Etiqueta: Francisco I. Madero

  • SLP ¿cuna de la revolución?

    El Congreso de San Luis Potosí­ solicitó al Senado de la República el reconocimiento como Cuna de la Revolución Mexicana para esa entidad federativa, donde Francisco I. Madero elaboró el Plan de San Luis, que fue el llamado para levantarse en armas en contra de la dictadura y dar pauta al inicio del movimiento armado.

    La LIX Legislatura del Congreso de San Luis Potosí­ agregó que la propuesta fue analizada por las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos.

    Como parte de la promoción de esta iniciativa, en dí­as pasados se llevó a cabo en ese estado la presentación de un facsí­mil que contiene la proclamación del Plan de San Luis.

    El evento tuvo como sede las instalaciones del Centro de las Artes, es decir, donde en el pasado estuvo ubicada la penitenciarí­a del estado. Fue precisamente en ese sitio que Francisco I. Madero inició la redacción del citado documento, tomado ahora como base para la propuesta, que será promovida en varias celebraciones previas a las conmemoraciones por el centenario del inicio de esa gesta.

    En ese acto se dijo que el Plan de San Luis fue «el cimiento de la vida democrática de nuestro paí­s» y que debido a ello y a la Revolución persiste el sufragio efectivo y la no reelección».

    El diputado local í?scar Vera Fábregat fue quien presentó la iniciativa, que plantea que la LIX Legislatura promueva ante el Congreso de la Unión eseplanteamiento.

    En el proyecto se lee «que el Congreso de la Unión determine que en el frontispicio donde se encuentra la arcada del pleno del Congreso del Estado se escriba en letras de oro el epí­grafe San Luis Potosí­. Cuna de la Revolución Mexicana».

    Diputados de la Comisión de Puntos Constitucionales e historiadores como la doctora Isabel Monroy Castillo, del Colegio de San Luis, así­ como el coordinador del Instituto de Investigaciones Legislativas del Poder Legislativo, David Vázquez Salguero, coincidieron en la necesidad de que a San Luis Potosí­ se gane ese reconocimiento.

    La presidenta de la Comisión de Puntos Constitucionales, la diputada Raquel Hurtado Barrera, dijo que la participación de personalidades como Isabel Monroy Castillo y el maestro David Vázquez Salguero enriquecen ese proyecto.

  • Con el PAN se ha transparentado el poder, ¿usted cree?

    Integrante distinguido de una familia ligada a la historia polí­tica de México â??con Francisco I. Madero a la cabezaâ??, el senador Gustavo Madero Muñoz quiere ser presidente nacional del PAN para vencer el dominio del PRI en el â??imaginario colectivoâ? y evitar que la Banda Presidencial vuelva a ese partido.

    Admite que los pleitos internos alejaron al PAN de la sociedad, pero rechaza que se haya transformado en un partido autoritario, represor, excluyente, o que sus escándalos puedan compararse con los del PRI.

    Para este hombre que arrancó del mundo empresarial a la polí­tica, la gran diferencia entre PRI y PAN es que el tricolor sólo busca conservar su clientela electoral, mientras el panismo quiere transformar el paí­s.

    Señalado por varios panistas como un seguro ganador de la contienda interna, Madero formó parte de los llamados Bárbaros del Norte y siempre se mantuvo cerca del grupo de Francisco Barrio. Durante su paso por la Cámara de Diputados conoció a Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, de quien se hizo muy amigo.

    Ella fue, precisamente, quien lo presentó con Calderón en 2003, pero no trabajó con el grupo cercano del ahora Presidente.

    Cuando Barrio declinó en la elección interna de candidato del PAN a la Presidencia, en 2006, Madero decidió trabajar por la candidatura de Calderón en Chihuahua, donde también contendió por un lugar en el Senado, pero lo venció el PRI.

    â??El PAN es el mejor partido para avanzar en la consolidación democrática y el desarrollo del paí­s. A lo largo de 71 años, ha practicado la pedagogí­a de la polí­tica. A través de grandes tribunos, de grandes opositores ha tratado de demostrar y enseñar a los ciudadanos una forma diferente de hacer polí­tica. Ahora, sin embargo, nuestro principal reto es la comunicación; saber comunicar mejor el por qué hacemos lo que hacemos y qué resultados estamos teniendo.

    â??No es un reto fácil, porque el PRI controla muy bien el imaginario colectivo; ejerció el poder durante 70 años, de manera monopólica y autoritaria, y generó al mismo tiempo una cultura priista en los ciudadanos, que lo identifican como el único modo de hacer polí­tica: ése es su modus operandi polí­tico.

    â??El PAN tiene un modo distinto, pero tenemos que luchar a contracorriente, polí­ticamente hablando, porque las luchas culturales son las más difí­ciles y lentas de librar, pero son la única manera de cambiar a México.â?

    â?? El PAN en el poder también ha tenido casos de corrupción, excesos. ¿Cómo explicar eso y cómo vencerlo?

    â?? Durante la época priista se construyó ese modo de hacer polí­tica que hace creer que los partidos de oposición tienen que hacer lo mismo que el PRI para ganarle. Pero es una trampa, un error que debemos evitar a toda costa.

    â??El PAN no se puede entender como un partido de santos, iluminados o ángeles; son seres humanos y en todas las organizaciones sociales puede haber prácticas que se apartan del ideal; lo fundamental es tratar de reconocerlas, sancionarlas y evitarlas. En eso se diferencia el PAN: es un partido transparente, y a partir de que es gobierno hay una polí­tica de transparencia como nunca se habí­a dado; el ejercicio del poder es cada vez más transparente.

    â?? ¿Por qué los mexicanos votan por el PRI?

    â?? Las acciones del PRI están fundamentalmente orientadas a conservar su clientela, mientras el PAN está orientado a transformar la realidad; son dos lógicas distintas, que en el corto plazo tienen costos y beneficios electorales. El PRI, al querer bajar el IVA, busca un beneficio electoral, aunque haga daño al paí­s. El PAN, queriendo avanzar en un equilibrio fiscal, finanzas públicas sanas y federalismo, ha tenido costos negativos, aun cuando le hace bien al paí­s.

    â??Otro orden de ideas es lo electoral: cuando el PRD cae, como sucede en estos momentos, el beneficiario es el PRI, pues le da la diferencia con la cual puede ganar elecciones.

    â??El PAN ha cometido errores, ha habido campañas en las que nos hemos alejado, distraí­do, más con pleitos internos de nuestro partido que volcados hacia la gente. No hay pues una explicación única, todas se conjugan e influyen para que (los priistas) ganen elecciones. Pero cuando hay participación en las urnas, el PAN gana y cuando no hay participación, el PRI gana, porque tiene un aparato electoral fijo que hace la diferencia cuando hay baja participación.

    â?? ¿Es el PAN tan autoritario y persecutorio como se ve desde fuera?

    â?? No, para nada, el PAN es un partido ciudadano, incluyente, que reconoce la diversidad, pero ahora se repite que es autoritario para tratar de ponerle un estigma.

    â?? ¿Cuál es su estrategia para evitar que el PAN devuelva la banda presidencial al PRI?

    â?? Tres cosas. Unidad interna: atender las distintas expresiones del partido, de manera que podamos construir acuerdos de cooperación, convivencia y colaboración. Si soy aliancista hacia afuera, con mayor razón soy aliancista hacia dentro. Aquí­ no hay panistas buenos y malos, todos somos panistas, todos cabemos y debemos tener un espacio para convivir y cooperar.

    La segunda es cercaní­a y apertura frente a la sociedad: un PAN más cercano a los ciudadanos, más abierto a sus liderazgos, propuestas y agendas; que los problemas de los ciudadanos se vean reflejados en las propuestas y candidatos del PAN; que vean que lo mismo que le quita el sueño al empresario, al ama de casa, le quita el sueño al polí­tico, al legislador, al gobernante panistas.

    â??Y la tercera es el trabajo de ir a una mejor comunicación. Esta pedagogí­a, pero también esta sistematización de las propuestas, los gobiernos, los resultados del PAN, para contrastarlos con otros gobiernos. Contrastar con cifras, datos, resultados que demuestren que los gobiernos del PAN son diferentes. No pertenecen al México viejo del siglo XX, sino que apuntan a la dirección de un México próspero, incluyente, toleranteâ?

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  • Francisco I Madero

    Nació en Parras, Coahuila, el 30 de octubre de 1873. Presidente constitucional del 6 de noviembre de 1911 al 19 de febrero de 1913. Murió en la Ciudad de México el 22 de febrero de 1913.

    Realizó sus primeros estudios en Saltillo, Coahuila, y en Estados Unidos. En 1886 partió a París, donde concluyó sus cursos en la Escuela de Altos Estudios Comerciales en 1892.

    En 1904 inició su carrera política en el ámbito local en Coahuila. A finales de 1908 publicó su libro La sucesión presidencial en 1910.

    Dos años después fue candidato a la presidencia por el Partido Antirreeleccionista en oposición a la séptima reelección de Porfirio Díaz. Mientras desarrollaba su campaña fue hecho prisionero.

    Tras la celebración de las elecciones que dieron el triunfo al dictador, Madero escapó de la cárcel y decidió convocar a un movimiento revolucionario por medio del Plan de San Luis.

    Al triunfo de la Revolución, durante el interinato de Francisco León de la Barra, ganó las elecciones presidenciales en octubre de 1911.

    Atrapado entre los restos políticos del porfirismo, las demandas de los revolucionarios y las presiones del embajador estadunidense, su régimen se derrumbó con su asesinato en febrero de 1913

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  • Francisco Ignacio Madero, revolucion mexicana

    Presidente de la República. Nació en la hacienda de El Rosario, Parras de la Fuente, Coahuila. Perteneció a una acaudalada familia de agricultores.

    Estudió la carrera de comercio, primero en Baltimore, Estados Unidos; después en el Liceo de Versalles, Francia; viajó por Europa e ingresó, finalmente, a la Universidad de San Francisco, California.

    A los veinte años de edad se radicó en San Pedro de las Colonias, para administrar las propiedades que tení­a su padre en la región de La Laguna. Se entregó plenamente a las faenas agrí­colas e implantó modernos sistemas de cultivo. En 1900 publicó sobre el tema un folleto en que propuso la construcción de una represa en previsión de la sequí­a. Por ese folleto recibió una carta de felicitación del presidente Dí­az.

    Fue afecto a los estudios filosóficos y espiritistas, siendo el primer comentador mexicano del libro Baghavad Gita. Al mismo tiempo que tecnificaba la agricultura, desarrollaba una tarea social entre los campesinos: construyó habitaciones higiénicas para sus obreros; aficionado a la medicina homeopática, se dedicaba a curar a los peones.

    Protegió y educó a numerosos jóvenes, a los que mandaba a estudiar a diversos lugares del paí­s. Fundó, con su dinero, la Escuela Comercial de San Pedro; procuró fomentar la instrucción por todos los medios. Entre su familia gozaba de fama de poco práctico.

    En 1906 figuró como delegado por el Centro de Estudios Psicológicos de San Pedro de las Colonias en el Primer Congreso Nacional Espiritista. Fue un comentador entusiasta de El libro de los Espí­ritus de Allan Kardec.

    Desde 1904 interviene en las cuestiones polí­ticas de Coahuila. Se le nombra presidente de un club democrático que lucha por la gubernatura de ese Estado. Colabora en el órgano de ese centro, El Demócrata, en el que escribe artí­culos polí­ticos, en los que difunde sus ideas sobre los derechos humanos, el voto, la libertad. Además, desarrolla una gran tarea proselitista entre los hacendados. Comienza a destacar en la oratoria popular.

    En 1908 publica su libro â??La sucesión presidencial en 1910â?, en el que expone las principales cuestiones que se plantean al paí­s. Alcanza éxito, pues está al alcance de todos. Más tarde lucha en el Partido Antirreeleccionista, que lo lanza como candidato a la Presidencia de la República.

    Desarrolló una valerosa campaña intensa en toda la República, que le atrajo numerosos partidarios. Cuando se declara que el presidente Dí­az ha sido nuevamente reelecto, Madero se lanza a la Revolución con el Plan de San Luis, del 6 de octubre de 1910.

    Se le encarceló primero en Monterrey y luego se le llevó a San Luis de donde se fugó y lanzó el plan del mismo nombre. En él excitaba al pueblo mexicano a levantarse en armas el 20 de noviembre.

    Marchó a Estados Unidos y pronto la rebelión maderista comenzó a crecer; primero poco a poco, con la lucha iniciada en Puebla por Aquiles Serdán; después con gran í­mpetu, con Pascual Orozco y Francisco Villa.

    Madero penetró a territorio mexicano y asistió a varios combates, entre otros el de Casas Grandes, donde resultó herido. Después asistió a la toma de Ciudad Juárez, a cuya caí­da el gobierno de Porfirio Dí­az inició negociaciones que terminaron con la renuncia del Presidente. Madero esperó el interinato de Francisco León de la Barra para lanzar nuevamente su candidatura presidencial; primero lo hizo con el doctor Vázquez Gómez contra Dí­az; y luego con José Marí­a Pino Suárez, a quien auspició el propio Madero.

    El triunfo fue arrollador, y el 6 de noviembre de 1911, tomó posesión como presidente de la República. Su gobierno no mostró gran solidez. Ya el interinato habí­a minado su fuerza. Si antes de tomar la Presidencia trató de resolver el conflicto provocado por las cuestiones de tierras, al frente del cual se encontraba Zapata, pronto tuvo que luchar contra el mismo caudillo, que lanzó el Plan de Ayala.

    Como algunos de los principales elementos que intervinieron en la lucha contra la dictadura no fueron compensados, apareció el descontento. Pascual Orozco se lanzó a la rebelión en 1912. La disolución que hizo del Partido Antirreeleccionista, también le atrajo adversarios. Su propio gabinete estaba integrado con elementos no adictos a la Revolución, pues los fines conciliatorios de Madero propiciaban esa combinación, que al final produjo resultados adversos.

    Fracasada la rebelión de Orozco, apareció en octubre la de Félix Dí­az, que también fracasó. Por otro lado, su polí­tica digna en materia internacional, le suscitó la aversión del embajador de Estados Unidos. Henry Lane Wilson, que se convirtió en su principal adversario y en protector de los rebeldes al régimen. También habí­a tenido que vencer, por cierto fácilmente, la revuelta del general Bernardo Reyes.

    Su administración no tuvo momento de reposo y el 9 de febrero de 1913 estalló el cuartelazo de la Ciudadela, en el que los distintos grupos, vencieron al régimen. Madero confí­ó el mando de las tropas del gobierno a Victoriano Huerta, quien lo traiciona. Primero fue encarcelado y obligado a presentar su renuncia a la Presidencia de la República; después, fue asesinado la noche del 22 de febrero de 1913.

  • La revolucion; Emiliano zapata

    Símbolo del agrarismo, nació en Anenecuilco, cerca de Villa de Ayala. Morelos. Hijo de Gabriel Zapata y Cleofas. Desde la infancia fue campesino, donde tuvo oportunidad de conocer los arduos problemas del campo. Le impartió escasa instrucción el profesor Emilio Vara.
    Ya en 1906 asistió a una junta en Cuautla, en la que se discutió la manera de defender las tierras del pueblo. En diversas ocasiones salió a otras haciendas para trabajar. Por sus primeras rebeldías se le incorporó al noveno Regimiento en 1908 y se le destinó a Cuernavaca.
    Sus dotes de caballista hicieron que sólo permaneciera seis meses como soldado, pues Ignacio de la Torre se lo llevó para ocuparlo como caballerango en la ciudad de México.
    El 12 de septiembre de 1909 se reunió la Junta de Defensa de las Tierras, en Anenecuilco, de la cual Emiliano Zapata fue electo presidente. En ese cargo estudió los documentos que acreditaban los derechos de su pueblo a las tierras. Al iniciar sus gestiones, estuvo en contacto con Ricardo Flores Magón y con el periodista revolucionario Paulino Martínez; también con el profesor Otilio Montaño. Su primera intervención política ocurrió en la elección para gobernador de Morelos, en la que estuvo afiliado al candidato oposicionista Patricio Leyva.
    El triunfo del candidato oficial, Pablo Escandón, trajo represalias para Anenecuilco, que perdió más tierras. En mayo de 1910 recuperó por la fuerza las tierras que se habían entregado a los campesinos de Villa de Ayala, repartiendo parcelas para su cultivo. En esa ocasión fueron protegidos por el jefe político, José A. Vivanco.
    Al producirse la rebelión maderista cuyo Plan de San Luis contenía un párrafo agrarista, Zapata envió a Pablo Torres Burgos a entrevistarse con Madero. En 1911 se lanzó a la lucha revolucionaria, con la recuperación de la tierra como principio. En desacuerdo con Madero en lo que se refería a la cuestión agraria, se levantó en armas con el Plan de Ayala, el 25 de noviembre de 1911.
    Combatió contra el gobierno maderista, que mandó a militares de carrera para batirlo, sin éxito. Unido al orozquismo, también luchó contra el gobierno de Victoriano Huerta, en acuerdo con Francisco Villa.
    Mandó sus representantes a la Convención de Aguascalientes. Al producirse la división entre Carranza y Villa, siguió con este último, con el que entró a la ciudad de México en noviembre de 1914. Sus tropas se denominaban Ejército Libertador del Sur. En 1914, en la Convención de Aguascalientes, ésta hizo suyos los postulados del Plan de Ayala.
    El Ejército del Norte aceptó el Plan de Ayala. Las relaciones con Don Venustiano Carranza quedaron rotas. Después de la toma de la capital de la República por los constitucionalistas, Carranza encargó la campaña del Sur en contra de Zapata al general Pablo González, y el 2 de mayo de 1916 dicho general ocupaba la Plaza de Cuernavaca, que vuelve a manos de las fuerzas zapatistas para ser ocupada definitivamente por el general González el 8 de diciembre.
    Para eliminar a Emiliano Zapata, el general. Pablo González y el preboste del ejército licenciado Luis Patiño fraguaron un plan para hacerle creer que el coronel Jesús Guajardo había desconocido al gobierno de Don Venustiano Carranza.
    Un sonado escándalo público, una correspondencia doble por parte de Guajardo y sincera por la de Zapata, ofrecimientos y falsedades hicieron que, poco a poco, cobrara confianza el general suriano y creyera en la buena fe de Guajardo, quien finalmente lo traicionó y asesinó.
    El cadáver de Emiliano Zapata fue llevado a Anenecuilco, y sus restos reposan actualmente en Cuautla, al pie de la estatua que le fue erigida