Etiqueta: hacer el mal

  • Yo soy incapaz de hacer mal a nadie

    la pirateria es la forma mas simple de hacerle daño a mexico

    Beatriz González Rubí­n

    La semana pasado hubo varios acontecimientos en nuestro paí­s, que son interesantes considerar: Marisela Morales fue ratificada como titular de la PGR, descubrieron fosas con más de 70 muertos en Tamaulipas, encontraron el cadáver de la subdelegada de la PGR en Durango, se registraron dos temblores de mediana intensidad, el fin de semana se llevó a cabo el Vive Latino con cientos de asistentes, manifestantes en más de 19 estados y en algunas ciudades de otros paí­ses marcharon por la paz y la no violencia ante el alarmante número de muertos en los últimos años.

    Es justo en este punto donde me quiero detener. Es claro que cada uno de los habitantes de este paí­s, está en todo su derecho de estar o no estar de acuerdo con la lucha contra el narcotráfico tal y como se está llevando a cabo. Todos nosotros (eso espero) somos gente de bien, que no buscamos más que superarnos y salir adelante, en la medida de nuestra posibilidades. Vivimos el dí­a a dí­a sin robar, matar y traficar, y con eso suponemos que no hacemos mal a nadie. Y claro, nos quejamos de la violencia, del robo y de la terrible delincuencia que azota nuestro paí­s.

    Es momento de cuestionarnos si el hecho de no hacer mal, es hacer bien. Repito, no apoyamos al narco ni estamos de acuerdo con este, ¿pero, estamos seguros de no hacer nada para contribuir aunque sea de una manera muy pequeña con la delincuencia y la inestabilidad?

    Revisemos nuestra videoteca: ¿cuántas pelí­culas piratas tenemos? Bajo el argumento de â??no voy a pagar 50 o 100 pesos por ver una pelí­cula una sola vezâ? compramos en los puestos que invaden las calles copias, muchas veces de muy buena calidad, por diez pesos.

    En las calles de colonias sumamente complicadas como Polanco, la Roma y la Condesa, â??pagamosâ? por un lugar para dejar el auto a los sujetos que se han nombrado por sus propias pistolas, dueños de los lugares.

    ¿Qué tan seguido compramos en la calle en los puestos improvisados productos de dudosa procedencia? Llámense bolsas piratas, por supuesto, chamarras, playeras, ropa, etc. que seguramente en algún momento fueron el botí­n de un camión asaltado en la carretera.

    Es una práctica común â??regatearâ? a los artesanos de nuestro paí­s para pagar el precio mí­nimo por un producto que llevó dí­as enteros y tal vez semanas elaborar.

    En nuestro historial de automovilistas cuantas â??mordidasâ? hay para evitar pagar una multa, ser remitidos al corralón, o algo por el estilo.

    Y así­ podrí­amos seguirâ?¦ ¿no hacemos mal a nadie? ¿no contribuimos a la delincuencia?, ser bueno y honesto no significa hacer el mí­nimo.

    Hay que cuestionarnos: ¿Qué podemos hacer en nuestro pequeño entorno? Comprometernos con el paí­s es comprometernos con nosotros mismos. No podemos esperar los ocho años que augura el Secretario de Seguridad Pública para que la violencia en nuestra tierra termine, hay que hacer lo que está en nuestras manos para avanzar en este oscuro camino hacia la paz.