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  • Agora

    Es por todos conocido que la Iglesia Católica actúa no sólo en el plano espiritual y trascendente â??aunque estas sean sus motivaciones principales- sino a demás en el orden temporal y terrenal.

    Debe también ser claro que el primer rubro es condición necesaria en el esquema estructural de la ecclesia fundada por Jesucristo. El segundo estadio sólo es condición contingente a la luz del trabajo propio que desarrolla una institución tan importante y compleja como lo es la columna construida sobre San Pedro.

    No debemos olvidar que en el pasado, durante algunos periodos, estos dos niveles de la realidad humana fueron razones que hicieron nacer diferencias que conllevaron la separación de los niveles temporal, mundano, material, del espiritual, trascendente, divino. Al respecto tenemos la famosa teorí­a de las dos espadas que degeneró en la llamada querella de las investiduras.

    Sin embargo, y a pesar de todo, la Iglesia Católica se ha mantenido y aún se ha afianzado en los múltiples episodios que durante dos mil años ha vivido y, aún, ha padecido.

    La construcción de una organización institucional de la Iglesia Católica, a pesar del tiempo, no ha sido fácil, ya que delinear la estructura, órganos y funcionamiento de dicha institución social ha requerido un constante trabajo de resguardo, estudio, reflexión y, principalmente, de pastoral.

    Para poder sintetizar y sistematizar sus múltiples elementos, esto es, tradición, doctrina, principios, normas, Magisterio, etc., ha sido necesario condensar toda esa historia y sistema en documentos tan fundamentales como, por ejemplo, el Catecismo de la Iglesia Católica y el Código de Derecho Canónico.

    í?ste último tiene una genealogí­a que se remonta a 1917, cuando fue promulgado el primer código de la materia por el Papa Benedicto XV, y al que le siguió en 1983 el nuevo Código Canónico sancionado y publicado por el Papa Juan Pablo II.

    Sin embargo es de resaltar que dicha legislación sólo aplica a la Iglesia de Roma, es decir, a la Iglesia Latina de occidente. Para el caso de las Iglesias Orientales Católicas, fue hasta la promulgación realizada por el mismo Juan Pablo II, del Código de Cánones de las Iglesias Orientales en fecha dieciocho de octubre de 1990, que se tuvo ya un cuerpo normativo para dichas iglesias, y el cual ha cumplido veinte años de su promulgación.

    * Carin es amante de los números, estudioso de la filosofí­a, abogado y amigo de El Enigma. Columnista de Solo-Opiniones

  • La Iglesia no es pederasta por Ricardo Martinez

    Actualmente la Iglesia, pasa por un momento tenso y difí­cil, debido a que una de sus â??ramasâ?, los Legionarios de Cristo, se ha visto envuelta en casos de pederastia, sobre todo impacta la noticia de que sea su creador, el Padre Maciel (q.e.p.d, que no lo creo mucho), el que fuera un monstruo, debido a todo lo que se ha sabido de él.

    La pederastia es abominable y es asquerosa, es por eso que impacta más en la Iglesia que en cualquier otra institución de la sociedad. Se ha sabido también, de personalidades diversas que han hecho este delito y no ha tenido el impacto que ahora tiene con los Legionarios. Es simple la respuesta a porqué ahora que se trata de la Iglesia, es tan sorprendente todo esto. La Iglesia, es una institución que está sustentada en mandamientos y en valores, y la pederastia atenta contra todo esto. Todo esto, se ha escondido por mucho tiempo, precisamente por no pasar lo que hoy está pasando, esa crisis que vemos ahora, fue una reacción normal, es como cuando el gobierno trata de persuadirnos haciéndonos creer que no hay personas corruptas en su gobierno, o dí­ganme ¿qué gobierno lo acepta?

    La Iglesia, al ser una institución, no puede sostenerse sola, necesita de personas que al final de cuentas si son sacerdotes, consagradas, obispos, arzobispos, siguen siendo humanos que tienen como ejemplo a un ser que existió hace mucho tiempo, dejó un gran legado, actuó de manera congruente, pero nadie podrá igualar. Siguen siendo personas y como tales, tienen errores, también se caen, no siempre tienen la verdad y las tentaciones les caen por igual. Viéndolo de una manera de profesión, fallaron en sus principios básicos, en lo que defienden, es como el arquitecto que no considera los cimientos de una casa, como el encuestador que inclina la balanza hacia algún favorito sin ser cierto o el doctor que somete a cirugí­a a algún paciente sin ser necesario, solo por ganar más dinero, estos casos también son un delito, de quizás no tan alto impacto, pero en esencia es algo malo. Las instituciones como tal, no tienen defectos, ya que sus principios son claros y sin ambigí¼edades, pero al ponerlo en acción en los seres humanos es donde fallan, por el hecho de que cada quien interpreta lo que quiere a su modo y conveniencia.

    Todo miembro de la Iglesia, que haya cometido un acto tan deleznable como éste, debe de ser castigado por la ley y creyendo en que hay un ser supremo, pagará en la Tierra y en el más allá. Es un trabajo demasiado difí­cil el del Papa y su institución, el buscar personas que sean en realidad sencillas, que no caigan en el pecado de la carne y que den ejemplo a los demás a través de sus actos, quizás cada dí­a sea más difí­cil encontrarlos y a lo largo de los años así­ ha sido, pero yo tengo amigos que creen en los Legionarios y que trabajan para hacer el bien a los demás, es triste que se etiquete por hechos como éste a toda la Iglesia, no los trato de defender, deben de pagar y está mal, sobre todo por lo que predican, por lo que defienden y por lo que buscan. Se defiende a la institución, a sus principios y valores, que desgraciadamente no tiene hoy en dí­a, el mejor recurso humano posible es cierto, pero recordemos que tal como ellos, todo está basado en la fe y la fe no la ves, solo la sientes y crees en ella. Es por eso que la Iglesia como tal, no es pederasta, tristemente algunos de sus integrantes sí­ lo son.

    * Ricardo Martí­nez â?? Consultor en TI y de empresas y colaborador de atomilk.com

    http://twitter.com/brujirro