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  • Hillary Clinton y Donald Trump casi candidatos a la presidencia

    Hillary Clinton salió de las primarias de Nueva York un paso más cerca de conseguir la candidatura demócrata a la presidencia y convertirse en la primera mujer en hacerlo. El republicano Donald Trump reforzó su propia carrera hacia las elecciones generales con una contundente victoria, pero tiene poco margen de error en los estados que quedan por disputar.
    Los favoritos esperan repetir sus triunfos de Nueva York en varios estados del noroeste que serán los próximos en elegir a sus candidatos. Clinton tenía previsto pasar el miércoles haciendo campaña en Pennsylvania, mientras que Trump tenía un mitin previsto en Maryland, así como Indiana.
    Después de su victoria en Nueva York, una entusiasta Clinton dejó claro que se estaba centrando en las elecciones generales, tras una pugna inesperadamente competitiva con Bernie Sanders.
    «La carrera por la candidatura está en la recta final, y la victoria está a la vista», declaró Clinton entre los vítores de sus seguidores. Sólo mencionó a Sanders de pasada para hacer una llamada a sus leales partidarios, dejando las palabras duras para Trump y le senador por Texas Ted Cruz, a los que describió como «peligrosos» para Estados Unidos.
    También Trump se mostró deseoso de dejar atrás las primarias republicanas. Con al menos 89 delegados neoyorquinos en su haber, insistió en que es «imposible» que ninguno de sus rivales le atrape y advirtió a los líderes del partido en contra de intentar arrebatarle la candidatura en la convención republicana.
    El gobernador de Ohio, John Kasich, logró al menos tres delegados. Cruz corría el riesgo de quedarse sin ninguno. Ninguno de los dos tiene opciones matemáticas de conseguir la candidatura republicana antes de la convención de julio, aunque confían en obstaculizar la nominación automática de Trump y sobrepasarle en el congreso del partido.
    Cruz mostró la victoria de Trump en Nueva York como poco más que «un político que gana en su estado natal», y después imploró a los republicanos que se unan en su candidatura.
    «Debemos unir al Partido Republicano porque hacerlo es el primer paso para unir a todos los estadounidenses», dijo Cruz. El senador, en su primera legislatura en el Congreso nacional y que ha chocado varias veces con su propio partido, sólo ha encontrado un tibio apoyo de la cúpula republicana, que le ve como la única opción de detener a Trump.
    La victoria de Clinton aumentó su cuenta de delegados, y ya suma el 80% de lo que necesita para obtener la candidatura demócrata que se le escapó hace ocho años. Dirigiéndose a los leales seguidores de Sanders, Clinton dijo que «es más lo que nos une que lo que nos separa».
    Lo sondeos de salida apuntaban a que los demócratas estaban dispuestos a apoyar a quien sea el candidato del partido. Casi 7 de cada 10 partidarios de Sanders en Nueva York dirían que sin duda o probablemente votarían a Clinton si es la candidata final.
    Sanders se ganó a los jóvenes y progresistas de Nueva York, como en otras partes del país, pero no lo suficiente como para conseguir la victoria decisiva que necesitaba para cambiar el rumbo de la carrera demócrata. Aun así, el senador por Vermont prometió seguir peleando.
    «Tenemos una posibilidad de victoria», dijo en una entrevista con Associated Press. Sin embargo, su asesor principal, Tad Devine, dio más tarde que la campaña tenía previsto «sentarnos y analizar dónde estamos» tras las primarias de la semana que viene.
    De los 247 delegados demócratas en juego en Nueva York, Clinton consiguió al menos 135, mientras que Sanders ganó al menos 104.
    Trump necesitaba una victoria clara en Nueva York para mantener con vida sus aspiraciones de lograr la candidatura antes de la convención de julio, y acallar a los críticos que dicen que la larga temporada de primarias ha dejado al descubierto grandes deficiencias en su campaña.
    Después de pasar meses dependiendo de una pequeña plantilla, el magnate ha empezado a contratar más veteranos experimentados en campañas.
    Cruz intenta mantenerse lo bastante cerca en la carrera por los delegados como para forzar una convención abierta en la que se elija al candidato. Su campaña confía en que ha dominado el complicado proceso de ganarse a delegados concretos que podrían votar cambiar su voto al senador de Texas tras una primera ronda de votación en el congreso.
    Kasich, el tercer republicano que sigue en la carrera, superó a Cruz el martes y se niega a suspender su campaña pese a ganar sólo en su estado natal.
    Aunque Trump presume de llevar nuevos miembros al partido, hace que algunos republicanos teman que su candidatura pueda dividir al partido. Entre los votantes republicanos en Nueva York, casi 6 de cada 10 dijeron que las primarias están dividiendo al partido, según sondeos de salida.
    Aun así, unos 7 de cada 10 republicanos neoyorquinos dijeron que la candidatura republicana debería obtenerla el aspirante con más votos en las primarias.
    Los sondeos fueron realizados por Edison Research para Associated Press y cadenas de televisión.
    Trump lidera ahora la carrera republicana con 845 delegados, por delante de Cruz con 559 y Kasich con 147. Conseguir la candidatura requiere 1.237.
    Entre los demócratas, Clinton suma ahora 1.893 delegados ante los 1.180 de Sanders. Esos totales incluyen tanto los delegados asignados por las primarias y asambleas de partido como los superdelegados, cargos del partido que pueden respaldar al candidato que prefieran independientemente de la votación en su estado. La candidatura demócrata se asigna con 2.383 delegados.
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  • Hillary Clinton señala a Donald Trump como incapaz

    Hillary Clinton señala a Donald Trump como incapaz. Hillary Clinton ofreció el lunes un anticipo de los ataques demócratas contra Donald Trump, afirmando que el principal precandidato presidencial republicano no está calificado para manejar conflictos internacionales delicados como comandante en jefe.
    La precandidata demócrata habló ante una prominente organización a favor de Israel: la American Israel Public Affairs Committee (AIPAC). Casi todos los precandidatos presidenciales tienen programado hablar ante la conferencia anual de la organización, que atrae a los principales líderes judíos de todo el mundo.
    El evento es una escala tradicional para los políticos estadounidenses deseosos de demostrar sus credenciales en política exterior, especialmente en los conflictos de Oriente Medio.
    Clinton, ex secretaria de Estado, utilizó su discurso no solo para poner de relieve sus décadas de trabajo en la región, sino también para expresar sus dudas acerca de las credenciales y la confiabilidad de Trump.
    «Necesitamos una mano firme», dijo a miles de activistas reunidos el lunes en Washington DC. «No un presidente que diga un lunes que es neutral, que apoya a Israel el martes y quién sabe lo que diga el miércoles porque ‘todo es negociable»’, agregó.
    La seguridad de Israel, proclamó entre aplausos, «no es negociable».
    Sus comentarios estuvieron dirigidos a Trump, quien en febrero molestó a los aliados republicanos del estado judío cuando se comprometió a ser una «especie de tipo neutro» en cuanto a Israel. Aunque Estados Unidos es oficialmente neutral frente al conflicto de Oriente Medio, su declaración significó un alejamiento de la retórica típica de los candidatos presidenciales de Estados Unidos, que regularmente apoyan fuertemente a Israel.
    Trump planea ofrecer detalles de sus planes para un acuerdo de paz en un discurso ante el grupo programado para el lunes por la noche.
    Hillary Clinton señala a Donald Trump como incapaz

  • Temen que Hillary Clinton con malos resultados ayude a Donald Trump

    Temen que Hillary Clinton con malos resultados ayude a Donald Trump. Cuando Hillary Clinton se enfrentó a Barack Obama en la contienda presidencial demócrata de 2008, su esfuerzo al final dio como resultado un partido en su mayoría unificado. Obama dijo que el proceso lo hizo un candidato más fuerte y posteriormente persuadió a Clinton para que fuera su secretaria de Estado.
    Ocho años después, Clinton nuevamente está en una prolongada contienda primaria que ciertamente parece extenderse más de lo que la gente esperaba, pero ahora es mucho menos clara la forma en que la pelea contra Bernie Sanders la posicionará de cara a las elecciones de noviembre.
    Los allegados a Clinton insisten en que hay poco que ellos puedan hacer para sacar a Sanders de la contienda, pero están empezando a mostrar señales de impaciencia con lo que perciben como un tono cada vez más negativo en la campaña del senador por Vermont.
    «Nos gustaría cerrarlo tan pronto como sea posible», dijo Jen Palmieri, jefe de prensa de Clinton, horas antes de la sorpresiva victoria de Sanders en Michigan la semana pasada.
    Clinton y sus aliados esperaban cambiar gran parte de su atención en la elección general después de las votaciones del martes 15, pero ese plan quedó en duda después de perder en Michigan.
    Los estrategas demócratas querían usar la primavera para afianzar las primeras líneas de ataque contra Donald Trump, el impulsivo multimillonario que ha derrotado con éxito casi todos los esfuerzos republicanos para minar su candidatura. Importantes donadores de Clinton esperaban que la campaña comenzara a recaudar dinero para la elección presidencial en abril, un hecho que, ahora dicen, se ha aplazado.
    Los asesores dicen que las contiendas que vienen en Ohio, Missouri e Illinois se ven más complejas de lo que se veían hace unos días, obligándolos a enfocarse en la primaria a pesar de tener una importante ventaja en el número de delegados que determinan la nominación.
    De ganar el martes, Sanders obtendría nuevo impulso y le daría meses para seguir criticando las posiciones de Clinton en temas en los que Trump desea enfocarse en noviembre.
    Trump por su parte está empezando a enfocarse en la elección general y una potencial campaña contra Clinton.
    Temen que Hillary Clinton con malos resultados ayude a Donald Trump

  • Hillary Clinton y Bernie Sanders por el voto hispano en Florida

    Hillary Clinton y Bernie Sanders por el voto hispano en Florida. De cara a las elecciones primarias en Florida y otros estados, Hillary Clinton y Bernie Sanders se enzarzaron en un intenso debate el miércoles sobre quién es el auténtico amigo de los hispanos estadounidenses, cruzando acusaciones sobre programas de trabajadores invitados «semejantes al esclavismo» y la aceptación de «vigilantes» contra inmigrantes.
    Ambos tenían cosas aún peores que decir sobre el favorito republicano, Donald Trump.
    En la confrontación seis días antes de las primarias en Florida, Clinton acusó a Sanders de votar varias veces contra una amplia propuesta migratoria de 2007, mientras que el senador la criticó a ella por oponerse a una iniciativa en 2007 para permitir que personas que viven en el país sin permiso de residencia obtuvieran licencias para conducir.
    Si entonces se hubiera aprobado la reforma, afirmó Clinton, «muchos de los problemas que seguimos discutiendo hoy estarían en el espejo retrovisor».
    Sanders replicó que se había opuesto a la reforma porque contenía un programa de trabajadores invitados «semejante al esclavismo».
    El debate comenzó con una pregunta que pareció desconcertar a Clinton.
    El periodista de Univision Jorge Ramos preguntó si se retiraría de la campaña en caso de que se presentaran cargos en su contra por la gestión de su correo electrónico cuando era secretaria de Estado.
    «Oh, por Dios, eso no va a ocurrir», aseguró Clinton. «Ni siquiera voy a responder esa pregunta».
    El FBI investiga la posibilidad del mal manejo de información secreta, que pasó por el servidor privado de email de Clinton.
    Sanders, como lo ha hecho antes, declinó tocar el tema y se limitó a decir: «El proceso seguirá su curso». Señaló que prefería hablar sobre la riqueza y la desigualdad de ingresos.
    Ambos candidatos dijeron estar ganando impulso, después de que Sanders sorprendiera con una victoria en Michigan el martes.
    Clinton insistió en que tiene una amplia ventaja en la carrera por los delegados. «Esto es un maratón y es un maratón que solo puede realizarse con el tipo de campaña que llevo», indicó.
    Sanders afirmó que su triunfo en Michigan es la prueba de que su mensaje ha tenido eco.
    «Seguiremos con actuaciones extremadamente buenas», aseguró y añadió que espera convencer a los superdelegados que respaldan a Clinton de que cambien su apoyo.
    La inmigración acaparó buena parte del debate por un buen motivo: en Florida viven casi 1,8 millones de hispanos, incluidos aproximadamente el 15% de los demócratas del estado.
    Los votantes hispanos han sido por ahora en torno al 10% de los asistentes a las primarias demócratas en lo que va de campaña y Clinton ha conseguido aproximadamente dos tercios de sus apoyos, frente al tercio que optó por Sanders. El senador por Vermont insistió en que hace progresos entre los hispanos jóvenes.
    En un momento dado, Clinton acusó a Sanders de apoyar legislación que habría llevado a la detención indefinida de personas expuestas a la deportación y de apoyar al grupo de patrullas de voluntarios Minutemen. El senador describió esa idea como «ridícula» y «absurda», y acusó a Clinton de tomar pequeños fragmentos de grandes paquetes legislativos para tergiversar su historial de votación.
    «No, no apoyo a justicieros y esa es una afirmación espantosa y una afirmación injusta», dijo.
    Pese a todos sus desacuerdos, el tono general de los candidatos fue mucho menos tenso que en su debate del domingo. En un momento dado, Sanders incluso se rio de la forma como pronuncia «enorme», una de sus expresiones más conocidas. El demócrata dice algo parecido a «ennnorme».
    Ambos encontraron un punto en común en señalar que el favorito republicano, Trump, es mucho peor en materia de inmigración que cualquiera de ellos.
    También coincidieron en la necesidad de reducir la deuda de los estudiantes.
    En total, el 15 de marzo estarán en juego 691 delegados, incluidos los 214 de Florida, que en el campo demócrata se reparten de forma proporcional a los votos.
    Clinton ha ganado 762 delegados frente a los 549 de Sanders, con 10 delegados aún por asignar de las últimas primarias. Cuando se tienen en cuenta los superdelegados, Clinton tiene 1.223 frente a 574, más de la mitad de los 2.383 necesarios para obtener la candidatura demócrata.
    Hillary Clinton y Bernie Sanders por el voto hispano en Florida

  • Hillary Clinton continúa aumentando

    Hillary Clinton continúa aumentando su ventaja de delegados al acercarse la noche electoral del martes en Mississippi y Michigan, de acuerdo con el conteo de delegados de AP.
    Ahora tiene 1.134 delgados después de lograr más apoyos de superdelegados, los líderes del partido que pueden apoyar a cualquier candidato que deseen. Sanders tiene 499.
    El número de Clinton es aproximadamente la mitad de los que necesita para lograr la nominación demócrata a la presidencia. Llega después de un fin de semana en el cual Sanders ganó tres de cuatro estados.
    Ha podido mantener su liderazgo gracias al apoyo de los superdelegados, así como las grandes victorias en estados del sur, como Louisiana.
    La agencia de supervisión empresarial Better Business Bureau negó las aseveraciones de Donald Trump de que le había dado las mejores calificaciones a su Universidad Trump.
    El tema de la calificación de esa universidad, creada por el magnate inmobiliario y que ha sido acusada de prácticas irregulares, fue mencionado varias veces en el debate republicano de la semana pasada.
    Trump dijo que la agencia le había dado el A+, su máxima calificación. Pero el moderador del debate aclaró que en realidad le había dado D-.
    Pocos minutos después Trump dijo que había recibido un fax en medio del debate, de parte de la agencia, asegurándole que la calificación fue luego mejorada.
    Claire Rosenzweig, directora de la filial en Nueva York de la BBB, declaró el martes que el grupo nunca envió tal fax. Dijo que la universidad, que según la agencia no tiene acreditación alguna, recibió una calificación de D- en el 2010 debido a las acusaciones.
    Añadió que la calificación mejoró en el 2014 cuando cesaron las denuncias al tiempo que la universidad cerraba sus operaciones.
    Hillary Clinton continúa aumentando

  • Hillary Clinton y Bernie Sanders se enfrentan por economía norteamericana

    Hillary Clinton y Bernie Sanders se enfrentan por economía norteamericana. Hillary Clinton y Bernie Sanders se atacaron agresivamente sobre asuntos económicos durante un nuevo debate presidencial demócrata. Clinton acusó a su rival de dar la espalda a la industria automotriz y Sanders respondió que los amigos de Clinton en Wall Street «han destruido esta economía».
    El debate de la noche del domingo mostró un cambio de tono notable entre los dos demócratas. Mostró a un Sanders con cada vez más problemas para detener el avance de quien encabeza las preferencias de su partido. Ambos candidatos se interrumpieron frecuentemente uno al otro y se lanzaron acusaciones de tergiversar sus historiales.
    «Para variar, hablemos de hechos y no solo palabras», dijo Clinton a Sanders.
    «Déjeme contar mi historia, usted cuente la suya», respondió Sanders. «Su historia es la de votar por cada enmienda comercial desastrosa y votar por un país corporativo».
    En más de una ocasión, Sanders respondió a las interrupciones de Clinton al decirle: «Discúlpeme, estoy hablando» o «Déjeme terminar, por favor».
    Sus desacuerdos fueron evidentes, pero lejos del panorama en el debate republicano en Detroit hace tres días, un enfrentamiento entre cuatro protagonistas definido por crecientes ataques personales, insultos e incluso referencias sexuales. En comparación, el debate demócrata fue un enfrentamiento más civilizado.
    Clinton dijo que aunque tiene diferencias políticas con Sanders «comparen la sustancia de este debate con lo que se vivió la semana pasada en el escenario republicano».
    Sanders también opinó al respecto. «En caso de ser electos, vamos a invertir mucho en salud mental y cuando uno ve los debates republicanos, se da cuenta de por qué».
    Ambos rieron tras ese comentario.
    Cada uno de ellos mostró sus credenciales como el mejor candidato para vencer al favorito en las primarias republicanas, Donald Trump, en una eventual elección general en noviembre.
    Clinton dijo que ha recibido más votos que Trump en las primarias y pronosticó que su «intolerancia, abusos y bravuconería no van a sentar bien entre el pueblo estadounidense».
    «Me encantaría competir contra Donald Trump», dijo Sanders. «Sanders contra Trump es mucho mejor debate que Clinton contra Trump».
    Sanders, quien debatió con mucha más agresividad que en el pasado, criticó desde el comienzo a Clinton, hablando sobre la necesidad de mantener las fuentes de empleo en el país.
    «Me alegra que la secretaria Clinton haya descubierto la religión al respecto», dijo antes de criticar a su rival por sus respaldos en el pasado a acuerdos comerciales que, aseguró, tuvieron consecuencias «desastrosas».
    De igual forma, Clinton comenzó una ofensiva desde el comienzo, pero a menudo se encontró defendiéndose de las acusaciones de Sanders.
    En su ataque más agudo, Clinton dijo que Sanders votó en contra de un rescate financiero en 2009 a la industria automotriz: «Yo los respaldé. Usted no. Si todos hubieran votado como usted, creo que la industria automotriz habría colapsado, llevándose con ella cuatro millones de empleos».
    Hillary Clinton y Bernie Sanders se enfrentan por economía norteamericana

  • Hillary Clinton y Donald Trump reforzaron sus posiciones rumbo a la Casa Blanca

    Hillary Clinton y Donald Trump reforzaron sus posiciones rumbo a la Casa Blanca. La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, reforzados por sus triunfos en las primarias y asambleas electorales celebradas el martes en buena parte del país, están empezando a centrarse en el otro en la carrera por la Casa Blanca.
    Clinton anticipó un mensaje de «amor y bondad» mientras que Trump cambió sus polémicos mítines por una sobria conferencia de prensa en la que hizo hincapié en los fracasos políticos de la demócrata.
    Ambos hablaron desde Florida, que suele ser un estado clave para ganar o perder elecciones generales. Pero no fue uno de los campos de batalla donde los candidatos se enfrentaron a sus rivales en la lucha para acumular delegados en el Supermartes, la jornada con más actividad de la campaña de primarias.
    El senador por Texas Ted Cruz ganó en su estado natal, además de en Oklahoma y Alaska, para apuntalar su inesperado triunfo en las asambleas electorales de hace un mes en Iowa, mientras que el senador por Florida Marco Rubio logró su primera victoria de las primarias en Minnesota.
    «Nuestra campaña es la única campaña que ha derrotado, que puede derrotar y que derrotará a Donald Trump», proclamó Cruz ante sus seguidores, reunidos en un tradicional club de campo sureño, el Redneck Country Club en Stafford, Texas.
    Con todo, el senador contaba con tener más impacto en los estados del sur y entre los votantes cristianos evangélicos. Pero Trump, que apoda a su campaña el «Tren Trump «, hizo descarrilar sus planes.
    Rubio y los otros republicanos que siguen en liza, John Kasich y Ben Carson, se esforzaban el martes para transmitir optimismo al tiempo que se comprometían a seguir luchando.
    Pero las matemáticas más simples dejan al descubierto el problema que tienen ante sí los republicanos que rechazan a Trump, ya que el multimillonario empresario logró victorias en siete estados y sigue lanzado para conseguir los 1.237 delegados que le proclamarían candidato republicano a la Casa Blanca.
    Trump ganó al menos 203 delegados más el martes. Cruz logró al menos 144 y Rubio al menos 71. En el cómputo total, Trump lidera el panel de aspirantes con 285 delegados, Cruz tiene 161, Rubio 87, Kasich 25 y Carson, ocho.
    Al igual que Cruz, Bernie Sanders salió victorioso en las primarias de su estado natal, Vermont.
    También se apuntó triunfos en Oklahoma, Minnesota y Colorado, y aseguró ante sus seguidores que seguirá luchando en «cada una» de las elecciones restantes. Con una asombrosa recaudación de 42 millones de dólares sólo en febrero, Sanders tiene fondos para hacerlo – aunque Clinton está bien encaminada para lograr los 2.383 delegados que precisa para proclamarse candidata demócrata.
    Los resultados del martes dejaron pocas dudas sobre quiénes son los principales aspirantes para las presidenciales.
    Clinton sumó triunfos en siete estados, los mismos que Trump, incluyendo en Virginia, otro escenario importante de cara a las generales.
    La ex secretaria de Estado se adjudicó al menos 457 de los 865 delegados en juego el martes. Sanders tendrá al menos 286. Contando con los superdelegados, Clinton tendría al menos 1.005 delegados y Sanders al menos 373.
    Clinton basó su éxito en los votantes de más edad y en el apoyo de hispanos y afroamericanos, según las encuestas de salida realizadas por Edison Research para The Associated Press y televisoras. Trump, un recién llegado a la política, convenció a dos tercios de los votantes, que están dispuestos a colocar a alguien ajeno a la política en la Casa Blanca, mientras que los electores republicanos que optan por un candidato con más experiencia se dividieron entre Rubio y Cruz, ambos senadores.
    Hillary Clinton y Donald Trump reforzaron sus posiciones rumbo a la Casa Blanca

  • Hillary Clinton y Donald Trump buscan ganar sus candidaturas hoy

    Hillary Clinton y Donald Trump buscan ganar sus candidaturas hoy. El republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton tienen ante sí la posibilidad de alejarse de sus rivales en el Supermartes, un día de elecciones primarias en al menos una decena de estados del país, con numerosos delegados en juego, que podría acelerar su marcha hacia la nominación presidencial.
    Votantes de Vermont a Colorado, pasando por Alaska, la Samoa Americana y varios estados del centro del país se dirigen a los centros de votación y a las asambleas electorales en el día de más actividad de las primarias de 2016.
    Las votaciones llegan en un momento turbulento para los republicanos, que se enfrentan a la posibilidad de que Trump pueda convertirse en el nominado del partido. Sus rivales Marco Rubio y Ted Cruz están inmersos en un esfuerzo frenético para detener el multimillonario – con Rubio, en especial, ejerciendo presión con ataques sorprendentemente personales – pero no está claro todavía si han reaccionado demasiado tarde.
    «Este es un movimiento», dijo Trump a simpatizantes en un mitin el lunes en la tarde en Georgia. «Solo soy un mensajero, amigos».
    Al igual que Trump, Clinton ha ganado tres de cuatro elecciones primarias. La victoria de la ex primera dama en South Carolina el sábado se debió al extraordinario apoyo de los electores de raza negra, y la dejó en una fuerte posición en los estados del sur con grandes electorados afroestadounidenses que votan este martes.
    Clinton enfoca cada vez más su atención a Trump, mostrándose como una alternativa civilizada ante los insultos y acoso que han consumido la contienda republicana.
    «Lo que no debemos permitir es la búsqueda de chivos expiatorios, los mensajes amenazantes, el dedo señalador que avanza en el bando republicano», afirmó la precandidata ante electores en Springfield, Massachusetts. «Realmente socava el tejido de nuestra nación. Así que quiero hacer todo lo que pueda en esta campaña para enfilarnos en un curso diferente».
    El martes, los demócratas votarán en 11 estados y la Samoa Estadounidense; hay 865 delegados en juego. Los republicanos votan en 11 estados y tienen 595 delegados.
    Trump busca barrer en el sur, lo cual sería un serio golpe para Cruz, senador por Texas. El objetivo de Rubio es más modesto: busca mantenerse en la competencia en el conteo de delegados y espera ganar en su estado natal Florida el 15 de marzo.
    Hoy ambos partidos realizan elecciones en: Alabama, Arkansas, Georgia, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Tennessee, Texas, Vermont y Virginia.
    Además, los republicanos votan en Alaska, y los demócratas en Colorado, en la Samoa Estadounidense y los que están en el extranjero.
    Los centros de votación cerrarán a las 7 p.m. (hora de la costa este) en Virginia, Georgia y Vermont; a las 8 p.m. en Oklahoma, Alabama, Tennessee y Massachusetts; a las 8:30 p.m. en Arkansas; 9 p.m. en Texas, Colorado y Minnesota; y a la 1 a.m. en Alaska.
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  • Hillary Clinton acaricia nominación demócrata tras triunfo en Carolina del Sur

    Hillary Clinton acaricia nominación demócrata tras triunfo en Carolina del Sur. Con su contundente triunfo de casi 50 puntos porcentuales de ventaja sobre Bernie Sanders en Carolina del Sur, Hillary Clinton se posicionó a corta distancia de amarrar la nominación presidencial demócrata durante el próximo Súper Martes electoral del primero de marzo.
    Clinton arrasó con el 73.5 por ciento del voto contra 26 por ciento del senador socialista de Vermont, una brecha de 47 puntos porcentuales que tiene probabilidades de ensancharse durante las 11 primarias demócratas del denominado Súper Martes.
    Los demócratas se disputan mil 034 delegados en Alabama, Arkansas, Colorado, Georgia, Massachusetts, Minnesota Oklahoma, Tennessee, Texas, Vermont y Virginia, así como el territorio de Samoa Americana y el voto de los demócratas en el exterior.
    Hasta antes del Súper Martes, Clinton acumula 544 delegados contra 85 de Sanders.
    Aun en un escenario positivo en el que Sanders ganara estados anglosajones como Vermont, Massachusets y Minnesotta, no alcanzaría los suficientes delegados para montar una ofensiva creíble contra la ex primera dama estadunidense.
    Apoyada en una estrategia de identificación con el presidente Barack Obama y de cortejo insistente al voto afroamericano que votó por aquél en 2008, Clinton parece haber encontrado la fórmula ganadora para superar a Sanders en los decisivos estados sureños.
    Tanto Alabama como Georgia, Tennessee y Virginia tienen una alta proporción de votantes afroamericanos, por lo que expertos prevén un holgado triunfo de Clinton y una consolidación del número de sus delegados hacia la Convención Demócrata en la histórica ciudad de Filadelfia en junio.
    Más allá del Súper Martes, en marzo tendrán lugar elecciones primarias en entidades importantes para la contabilidad de delegados como Michigan, Mississippi, Florida, Illinois, Missouri, Carolina del Norte, Ohio y Arizona.
    Las encuestas ubican a Clinton como favorita en estados con algunos de los más altos números de delegados demócratas como Florida con 246, Illinois con 182, Ohio con 159, Michigan con 147 y Carolina del Norte con 121.
    Aunque no se prevé que Sanders abandone su puja presidencial a pesar de un descalabro político durante las primarias de marzo, el avance de Clinton podría hacer matemáticamente imposible que el senador acumule los dos mil 383 delegados necesarios aun si continúa hasta el final.
    En las siguientes escalas del itinerario electoral figuran estados donde Clinton cuenta también con apoyo significativo como Nueva York -un estado que representó como senadora, que es su lugar de residencia y sede de la Fundación Clinton- y que pone en juego 291 delegados el 19 de abril.
    Más adelante se encuentran además elecciones primarias en tres estados decisivos que Clinton le ganó a Obama en 2008: Pensilvania, California y Nueva Jersey con 210, 546 y 142 delegados respectivamente.
    Hillary Clinton acaricia nominación demócrata tras triunfo en Carolina del Sur

  • Hillary Clinton arrasó en las elecciones primarias de South Carolina

    Hillary Clinton arrasó en las elecciones primarias de South Carolina. Hillary Clinton consiguió el sábado una victoria abrumadora sobre Bernie Sanders en las elecciones primarias de South Carolina, obteniendo un apoyo arrollador de los demócratas negros del estado, lo cual la coloca en una posición fuerte al acercarse las cruciales elecciones del Súper Martes.
    El claro triunfo de Clinton -tenía una ventaja de cerca de 50 puntos con aproximadamente tres cuartas partes de los sufragios contados- le proporciona un impulso importante a su campaña y un momento para sacudirse recuerdos amargos de su derrota ante Barack Obama en South Carolina hace ocho años.
    Ella obtuvo el apoyo de casi nueve de 10 votantes negros, un crucial electorado demócrata que le dio la espalda en favor de Obama en 2008.
    Durante una ruidosa fiesta de victoria, Clinton brevemente se regodeó del abrumador apoyo de los votantes de South Carolina, abrazando a sus partidarios y posando con ellos en selfies. Pero luego rápidamente se enfocó en las próximas elecciones.
    «Mañana esta campaña se extiende a nivel nacional», indicó. «No estamos dando nada, ni estamos dando a nadie, por sentado».
    Sanders, que anticipaba una derrota el sábado, salió de South Carolina incluso antes de que terminara la votación y giró su atención a algunos de los estados ricos en delegados donde se votará el martes próximo.
    «En la política, en una noche cualquiera, a veces se gana y a veces se pierde», manifestó Sanders a su llegada a Minnesota. «Esta noche perdimos».
    La victoria de Clinton ocurrió al final de un día que vio a los precandidatos presidenciales republicanos disparándose insultos desde estados donde se realizarán votaciones el Súper Martes, el 1 de marzo. Donald Trump, que trabaja para construir una ventaja insuperable, hizo campaña en Arkansas acompañado de su exadversario en la contienda Chris Christie y calificó a Marco Rubio como «muy poquita cosa»; Ted Cruz preguntó a los padres en Atlanta si estarían conformes con que sus hijos usen lenguaje soez como lo hace el impetuoso multimillonario, y Rubio se burló de Trump calificándolo de «timador» con «el peor bronceado de aerosol en Estados Unidos».
    Los aliados de Clinton rápidamente publicitaron la amplitud de su victoria. Además de los electores negros, la exsecretaria de Estado obtuvo el voto de las mujeres y el de los electores de 25 años o más, según encuestas realizadas en las casillas.
    Sanders siguió teniendo un buen resultado con los electores jóvenes, sus partidarios más apasionados. También atrajo a quienes se identifican a sí mismos como independientes. Todos los electores registrados podían votar en las primarias demócratas o en las republicanas, pero no en ambas.
    Sanders, quien se describe como demócrata socialista, ha revitalizado a sus partidarios con su apasionado llamado a disolver los bancos de Wall Street y hacer que las colegiaturas de universidades y de colegios públicos sean gratuitas. Pero el senador federal de Vermont, un estado donde aproximadamente 1% de la población es negra, carece de los vínculos profundos de Clinton con la comunidad afro-estadounidense.
    Aun así, invirtió mucho en South Carolina, donde contó con 200 elementos asalariados de su campaña y una agresiva campaña de anuncios por televisión.
    Encuestas a boca de urna mostraron que seis de cada 10 votantes en South Carolina fueron de raza negra, por mucho la proporción más grande en alguna de las contiendas registradas hasta ahora. Aproximadamente siete de cada 10 dijeron que querían que el próximo presidente continúe las políticas de Obama, y sólo alrededor de 20% quería un curso de acción más liberal, según los sondeos realizados por Edison Research para The Associated Press y cadenas de televisión.
    La clara victoria de Clinton deja entrever que los votantes de South Carolina han hecho a un lado cualquier tensión persistente de su acalorada contienda con Obama de 2008. El expresidente Bill Clinton hizo declaraciones durante esa campaña que fueron consideradas por algunos, entre ellos James Clyburn, un influyente representante de South Carolina, como comentarios que cuestionaban la legitimidad del contendiente presidencial afroestadounidense.
    En esta ocasión, Clyburn respaldó a Clinton, y su esposo fue bien recibido mientras recorría el estado en nombre de la exsecretaria de Estado. Ella se enfocó en temas de particular resonancia en la comunidad negra y tuvo un emotivo encuentro con madres negras cuyos hijos murieron en tiroteos.
    El segundo intento de Clinton por llegar a la Casa Blanca se tambaleó ante un inicio desigual, con una apretada victoria sobre Sanders en Iowa y una aplastante derrota frente al senador en New Hampshire. Luego ella rescató un triunfo de cinco puntos ante Sanders en las asambleas de la semana pasada en Nevada, una victoria crucial que le ayudó a frenar el impulso de Sanders.
    Hillary Clinton arrasó en las elecciones primarias de South Carolina