Etiqueta: Historia

  • Francisco J. Mugica Velazquez

    Nació el 3 de septiembre en Tingüindín, Michoacán. Hizo sus estudios primarios y superiores en diversas poblaciones de su estado, pues su padre se veía obligado a cambiar de lugar de residencia por ser maestro de escuela.

    Empezó la preparatoria como alumno externo en el Seminario de Zamora. En 1906 era receptor de Rentas en Chavinda, y desde entonces se dedicó al periodismo; fundó modestos periódicos de combate; en uno de ellos sostuvo una campaña en contra del gobernador del estado, Aristeo Mercado, y de esa forma se inició en la política de oposición al régimen porfiriano.

    Radicado con su familia en la ciudad de México, en 1910 obtuvo empleo en la droguería «El Coliseo» que dejó para dirigirse a San Antonio, Estados Unidos, y se puso a las órdenes de la Junta Revolucionaria que organizaba los primeros pasos de la revolución maderista. En 1911 participó, al lado de Pascual Orozco, en la toma de Ciudad Juárez. A la muerte de Madero figuró en el constitucionalismo. Tomó parte en el primer reparto agrario llevado a cabo en México en 1913, a lado de Lucio Blanco.

    Múgica fue uno de los firmantes del Plan de Guadalupe. Administrador de las Aduanas de Veracruz en diciembre de 1914, ocupó la presidencia del Tribunal de Justicia Militar en 1915. Al año siguiente fue comandante militar y gobernador de Tabasco, y se distinguió por su política agraria.

    Su obra político-social más significativa se encuentra en la redacción de la Constitución de 1917. Diputado constituyente por Michoacán en 1917, integró el grupo radical, al lado de Heriberto Jara y Luis G. Monzón. Gobernador de Michoacán de septiembre de 1920 a marzo de 1922, renunció a su cargo por hondas diferencias con el presidente de la República, Álvaro Obregón, que culminaron con graves incidentes que lo pusieron en peligro de muerte.

    Secretario de Economía en el gabinete del presidente Lázaro Cárdenas de diciembre de 1934 a junio de 1935, pasó a la Secretaría de Obras Públicas, cargo que ocupó hasta julio de 1939. Su influencia en la expropiación petrolera fue decisiva, y el presidente Cárdenas le encargó la redacción del «Manifiesto», es decir, la exposición de motivos con que se dio a conocer al país uno de los acontecimientos de mayor trascendencia de la Revolución Mexicana.

    Fue director de la Colonia Penal de las Islas Marías y también fungió como inspector general del Ejército. En 1939 se constituyó un Centro Pro Múgica para presentarlo como candidato a la presidencia de la República, pero a los seis meses de haber iniciado los trabajos preliminares se retiró.

    Volvió por última vez a la vida política durante la campaña presidencial de 1952, como partidario de la candidatura del General Henríquez. Murió el 12 de abril en la ciudad de México.

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  • Chicos de hoy. Por Tania Garza

    Si eres de mi generación te acordaras de ésta canción que fue cantada por Tatiana hace mucho tiempo. ¡Ah que tiempos! ¿No? Bueno a lo que voy.

    ¿Se han fijado las diferencias entre generación y generación?

    Hablando en mi caso, la Mamá fue muy estricta conmigo y hasta cierto punto lo sigue siendo; La Mamá es la Mamá. Habí­a que comerse todo lo que se serví­a en mi plato, tení­a que tender mi cama, hacer mi tarea revisada por ella antes de pensar en ver televisión, en tiempo de exámenes tení­a que aprenderme todas las preguntas y respuestas de mis cuestionarios ya que ella me hacia un examen oral en el que la pregunta podí­a ser una respuesta, e irme a la cama estrictamente a las 8:00 PM, tuviera o no tuviera sueño, a esa hora se apagaba la luz; Si a la Mamá no le gustaba como habí­a hecho la tarea la tení­a que volver a hacer, sin tachones, borrones y demás, yo tení­a que llevar una tarea perfecta. â??El flojo trabaja dos vecesâ? es la frase favorita de la Mamá.

    Si í­bamos de visita, que esperanzas de portarnos mal, nos controlaba con la mirada, amenazando el regaño y castigo que, al llegar a casa o inclusive al subirse al carro de regreso podí­an hacerse efectivos. Todo esto hasta la secundaria.

    Si por alguna razón, que serí­a muy rara la vez, la maestra en turno llegaba a regañarme, al llegar a casa seguro habrí­a regaño y castigo.

    Obviamente yo evitaba todo esto, los castigos no eran nada divertidos (¿cuándo lo han sido?). Cuando era adolescente terminando la secundaria empezaba yo a salir a fiestas y bailes, mis regresos eran a las 10:00 PM, si leí­ste bien, a las 10:00 PM yo tení­a que estar de regreso en mi casa a la hora señalada, ni un minuto más, porque habrí­a cuestionamientos del por qué de la tardanza (si, por UN minuto), castigo seguro porque ninguna razón era suficiente fuerte para que me tardara yo más (de ahí­ nace mi estrés por la puntualidad). Al paso del tiempo la hora fue cambiando, pero igual, nunca me daban permiso como a los demás. Todaví­a estando yo en la Universidad tuve castigos y no se diga regaños.

    Mi Mamá suele decir que, las reglas en su casa eran mucho más estrictas y que a mí­ me dio libertades que a ella no le dieron.

    ¿Libertades? ¡Santa Petra Enmascarada! ¡Yo tení­a libertades! No quiero pensar, pero si lo sé (y no lo voy a escribir) como era mi abuelo con mi Mamá, créanme cuando les digo que yo tení­a libertades. Ahora ya saben porque soy tan estricta con mis trabajos, porque soy puntual, porque me gusta todo ordenado, etc. ¡Gracias Mamá!

    Quizá muchos pasamos por todo esto igual que mi Mamá y yo; debido a esto las nuevas generaciones adquirieron libertades que nosotros no tuvimos. Los papas les dan a los hijos TODO lo que quieren, sin importar lo que deban a las tarjetas de crédito; si regañan al niño en la escuela en lugar de dar un regaño al individuo, los papas van a reclamarle al maestro. Lo peor de todo viene cuando estas nuevas generaciones llegan a su primer trabajo. Todo ha sido fácil para ellos y sienten que lo saben absolutamente todo, tanto que al primer regaño por parte de su jefe, renuncian.

    Podrí­a seguir con los ejemplos pero creo que es suficiente con que les diga que observen a los niños/adolescentes que tienen a su alrededor para que se den una idea de lo que hablo. Sean responsables al educar a sus hijos, no los van a odiar si los regañan/castigan, algún dí­a se los agradecerán, como yo a mi Mamá. ¡Gracias Abuelo donde quiera que estés!

    Tania Garza. Lic. En Administración, ferrocarrilera, malvadina, biónica y algunas veces diva.

  • Un heroe de la batalla del Ebano

    Mi abuelo materno fue el profesor Graciano Sánchez Romo, extraordinario personaje de la Revolución Mexicana. Graciano Sánchez, campesino y polí­tico mexicano que nació el 18 de diciembre en 1888 en Soledad Diez Gutiérrez, estado de San Luis Potosí­; sus padres fueron el señor José Isaac Sánchez Hernández y la señora Marí­a del Refugio Romo, contrajo matrimonio con Guadalupe Barragán y tuvieron 9 hijos. Estudió en la escuela Normal de San Luis Potosí­ donde adquiere el tí­tulo de profesor en el año de 1906. Como maestro rural sintió en carne propia el dolor, la miseria y la situación aflictiva de los campesinos, su frase â??hay que resolver el problema de la tierra sin más limitaciones que las de carácter naturalâ?, precisa su lucha permanente en el campo mexicano. Pugnó siempre porque los campesinos se organizaran.

    Hacia el año de 1915 se incorpora a la revolucionaria del lí­der agrario í?rsulo Galván, se singulariza su actuación en los campos de batalla y por su participación en la de í?bano, se le designa, «Héroe de la Batalla de í?bano».

    Participó directamente en la formación de diversas ligas de comunidades agrarias en los estados, y en 1933 fundó la Confederación Campesina Mexicana. Dirigió esa organización hasta que, por decreto del Presidente Lázaro Cárdenas, fue transformada en la Confederación Nacional Campesina (CNC) en el año de 1938, siendo electo el primer secretario general que tuvo la organización. Fue gobernador de San Luis Potosí­ en 1923, diputado federal en varias legislaturas y jefe del departamento de asuntos indí­genas y miembro del grupo Vieja Guardia Agrarista. Murió en la ciudad de México a la edad de 69 años, el 12 de noviembre de 1957, ví­ctima de una antigua lesión sufrida en la famosa Batalla del í?bano

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  • Jose Vasconcelos 1882-1959

    Originario de la ciudad de Oaxaca, Oaxaca, vivió poco tiempo en su ciudad natal; después residió en Piedras Negras, Coahuila. Viajó por varias ciudades del país y en el Instituto Campechano hizo sus estudios elementales.

    En la ciudad de México ingresó en la Escuela Nacional Preparatoria y pasó luego a la de Jurisprudencia. Abogado en 1907, pertenece a la generación del Ateneo de la Juventud. Tomó parte activa en la revolución de 1910. Se afilió al maderismo y posteriormente siguió al villismo.

    Al triunfo de la revolución, el presidente Álvaro Obregón lo nombró rector de la Universidad Nacional, y, de 1921 a 1924 desarrolló una extraordinaria labor como secretario de Educación Pública. Organizó la educación popular, creó bibliotecas y celebró con gran éxito la primera Exposición del Libro en el Palacio de Minería; agotó un amplio programa de publicaciones, aprovechó a educadores extranjeros como Pedro Henríquez Ureña y Gabriela Mistral; hizo otro tanto con economistas como Alfonso Goldschmidt.

    La pintura mural mexicana adquirió trascendencia y calidad universal gracias al entusiasmo de Vasconcelos, al ofrecer a pintores mexicanos y extranjeros como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro y Jean Charlot, los muros de los edificios de la Nación. A causa de dificultades políticas se alejó del país varias veces y viajó por Europa y Estados Unidos.

    En 1929 lanzó su candidatura para presidente de la República y, después del fracaso, en un nuevo destierro, recorrió Europa, Asia y América del Sur. Volvió a México en 1940 y se encargó de la dirección de la Biblioteca de México. Perteneció a incontables agrupaciones culturales extranjeras y del país; fue miembro del Colegio Nacional y a la Academia Mexicana de la Lengua.

    La obra escrita de Vasconcelos abarca buena parte de las disciplinas del pensamiento: filosofía, sociología, ensayo, historia, autobiografía. La mayor parte corresponde a la sociología y a la filosofía en la que fue creador de un sistema original. En obras suyas como La raza cósmica o La Indología, aparecen sus preocupaciones por la cultura hispanoamericana. A pesar de la importancia de este aspecto de su obra, sin duda ha pasado a la posteridad por los libros que forman su autobiografía: Ulises criollo, 1936, La tormenta, 1936, El desastre, 1938, El proconsulado, 1939

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  • Francisco Franco Salazar

    Francisco Franco Salazar nació en San Miguel Anenecuilco el 4 de octubre de 1879. Sus padres fueron Lucio Franco y Crispina Salazar, hermana de Cleofas Salazar madre de Emiliano Zapata Salazar. Fue el mayor de sus hermanos: Cresencio, Miguel, Emiliana y Leonor, Irinea y Paula. Chico Franco estudió en la escuela de Anenecuilco y fue primo hermano de Emiliano Zapata, ambos fueron compañeros inseparables desde su infancia hasta la madurez, viviendo juntos innumerables aventuras. Se casó con Demetria Sánchez Torres y en su matrimonio procreó diez hijos. Andrés, Claudio, Donaciana, íngel, Julián, Sirenio, Margarita, Esperanza, Verulo y Marciana. En 1905 Luciano Cabrera y Avelino Salamanca nombrados por la asamblea del pueblo como sus representantes piden al archivo general de la nación las constancias históricas que contienen los derechos de las tierras de Anenecuilco. En el año de 1909, el dí­a 12 de septiembre se reúne el consejo de ancianos presididos por el entonces calpulelque Don José Merino, quien por razones de edad, solicita entregar el cargo a un joven que reúna como principales cualidades la seriedad de sus actos, sin vicios, conocedor de los problemas de su pueblo y proveniente de una familia honorable, son propuestos como candidatos: Modesto González, Bartolo Parral y Emiliano Zapata. Todos coinciden en darle el cargo de calpulelque a Emiliano Zapata, quedando como su secretario particular su primo hermano Francisco Salazar, ambos son trasladados a la sacristí­a de la iglesia donde se encontraban los documentos y tras una ardua enseñanza de 30 dí­as la cual se basaba en el estudio de los códices, y documentos históricos que demostraban la autenticidad de la tenencia de la tierra. Francisco y Emiliano aprenden así­ a amar su historia y su cultura. Cuando Emiliano Zapata se incorpora al movimiento revolucionario hace entrega de los códices, glifos y documentos a su primo Francisco Franco convirtiéndose éste en el guardián de tan valiosa documentación. Emiliano le encarga a su primo la misión de cuidar los documentos con su vida. Zapata le dice: â??con tu vida me respondes y si me fallas te cuelgo de un casahuateâ? y Chico le responde: «Mejor me muero, antes de fallarle a ti y a la causa». A la muerte de Emiliano, Francisco oculta tan valioso encargo y tiene que huir ya que es perseguido por la importancia de los papeles y no puede regresar hasta que es nombrado presidente el general Lázaro Cárdenas. En 1940 Francisco Franco junto con Jesús Sotelo Inclán prepara un libro llamado â??Raí­z y razón de Zapataâ?. Dicho libro no trajo los beneficios que ambos esperaban pero se dieron a conocer la existencia de los documentos históricos de manos de Chico Franco. La noche del domingo 20 de diciembre de 1947, la casa de Francisco Franco es tomada por asalto mientras él y su familia dormí­an, la señora Demetria y su hija la más pequeña Marciana se tiraron al piso, mientras que Esperanza, Verulo y Julio se protegieron entre bidones llenos de maí­z. Las balas traspasaron las frágiles paredes de carrizo y Franco y dos de sus hijos: Julio y Verulo, respondieron valientemente al ataque pero por desgracia salieron heridos. Otro de sus hijos, Sirenio, logró escapar entre el tiroteo, corrió dirigiéndose a tocar las campanas de la iglesia del pueblo en busca de ayuda. Mientras tanto, Chico Franco le pide a su hija Esperanza que llame a las autoridades para hablar con ellos, ya que se encontraban heridos y necesitaban ayuda médica. A las seis y media de la mañana llegó un camión de carga propiedad de un hombre apodado â??El Garnachaâ?; al camión subieron a Francisco, Julián y Verulo y los llevaron a Cuernavaca. Durante el trayecto fueron torturados para sacarles dónde estaban los documentos, pero por lealtad Francisco guardó el secreto aún a costa de su vida y la de sus hijos, así­ como de la tranquilidad del resto de su familia. Sus cuerpos fueron encontrados dos dí­as después en el Cañón de lobos muertos a bayonetazos. El 22 de diciembre de 1947 fueron enterrados en el panteón de la iglesia de San Miguel Anenecuilco donde a la fecha yacen sus restos, su hija Esperanza a un año de muertos le arranca el secreto a Antonio Nogueda en aquel entonces jefe de la judicial de Cuautla quien fuera partí­cipe también en el tiroteo, dándole los nombres de las personas que mandaron matar a su padre Francisco Franco y a sus hermanos. Estas personas fueron Nicolás Zapata, Miguel Franco, Sebastián Luna, Felipe Rodrí­guez y Don Pedro Medina. Chico Franco antes de morir le confió en secreto a su hija Esperanza dónde se encontraban los documentos.

    ( Biografí­a realizada por Diala Sánchez Aragón)

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  • Memoria de una familia

    Diana Rivera es hermana de una de las ví­ctimas de Tlatelolco, su hermano Guillermo (Chomy) era un adolescente de 15 años en el momento de ser abatido y muerto por tres impactos de bala. Asistió al mitin de Tlatelolco sin pertenecer a ninguna organización.

    Ella también se dirigí­a hacia allí­: «Sin embargo, ya no pudimos entrar a la plaza. Los soldados habí­an bloqueado la zona y nosotros nos quedamos atrás de los tanques. Unos jóvenes que huí­an nos dijeron: â??Están matando a todo mundoâ?. No habí­a necesidad de que nos lo dijeran; nosotros escuchábamos los disparos y olí­amos la pólvora.

    Pensamos en ese momento que la represión era más selectiva, que sólo se disparaba contra los dirigentes. No imaginábamos que el tiroteo fuera contra el grueso del mitin». Su hermano cayó herido de muerte tras los primeros disparos, supieron que lo habí­an trasladado a un hospital militar y que allí­ falleció, persiguieron a la ambulancia que transportaba el cadáver: «Aquella persecución fue una pesadilla, no sabí­amos adónde llevaban el cuerpo.

    Seguimos a la ambulancia que entró finalmente al edificio del Servicio Médico Forense. Allí­ vi una de las cosas más espantosas de mi vida: las planchas eran insuficientes, por lo que estaban repletas de cadáveres amontonados, unos encima de otros. Habí­a cuerpos de niños, de niñas, de mujeres embarazadas… Habrí­a algunos 200 cadáveres de gente masacrada. La misma escena cuya foto vi después publicada en la revista ¿Por qué?, que dirigí­a Mario Menéndez. Esa foto yo la viví­. Yo vi esa escena».

    â?¦ nos dijeron que solamente podí­amos sacar el cadáver de mi hermano si testimoniábamos, en el acta de defunción, que habí­a muerto por otra causaâ?¦No nos quedó más alternativa que dejar asentado que mi hermano murió por otras causas, ahorita ya ni recuerdo cuálesâ?¦Diana considera que será imposible investigar los hechos basándose en actas ministeriales o en certificados de defunción, puesto que en aquel entonces los familiares fueron obligados a poner otras causas de las muertes. «Más que por las actas, la investigación tendrí­a que guiarse por testimonios de los familiares de las ví­ctimas. Pero entre nosotros nunca hubo contacto. No habí­a esa conciencia del derecho que hay ahora

  • Memoria de un ex militar

    Mario Alberto Sierra
    Cuando llegamos habí­a poca gente, como al diez para la cinco ya habí­a 5 mil o 6 mil personas, y cuando empezó el mitin a las 5:10 ya habí­a entre 8 mil y 10 mil asistentes. Sentí­amos un ambiente raro y le sugerí­ al sargento Gama que nos moviéramos a una de las esquinas de la plaza, cerca del edificio Chihuahua.

    Alrededor de la plaza estaban las tanquetas del 12 Regimiento de Caballerí­a Motorizada, que habí­an llegado de Puebla para el desfile del 16 de septiembre y que se quedaron en la ciudad. Escobar Alemany le contó después que desde esos vehí­culos se disparó indiscriminadamente contra la fachada del Chihuahua.

    La plaza era una ratonera, y el edificio Chihuahua, la trampa. Le dije a Gama que nos colocáramos en la orillita. A las 6:10 vio salir las luces de bengala del helicóptero militar que ya llevaba su quinta ronda sobre la plaza. Salieron del helicóptero, fueron tres luces: dos verdes y una roja. Eran luces especiales que se sueltan y alumbran como un arcoiris. Nosotros no sabí­amos nada, no tení­amos ninguna instrucción. Inmediatamente se escuchó un disparo y a la distancia no supimos de dónde vení­a, pero fue de pistola. Luego otros cinco o seis disparos.

    Vi a un francotirador en el techo de la iglesia. Hubo otros disparos desde el edificio del ISSSTE. La imagen de la gente moviéndose era extraña, era como cuando el trigo se mece hacia donde lo lleva el viento. Así­ se movió la gente buscando una salida en sentido contrario de donde vení­an los disparos.

    Dice que al dí­a siguiente, 3 de octubre, se levantaron tarde porque no habí­an tocado la diana. No habí­a casi nadie en las instalaciones militares. Mientras estaban desayunando los llamaron para ordenarles que regresaran a Tlatelolco en el camión militar que transportarí­a a mediodí­a el rancho para los soldados.

    [Al siguiente dí­a] ¿Qué vimos? Era como una zona de guerra. Habí­a un silencio especial, pesado, se podí­a agarrar. Le dije a Gama: â??¿Cuánto apuestas a que De Flon nos dice que por qué no estuvimos en el mitin?â?? Gama me dijo â??cómo creesâ??, pero dicho y hecho: Nos lo reclamó, como si hubiéramos tenido que estar muertos, heridos o detenidos para probarlo. Tuvimos que explicarle lo que nos pasó.

    En la plaza habí­a basura, ropa, manchas de sangre tapadas con periódico, sangre aún fresca mezclada con agua. Habí­a llovido

  • 42 aí?±os despues, el GDF pide disculpas del 68

    Durante la ceremonia del izamiento a media asta del labaro patrio, el secretario de Transportes y Vialidad del Gobierno del DF, Armando Quintero, quien asistio a la Plaza de las Tres Culturas en representacion de Marcelo Ebrard, ofrecio como autoridad de la ciudad una -disculpa al pueblo de Mexico y a las familias de los estudiantes que fueron brutalmente asesinados- el 2 de octubre de 1968.
    Ademas, demando al resto de las instituciones involucradas en el genocidio -que ofrezcan una disculpa publica a los estudiantes como un signo de reconciliacion- y considero que a 42 anos ya es hora de expresarla.

  • 2 de Octubre no se olvida

    El movimiento estudiantil de 1968 fue un movimiento social en el que además de estudiantes de la UNAM y del IPN, participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México y que fue reprimido el 2 de octubre de 1968 por el gobierno mexicano en la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.

    El crimen fue cometido por el grupo paramilitar denominado Batallón Olimpia y el Ejército Mexicano, en contra de una manifestación pacífica convocada por Consejo Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento. Según lo dicho por sí mismo en 19691 y por Luis Echeverría Álvarez, el responsable de la matanza fue Gustavo Díaz Ordaz.

    Debido a la acción gubernamental al pretender ocultar información, no se ha logrado esclarecer exactamente la cantidad oficial de asesinados, heridos, desaparecidos y encarcelados. La fuente oficial reportó en su momento 20 muertos, pero las investigaciones actuales deducen que los muertos podrían llegar a varias centenas y responsabilizan directamente al Estado Mexicano.

    Politólogos e historiadores coinciden en señalar que este movimiento y su terrible desenlace incitaron a una permanente y más activa actitud crítica y opositora de la sociedad civil, principalmente en las universidades públicas, así como a alimentar el desarrollo de guerrillas urbanas y rurales y dio cabida al periodo conocido como la Guerra Sucia. La Fiscalía Especial para los Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP), incluye el movimiento del 68 en su informe de Febrero 2006 con respecto a dicho periodo.

    Autores como Fernand Braudel, Immanuel Wallerstein y Carlos Antonio Aguirre Rojas coinciden en señalar al movimiento de México inserto en un contexto planetario de luchas sociales surgidas y recreadas de las universidades luego de vivirse un periodo de bonanza económica por la Posguerra, siendo Braudel el primero en denominar al movimiento Revolución cultural de 1968, caracterizado por revolucionar para siempre los tres principales espacios de recreación de la cultura: la familia, los medios de comunicación y la escuela.

  • José María Pino Suárez, 1869-1913

    Abogado, originario de Tenosique, Tabasco. Al terminar su carrera marchó a Yucatán, para ejercer su profesión.Dirigió el periódico El Peninsular.

    Poeta, publicó dos volúmenes: Melancolías. (1896) y Procelarias (1908). Prologó en 1904 Memorias de un alférez, de Eligio Ancona.

    Afiliado al Partido Antirreeleccionista, participó en la campaña política de Francisco I. Madero. Organizó los grupos de oposición de Tabasco y de Yucatán y participó en las negociaciones de los Tratados de Ciudad Juárez. Al estallar la revolución, se le nombró, desde Nueva Orleáns, Estados Unidos, gobernador provisional de Yucatán, cargo que ocupó del 5 de junio al 8 de agosto de 1911.

    Candidato después a gobernador constitucional, ejerció el poder del 7 de octubre al 13 de noviembre del mismo año, cuando dejó ese puesto a su cuñado para ir a la ciudad de México a ocupar la vicepresidencia de la República, cargo que ocupaba de manera simultánea al de ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, cuando fue obligado a renunciar en febrero de 1913.

    Murió asesinado junto con el presidente Madero en la ciudad de México

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