más para enfrentar a las autoridades legítimas.

    Además, ¿con quien negociaría el gobierno federal? Hoy la delincuencia está fragmentada en muchos cárteles regionales. Negociar con unos, significaría asociarse con ellos para minimizar a sus adversarios, lo cual convertiría al gobierno en cómplice.

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  • Al estilo de la Unión Europea, Brasil y Argentina buscan unificar su moneda

    Al estilo de la Unión Europea, Brasil y Argentina buscan unificar su moneda

    Lula da Silva y Alberto Fernández presidentes de Brasil y Argentina respectivamente, externaron sus intenciones de unificar su moneda la cual tendría como nombre “El Sur”. 

    Estas declaraciones se dan en medio de la primera visita de estado que el presidente brasileño le realiza al gobierno de Argentina con motivo de la “VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)” a celebrarse el día de mañana. 

    Se pretende que los ministros de comercio de ambos países realicen una propuesta con el objetivo de tener una moneda en común pero para uso exclusivo internacional, lo que significa que el peso argentino y el real brasileño no desaparecerían, pero si tendrían menor dependencia de la divisa internacional actual, el dólar. 

    Entre los planes está unir a este proyecto a los otros dos países pertenecientes al Mercado Común del Sur (MERCOSUR) que son Uruguay y Paraguay. 

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    Con esto Brasil y Argentina buscan tomar el liderazgo de América del Sur y Central, ya que se han dado cuenta que hacer las cosas como siempre las han hecho no ha dado los frutos esperados, por lo cual tienen la iniciativa de empezar a cambiar el manejo de la economía. 

    De lograrse esta relación comercial, será la segunda moneda en el mundo de este tipo.

    MGG

  • Sufre Brasil intento de golpe de Estado de la ultraderecha

    Sufre Brasil intento de golpe de Estado de la ultraderecha

    El pasado domingo ocho de enero, a solo una semana de la toma de posesión del presidente electo el pasado octubre Luiz Inácio Lula da Silva, tres edificios de gobierno sufrieron el asalto de miles de manifestantes simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro. 

    Aún no queda claro si los manifestantes fueron enviados por el ex presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro o si fueron motivados por la ideología de un gobierno militar, lo que sí está confirmado es que fueron 300 las personas arrestadas por los disturbios. 

    Las convocatorias de manifestación en la Explanada de los Ministerios y la Plaza de los Tres Poderes ubicados en la capital del país, Brasilia se hicieron por redes sociales desde el miércoles cuatro de enero, pero las autoridades policiales no les dieron la suficiente importancia y fueron rebasados. 

    Lo que provocó actos vandálicos dentro de los siguientes edificios de gobierno que albergan los tres poderes; el Congreso Nacional, Presidencia y del Supremo Tribunal Federal (STF). 

    El presidente quien retornó de un viaje oficial que estaba teniendo en Sao Paulo, tomó como un agravió personal los disturbios, externó su intención por arrestar a todos los involucrados y también ordenó una guardia de seguridad en la zona hasta el 31 de enero. 

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    Además de destituir de su cargo al gobernador del distrito federal de Brasilia Ibaneis Rocha, quien no implementó un plan preventivo de seguridad para este día y fue acusado de tener alianzas con el anterior presidente. 

    El asalto como se cometió en día no laboral no tuvo pérdidas humanas, ya que se encontraba totalmente vacío, solo con personal auxiliar que no se involucró en la trifulca y por el anochecer la paz en el lugar se había recuperado.

    MGG

  • Promete Lula reconstruir Brasil al asumir Presidencia

    Promete Lula reconstruir Brasil al asumir Presidencia

    Luis Inácio Lula da Silva asumió por tercera ocasión la Presidencia de Brasil y  prometió “reconstruir” el país y sacarlo de las ruinas.

    “Sobre estas ruinas es que asumo el compromiso de, junto con el pueblo brasileño, reconstruir el país y hacer nuevamente un Brasil para todos”, declaró este 1 de enero .

    Exactamente 20 años después de acceder al poder por primera vez Da Silva, de 77 años, fue proclamado presidente junto a su vice, Geraldo Alckmin.

    La ceremonia inició con un minuto de silencio en recuerdo del exastro brasileño Pelé y del papa emérito Benedicto XVI, ambos fallecidos esta semana.

    Vestido con traje y corbata azul, Lula prometió en su primer discurso recuperar el país tras el gobierno de su antecesor, Jair Bolsonaro, quien no asistió al evento.

    “Vaciaron los recursos de salud, desmontaron la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología, destruyeron la protección del medio ambiente”, dijo el líder del Partido de los Trabajadores.

    Además, el izquierdista reafirmó su compromiso de reducir a cero la deforestación en la Amazonía.

    “No hace falta derribar ningún árbol más. Es posible vivir sin talar madera, sin incendios, sin invadir nuestros biomas”, dijo el mandatario.

    Lula llegó a la sede del Congreso Nacional en el tradicional Rolls Royce negro descapotable junto a la primera dama, Janja, ante los aplausos.

    Bolsonaro se fue a Estados Unidos dos días antes de finalizar su periodo. Con lo cual, por primera vez desde 1985, un mandatario saliente no puso la banda.

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    Quien se equivocó responderá por sus errores, con derecho a la defensa y el debido proceso”, dijo Lula.

    La recolectora de residuos negra Aline Sousa, de 33 años, le colocó a Lula la cinta de seda verde y amarilla bordada en oro y diamantes.

    Entre lágrimas, Lula abrazó a los asistentes, entre  los que había niños de origen afro, jóvenes con discapacidad y líderes indígenas, que lo acompañaban desde la Plaza de los Tres Poderes.

    “Asumimos el compromiso de combatir todas las formas de desigualdad. Es inaceptable que sigamos conviviendo con prejuicios, discriminación y racismo. Somos un pueblo de muchos colores y todos tienen que tener los mismos derechos y oportunidades”, dijo.

    También estaba Resistencia, una perra callejera que Janja adoptó mientras Lula estaba en la cárcel entre 2018 y 2019.

    El mandatario pidió suspender el espectáculo de 21 cañonazos que solía disparar el Senado, para evitar molestar a las personas con discapacidad.

    Al izquierdista lo acompañaron unos 20 jefes de Estado, el mayor número para una toma de posesión en el país. Entre estos, figuran los mandatarios de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Honduras y Uruguay, además del rey de España, Felipe VI.

    Por parte del gobierno mexicano, viajó la escritora y esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller.

    Lula gobernará hasta enero de 2027.

    Nuevos retos para Lula

    Lula da Silva tendrá desafíos inmediatos mayores a los que enfrentó en sus otras dos presidencias.

    Unos 30 millones de los 215 millones de brasileños pasan hambre y la economía a duras penas logra recuperarse tras el golpe de la pandemia.

    Además, llega a un país polarizado pues las elecciones del 30 de octubre las ganó apenas con 1.8 puntos de ventaja.

    De acuerdo con una encuesta del instituto Datafolha publicada el sábado pasado, sólo 51% de los brasileños considera que Lula gobernará mejor que Bolsonaro, informó el diario Folha de Sao Paulo.

    Condenado por corrupción en el caso Lava Jato, el mayor escándalo político en la historia del país, Lula da Silva estuvo preso 580 días, de abril de 2018 a noviembre de 2019.

    JGR

  • Regresa Lula al poder tras ganar elecciones en Brasil

    Regresa Lula al poder tras ganar elecciones en Brasil

    El exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva ganó este domingo la segunda vuelta de las elecciones en Brasil con 50.84 por ciento de los votos, frente al 49.16 por ciento que obtuvo el actual gobernante, Jair Bolsonaro, con 99.1 por ciento de las urnas escrutadas.

    El líder del Partido de los Trabajadores (PT), que ya gobernó entre 2003 y 2010, volverá a ocupar la Presidencia de un Brasil extremadamente dividido a partir del 1 de enero de 2023 y por los 4 años siguientes.

    Lula obtuvo 59.7 millones de sufragios, mientras que Bolsonaro, líder de la extrema derecha brasileña y capitán retirado del Ejército, se quedó con 57.7 millones, con 99.1% del censo escrutado, según los datos del Tribunal Superior Electoral (TSE).

    La emoción en el escrutinio se mantuvo hasta el último instante en la que ya son las elecciones más ajustadas de la historia del país.

    Deben ser nada más 4 estrofas

    La votación estuvo más apretada de lo que esperaban los sondeos previos a los comicios, reflejo de la alta polarización que vive Brasil y que incluso ha derivado en episodios de violencia política durante la campaña.

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    Elecciones en Brasil; las más apretadas de su historia

    Como ya pasó en la primera ronda, las principales empresas demoscópicas no consiguieron precisar la fuerza del bolsonarismo.

    Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar (1964-1985), empezó el conteo por delante, pero con 67,76% escrutado, el expresidente progresista pasó a liderar, tendencia que se mantuvo hasta el final, aunque siempre con un margen muy pequeño.

    El antiguo tornero mecánico también fue el vencedor de la primera vuelta, realizada el 2 de octubre, cuando obtuvo  48.4 por ciento de los votos, frente al 43.2 por ciento que consiguió Bolsonaro.

    Con su victoria en el balotaje, Lula, de 77 años, volverá a comandar la mayor economía de Latinoamérica.

    Durante la campaña prometió «reconstruir» el Brasil de Bolsonaro, acabar con el hambre, que hoy afecta a unos 33 millones de brasileños, y «colocar al pobre en los presupuestos» del Estado, combinando responsabilidad social, fiscal y ambiental.

    El izquierdista obtuvo un apretado triunfo en las elecciones de Brasil, con lo que será de nuevo presidente a partir del 1 de enero de 2023.

    También anticipó que estaría en el poder durante un solo mandato, que en Brasil es de cuatro años.

    La victoria de Lula era algo impensable hace unos años por los múltiples procesos de corrupción a los que tuvo que hacer frente, pero en 2021 la Corte Suprema anuló las condenas que le hicieron pasar 580 días en prisión, recuperando así sus derechos políticos.

    JGR

  • Juez brasileño rechaza recurso de Lula da Silva

    La corte superior brasileña rechazó hoy un recurso de la defensa del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, presentado pocas horas antes, que buscaba evitar que el exmandatario vaya a prisión tras ser condenado la semana pasada a 12 años por corrupción y lavado de dinero.
    Juez brasileño rechaza recurso de Lula da Silva

  • Dilma Rousseff tiene un pie fuera del poder

    La dirección del partido centrista PMDB, el principal de la coalición de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, aprobó este martes por aclamación su salida del gobierno brasileño.
    «El PMDB se retira de la base de gobierno de Rousseff», proclamó el senador y vicepresidente del partido, Romero Juca, que presidió la reunión en el Congreso en Brasilia, en medio de aplausos y de gritos de «¡Brasil presente, Temer presidente!», en referencia al vicepresidente Michel Temer, favorable a la ruptura.
    En medio de la crisis política que atraviesa Brasil, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el vicepresidente Michel Temer, decidió que saldrá de la coalición gobernante que comanda Dilma Rousseff, en lo que representa un duro golpe para el gobierno.
    La decisión, que supone un duro golpe político para Rousseff, fue tomada por unanimidad por la dirección nacional del PMDB, la mayor fuerza política del país. El voto fue por aclamación, de pie y con gritos de «Fuera PT»
    El partido se declaró «independiente» del Partido de los Trabajadores (PT) después de 12 años de alianza. Se adelantó así a un posible juicio político contra la mandataria.
    Michel Temer, titular del PMDB y el presidente del Senado , Renán Calheiros, éste también «pemedebista», acordaron que la salida del gobierno fuera expresada por «aclamación» en la reunión del directorio nacional de hoy por la tarde, hora local, informó Folha de San Pablo.
    Con el portazo del PMDB, que cuenta con la mayor bancada en el Congreso, se torna más crítica la situación de la presidenta Dilma Rousseff.
    Dilma Rousseff tiene un pie fuera del poder

  • Toma de posesion Dilma Rousseff

    La presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, ha invitado a su investidura, el próximo sábado, a once mujeres con las que compartió celda durante los casi tres años que estuvo presa por sus ví­nculos con grupos alzados en armas contra la dictadura.

    «En la prisión, Dilma ya tení­a una presencia fuerte, ya era lí­der y era muy solidaria«, declaró en una entrevista que publica hoy el diario O Globo la periodista Rose Nogueira, una de las once mujeres que entre 1970 y 1972 permaneció presa junto a Rousseff.

    Las once ex compañeras de celda figuran en un grupo de personas cercanas a Rousseff que han sido invitadas especialmente por ella para la ceremonia en la que recibirá la banda presidencial de manos del actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.

    La socióloga Lenira Machado, otra de la mujeres que estuvieron en el centro de detención femenino conocido en la época como «Torre de las Doncellas», dijo a O Globo que, al margen de la participación que cada una tení­a en la guerrilla, tanto ella como Rousseff coincidí­an en que la dictadura debí­a ser combatida con las armas.

    «Defendí­amos la lucha armada, basada en la formación de cuadros y no como una simple aventura», declaró.

    Rousseff estuvo presa y fue torturada por sus ví­nculos con los pequeños grupos guerrilleros Colina y VAR-Palmares, pero ha afirmado que nunca llegó a empuñar un arma ni participó en ninguna de las acciones de esas células.

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    Lula quiere un acuerdo Brasil â?? México

    Brasil despues de Lula, ¿sera igual?

  • Lula quiere un acuerdo Brasil – México

    El principal asesor en temas internacionales del presidente Lula da Silva consideró que es el momento de concretar un eje entre Brasil y México.

    Tras el triunfo a la Presidencia de la República de Dilma Rousseff â??heredera polí­tica de Lulaâ?? , el asesor Marco Aurélio Garcia consideró que «en años pasados, la polí­tica externa de México se olvidó un poco del sur, y creo que el presidente Calderón ha dicho que quiere voltear al sur. Yo espero demostraciones concretas de eso. Hay que aprovechar, somos los dos grandes paí­ses de América, y junto con naciones como Argentina, Colombia y Venezuela podemos formar un eje muy dinámico para la región».

    Garcia explicó que tanto México como su paí­s están construyendo buenos ví­nculos económicos, «pero debiéramos pensar en tener una relación que tocara también cuestiones polí­ticas».

    Marco Aurélio Garcia es el principal asesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para asuntos internacionales.

    Poco antes del primer discurso que pronunció la Presidenta electa, Dilma Rousseff, el domingo por la noche, Garcia conversó con Excélsior. Habló del significado de la victoria de la candidata del PT para el futuro de las relaciones entre Brasil y el resto de América Latina.

    Esta es la conversación:

    â??¿Qué se puede prever con este triunfo?

    â??Significa la reafirmación de la polí­tica exterior que el presidente Lula pudo desarrollar en este periodo y que estaba amenazada si el adversario ganaba. Porque él (José Serra) lo hizo, al bajar la expectativa en relación con el Mercosur, al emitir crí­ticas muy fuertes a varios paí­ses de la región y, sobre todo, al hablar de privilegiar las relaciones con los grandes paí­ses. Nosotros vamos a mantener una buena relación con Estados Unidos, ya la tenemos, igual que con Europa, pero nuestra prioridad es el sur, y entendiendo por sur, América del Sur y América Latina.

    â?? ¿Qué podrí­a hacerse en cuanto a la relación entre Brasil y México a fin de que fuera más fluida?

    â??La relación con México ha estado mejorando mucho en los últimos años. Veo que, en función del muy buen diálogo que se estableció entre el presidente Calderón y el presidente Lula, hay un acuerdo comercial y económico que está gestándose en este momento. Creo que eso puede ayudar mucho, pero creo que los dos debiéramos pensar en tener una relación que tocara también cuestiones de naturaleza polí­tica.

    â??Desgraciadamente, en años pasados, la polí­tica externa de México se olvidó un poco del sur y miró casi exclusivamente al norte, y creo que el presidente Calderón ha dicho que quiere mirar al sur, y yo espero demostraciones concretas de eso. Creo que hay que aprovechar: somos los dos grandes paí­ses de América Latina, y junto con paí­ses como Argentina, Colombia y Venezuela, podemos formar un eje muy dinámico para la región.â?

    â??¿Qué esperarí­a de diferente en los próximos cuatro años en cuanto a la estrategia brasileña hacia América Latina?

    â??Yo dirí­a que formalizar más las instituciones. Nosotros avanzamos mucho en un empuje global, pero hay que darle un contenido más organizativo a la Unasur, al Mercosur y a la CALC (la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo). Es muy positivo que México se haya comprometido con la CALC, pero hay que crear instituciones, pues sin instituciones eso no marcha. Es decir, no bastan ideas generales, hay que adoptar iniciativas concretas para encauzar orgánicamente la integración.

    Resuelto el tema de la sucesión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva -en la que él mismo ha tenido mucho que ver, al impulsar como lo hizo la candidatura de Dilma Rousseff-, ahora la pregunta en Brasil es qué hará este inquieto polí­tico cuando fenezca el segundo de sus dos perí­odos en el Palacio de Planalto, el próximo 31 de diciembre.

    Lo que queda claro a todo mundo aquí­ es que Lula, de 65 años de edad, no está listo para el retiro. Nadie espera que se ponga la pijama y se quede tranquilamente en su casa de San Bernardo do Campo, una población al sur de esta ciudad donde el hoy Presidente comenzó su lucha sindical y su actividad polí­tica en tiempos de la dictadura.

    Cuando en otros paí­ses la urgencia es que el mandatario saliente acabe de irse para que el entrante se instale en los salones del poder, los brasileños que simpatizan con Lula -80 por ciento de ellos, se podrí­a decir- comienzan a vivir su partida a manera de duelo.

    Como regalo de despedida, 56 por ciento de los electores dio el triunfo el domingo a la candidata con la que él se empeñó. La de Rousseff fue una candidatura dura de digerir entre los dirigentes y la base del Partido de los Trabajadores. Se le veí­a como una imposición de Lula, y además huraña y débil de salud, pues tuvo que sobreponerse a un cáncer linfático.

    Sin embargo, Lula insistió en que ella serí­a a quien le entregarí­a el poder, el 1 de enero de 2011. Y más que eso, su legado.

    El apoyo de Lula a la candidatura de Rousseff no fue uno que ocurrió tras bambalinas, fue absolutamente abierto. Y a reserva de que la nueva Presidenta comience a mostrar sus propias cualidades, aquí­ nadie niega que deberá su llegada al Planalto a la promoción que Lula hizo de ella.

    Tan es así­ que la cabeza principal de este lunes del diario O Estado de Sao Paulo fue «A vitória de Lula» y el analista Luiz Carlos Azedo escribió en el Correio Braziliense que «quien ganó la elección fue el presidente Luiz Inácio Lula da Silva (cuyo) prestigio fue transferido masivamente a la petista, quien nunca antes habí­a disputado una elección».

    La caricatura del diario Folha de Sao Paulo imagina que en el acto de transmisión del poder, Lula no se quitará la banda presidencial sino tratará de estirarla para que alcance a rodearlos a él y a Rousseff.

    Pero ¿qué hacer con Lula? Especialmente cuando él mismo ha dicho públicamente que, si por él fuera, no se irí­a de la Presidencia.

    «Con toda sinceridad, preferirí­a que este dí­a no hubiera llegado», comentó a los invitados a su cumpleaños, el pasado 27 de octubre, consciente de que serí­a el último que celebrarí­a en el Planalto.

    Antes, en agosto, al promulgar la ley que creaba el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, bromeó con su ministro de Defensa, Nelson Jobim: «Usted hubiera podido mandarme, junto con esa enmienda, otra pequeñita, para tener unos años más de mandato».

    Lo cierto es que Lula pudo haber forzado las cosas y pasar por el Congreso una iniciativa para reelegirse una segunda vez, pero optó por dejar en solamente dos los periodos presidenciales sucesivos.

    Aun así­, queda la pregunta de si Lula está pensando en volver a contender por la Presidencia en 2014, cuando termine el lapso para el que fue elegida Dilma Rousseff. El domingo, después de votar en su casilla de San Bernardo do Campo, la respondió de manera crí­ptica: «No sé si estaré vivo para entonces».

    Eso sí­, Lula ha dicho que no desaparecerá de la polí­tica después de que le coloque la banda presidencial a Rousseff, la primera mujer que ocupe el cargo en Brasil. «No tengo cómo hacerlo», comentó hace poco, como si fuera irremediable su condición de activista. «Mi relación con la sociedad no puede desaparecer de un momento a otro».

    Sin embargo, la indefinición del futuro de Lula no tiene tanto que ver con que no sepa qué hacer sino que no ha encontrado el espacio que le gustarí­a. La revista brasileña Veja publicó esta semana que el Presidente ha cabildeado con diversos personajes de la ONU, incluido el secretario general Ban Ki-moon, la posibilidad de hacerse cargo de la FAO o el Acnur, los organismos de Naciones Unidas especializados en alimentación y refugiados, respectivamente, pero que, hasta ahora, no ha conseguido apoyo suficiente para lograrlo.

    El problema es que Lula es como un buque de un tamaño tan grande que hay que encontrar una corriente suficientemente profunda a fin de que no encalle y pueda navegar.

    Observar qué han hecho otros ex presidentes brasileños después de dejar el poder quizá no sirva de mucho, porque si bien José Sarney, Fernando Collor de Melo e Itamar Franco han optado por buscar gubernaturas y senadurí­as, el también ex presidentes Fernando Henrique Cardoso, contrincante principal de Lula en la polí­tica de Brasil, jamás ha vuelto a postularse a cargo alguno y actualmente dirige una fundación.

    De acuerdo con el reportaje de Veja, ese último es el futuro más probable para Lula: echar a andar una fundación que promueva las polí­ticas que puso en práctica para luchar contra el hambre y sacar de la miseria a varios millones de brasileños.

    A decir de la revista, la fundación tendrá su sede en Sao Paulo, con vista al bellí­simo Parque Ibirapuera. Ahí­ seguramente contará con la participación de varios de sus actuales colaboradores.

    La pregunta que se plantean muchos brasileños es ¿qué será suficiente para mantener ocupado a Lula?

    Y de ahí­ que muchos especulen que el ex presidente pueda convertirse en la sombra del gobierno de Rousseff.

    Cuentan que cuando la dictadura militar brasileña (1964-1985) abrió una rendija para que un civil ocupara la Presidencia elegido de manera indirecta, en el gabinete del presidente José Sarney se escuchaba a menudo la recomendación de «llamar a Pires», es decir, al general Leí´nidas Pires Goní§alves -ministro del Ejército y representante de los intereses de los militares en el gobierno civil- cada vez que habí­a una crisis.

    Cuentan también que Sarney siempre se resistió a llamar a Pires y que eso, justamente, deberá aprender a hacer Dilma Rousseff-no llamar a Lula cada vez que hay problemas- si ha de consolidar su propio gobierno.

    En público, Rousseff y Lula han optado por la delicadeza cuando se han visto obligados a tocar el tema. í?ltimamente Rousseff ha dicho que «nadie me separará del presidente Lula» y éste ha opinado que «quien gana las elecciones es quien gobierna», aunque ha aceptado que él y la «companheira Dilma» conversarán a menudo sobre muchas cosas.

    Aun así­, los brasileños esperarán la integración del gabinete de Rousseff para ver qué tanta influencia tienen Lula o el lulismo en el nuevo gobierno. Buscarán señales para saber si será del tipo que ejerció el recientemente fallecido ex presidente argentino Néstor Kirchner sobre su esposa o algo más sutil, como el apoyo verbal que en ocasiones ofrece el ex presidente español Felipe González, quien en momentos clave emplea la retórica para aplacar a los rivales de José Luis Rodrí­guez Zapatero.

    Sin embargo, seguramente habrá temas, como la actual guerra cambiaria que sacude la economí­a mundial, en los que ni siquiera el gigante Lula, con todo su carisma, podrá ayudar a su sucesora

  • Brasil tiene ahora presidenta.

    ¿Quién lo viera?, bueno no hay mucho que extrañarse, puesto que detrás de ella esta toda la maquinaria gubernamental de Luiz Inacio Lula Da Silva, quien detrás de dos mandatos, simplemente no puede aspirar de nuevo a la presidencia.

    Quien mejor que él (Lula Da Silva) para saber quién, cómo, cuándo, dónde, porqué y para qué estar en el poder, siendo que los cambios que generó e impulsó al Brasil a donde se encuentra, no están del todo terminados y de no continuar y cimentarse en el próximo lustro, podrían ser un empujón importante pero jamás final.

    Pero acá entre nos, como siempre hablamos, ¿sabe usted quién es Dilma Rousseff? Ella es hija de un inmigrante búlgaro que salió huyendo por razones ideológicas de Europa para llegar al Brasil y casarse con una mujer de ahí.

    Dinero había, el padre de Dilma Rousseff sin duda como abogado y activista político traía sus ahorros, pero la educación que se impartió en casa fue siendo de corte marxista leninista, lo que llevo a Dilma Rousseff ser guerrillera, pero detenida en la década de los 70s y presa tres años.

    De ahí paso por varios cargos dentro de la izquierda laboral hasta que el líder sindical Luiz Inacio Lula Da Silva le invitó a la campaña y salió electo, para nombrarle como secretaria (bueno, ministra) de energía.

    ¿Les parece de mucha, mediana o poca relevancia el cargo?, digo, simplemente ella fue la artífice de que Petrobras, que hace 9 años ocupaba el sexto lugar de petroleras ene l mundo, este HOY en el tercero, con mayor participación del gobierno. Algo que en México, deberíamos aprender.

    ¿Pero ganó?, esta duda como analista la deseo dejar en el aire, serán sus acciones las que le validen, pero con todo el apoyo que recibió de Lula Da Silva, me hace recordar los tiempos en que en México, existían elecciones de Estado.

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    Texto escrito por El Enigma
    Analista consultor en riesgos financieros y económicos, editor en jefe de Solo-Opiniones y Sumayresta.net