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  • En la OEA otro periodo a Jose Miguel Insulza

    El amplio apoyo que recibió hoy José Miguel Insulza, para otro mandato como secretario general de la OEA, le debe permitir acometer reformas para agilizar el organismo, pero no es de ninguna manera una carta blanca para su gestión.

    El chileno, que fue reelegido hoy por aclamación para un segundo mandato al frente de la Organización de Estados Americanos (OEA), sabe que el contundente apoyo que le han dado los 33 paí­ses miembros activos del organismo representa una confianza que él tendrá que ganarse de nuevo dí­a a dí­a.

    Y es que las crí­ticas a su gestión y a su persona, a menudo muy duras, no han desaparecido ni lo harán por el simple hecho de haber sido reelegido por otros cinco años.

    «í?l sabe que hay problemas, que es muy criticado, y que tiene que resolver las diferencias que tiene con algunos paí­ses, y por tanto no se va a tomar este segundo periodo como secretario general como un mandato de continuidad», dijo a Efe el presidente del Diálogo Interamericano, Peter Hakim.

    En general, las crí­ticas, justificadas o no, son irónicamente contradictorias, pues unos le acusan de ser demasiado blando y complaciente con algunos paí­ses, de no tomar la iniciativa y de no intervenir en determinadas situaciones en las que deberí­a, mientras que otros le acusan de excederse a veces en sus funciones y de actuar con demasiado impulso.

    «Hay varios paí­ses que no están satisfechos con la OEA, pero tampoco es fácil encontrar una solución en un organismo multilateral cuyo margen de maniobra está limitado por el estricto respeto a la soberaní­a de los paí­ses, y el secretario general tiene pocos recursos para actuar», sostuvo Hakim.

    Por eso, uno de sus deberes en este nuevo mandato que arranca a finales de mayo debe ser «buscar más apoyos directos de paí­ses con peso» como EE.UU., Brasil, México y Argentina, entre otros, y consultarles para ver «hasta qué punto le dejan actuar, qué quieren que haga y si hay un poco más de margen para una mayor iniciativa en su gestión», afirmó.

    En polí­tica, «el lí­der es el que elige el ritmo del movimiento, la actuación y las iniciativas, pero si un grupo no quiere no puede hacer nada», aseguró Hakim.

    Es por eso por lo que el propio Insulza suele subrayar que la OEA es lo que sus Estados miembros quieren que sea.

    Y justo por eso, debe buscar a partir de ahora ya no el respaldo de los votos, sino el que necesita para llevar a cabo su trabajo diario, sobre todo en situaciones complicadas, en las que deberí­a poder actuar.

    Si lo consigue, tendrá la tranquilidad que necesita para ser más activo y agresivo, una caracterí­stica que algunos han echado de menos en él.

    En ese supuesto, en opinión de Hakim, Insulza tendrá una «cierta base de legitimidad» para actuar y estará menos expuesto si lo hace.

    El problema de la OEA es que siempre actúa por consenso, porque todos los paí­ses participan en igualdad de condiciones y eso dificulta el diálogo y el acuerdo, más aún en un momento en el que el continente está profundamente dividido ideológicamente, recordó.

    Insulza «está preso de la Carta Democrática Interamericana. Y un lí­der tiene que tener flexibilidad», argumentó Hakim, explicando la base del problema.

    En este sentido, otro de sus cometidos debe ser reformar la Carta, tal y como prometió cuando presentó su programa.

    Uno de los mayores logros de Insulza ha sido colocar a la OEA en el centro de todos los grandes sucesos y conflictos de la región, pero al mismo tiempo eso ha evidenciado la capacidad limitada que tiene el ente para resolver, en algunas ocasiones, problemas graves.

    Entre sus éxitos figuran haber evitado una escalada del conflicto entre Ecuador y Colombia en 2008, desactivado la crisis polí­tico-institucional de Nicaragua en 2005 e impedido otra en 2009 en Guatemala, y haber acompañado a Bolivia entre 2006 y 2009 en el complicado y a veces tenso proceso de cambio y transformación democrática.

    Y se produjo, quizás, por la dependencia del requerimiento de que sean los Gobiernos los que invoquen la Carta Democrática para que se pueda actuar. Cuando Tegucigalpa la invocó, la ruptura de la democracia era ya inevitable.

    El chileno quiere introducir formas y procedimientos más rápidos y flexibles que le permitan actuar de manera preventiva.

    Para Hakim, sin embargo, la Carta «no está mal redactada», sino que el problema es que «los paí­ses no pueden acordar cómo implementarla y por tanto el obstáculo es «la falta de iniciativa».

    Así­, para poder cumplir con su promesa de flexibilizar la Carta y por ende poder actuar con más libertad, Insulza tendrá que buscar aliados firmes y un apoyo grande entre los Estados miembros.

    Habrá que ver si, a la hora de la verdad, el respaldo es igual de unánime

  • Elecciones en OEA

    La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos elegirá en las próximas horas a su secretario general y secretario general adjunto para los próximos cinco años, anunció el miércoles la organización.

    Los únicos candidatos en la reunión inicial del 39no período de sesiones son José Miguel Insulza, actual secretario general, y Albert Ramdin.

    El chileno Insulza, de 66 años, es secretario general de la OEA desde 2005. Ramdin, diplomático surinamés de 52 años, asumió como secretario adjunto el mismo año

  • La democracia en riesgo por crimen organizado

    El crimen organizado «socava las bases de la democracia» y debe ser combatido con cooperación y rigor, dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, en un mensaje leído hoy ante la VIII Reunión de Ministros de Justicia de las Américas.

    «La defensa de la democracia supone también el combate al crimen organizado trasnacional en todas sus formas», pues se trata de un fenómeno que «afecta directamente la vida de los ciudadanos» y, por tanto, «socava las bases» de la confianza, dice el mensaje enviado por Insulza al encuentro ministerial que se celebra en Brasilia.

    Según el programa oficial del encuentro, Insulza participaría hoy y mañana en la reunión de autoridades de Justicia, pero fuentes de la OEA explicaron que debió cancelar su asistencia por problemas de agenda.

    En su mensaje, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), instó además a las autoridades reunidas en Brasilia a reforzar los mecanismos de combate a la corrupción, que también afecta la confianza de los ciudadanos en la democracia.

    Según Insulza, «no basta con aprobar y legislar sobre derechos», sino que también es necesario «velar por su efectiva y correcta aplicación».

    La búsqueda de mecanismos de cooperación que permitan un mejor combate al crimen organizado en el ámbito interamericano es uno de los principales objetivos de la VIII Reunión de Ministros de Justicia, Procuradores y Fiscales Generales de las Américas.

    Documentos difundidos este miércoles en la apertura de la cita atribuyen la mayoría de los 27 homicidios por cada 100.000 habitantes que se registran anualmente en América Latina a personas vinculadas a las bandas del crimen trasnacional.

    También sostienen que el tráfico de drogas es una de las mayores amenazas a la seguridad ciudadana, y moviliza en la región unos 320.000 millones de dólares al año, una cifra que supera el Producto Interno Bruto (PIB) de muchos países latinoamericanos

  • Honduras señala a Oscar Arias

    El gobernante de facto de Honduras, Roberto Micheletti, arremetió en los últimos días contra el presidente costarricense, Oscar Arias, ex mediador en la crisis hondureña y único mandatario que ha aceptado reunirse con él luego del golpe de Estado de junio de 2009. Micheletti lo escogió como blanco de una seguidilla de descalificaciones, luego de que Arias insistiera en que renuncie, de modo de que no entregue personalmente el poder al presidente electo Porfirio Lobo, el 27 de enero.

    Arias fue el primer presidente latinoamericano en reconocer el triunfo de Lobo en las cuestionadas elecciones hondureñas de noviembre, que la mayor parte de la comunidad internacional desconoce por ser efectuados por el régimen de facto que gobierna desde el golpe que derrocó al presidente Manuel Zelaya. Micheletti dijo el jueves que Arias «no tiene la capacidad ni la moral para poder hablar» sobre Honduras, aunque él mismo aceptó que sirviera de mediador. «Ese señor cada vez que habla es para ofender a mi país», agregó Micheletti, quien el viernes fue más lejos y afirmó que Arias necesitaba «atención psicológica». El mandatario costarricense ha evitado responder estos ataques. Arias, quien ganó el Premio Nobel de la Paz en 1987 por sus gestiones para poner fin a las guerras civiles en Centroamérica, es uno de los políticos con mayor prestigio en el istmo. Esto indujo a Estados Unidos a pedirle en julio que sirviera de mediador en la crisis hondureña.

    Aunque ninguno de los puntos principales de su plan para acabar la crisis ha sido cumplido (restitución de Zelaya y renuncia de Micheletti), Arias ha intentado impedir que el mundo endurezca las sanciones a Honduras y ha pedido reconocer a Lobo. Sin embargo, le advirtió personalmente hace unas semanas a Lobo que debe lograr que Micheletti renuncie y no recibir el poder de sus manos, si quiere conseguir reconocimiento internacional.

    La Organización de Estados Americanos (OEA), que suspendió a Honduras tras el golpe, enviará una misión al país luego de que asuma Lobo para tratar un eventual levantamiento de las sanciones, anunció el viernes su secretario general, José Miguel Insulza, luego de reunirse con Arias. La suspensión de la ayuda y créditos del exterior ha creado una situación «caótica» en la economía hondureña, admitió Lobo. Al reunirse con Insulza en su hogar del bulevar Rohrmoser de San José, donde recibió a Micheletti en julio, Arias y el jefe de la OEA criticaron la intransigencia del gobernante de facto.

    «Estamos todos un poquito desazonados, (…) todos hubiéramos querido que se hubiera adelantado un poco la salida del gobernante de facto», dijo Insulza. «Su presencia pienso que le ha hecho daño al pueblo hondureño», dijo Arias. Hay políticos hondureños que temen que los ataques de Micheletti a Arias le ocasionen más problemas a su país. «Esos son exabruptos que no se deben dar por muchos conflictos que hayan, no hay justificación», dijo a la AFP el diputado electo Germán Leitzelar.

    Micheletti «no tiene conocimiento del daño que le ha hecho al pueblo hondureño y a la imagen de la nación y a las relaciones con una nación hermana como Costa Rica», dijo a la AFP el abogado Rasel Tomé, asesor de Zelaya. «Arias trató por todos los medios de ayudar a reinstaurar la democracia en Honduras, pero el dictador los ha boicoteado», agregó Tomé, quien acompaña a Zelaya desde septiembre en su refugio en la embajada brasileña.