La complejidad y el reto de la agenda nacional es muy grande, pero bienvenida porque las hazañas se construyen con audacia y decisión, afirmó Graco Ramírez, gobernador de Morelos.
Al clausurar el Coloquio “México: La Transición Posible”, pidió autocontención a los actores políticos interesados en la candidatura presidencial de 2018, evitar que el protagonismo gane. “No se trata de privilegiar el ego, de lo que se trata es de construir y nos pide a todos humildad, serenidad”.
El mandatario morelense confió en que habrá Frente Amplio Democrático (FAD), y que con sentido común y auto crítica de todos los actores políticos, se le debe ofrecer a México un cambio democrático, no de alternancia sino la primera construcción de un régimen político diferente para el país.
Durante la Mesa 3, “México 2018: La transición posible”, el mandatario estatal explicó que el candidato del FAD debe aceptar que va auto contenerse y aceptar que las definiciones se hagan en la mayoría parlamentaria.
“El Congreso debe fijar quién es el jefe del gabinete, es un punto de equilibrio, todos somos víctimas del régimen presidencialista, lo fundamental en la actualidad debe ser el programa y no el sujeto. Así el peso de la decisión será del Congreso. No estamos buscando presidente, requerimos un jefe de Estado y uno de Gobierno”.
Afirmó que si se logra generar que el Frente confluya con actores políticos de varios signos, se puede perfectamente construir con mucha responsabilidad un espacio común en equidad e igualdad, con transparencia, sin opacidad y con estado de derecho.
José Antonio Crespo, historiador y analista político observó difícil que se concrete el FAD, por los propios intereses de los partidos políticos y de todos los que aspiran a la candidatura presidencial.
Santiago Creel Miranda, presidente de la Comisión de Elecciones del PAN, dijo que cualquier candidato que vaya solo a la Presidencia de la República, “cualquier propuesta de campaña o promesa, será una mentira y en el mejor de los casos un buen deseo”.
Sostuvo que no hay forma de cumplirle al elector si no se tiene una mayoría legislativa estable de por medio, “lo demás es literatura, no es política. Un gobierno de minoría es incapaz de hacer los cambios que se requieren”.
Jesús Ortega, ex diputado del PRD comentó la necesidad de construir un verdadero gobierno de coalición y profundas de cambio.
Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León aseguró que la sociedad mexicana está enojada. “Hay que sacrificar la aspiración de llegar al poder por sí solo, renuncien a la prerrogativa pública”.
“El país no nos cree, hay que generar condiciones para generar la confianza, porque el mal de este país, son los partidos políticos”, opinó.
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México debe tener la construcción de un régimen político diferente: Graco Ramírez
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La OPINION de Jose Antonio Crespo
Los pocos días que han pasado desde cuando se decretó la epidemia viral (y cuya primera denominación ha afectado injustamente a los porcicultores, sobre todo mexicanos, y provocó el sacrificio de 300 mil puercos en Egipto) han generado elevados costos a la economía mexicana: las diversas contingencias constituyen un golpe a los planes de superación de la crisis económica, de por sí grave. Los daños dependerán de la duración y la eficacia de la contingencia y, por tanto, no se pueden ahora estimar con precisión. Menos claros son los efectos políticos y los costos para los gobiernos nacional y estatales. Eso dependerá de su futuro desempeño, si bien algunos adelantan versiones sobre retrasos y malos manejos de la crisis sanitaria. La mayoría ciudadana, según encuestas, valora bien lo hecho hasta ahora. Y, sin embargo, hay varios testimonios de negligencia médica que reflejan el desorden y la improvisación que nos caracterizan como país. Y la decisión sobre los restaurantes en la capital resulta sumamente cuestionable (las filas para llevar comida pueden ser más peligrosas que comer cada quien en su mesa). Y ya hay escasez de materiales preventivos, rechazo en hospitales de enfermos con la sintomatología, y cifras oficiales confusas. Pero ya vendrá la evaluación general.
Un elemento clave en la comunicación sobre una epidemia es buscar el equilibrio para que la gente tome en serio la gravedad del asunto y siga puntualmente las medidas de prevención, mas sin caer en el pánico. Pero otro virus muy perjudicial, resurgido a raíz de la emergencia, es la rumorología, cuya capacidad de contagio parece mayor que la de la â??influenza humanaâ?. Dice un Diccionario Político (1999) que, â??conforme la información viaja de persona a persona, se va deformando hasta perder su exactitudâ?¦ Los rumores surgen de situaciones que no están adecuadamente definidas como cuando ha habido una ruptura en la rutina diaria que no se esperaba, cuando hay un cambio importante en el medio ambiente, cuando hay que enfrentar alternativas cuyos resultados son inciertos, cuando las personas están bajo una tensión permanenteâ?, entre otras. Como rasgos esenciales de los rumores, se apuntan los siguientes: â??Pocas veces conservan su esencia original; se extienden a gran velocidad; a su narrativa se agregan envidia y rencores; se transmiten más en comunidades que utilizan canales informales poco eficientes de comunicación; las buenas noticias viajan menos rápido que las malasâ?. Pero la falta de credibilidad en las instituciones y las autoridades es clave, más en un país como México, donde suele creerse exactamente lo contrario a lo que expresan funcionarios y autoridades. Así, â??cuando existe desconfianza en las fuentes oficiales â??dice este Diccionarioâ??, entonces los individuos acuden unos a otros para la obtención de noticiasâ?.
En efecto, los rumores no se hicieron esperar. Ahí esta la patética versión de que todo se circunscribe a un ardid del gobierno federal para distraer al público de otros problemas y obtener ganancia político-electoral. Otra versión hace el siguiente silogismo: â??A) Desde hace más de dos años la industria farmacéutica a nivel mundial tenía problemas financieros por la baja en la venta de medicamentos; B) Si no creas guerras, crea enfermedades (la economía mundial debería ponerse en marcha); C) México, perfecto trampolín para lanzar la enfermedad, de aquí saldrían turistas a diferentes partes del mundo, pero, curiosamente, los países que reportan enfermos que visitaron México y que están reforzando su cerco sanitario son los que integran el G-7; D) De antemano es un alivio para el Banco Mundial y las bolsas del mundoâ?. En el otro extremo, circula una â??teoríaâ? sobre un ataque bio-terrorista que viene de los países ricos, con el propósito específico de mermar la población mexicana. Células infectadas con el virus habrían sido rociadas desde aviones, con la complicidad y anuencia del gobierno mexicano. Hay también recetas naturistas que presuntamente curan la enfermedad ipso facto.
Historias como de marcianos o de esas que invocan las peores catástrofes. Pero siempre habrá quien las crea, lo que alimenta en esa medida la indiferencia o el pánico. El miedo no anda en burro; la suspicacia, tampoco. El problema se incrementa por la falta de confianza y de credibilidad en nuestras autoridades, que en situaciones de emergencia se vuelve fatal. La suspicacia hacia nuestras autoridades se ha amainado por la coincidencia de instituciones internacionales y gobiernos extranjeros en la alarma general. Las sospechas proliferan, en parte, por el tipo de decisiones que se discuten o toman en el Congreso sin la debida atención pública, que está concentrada en la emergencia. Tales como la ley que capacita al Ejecutivo para decretar â??estado de emergenciaâ?, la legalización del Ejército en funciones policiales, la modificación de la ley de acción colectiva â??con vergonzosa unanimidadâ?? en detrimento de los ciudadanos y a favor de las grandes corporaciones empresariales, una que despenaliza el consumo de drogas (y con la que concuerdo), y otras iniciativas legisladas al vapor. Si el país está en contingencia, ¿por qué no mejor detener también la â??producciónâ? legislativa mientras no se normalice la situación, para no evadir el escrutinio público, ni facilitar la proliferación de ese inevitable sospechosismo?
De hecho, las campañas electorales no podrán desplegare de manera normal, según ha recomendado el IFE. Los partidos se han comprometido a no sacar â??raja electoralâ? de este asunto, como sí lo han hecho respecto del narcotráfico. Incluso, desde ayer por la mañana se hablaba de posponer los comicios. â??Estamos preparados para cualquier eventualidad en el sentido de tener que redefinir los plazos del proceso electoralâ?, dijo Leonardo Valdés (29/IV/09). Pero el secretario de Salud no ha considerado necesario aplazar el día de la elección. Quién sabe más adelante.
Historias de marcianos o que invocan las peores catástrofes siempre habrá quien las crea, lo que alimenta en esa medida el pánico