Primer acto: Un incendio inicia en las bodegas de una dependencia gubernamental, esparcií?©ndose por el espacio compartido con una guarderí?Âa.
Segundo acto: Horas despuí?©s se conoce que cientos de nií?±os de cero a cuatro aí?±os son ví?Âctimas del fuego. Padres y madres de familia, así? como desconocidos, hacen todo lo posible por apaciguar el fuego. Sin embargo, la noticia trí?¡gica inunda el llanto.
Tercer acto: Se da a conocer que, dentro del galerí?³n donde se encontraban los nií?±os, y subrogado por el IMSS, existen responsables de distinguidas familias sonorenses.
Cuarto acto: Los medios de comunicacií?³n expanden la noticia y exigen cuentas y transparencia. La participacií?³n ciudadana se une ante el trí?¡gico suceso que terminí?³, hasta ese momento, con la vida de 47 nií?±os.
Quinto acto: La esperanza y la fe de cientos de padres conmovidos exigen un cambio de rumbo en el Estado. Por primera vez una noticia deja de ser efí?Âmera y se mantiene en los medios de comunicacií?³n como una vocacií?³n periodí?Âstica que hace reflexiones en el norte, centro y sur del paí?Âs.
Sexto acto: La ciudadaní?Âa espera con paciencia la respuesta inmediata de las autoridades. Cuando de pronto se suma un deceso mí?¡s. Ya son 48 nií?±os fallecidos en la desdicha.
Sí?©ptimo acto: Las jornadas electorales muestran una actitud fí?©rrea ante el statu quo; se promueve la alternancia bajo la promesa de í?¡justicia expedita! Y el ciudadano la concede.
Octavo acto: Las autoridades comunican y lanzan acusaciones que lejos de dar claridad conllevan a detenciones y chivos expiatorios absurdos ante la opinií?³n pí?ºblica. Mí?¡s aí?ºn, se ofrecen sumas millonarias í¢â?¬Å?por dejar ser, dejar pasarí¢â?¬Â. Se apuesta al olvido de la memoria colectiva.
Noveno acto: Un deceso mí?¡s: ya son 49 nií?±os que pierden la vida.
Dí?©cimo acto: Las autoridades dan a conocer la lista de beneficiados por la subrogacií?³n de guarderí?Âas. Figuran empresarios, polí?Âticos y funcionarios de todos los niveles en los tres í?³rdenes de gobierno.
Decimoprimer acto: La SCJN suspende sus opiniones no por prudencia ni por respeto a los deudos, sino por su inminente periodo vacacional.
Decimosegundo acto: El imaginario colectivo se pregunta í?¿cuí?¡nto gana la justicia en aquel paí?Âsí¢â?¬Â¦? í?¿Para quí?© sirve la transparenciaí¢â?¬Â¦? Los medios de comunicacií?³n se ocupan, la noticia ya no es tragedia.
Decimotercer acto: Mientras la SCJN sigue de vacaciones, el IMSS incumple los acuerdos y falta a la atencií?³n mí?©dica, quirí?ºrgica, hospitalaria, farmací?©utica, psicolí?³gica y de rehabilitacií?³n necesaria para los afectados y padres o tutores de los nií?±os muertos u hospitalizados.
Decimocuarto acto: La reflexií?³n final de la SCJN es crear una Comisií?³n Especial Investigadora para determinar si hubo violaciones a los derechos tanto de los nií?±os como de los familiares.
Decimoquinto: los prí?³fugos siguen í?¡prí?³fugos!
Decimosexto acto: La Comisií?³n Especial concluye que sí? hubo violaciones a las garantí?Âas, acusa directamente al gobernador de la entidad, al ex director y actual director de IMSS y a 17 funcionarios de los tres niveles de gobierno. Peroí¢â?¬Â¦ seí?±ala que su investigacií?³n no es vinculatoria sino í¢â?¬Å?declarativaí¢â?¬Â. O sea, í?¡con la pena!
Decimosí?©ptimo acto: Doce meses despuí?©s de la tragedia, el Presidente de aquel paí?Âs recibe a padres de familia que perdieron a sus hijos en el incendio de la guarderí?Âa; para asumir í¢â?¬Å?un compromiso total en cuestiones de trí?¡mites jurí?Âdicos pendientes, para agilizar í?¡las investigaciones!í¢â?¬Â.
Decimoctavo acto: La tragedia sigue, y la sed de justicia se ve cada vez mí?¡s desesperada de cara al Bicentenario.
Preguntas finales: í?¿Cí?³mo se llamí?³ la obra? í?¿Quií?©nes son los responsables? í?¿Cuí?¡ntos nií?±os murieron? í?¿Cuí?¡ntos actores polí?Âticos intervinieron? í?¿Cuí?¡ntos padres de familia fueron indemnizados? í?¿Quí?© medios de comunicacií?³n le han dado seguimiento? í?¿Dí?³nde estí?¡ la justicia y dí?³nde la SCJN? í?¿De quí?© paí?Âs hablamos? í?¿La participacií?³n ciudadana tiene algí?ºn sentido? í?¿Cí?³mo se castiga a las autoridades? í?¿Cuí?¡nto dura la memoria de la opinií?³n pí?ºblica? í?¿El Presidente irí?¡ al mundial? í?¿Quí?© hacer en casos de un incendio, quí?©í¢â?¬Â¦?
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Para no olvidar; #GuarderiaABC
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Algo que aprender de la tragedia #GuarderiaABC
Ponerle rostro a una tragedia hace que se vuelva mí?¡s cercana; que se convierta en una parte de nuestra propia vida. La parte mí?¡s oscura y dolorosa. La que nos asalta apenas bajamos la guardia. La que nos espera en los malos sueí?±os. Aquella por donde asoman nuestros ausentes, nuestros miedos, nuestras angustias. Por eso, las pí?¡ginas iniciales del libro de Diego Enrique Osorno, Nosotros somos los culpables. La tragedia de la Guarderí?Âa ABCí? (Publicado por Grijalbo/Random House Mondadori con fecha de junio de 2010), son tan brutales. Porque hay cuarenta y nueve caritas que nos miran desde un pasado en que el horror no se hací?Âa aí?ºn presente. Cuarenta y nueve rostros de los chiquitos que murieron en el incendio.
Son fotos que los padres y las madres les tomaron a sus hijos. Como las que tomamos todos. Tambií?©n ustedes y yo. Y ellos. Como todos. Decí?Âa Roland Barthes que en las fotografí?Âas la muerte es siempre un personaje mí?¡s. Lo que fue ya no existe. Lo que es dejarí?¡ de existir apenas se apriete el disparador. En el caso de las imí?¡genes que nos sorprenden en las primeras pí?¡ginas del libro de Diego Enrique Osorno, la literalidad de esta idea provoca escalofrí?Âos.
Hoy querí?Âa hablar de futbol. Se los juro. Pensaba tratar de contagiarme de la í¢â?¬Å?fiebre mundialistaí¢â?¬Â. Celebrar aquí? el triunfo de Mí?©xico frente a Italia, o defender la estrategia de Diego Maradona. Lo mismo da. En este momento no tiene importancia. Ninguna. Porque es 5 de junio y se cumple un aí?±o de la tragedia de la Guarderí?Âa ABC. Porque el libro que tengo en las manos, y las pí?¡ginas de los perií?³dicos, me recuerdan que aí?ºn no se ha hecho justicia, como en tantos otros casos en nuestro paí?Âs. Porque el futbol es siempre parte de nuestra memoria infantil, como nos lo recuerda Luis Miguel Aguilar en su artí?Âculo mí?¡s reciente, y hoy í¢â?¬â?? 5 de junio – no tenemos derecho a hablar de la infancia. Ni de la nuestra, ni de la de nadie. Solamente podemos hablar í¢â?¬â?? conteniendo la respiracií?³n, sintiendo dolor y furia a un tiempo í¢â?¬â?? de las infancias truncas de los cuarenta y nueve nií?±os. En la tradicií?³n judí?Âa a cada muerto joven le corresponde un í?¡rbol cortado. Nuevamente la literalidad.
Y en este bosque de pequeí?±os í?¡rboles truncos, sí?³lo podemos exigir que se castigue a los culpables. Estas lí?Âneas quieren ser un abrazo a las madres y padres que valientemente han emprendido la lucha por la justicia. Para decirles que estamos con ellos. Para sumar voces y mí?¡s voces que se opongan al silencio del poder.
Carlos Monsiví?¡is tiene razí?³n, como siempre: lo de Hermosillo no le pasí?³ a Hermosillo, le pasí?³ al paí?Âs entero. Sabemos que algunos querrí?¡n extender las redes de la amnesia sobre uno de los peores crí?Âmenes colectivos de nuestra historia reciente.
Estoy de acuerdo con lo que dice Ricardo Rocha en su prí?³logo, no se trata de una í¢â?¬Å?tragediaí¢â?¬Â sino de un crimen. Algunos querrí?¡n extender las sombras del olvido sobre los mecanismos de corrupcií?³n e ineficiencia que llevaron a la muerte a cuarenta y nueve chiquitos. Las autoridades estatales y federales, las del Instituto Mexicano del Seguro Social (las de antes y las actuales), los funcionarios que prefirieron í¢â?¬Å?hacerse de la vista gordaí¢â?¬Â ante las irregularidades de las guarderí?Âas subrogadas, los que aí?ºn no han cambiado las polí?Âticas a traví?©s de las cuales se entregan a particulares estas concesiones. í¢â?¬Å?Todo se perpetrí?³ con la envoltura de la subrogacií?³n, un esquema perverso en la habilitacií?³n de las guarderí?Âas para los jodidos, es decir, los trabajadores, ellos y ellas: entre menos gasten los dueí?±os, mayores son sus gananciasí¢â?¬Â (Ricardo Rocha en í¢â?¬Å?Las madres mí?¡s tristes del mundoí¢â?¬Â, prí?³logo a Nosotros somos los culpables) . Todos ellos tienen la obligacií?³n polí?Âtica, jurí?Âdica, pero sobre todo moral, de rendirle cuentas a la sociedad. í?¿Por quí?© al presidente Calderí?³n le cuesta tanto recibir a los padres que han conformado el Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de junio?
Los ojos de todos los habitantes de Mí?©xico estí?¡n puestos sobre los responsables. Por lo menos hoy, 5 de junio. No esperando los resultados de los partidos de futbol, sino esperando que se haga justicia. El documento emitido por la Suprema Corte marca, como pocas veces, la lí?Ânea a seguir. í¢â?¬Å?El costumbrismo nacional de violar la ley hizo que el gobierno de Sonora tuviera una bodega de papelerí?Âa, sin medida de seguridad alguna, junto a una guarderí?Âa. Así? se dio un incendio en la bodega quí?© llegí?³ a la guarderí?Âa. El Mí?¡ximo Tribunal sigue en el dictamen poniendo al desnudo a las instituciones, nos indica que: a) no habí?Âa capacidad en los hospitales, b) ambulancias, c) total desorganizacií?³n en el rescate, y d) El IMSS impidií?³ que los nií?±os fueran trasladados a hospitales en Sacramento California, EU.í¢â?¬Â, escribií?³ Javier Cruz Angulo en su columna de ayer , dando cuenta de algunas de las muchí?Âsimas irregularidades que provocaron las muertes. Necesitamos que las instituciones encargadas de la procuracií?³n de justicia cumplan tambií?©n su papel.
Diego Enrique Osorno construye una obra con las voces de todos; un relato coralí? para poder transmitirnos el dolor y la angustia que nacieron aquel viernes negro. Para poder transmitirnos la desesperacií?³n y la furia. Con las voces de todos. Hoy es 5 de junio y el libro se suma a las cuarenta y nueve caritas que exigen justicia. -
1 aí?±o de la tragedia Guarderia ABC #guarderiaABC
Todos los implicados en la tregedia de la guarderí?Âa ABC del IMSS, en Hermosillo, Sonora, estí?¡n libres. A un aí?±o del incendio en el que murieron 49 nií?±os y 70 quedaron con quemaduras y daí?±os graves, nadie ha asumido su responsabilidad y í¢â?¬Å?esto y es lo que mí?¡s duele, el velo de la impunidad que protege a los responsables de la muerte de nuestros hijos en aquella estancia infantilí¢â?¬Â, coinciden padres de familia.
El Ministerio Pí?ºblico Federal lleva su proceso; lo propio hace el del Fuero Comí?ºn ante un juzgado penal local; la Contralorí?Âa estatal, por su parte, tiene abierto un procedimiento contra funcionarios y ex funcionarios.
La comisií?³n especial investigadora de la Suprema Corte de Justicia de la Nacií?³n implicí?³ a 19 responsables en la violacií?³n a las garantí?Âas individuales por este caso, lista que encabezan el ex gobernador, Eduardo Bours y el ex titular del IMSS, Juan Molinar Horcasitas.
Lorenzo Ramos Fí?©lix, abogado de un grupo de padres de familia afectados, refiere que la clasificacií?³n del delito, como homicidio y lesiones culposas, ha permitido a los procesados obtener la libertad bajo caucií?³n, situacií?³n que les permite enfrentar el juicio fuera de prisií?³n.
í¢â?¬Å?Eso es lo que enardece a las familias, pues es lo mí?Ânimo que esperan, el reconocimiento de una responsabilidad, pero en este caso nada de eso ha ocurrido y nadie ha ido a la cí?¡rcel por la muerte de los pequeí?±osí¢â?¬Â de la guarderí?Âa ABC.
En tanto, los padres de las ví?Âctimas que fallecieron en la tragedia del 5 de junio de 2009, enfrentan problemas emocionales y econí?³micos, pero tienen la esperanza de que algí?ºn dí?Âa se les haga justicia y que no haya impunidad para los culpables de su tragedia.
Sus vidas tuvieron un giro radical desde ese dí?Âa. Acuden a terapias sicolí?³gicas, para superar la irreparable pí?©rdida de sus pequeí?±os hijos en el incendio de la guarderí?Âa ABC.
Todos tienen una historia que contar de lo que han vivido en este í?ºltimo aí?±o, pero les invade el enojo por la impunidad que ven en este caso.
Al igual que todos los deudos de la guarderí?Âa, Julia Moreno, quien vive en la colonia Las Lomas de Hermosillo, Sonora, piensa que í¢â?¬Å?nada en la vida va a reparar la muerte de los nií?±os, pero al mismo tiempo espera que los responsables de la tragedia paguen su culpa. Tiene que haber un escarmientoí¢â?¬Â -
7 millones de mexicanos, con diabetes
La diabetes es un padecimiento incurable que afecta a siete millones de mexicanos y se caracteriza por ser una enfermedad crónico-degenerativa, dijo la coordinadora de Nutrición y Dietética de la delegación regional del IMSS, Rosa María Zapata Guevara.
Refirió que, sin embargo, esta enfermedad se puede mantener bajo control mediante un tratamiento oportuno y así ofrecer una buena calidad de vida al paciente.
Manifestó que una de las claves para contrarrestar o mantener bajo control esta enfermedad está en conocer el ‘Plato del Bien Comer’, saber combinar los diferentes alimentos, pero sobre todo cuidar las porciones y no abusar de las grasas y azúcares.
Afirmó que con una alimentación correcta es posible retrasar el desarrollo de la diabetes e incluso evitar la aparición de este padecimiento en personas con factores de alto riesgo.
Explicó que los objetivos durante el tratamiento nutricional son mantener principalmente los valores de glucosa, conservar un peso y circunferencia de cintura recomendables, modificar hábitos de alimentación y educar al paciente para que sea automonitor de su alimentación.
Agregó que en la alimentación del paciente prediabético es importante cuidar el consumo de azúcares simples, los cuales se encuentran en el azúcar, miel, frutas, caramelos, refrescos y jugos.
Recomendó, además, consumir cereales como trigo, maíz, avena, arroz, amaranto, leguminosas -frijol, soya, lentejas- y tubérculos como papa, camote, yuca, porque son hidratos de carbono complejos que ayudan a que la digestión sea un poco más lenta.
Sugirió también ingerir cuatro porciones en el desayuno, comida y cena, mientras que en las colaciones únicamente dos raciones.
Indicó que la fibra soluble ayuda a recuperar los niveles de glucosa, a bajar las dislipidemias y a prevenir el estreñimiento en los pacientes que lo padecen
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Aguas negras hasta el cuello
La deficiencia en el manejo de las aguas negras que emanan del valle de México se ha convertido en una amenaza para habitantes del Distrito Federal y el estado de México, cada vez que cae una tormenta, y para comunidades de Hidalgo, las cuales sobreviven en medio de la contaminación generada por los residuos expulsados por la zona metropolitana.
El agua de la presa Endho, receptora de todos los desechos del centro del país, ha comenzado a filtrarse hacia los pozos de donde habitantes de la localidad Pedro María Anaya, del municipio de Tepetitlán, toman el líquido para su consumo.
Estudios realizados en 2007 por la Comisión Nacional del Agua detectaron altas concentraciones de nitratos y coliformes fecales que no la hacen apta para el consumo humano.
Pero los contaminantes no están sólo en el agua, también se encuentran en el aire. Para ambientalistas, los altos niveles tóxicos están asociados con el aumento en casos de cáncer.
Ya en 2006 la delegación del IMSS reportó un incremento anual de 100% en las muertes por tumores malignos en Hidalgo.
El Consejo Consultivo de Ecología de Tula informó que en esa ciudad y en Tepeji del Río las concentraciones anuales de dióxido de azufre en el aire rebasan en casi 300 microgramos el valor máximo permitido por metro cúbico, que es de 80. En la ciudad de México, por ejemplo, las concentraciones de ese contaminante son casi de cero desde hace cuatro años.
Las organizaciones ecologistas señalan a empresas cementeras, a la termoeléctrica Francisco Pérez Ríos y a la actual refinería de Tula, entre otras industrias ubicadas en el corredor Tula-Tepeji, como las responsables de generar esa contaminación del aire y acentuar la del agua.
Para mitigar el problema que ocasionan las descargas del drenaje enviadas desde la capital del país y municipios mexiquenses, comenzará a construirse una planta de tratamiento de aguas negras.
Autoridades federales explicaron que la planta se ubicará en el municipio de Atotonilco de Tula, en el sitio de salida del drenaje capitalino, y se convertirá en la más grande de América Latina, mencionó Conagua. La obra se concluirá en octubre de 2012.
Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México advirtieron que el impacto de la planta de tratamiento será muy limitado, si la medida no va acompañada por otros programas de saneamientos, de lo contrario, agregaron, la planta podría convertirse en un elefante blanco