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  • Rescatan osamenta de hace 10 mil años en Yucatan

    Un grupo de arqueólogos mexicanos logró, después de tres años de estudios, extraer el esqueleto de un hombre de más de 10 mil años que se hallaba a 542 metros en el interior de una cueva inundada en el sureste de México, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

    El esqueleto, uno de los más antiguos de América, vivió durante la Era de Hielo y fue hallado en una cueva inundada de la Península de Yucatán, «junto con toda la información que guardó por siglos, y que revelará nuevos datos sobre el poblamiento del continente», señaló el INAH en un comunicado.

    «El Joven de Chan Hol», como ya se le conoce entre la comunidad académica por el escaso desgaste del esmalte de sus dientes, que indica corta edad, «es el cuarto esqueleto de uno de nuestros predecesores más remotos en el continente americano», estudiado por el INAH, destacó esa dependencia.

    Luego de casi tres años de estudios in situ, la osamenta de Chan Hol fue traída a la superficie por un grupo de expertos encabezado por el biólogo Arturo González, coordinador del proyecto Estudio de los Hombres Precerámicos en la Península de Yucatán.

    También participaron los espeleobuzos Eugenio Acévez, Jerónimo Avilés y Luis Martínez, del Instituto de la Prehistoria de América.

    El Joven de Chan Hol, llamado así por el nombre del cenote donde se encontró, fue extraído a 8.3 metros de profundidad, «en una caverna donde abundan las estalagmitas y a la que sólo se llega por intrincados laberintos, también inundados y completamente oscuros», explicó la dependencia.

    Los antropólogos físicos de la Universidad Nacional Autónoma de México que lo analizaron en la superficie piensan que el cuerpo fue colocado en la cueva en una ceremonia funeraria realizada al final del Pleistoceno, cuando el nivel del mar estaba 150 metros más abajo, y antes de que se inundaran esas cavernas que, probablemente, el «Joven de Chan Hol» conoció y recorrió.

    Los expertos recuperaron el 60% del esqueleto, huesos representativos de las cuatro extremidades, vértebras, costillas, cráneo y varios dientes, lo que no es común en osamentas de más de 10 mil años.

    Junto con los huesos de la Mujer de Naharon, La Mujer de las Palmas y El Hombre del Templo, descubiertos en años anteriores también en el interior de cuevas inundadas, el «Joven de Chan Hol» es pieza clave para entender el poblamiento de América, «ya que fortalece la hipótesis de que el continente americano se pobló a partir de varias migraciones provenientes de Asia», según el INAH.

    Las antigüedades de esos esqueletos oscilan entre los 10 mil y 14 mil años.

    González detalló en la nota que estas cuatro osamentas, halladas en cuevas inundadas del estado Quintana Roo, «revelan migraciones procedentes del sureste asiático anteriores a las conocidas hasta ahora como grupos clovis, que habrían cruzado desde el norte de Asia, también por el Estrecho de Bering, al final de la Era de Hielo«.

    El Joven de Chan Hol era un adulto joven posiblemente de sexo masculino, y fue hallado con las piernas dobladas a la izquierda y los brazos extendidos a ambos lados del cuerpo, lo que es considerado novedoso ya que a la fecha no se había encontrado un esqueleto en postura similar.

    Los huesos deberán reposar varios meses, antes de ser sometidos a estudios morfoscópicos (de la forma de los huesos y cráneo) para confirmar si comparte características morfológicas y físicas con los otros tres esqueletos extraídos de las cuevas, y para comprobar su antigüedad, sexo, causas de fallecimiento y edad al morir.

    La antigua osamenta fue descubierta en 2006 por una pareja de espeleobuzos alemanes, que hallaron el esqueleto mientras reconocían la cueva de Chan Hol, que en lengua maya significa «hoyo pequeño»

  • Joyas arqueologicas bajo Bellas Artes

    Medio centenar de piezas de objetos rituales prehispánicos y vasijas coloniales, así como una decena de entierros humanos fueron hallados debajo del Palacio de Bellas Artes, en Ciudad de México, durante un año de investigaciones, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) .

    Miguel Hernández Pérez, coordinador del proyecto arqueológico, hizo un balance de lo descubierto en las excavaciones hechas en el subsuelo del palacio de mármol, labores que concluirán esta semana.

    Al mismo tiempo se hacen trabajos de rehabilitación de las instalaciones hidráulicas y construcción de cisternas exteriores del recinto cultural, el máximo símbolo de la cultura en México.

    Hernández Pérez detalló que en el sitio donde ahora se encuentra el Palacio de Bellas Artes existió un pequeño asentamiento mexica, perteneciente al barrio de Moyotlán.

    Después, en el siglo XVII, estuvo el Convento de la Visitación de María Santísima.

    Entre los hallazgos prehispánicos hay figurillas, vasijas, sellos, sahumadores, platos, trípodes, ollas, jarras, cajetes, molcajetes, cazuelas, un besote de obsidiana, silbatos, una punta de coa, el fragmento de un bracero decorado y otras piezas que formaban parte de ofrendas para rituales agrícolas.

    La mayoría del material corresponde a los tipos Aztecas II y III y Rojo Texcoco, es decir corresponden a la última etapa del período prehispánico, antes de la Conquista española, detalló el arqueólogo.

    En cuanto a los hallazgos de la época colonial, se localizaron vestigios del convento que existió en el lugar en el siglo XVII, como vestigios de un patio, de tres habitaciones con pintura mural, una fuente octogonal decorada con azulejos blanco y azul, con una pila cuadrangular.

    Igualmente, se localizó el piso original del convento, el cual presentaba una renivelación de entre 60 y 70 centímetros, que fue hecha para evitar las inundaciones tan frecuentes en esa época.

    Entre el material cerámico encontrado de ese período hay platos, tazas, bacines y cucharas.

    «Algunos platos de las monjas llevan su nombre, también hay porcelana oriental traída de China, de las dinastías Ming y Ching, mayólicas poblanas y de la Ciudad de México de muy buena calidad y material de uso doméstico, como jarras y cazuelas» , dijo el investigador.

    El arqueólogo del INAH dijo que fueron descubiertos diez entierros que datan de finales de la época de la Colonia.

    «Ocho de éstos estaban encalados, lo que sugiere que murieron a causa de alguna epidemia, y para evitar su propagación los cubrieron con cal» , dijo.

    «Los esqueletos corresponden tanto a infantes como adultos, y algunos de ellos portaban crucifijos de metal y cuentas de rosarios» , señaló el experto

  • Llegan a Mexico Banderas de Ignacio Allende

    â??Que estas banderas regresen a suelo patrio, sin duda, es uno de los actos más entrañables, más emocionantes, de los que tienen mayor significado histórico en los conmemorativos del Bicentenario del Inicio de la Independencia Mexicanaâ?

    Esta mañana llegaron a México las banderas del general Ignacio Allende en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, procedentes de España y fueron entregadas para su resguardo al Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia (INAH-Conaculta)

    La ceremonia de recepción y entrega tuvo lugar en el hangar de la Secretarí­a de la Defensa Nacional (Sedena) y fue encabezada por el general de brigada DEM Miguel íngel Patiño Canchola, director general de Archivo e Historia de la Sedena; José Manuel Villalpando, coordinador ejecutivo nacional de las Conmemoraciones 2010 y Alfonso de Maria y Campos, director general del Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia (INAH-Conaculta).

    Encofradas en un contenedor de madera, las dos insignias descendieron de la nave alrededor de las 8:30 de la mañana, y fueron depositadas en un vehí­culo especial para luego llevarlas, custodiadas por elementos del Ejército Mexicano, al Museo Nacional de Historia â??Castillo de Chapultepecâ?, donde quedarán a resguardo, una por cinco años y otra de manera permanente.

    Las banderas de Ignacio Allende fueron recibidas en dí­as pasados por el presidente de México Felipe Calderón Hinojosa de manos del Jefe de Gobierno español José Luis Rodrí­guez Zapatero, en una ceremonia en Santillana del Mar, en Cantabria, como producto de un acuerdo diplomático alcanzado entre ambas naciones.

    La permuta de las banderas â??es un acto que enaltece la historia común de España y de México y estrecha aún más la amistad forjada entre nuestros pueblosâ?, dijo el presidente Calderón. â??México no olvida este gesto ni lo olvidará nuncaâ?, sentenció el mandatario.

    â??Que estas banderas regresen a suelo patrio, sin duda, es uno de los actos más entrañables, más emocionantes, de los que tienen mayor significado histórico en los conmemorativos del Bicentenario del Inicio de la Independencia Mexicanaâ?, ha expresado el Presidente.

    Estas insignias, conocidas como â??las gemelasâ?, les fueron arrebatadas a los insurgentes en la batalla del Puente de Calderón en 1811, donde se produjo la derrota más importante de la primera etapa del movimiento de Independencia frente al ejército realista de Félix Marí­a Calleja, quien las envió al rey Fernando VII en 1814 como trofeos de guerra, y hasta hace unos dí­as formaban parte del acervo del Museo del Ejército, en España.

    A cambio de este gesto amistoso, México devolvió las Banderas de Barradas, últimas insignias que defendieron los realistas en tierras mexicanas, arrebatadas al general Isidro Barradas en 1829: Legión Real y El Rey a la Fidelidad, la primera de ellas fue donada mientras que la segunda, cedida por un periodo de cinco años.

    En el acto de bienvenida a las banderas de Allende, Alfonso de Maria y Campos, titular del INAH, destacó la gran labor de historiadores y especialistas del Instituto en la localización precisa de los lienzos y en las aportaciones historiográfica que hicieron a fin de alcanzar esta devolución, y reconoció también la gestión de la Secretarí­a de Relaciones Exteriores a través de la Embajada de México en España que hizo posible alcanzar este acuerdo tan significativo para México.

    Por su parte, José Manuel Villalpando, coordinador nacional de las Conmemoraciones 2010, exaltó la importancia de las insignias que simbolizan los orí­genes del Ejército Mexicano, así­ mismo, comentó que este intercambio con España, establece puentes y lazos fraternos con el pueblo español, ya que esta gesta nos hermana en el tiempo.

    Las banderas de Ignacio Allende recibirán un homenaje nacional el próximo domingo 23 de mayo en el Campo Marte.

    Las banderas de Ignacio Allende, conocidas como â??Las gemelasâ?, tienen en la cara principal la imagen de la Virgen de Guadalupe coronada como â??patrona juradaâ? de la Nueva España, y en el reverso se combinan el águila mexicana posada sobre el nopal y el arcángel San Miguel.

    Martha Terán, historiadora del INAH, quien identificara las banderas de Allende en el Museo del Ejército de Madrid, explicó que se trata no sólo de las primeras banderas militares, sino de los primeros lienzos de batalla propiamente mexicanas.

    Fueron mandadas confeccionar por el general Ignacio Allende antes del 16 de septiembre de 1810 para abanderar al regimiento de los Dragones de la Reina de San Miguel el Grande, que lucharí­a por la Independencia de México, y con ellas declarar la guerra al gobierno virreinal y enviar un mensaje patrio simbolizado en el águila pintada en el anverso.

    En tanto, las insignias de Barradas fueron probablemente confeccionadas en La Habana, Cuba entre 1825 y 1826, y entregadas en 1829 a Antonio López de Santa Anna tras la derrota del general español en la ciudad de Tampico frente al Ejército Insurgente en su intento de reconquista, y formaban parte del acervo del Museo Nacional de Historia, â??Castillo de Chapultepecâ?.

    Previo al intercambio de insignias con España, las Banderas de Barradas fueron sometidas a un proceso minucioso de restauración, a cargo de un grupo de especialistas del Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia (INAH), en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografí­a, encabezado por Lorena Román

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  • Exposicion «Invidentes fotografían patrimonio cultural»

    Un grupo de ocho personas invidentes ha logrado, a través de la fotografía, convertir en imágenes las ideas concebidas en su mente sobre los monumentos históricos, a partir del conocimientos de estos y con la utilización del resto de sus sentidos.

    El hecho de que estas personas no vean, no quiere decir que no puedan retratar, afirmó Julio César Martínez Bronimann, fotógrafo de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC).

    Este grupo de invidentes participa en el Proyecto Historia, Arte e Identidad para la Conservación Social del Patrimonio Cultural con Ciegos, que lleva a cabo la CNCPC, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).

    El ejercicio creativo se da a través de los talleres de sensibilización que coordina la restauradora Gabriela Patterson, con los cuales el INAH-Conaculta busca involucrar a nuevos públicos en el cuidado y disfrute del patrimonio cultural.

    El fotógrafo Martínez Bronimann ha indagado en fuentes documentales sobre la enseñanza de la fotografía a ciegos y ha adaptado su propio método de enseñanza.

    El especialista encamina a los participantes del taller a expresar las imágenes que se forman en su mente, a través del conocimiento de un objeto o un espacio histórico por medio del tacto, el oído y en ocasiones el gusto, y «escribirlas» en un papel sensible a la luz.

    «El significado de la palabra fotografía es ‘escribir con la luz´; las personas incapacitadas para verla pueden sentirla a través del calor que les produce en la piel, y así también ubican la dirección de la luz y por consiguiente, de la sombra», indicó Martínez Bronimann.

    «En los espacios cerrados, sienten la ausencia de luz por el cambio de temperatura, entonces deducen que deben poner luz extra: flash, así como cuando el calor del sol no es suficiente y cuando perciben un día nublado», agregó.

    El fotógrafo del INAH explicó que sus alumnos saben manejar los contraluces. «Saben dónde colocarse respecto a la orientación del sol; pueden percibir si se encuentra atrás o de frente; a la izquierda o a la derecha de su cuerpo. Saben dónde está la parte iluminada y la sombra».

    Sobre el encuadre, el tallerista dijo que el oído y el tacto son los sentidos con que se guían para captar imágenes. «En el caso del retrato -agregó- se trabaja a través de la voz: la persona a la que van a captar tiene que estar hablando, en un tono medio, mientras se toma la fotografía; así, el fotógrafo determina la dirección y distancia de su modelo.

    En ocasiones, antes de fotografiar objetos los tocan y huelen, pero cuando es posible, un acompañante puede describirles el espacio o la figura para que se formen una idea en la mente.

    «Con la cámara captan superficies porosas, lisas, de agua; diferentes texturas, colores, formas; de esta manera los normovisuales podemos apreciar en papel las imágenes que ellos perciben a través de sus cuatro sentidos».

    La enseñanza a este grupo de invidentes, que forman parte del Comité Internacional Pro Ciegos, inició con una introducción en la que Martínez Bronimann explicó cómo funciona la cámara, sus componentes y los principios para «escribir imágenes con luz».

    Para facilitar el trabajo y no complicarlos con mucha teoría, sólo trabajan con cámaras desechables.

    A la fecha han realizado dos recorridos por sitios históricos en donde han podido poner en práctica sus conocimientos, el Ex Convento del Desierto de los Leones y el Museo de El Carmen, ambas construcciones coloniales del siglo XVII en la ciudad de México.

    Luego de una explicación de la arquitectura e historia de estos dos lugares, los invidentes comenzaron con la captura fotográfica de formas, texturas y colores guiados por el calor del sol.

    La restauradora Gabriela Patterson afirma que uno de los agentes más dañinos para el patrimonio cultural es el hombre y sólo a través de la educación y la sensibilización de los diferentes públicos, es como se puede conservar.

    Ahora, dijo, el reto es que estas personas invidentes estén totalmente capacitadas para que a su vez contribuyan a crear esta conciencia entre la sociedad, a través de talleres que permitan experimentar sensaciones por medio de todos los sentidos.

    El grupo de invidentes se reúne cada viernes para practicar diferentes actividades y revisar la tarea de fotografía

  • Casi terminado el trabajo al Cruz-Badiano

    Hay maravillas simplemente increíbles y lo digo ya que sobre lo que escribo, es sin duda una de ellas.

    Sucede que apenas fue devuelto a México hace unos años, en 1990, ¿y se imagina usted quien lo tenía?, pues sucede que la Santa Sede, nada menos que procede del Vaticano, me refiero única y exclusivamente al códice de la Cruz-Badiano.

    Y además de la vena nacionalista usted puede preguntar, ¿y eso qué?, muy valido porque permítame decirle mi estimado lector que el códice Cruz-Badiano es considerado el primer libro médico del Nuevo Mundo.

    El códice Cruz-Badiano fue creado en el siglo XVI, que si bien no es considerado un incunable, esta siendo terminado de su proceso de digitalizado y editado en disco compacto por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).

    ¿Sabe la joya que será tenerlo en casa?, claro, hay muchos que simplemente no les interesa, pero es la mejor forma que existe para consultarle y desde luego, mantenerle.

    Enhorabuena INAH.

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