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  • Natalicio del General Ignacio Allende y Unzaga

    Natalicio del General Ignacio Allende y Unzaga

    La Secretaría de la Defensa Nacional informó que tropas pertenecientes a la XII Región Militar participaron en el desfile Cívico-Militar conmemorativo del 250 Aniversario del Natalicio del General Ignacio Allende y Unzaga en su natal San Miguel de Allende, Guanajuato. 

    Natalicio del General Ignacio Allende y Unzaga
  • Se inaugura exposicion de Heroes en Palacio Nacional

    El presidente Felipe Calderón acompañado por los titulares del Senado, Manlio Fabio Beltrones, y del Poder Judicial, Guillermo Ortiz, inauguraron la galerí­a de Palacio Nacional y la exposición â??México 200 años. La Patria en Construcciónâ?.

    En el recinto, que será abierto hasta el 20 de septiembre al público, serán exhibidas 500 piezas históricas del Bicentenario de la Independencia (1810) y del Centenario de la Revolución Mexicana (1910).

    Se mostrarán los restos de 14 de los héroes: Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez, Mariano Matamoros, José Marí­a Morelos y Pavón, Francisco Javier Mina, Pedro Moreno, Ví­ctor Rosales, Vicente Guerrero, Leona Vicario, Guadalupe Victoria, Andrés Quintana Roo y Nicolás Bravo.

    También habrá pinturas, esculturas, grabados, manuscritos, documentos originales, impresos, monedas, indumentaria, textiles, armamento, fotografí­as y mobiliario.

    Entre los objetos más representativos están el estandarte guadalupano de Miguel Hidalgo y Costilla, el acta de Independencia de 1821, la silla presidencial de Benito Juárez, el escritorio de Francisco I. Madero, el texto original de la Constitución de 1917, y Los Sentimientos de la Nación de José Marí­a Morelos y Pavón.

    La entrada será gratuita de martes a domingo hasta el 30 de julio de 2011, fecha en la que se cumplirán 200 años del fusilamiento de Hidalgo.

    Calderón dijo que â??la fortaleza de una nación depende, en buena medida, de la fortaleza y de la vigencia de su identidad y de sus sí­mbolos. Estos elementos, sin duda, nos permiten, como pueblo, conocer nuestros orí­genes, sabernos hermanados por lazos indestructibles, compartir valores e ideales y ser capaces de trazarnos metas comunesâ?.

    Pidió un minuto de silencio en memoria de â??tres destacadí­simos mexicanos integrantes de la cultura nacional: Carlos Monsiváis, Carlos Montemayor y Germán Dehesaâ?.

    Convocó a la unidad y dijo que la historia de nuestro paí­s, es â??de mujeres y hombres, no de santos ni demonios, sino simple y sencillamente una historia de mexicanas y mexicanos con virtudes, defectos, grandes aciertos y grandes errores, pero que a final de cuentas, en el conjunto, han hecho, precisamente, la historia de esta gran naciónâ?.

    Llamó a los mexicanos a acudir y presenciar esta exposición, pues â??permitirá al visitante apreciar lo mucho que los mexicanos que nos precedieron tuvieron que padecer para que México pudiera sobrevivir como nación independiente, ante el acoso de potencias extranjerasâ?

  • Llegan a Mexico Banderas de Ignacio Allende

    â??Que estas banderas regresen a suelo patrio, sin duda, es uno de los actos más entrañables, más emocionantes, de los que tienen mayor significado histórico en los conmemorativos del Bicentenario del Inicio de la Independencia Mexicanaâ?

    Esta mañana llegaron a México las banderas del general Ignacio Allende en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, procedentes de España y fueron entregadas para su resguardo al Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia (INAH-Conaculta)

    La ceremonia de recepción y entrega tuvo lugar en el hangar de la Secretarí­a de la Defensa Nacional (Sedena) y fue encabezada por el general de brigada DEM Miguel íngel Patiño Canchola, director general de Archivo e Historia de la Sedena; José Manuel Villalpando, coordinador ejecutivo nacional de las Conmemoraciones 2010 y Alfonso de Maria y Campos, director general del Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia (INAH-Conaculta).

    Encofradas en un contenedor de madera, las dos insignias descendieron de la nave alrededor de las 8:30 de la mañana, y fueron depositadas en un vehí­culo especial para luego llevarlas, custodiadas por elementos del Ejército Mexicano, al Museo Nacional de Historia â??Castillo de Chapultepecâ?, donde quedarán a resguardo, una por cinco años y otra de manera permanente.

    Las banderas de Ignacio Allende fueron recibidas en dí­as pasados por el presidente de México Felipe Calderón Hinojosa de manos del Jefe de Gobierno español José Luis Rodrí­guez Zapatero, en una ceremonia en Santillana del Mar, en Cantabria, como producto de un acuerdo diplomático alcanzado entre ambas naciones.

    La permuta de las banderas â??es un acto que enaltece la historia común de España y de México y estrecha aún más la amistad forjada entre nuestros pueblosâ?, dijo el presidente Calderón. â??México no olvida este gesto ni lo olvidará nuncaâ?, sentenció el mandatario.

    â??Que estas banderas regresen a suelo patrio, sin duda, es uno de los actos más entrañables, más emocionantes, de los que tienen mayor significado histórico en los conmemorativos del Bicentenario del Inicio de la Independencia Mexicanaâ?, ha expresado el Presidente.

    Estas insignias, conocidas como â??las gemelasâ?, les fueron arrebatadas a los insurgentes en la batalla del Puente de Calderón en 1811, donde se produjo la derrota más importante de la primera etapa del movimiento de Independencia frente al ejército realista de Félix Marí­a Calleja, quien las envió al rey Fernando VII en 1814 como trofeos de guerra, y hasta hace unos dí­as formaban parte del acervo del Museo del Ejército, en España.

    A cambio de este gesto amistoso, México devolvió las Banderas de Barradas, últimas insignias que defendieron los realistas en tierras mexicanas, arrebatadas al general Isidro Barradas en 1829: Legión Real y El Rey a la Fidelidad, la primera de ellas fue donada mientras que la segunda, cedida por un periodo de cinco años.

    En el acto de bienvenida a las banderas de Allende, Alfonso de Maria y Campos, titular del INAH, destacó la gran labor de historiadores y especialistas del Instituto en la localización precisa de los lienzos y en las aportaciones historiográfica que hicieron a fin de alcanzar esta devolución, y reconoció también la gestión de la Secretarí­a de Relaciones Exteriores a través de la Embajada de México en España que hizo posible alcanzar este acuerdo tan significativo para México.

    Por su parte, José Manuel Villalpando, coordinador nacional de las Conmemoraciones 2010, exaltó la importancia de las insignias que simbolizan los orí­genes del Ejército Mexicano, así­ mismo, comentó que este intercambio con España, establece puentes y lazos fraternos con el pueblo español, ya que esta gesta nos hermana en el tiempo.

    Las banderas de Ignacio Allende recibirán un homenaje nacional el próximo domingo 23 de mayo en el Campo Marte.

    Las banderas de Ignacio Allende, conocidas como â??Las gemelasâ?, tienen en la cara principal la imagen de la Virgen de Guadalupe coronada como â??patrona juradaâ? de la Nueva España, y en el reverso se combinan el águila mexicana posada sobre el nopal y el arcángel San Miguel.

    Martha Terán, historiadora del INAH, quien identificara las banderas de Allende en el Museo del Ejército de Madrid, explicó que se trata no sólo de las primeras banderas militares, sino de los primeros lienzos de batalla propiamente mexicanas.

    Fueron mandadas confeccionar por el general Ignacio Allende antes del 16 de septiembre de 1810 para abanderar al regimiento de los Dragones de la Reina de San Miguel el Grande, que lucharí­a por la Independencia de México, y con ellas declarar la guerra al gobierno virreinal y enviar un mensaje patrio simbolizado en el águila pintada en el anverso.

    En tanto, las insignias de Barradas fueron probablemente confeccionadas en La Habana, Cuba entre 1825 y 1826, y entregadas en 1829 a Antonio López de Santa Anna tras la derrota del general español en la ciudad de Tampico frente al Ejército Insurgente en su intento de reconquista, y formaban parte del acervo del Museo Nacional de Historia, â??Castillo de Chapultepecâ?.

    Previo al intercambio de insignias con España, las Banderas de Barradas fueron sometidas a un proceso minucioso de restauración, a cargo de un grupo de especialistas del Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia (INAH), en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografí­a, encabezado por Lorena Román

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  • Biografia de Ignacio Allende

    Nació en San Miguel el Grande (hoy San Miguel de Allende), en Guanajuato. Hijo de españoles, heredero de regular fortuna, abrazó la carrera de las armas. Ganó sus primeros ascensos en Texas a las órdenes de Félix María Calleja, cuando en 1801 batieron a Nolland, un aventurero estadounidense. En 1806, ya era capitán. Empezó desde entonces a mostrarse partidario de la independencia.

    En San Miguel estaba al mando del Regimiento de Dragones de la Reina. Acogió con entusiasmo los proyectos de los conspiradores de Valladolid, y a pesar de ser éstos aprehendidos, siguió conspirando. De acuerdo con Miguel Hidalgo, se fijó el 1 de octubre de 1810 el inicio de la Guerra de Independencia.

    Sospechoso ante el intendente de Guanajuato, se giraron órdenes para arrestarlo al mismo tiempo que se descubría la conspiración. Hidalgo le hizo marchar de San Miguel a Dolores. La denuncia de Querétaro los retuvo dos días en Dolores, hasta que Hidalgo resolvió lanzarse a la lucha. Allende no puso objeciones y fue a sublevar el Regimiento de la Reina. La circunstancia de que el padre Hidalgo fuera el más resuelto, determinó que la jefatura recayera en su persona, y no en Allende, que parecía el caudillo más lógico. Entraron los insurgentes a San Miguel y luego a Celaya. En esa ciudad Allende empezó a organizar su ejército, que ya pasaba de 40 mil hombres.

    El 22 de septiembre se le nombró teniente general; Hidalgo ostentaba el título de capitán general. La indisciplina en las filas insurgentes le hizo marchar sobre Guanajuato, y no sobre Querétaro, ya fortificado. En el camino hacia la Ciudad de México, al pasar por Acámbaro, Hidalgo, fue proclamado generalísimo y Allende capitán general, por un ejército de ochenta mil hombres.

    Allende hizo retroceder al realista Torcuato Trujillo hacia el Monte de Las Cruces, batalla en que triunfaron los insurgentes. Sostuvo Allende la necesidad de marchar sobre México, dado el indudable prestigio que su ocupación ocasionaría, además de la fuga o prisión del virrey y la desorganización del gobierno de la capital. Prevaleció la opinión de Hidalgo y los insurgentes retrocedieron cuando se encontraban a pocos kilómetros de la ciudad de México. La dispersión que esto ocasionó se agravó con la derrota de Aculco donde se impuso el brigadier Félix María Calleja.

    Allende se separó de Hidalgo y regresó a Guanajuato. Puso a la ciudad en estado de defensa y mostró sus cualidades de organizador: fundió cañones, barrenó peñascos; fabricó armas y pólvora y solicitó auxilios de Hidalgo, quien se hallaba en Valladolid; de Torres, dueño de Guadalajara, y de Iriarte en San Luis Potosí; este último intentó auxiliarle, pero el rápido movimiento de los realistas lo impidió.

    Al llegar Calleja a Guanajuato y tomar las principales posesiones, Allende tuvo que abandonar la ciudad y marchó a Guadalajara. Las diferencias con Hidalgo le hicieron apartarse del gobierno civil, dedicándose sólo a la organización del ejército.

    En la batalla de Puente de Calderón, Allende mostró una vez más sus dotes militares, secundado por Aldama y Abasolo. Tres veces fueron rechazados los realistas a las órdenes de Manuel Flon, y en dos ocasiones volvieron la espalda las tropas de Calleja cuya pericia, unida a la explosión de un carro lleno de municiones en el lado insurgente, inclinaron la victoria por los ejércitos virreinales.

    Allende, perdida toda esperanza, marchó rumbo a Zacatecas para unirse allí con Hidalgo. Las discordias entre los insurgentes aumentaron. Hidalgo dimitió verbalmente del mando y Allende fue reconocido generalísimo. Ordenó que la retirada se hiciera hasta Saltillo. Antes se adelantó a Matehuala para imponer respeto a los realistas.

    En una junta del 16 de marzo de 1811 se nombró jefe a Ignacio Rayón y se acordó marchar hacia Estados Unidos. El 21 de marzo fueron hechos prisioneros por Ignacio Elizondo en Acatita de Baján: Allende fue el único que hizo resistencia y vio morir a su hijo en la refriega. Se les condujo a Monclova y luego a Chihuahua, donde se les procesó desde el 6 de mayo.

    Luego de ser sometido a un proceso, fue sentenciado a muerte y se le pasó por las armas el 26 de junio de 1811, en unión de Jiménez, Juan Aldama y Manuel Santamaría. Su cabeza fue colgada en uno de los ángulos de la Alhóndiga de Granaditas, hasta marzo de 1821, cuando el general Anastasio Bustamante la hizo quitar. Sus restos reposan en la cripta de la Columna de la Independencia, del Paseo de la Reforma en la Ciudad de México

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