El derrocado presidente hondureño Manuel Zelaya dijo el martes que el golpe de estado que lo destituyó fue un «atropello que se dio por un grosero cuerpo militar» y no quedará impune.
Zelaya reiteró su intención de volver a Honduras el jueves y dijo que lo haría en un avión acompañado del secretario general de la OEA José Miguel Insulza; el presidente de la Asamblea General de la ONU, el nicaragüense Miguel D’Escoto; la presidenta de Argentina, Cristina Fernández y el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
Ratificó que sólo le quedan siete meses de gobierno ya que dejará el poder el 27 de enero.
En una rueda de prensa posterior al discurso, Zelaya vaticinó que al regresar a Honduras «las fuerzas militares rectificarán».
Minutos antes, la Asamblea General de Naciones Unidas condenó el golpe de Estado en Honduras y demandó el retorno inmediato de Zelaya al poder.
Zelaya dijo ante la Asamblea General de la ONU que los culpables «no han de quedar impunes, han de ser fuertemente señalados para que esto no ocurra más».
El mandatario insistió en que él aún es presidente y afirmó que las autoridades militares le tienen miedo al pueblo.
«Dénle el poder al pueblo, no le tengan miedo al pueblo», señaló.
El organismo mundial aprobó una resolución por aclamación el martes que pide a los 192 estados miembros que no reconozcan otro gobierno que el de Zelaya en Honduras. Zelaya asistió a la votación en la cámara de la asamblea, que fue festejada con aplausos sostenidos de todos los diplomáticos presentes.
Zelaya agradeció la «histórica» resolución que expresa «la indignación» de los pueblos del mundo ante el golpe.
Zelaya fue depuesto el domingo en un golpe de Estado. Los militares hondureños le exiliaron por la fuerza en Costa Rica, pero el mandatario arribó a la capital nicaragüense la misma noche del domingo y sostiene que sigue siendo presidente de su país.
Roberto Micheletti, designado presidente provisional de Honduras por el parlamento de la nación centroamericana, dijo que resistirá las presiones externas de restaurar al mandatario depuesto
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Zelaya dice ante la ONU que golpistas seran castigados
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Zelaya dice ante la ONU que militares le obedeceran
El presidente depuesto de Honduras Miguel Zelaya dijo este martes anticipar que los militares golpistas acatarán su mando cuando regrese a Honduras el jueves, tras recibir el apoyo de Estados Unidos y del resto de la comunidad internacional.
«Estados Unidos está ofreciendo apoyo para mi retorno», dijo Zelaya en rueda de prensa en la sede de la ONU en Nueva York, sin dar detalles del tipo de respaldo que recibirá de Washington, donde era esperado la misma tarde.
La Asamblea general de la ONU pidió la restauración en el poder «inmediata e incondicional» de Zelaya, quien denunció desde la tribunal mundial el golpe de Estado que lo depuso el domingo pasado.
En una resolución adoptada por aclamación en su presencia, la Asamblea general condenó «el golpe de Estado en la república de Honduras, que ha interrumpido el orden democrático y constitucional».
Según el mandatario expulsado, al regresar el próximo jueves a Honduras tras la visita a Washington, convocará al diálogo a los sectores opositores y no anticipa resistencia de las Fuerzas Armadas.
«Creo que las Fuerzas Armadas en Honduras se van a rectificar y van a decir: ¡estamos a sus órdenes, señor presidente constitucional!». Dijo ser un hombre de fé y agregó: «la sangre de Cristo me va a proteger».
Zelaya aclaró por otra parte que no aspira a permanecer en el poder más allá de la conclusión de su mandato en enero próximo y aseguró que no volverá a ser presidente «nunca más».
El fiscal general de Honduras, Luis Alberto Rubí, anunció en Tegucigalpa que Zelaya será detenido «inmediatamente» al pisar territorio hondureño, por estar acusado de delitos como «traición a la patria» y «usurpación de funciones».
«Inmediatamente pise el territorio será detenido», advirtió Rubí en conferencia de prensa poco después de que se divulgara la orden de captura emitida la noche del lunes por la juez Maritza Arita.
«Yo regreso a tratar de dialogar», dijo Zelaya en Nueva York. «Voy a regresar el jueves con mi investidura de ciudadano y presidente». «Ahí va a estar el pueblo, los militares y mis opositores».
«Al llegar, llamaré a mis opositores para dialogar», explicó, aunque advirtió que no desistirá de su proyecto de consulta a la ciudadanía. «Voy a insistir en la participación ciudadana», dijo.
«Al pueblo –señaló el mandatario depuesto– le pido mantener la calma, defender los derechos, pero en calma».
Zelaya indicó que en su viaje de regreso le acompañarán la presidente de Argentina Cristina Kirchner, el secretario general de la OEA José Miguel Insulza y el presidente de la Asamblea general de la ONU, Miguel d’Escoto.
«No quiero que me miren como una persona que quiere regresar por regresar» y aseguró que «soy cristiano y siempre perdono» pero, advirtió que «la historia, el pueblo y la dignidad de las naciones no van a perdonar» el golpe de Estado.
Denunció que a pesar de ser blanco de múltiples acusaciones en su país, la mismas nunca se formalizaron por el canal jurídico y legal.
«Nadie me ha hecho un juicio, nadie me ha convocado a un tribunal, nadie me ha dicho cuál es el delito», insistió el presidente depuesto.
El presidente Zelaya fue secuestrado el domingo en su residencia por un grupo de militares y trasladado a Costa Rica -
Empresarios costarricenses molestos por medidas contra Honduras
La cúpula del sector privado de Costa Rica manifestó este martes su inconformidad con la decisión de tres países centroamericanos (Guatemala, El Salvador y Nicaragua) de cerrar las fronteras con Honduras para presionar a los golpistas que tomaron control del gobierno.
«De ninguna manera estamos de acuerdo con esto (el cierre de fronteras), los problemas políticos deben solucionarse políticamente y el tema comercial no debe ser el ‘pasto de la fiesta’ (la víctima)», declaró el presidente de la Unión de Cámaras del sector privado, Manuel Rodríguez.
«Nos parece una medida muy inconveniente, un antecedente nefasto», agregó el dirigente empresarial.
Por su parte, el ministro de Comercio Exterior, Marco Vinicio Ruiz, manifestó preocupación por la medida, adoptada por los presidentes de los tres países el lunes durante una reunión en Managua.
El funcionario dijo que los ministros de Comercio Exterior no fueron consultados al respecto en el cónclave en que se condenó unánimemente el golpe de Estado en Honduras contra el presidente constitucional Manuel Zelaya.
Ruiz dijo que las consecuencias ya se han empezado a sentir, pues una larga fila de camiones, algunos de ellos con productos perecederos, esperan en la frontera con Nicaragua a que se aclare la situación para poder continuar hacia Honduras -
Fuscal Guatemalteco confirma orden de aprension contra Zelaya
El fiscal general de Honduras, Luis Alberto Rubí, anunció este martes que el depuesto presidente Manuel Zelaya será detenido «inmediatamente» pise territorio hondureño, donde está acusado de varios delitos, entre ellos «traición a la patria» y «usurpación de funciones».
«Inmediatamente pise el territorio será detenido», dijo Rubí en conferencia de prensa poco después de que se divulgara la orden de captura emitida por la juez Maritza Arita el lunes por la noche.
Según Rubí, las autoridades judiciales cursarán a través de Interpol una orden de captura internacional contra Zelaya, que había anunciado su regreso a Tegucigalpa para este jueves, en compañía del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y de varios presidentes, entre ellos la argentina Cristina Kirchner.
La justicia hondureña acusa a Zelaya de 18 delitos, entre ellos «traición a la patria», «usurpación de funciones» y «abuso de la autoridad» y «corrupción».
Zelaya, que este martes defendió su causa en la tribuna de Naciones Unidas, fue depuesto el domingo en un golpe ejecutado por las Fuerzas Armadas en cumplimiento de una orden judicial apoyada por el Congreso.
El Fiscal general hondureño desmintió a Zelaya, quien dijo en la ONU que pese a ser blanco de múltiples acusaciones legales en su país, las mismas nunca se formalizaron por las vías jurídicas y legales.
«El procedimiento ha sido totalmente legal y se han seguido todos los pasos correspondientes. Al presidente le demostramos que había abusado del poder, no acataba las disposiciones vigentes y colocó al país por fuera de lo que es un Estado de Derecho», aseguró Rubí en una conferencia de prensa en su despacho.
El Fiscal aseguró que, por tanto, si Zelaya regresa a territorio hondureño, se procederá a cumplir con la orden de detención en su contra.
«El va a ser detenido y puesto a órdenes de los tribunales de la República para que se le dé continuidad al trámite correspondiente», indicó -
Roberto Micheletti si Zelaya regresa, sera aprendido
El designado presidente de Honduras, Roberto Micheletti, dijo que si el derrocado Manuel Zelaya retorna al país será recibido con una orden de capturas, mientras el nuevo gobierno hacia esfuerzos para normalizar el país con un férreo resguardo militar.
«Yo quiero decirle que los tribunales de justicia de mi país tienen ordenes de captura contra él (Zelaya) porque ha incumplido con las leyes», afirmó Micheletti el martes en una entrevista desde Honduras con la radio colombiana Caracol.
El fiscal general Luis Alberto Rubí dijo en rueda de prensa que acusará a Zelaya por traición a la patria, atentar contra la forma de gobierno democrático, abuso de autoridad, usurpar funciones públicas y desobedecer la Constitución y las leyes. Agregó que le aguardan «al menos 20 años en la cárcel».
Informó que «la orden contra el ex gobernante ya la giramos a nivel internacional a manera de que sea capturado en cualquier parte del mundo donde esté».
El canciller hondureño Enrique Ortez Colindres había dicho en entrevista a CNN que los tribunales ya tienen listo el expediente para «el deslinde de responsabilidades por la violación de la constitución, en el narcotráfico, la garantía del crimen organizado, el desvío de recursos por cantidades multimillionarias».
Zelaya anunció que regresará el jueves a Tegucigalpa para recuperar el poder en compañía del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, del secretario de la Asamblea General de la ONU Miguel d’Escoto y los presidentes Cristina Fernández de Argentina y Rafael Correa de Ecuador.
«No voy a realizar una asamblea constitucional. Y si se me ofreciera la posibilidad de mantenerme en el poder, no lo haría. Voy a cumplir con mis cuatro años. Voy a luchar para que se respeten los cuatro años porque es parte de nuestras leyes», dijo Zelaya en una rueda de prensa en la sede de las Naciones Unidas.
«Cumpliré mi mandato hasta el 27 de enero. No hay posibilidad de reelección», añadió.
Por lo menos unos 5.000 manifestantes vestidos de blanco se concentraron el martes en la plaza central de la capital para apoyar al mandatario designado.
La casa presidencial, cuyos alrededores fueron escenario la víspera de fuertes enfrentamientos entre seguidores de Zelaya y las fuerzas armadas y de seguridad que dejaron decenas de heridos, hoy lucía desierta con todos los accesos bajo control de más de 500 soldados y policías.
Pero miles de simpatizantes de Zelaya se comenzaron a concentrar en una plaza a unos 400 metros al sur de la presidencial y se disponen a marchar en forma pacífica hacia el recinto para exigir la restitución del derrocado gobernante.
«Hemos hecho un llamado a nuestros seguidores a que evitemos confrontar con los cuerpos represivos», dijo a la AP Luis Sosa, miembro del Frente de Resistencia Popular».
«Nuestro objetivo es mantenernos en resistencia esperando que el presidente Zelaya regrese al país acompañado de una fuerza de paz», agregó.
La policía dijo en un comunicado que detuvo brevemente y regresó a camiones que intentaban ingresar a la capital con simpatizantes de Zelaya para sumarse a las protestas ontra el nuevo gobierno y que procedían de Juticalpa, a unos 160 kilómetros al este de Tegucigalpa.
Los manifestantes a favor del nuevo gobierno se congregaron el martes en el Parque Central portando camisetas con el lema: «Queremos Paz y Democracia». La radioemisora local HRN dijo que una concentración similar se realiza en San Pedro Sula, la segunda ciudad del país y a unos 200 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
Al grito coreado por los manifestantes de ¡libertad!», «¡Libertad!», Micheletti dijo durante la concrentración en la capital: «demos gracias a Dios por haber permitido que la democracia no se interrumpiera en nuestra patria… y los héroes de esta jornada democrática son los militares».
En alusión a que el presidente venezolano Hugo Chávez anunció que enviaría tropas a Honduras para restituir a Zelaya, Michelleti sostuvo que «eso no nos asusta porque a ese señor se le olvida que aquí hay 7,5 millones de soldados hondureños para defender a nuestra nación».
En la multitudinaria concentración fue vitoreado el jefe del Estado mayor Conjunto de las fuerzas armadas, general Romeo Vásquez, quien acompañó a Micheletti.
El mandario designado informó que el miércoles enviará emisarios a Washington para explicar la crisis que vive el país y dijo que espera «recuperar la confianza» de la comunidad internacional.
El grupo lo integrarán congresistas, diplomáticos, empresarios y líderes de maestros, campesinos y obreros, «cuya misión será demostrar a la comunidad internacional la ilegalidad que rodea al ex presidente».
También para que «la comunidad internacional reconozca el nuevo gobierno democrático constituido en Honduras» -
BM no ha congelado creditos a Guatemala
El presidente del Banco Mundial declaró el martes que siguen normales sus relaciones con Honduras y que la forma en que se resuelva la crisis en el país tendrá repercusiones en América Latina, particularmente Centroamérica.
«Todo dependerá del tiempo que demande resolver la crisis y de cómo se resuelva», dijo Robert Zoellick. «Obviamente, puede ser un problema para un tema más amplio como la integración centroamericana».
Recordó que cuando era representante comercial de Estados Unidos, durante el pasado gobierno del presidente George W. Bush, negoció el tratado de libre comercio para Centroamérica (CAFTA-RD) que tuvo como uno de sus propósitos básicos fortalecer la integración regional para promover las inversiones.
«Cualquier cosa que socave la integración regional va a afectar los beneficios de acuerdos de esa naturaleza», afirmó Zoellick en una teleconferencia con motivo de su viaje a Santiago de Chile para una reunión internacional de ministros de finanzas esta semana.
Sobre si el Banco estaba congelando sus operaciones crediticias regulares con Honduras, Zoellick dijo que no.
«No estamos entrando en una pausa en el desembolso para los proyectos (hondureños)», agregó.
Indicó que la asignación para el actual año era de 80 millones de dólares.
Fuentes del Banco informaron separadamente que la cartera en Honduras abarcaba 16 proyectos por 400 millones de dólares, de los cuales 270 millones estaban pendientes de desembolso.
Honduras enfrentaría también la suspensión de toda ayuda estadounidense, incluida la militar y de la Cuenta del Milenio, si el Departamento de Estado califica como «golpe» el derrocamiento de Zelaya. El presidente Barack Obama dijo que la destitución del presidente Manuel Zelaya «no fue legal», pero no usó la palabra «golpe».
En la Cuenta del Milenio el país tiene un programa de 215 millones de dólares que ha estado recibiendo desde el 2005, a cambio de una serie de pasos considerados como propios de un buen gobierno.
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El regreso a casa (Honduras)
Cansados y con incertidumbre sobre la situación política de su país, decenas de turistas hondureños regresaban este martes a su país desde el exterior donde fueron sorprendidos por la noticia de la expulsión del presidente Manuel Zelaya.
«Llevamos viajando dos días, con los niños y la abuela, sólo queremos llegar a casa. Para la política ya habrá tiempo», dice Patricia Sánchez, una ingeniera a quien las noticias del golpe de Estado la sorprendieron mientras regresaba con su madre y con sus hijos adolescentes de unas vacaciones en Río de Janeiro.
En la misma fila para hacer migración en el aeropuerto de Toncontin, Rodolfo Alvarez, un abogado de 58 años, se encargaba de proclamar a quien quisiera escucharlo que la situación en su país la había creado el propio presidente.
«Nosotros los hondureños queremos vivir en paz y los acontecimientos que se han presentado desde el domingo han sido ocasionados por el señor Zelaya: él no dice la verdad y la mayoría de nosotros no quiere que su país se convierta en otra Cuba o en una Venezuela», señaló.
Zelaya fue derrocado y obligado a salir de Honduras el domingo, en cumplimiento de una orden judicial, y fue reemplazado en la presidencia por el legislador Roberto Micheletti, en un acto que recibió la condena internacional y generó manifestaciones que derivaron en violencia en Tegucigalpa y las principales ciudades del país centroamericano.
Las aerolíneas regionales que tienen vuelos regulares hacia Tegucigalpa como la panameña Copa o la salvadoreña Taca, han mantenido sus frecuencias aunque adaptando los horarios al vaivén de los acontecimientos.
«Primero nos dijeron que no había problemas, que llegaríamos a Honduras el mismo lunes, pero tras nueve horas de espera y cuando ya estábamos carreteando hicieron devolver el avión a Guatemala», se queja Leticia Utrecho, hija de un pastor evangélico que se dirigía hacia San Pedro Sula.
Los países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) anunciaron el lunes en Managua que impondrían una suspensión de 48 horas al tráfico por carretera desde los países fronterizos como Nicaragua y El Salvador, pero esa decisión no ha afectado al transporte aéreo.
El flujo de pasajeros se mantiene constante, dice Ivette Zelaya, responsable de relaciones públicas de la empresa que maneja el terminal aéreo. «Se han presentado algunas variaciones en los itinerarios, pero dada la situación podemos considerar que todo marcha normalmente», manifestó.
Unidades de policías y militares están apostadas en los alrededores del aeropuerto y los registros a quienes ingresan son exhaustivos, aunque pocos hondureños creen que la violencia que se ha apoderado de las manifestaciones, que han dejado unos 300 heridos y 180 detenidos, pueda llegar hasta el terminal.
«La cosa está caliente y fea afuera en los alrededores de la casa presidencial, pero si Zelaya cumple con su anuncio de que se va a regresar el jueves, seguramente sus seguidores se van a venir para acá y todo se va a complicar», predice Leoncio Torres, un taxista que cubre habitualmente la ruta del aeropuerto.
La justicia emitió una orden de captura contra Zelaya, que será detenido en cuanto pise territorio hondureño, advirtieron -
Manuel Zelaya niega querer efecto Chavez en el poder
El derrocado presidente hondureño Manuel Zelaya negó el martes que pretendía reformar la constitución para permanecer el poder, el argumento usado por las fuerzas que lo destituyeron.
El mandatario aseguró que él sigue siendo presidente de Honduras y que ejercerá el cargo hasta el 27 de enero para luego dedicarse a la agricultura. Añadió que este jueves regresará a Honduras, donde al ejército no le «queda otra posibilidad» que rectificar y recibirle como presidente.
«No voy a realizar una asamblea constitucional. Y si se me ofreciera la posibilidad de mantenerme en el poder, no lo haría. Voy a cumplir con mis cuatro años. Voy a luchar para que se respeten los cuatro años porque es parte de nuestras leyes», dijo Zelaya en una rueda de prensa en la sede de las Naciones Unidas.
«Cumpliré mi mandato hasta el 27 de enero. No hay posibilidad de reelección», añadió.
Zelaya había convocado a un referéndum sobre la posibilidad de reformar la constitución, y cundían sospechas de que su intención era permitir la reelección presidencial. Actualmente la constitución hondureña contempla un solo periodo presidencial de cuatro años sin posibilidad de reelección.
Zelaya anunció que regresará en un avión acompañado del secretario general de la OEA José Miguel Insulza; el presidente de la Asamblea General de la ONU, el nicaragüense Miguel D’Escoto; la presidenta de Argentina, Cristina Fernández y el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
Ratificó que sólo le quedan siete meses de gobierno ya que dejará el poder el 27 de enero, para no volver a formar parte de la administración «nunca más».
En una rueda de prensa posterior al discurso que dio ante la Asamblea General de la ONU, Zelaya vaticinó que al regresar a Honduras «las fuerzas militares rectificarán». Señaló que vuelve sin temor por su seguridad porque «el que tenga temor que nunca se meta a político».
«Yo voy a regresar el jueves y ahí estará mi pueblo, y los militares, y los opositores, y como siempre, regresaré como ciudadano y como presidente», afirmó. «Yo regreso a calmar a la gente. Voy a tratar de dialogar y poner orden».
«Cuando regrese, la gente va a decir lo que hace, van a decir ‘comandante estamos a sus órdenes’ y el ejército tendrá que rectificar. No hay ninguna otra posibilidad», añadió.
Zelaya fue depuesto el domingo en un golpe de Estado. Los militares hondureños le exiliaron por la fuerza en Costa Rica, pero el mandatario arribó a la capital nicaragüense la misma noche del domingo y sostiene que sigue siendo presidente de su país.
Roberto Micheletti, designado presidente provisional de Honduras por el parlamento de la nación centroamericana, dijo que resistirá las presiones externas de restaurar al mandatario depuesto.
La Asamblea General de la ONU adoptó el martes una resolución en la que condenó el golpe de Estado, demandó la restitución del gobierno de Zelaya e hizo un llamado a todas las naciones a no reconocer ningún otro gobierno que no sea el de Zelaya.
El mandatario destituido habló después en el plenario y afirmó que los golpistas «no han de quedar impunes, han de ser fuertemente señalados para que esto no ocurra más».
Zelaya, que recibió un fuerte aplauso antes y después de su discurso por parte de los miembros de la ONU, dijo que la resolución expresa «la indignación del pueblo de Honduras y de los pueblos alrededor del mundo».
El hondureño describió el levantamiento en su país como «un acto atroz» y como el trabajo de un pequeño grupo de usurpadores que «realizaron un acto de agresión atacando la voluntad de los ciudadanos».
Después de meses de tensiones con el ejército, Zelaya convocó un referéndum el 28 de junio para convocar una Constituyente que reformara la ley fundamental hondureña de 1982 y facilitara su reelección, pese a que la Corte Suprema de Justicia y todos los órganos estatales la declararon ilegal.
El martes, sin embargo, Zelaya insistió en que el referéndum era tan sólo una encuesta.
«Yo no voy a instalar una asamblea nacional constituyente. Esta era una encuesta de participación ciudadana» para preguntar al pueblo como se sentía sobre ese posible futuro cambio constitucional, señaló.
Se espera que Zelaya viaje el martes por la tarde a Washington y se reúna con la Organización de Estados Americanos.
El presidente derrocado había sido invitado a la ONU por D’Escoto, quién convocó una sesión extraordinaria para considerar maneras de «asegurar la pacífica restauración del gobierno legítimo del presidente Zelaya» -
Hugo Chavez reconoce que Zelaya corre peligro en Honduras
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, advirtió que la decisión de su colega hondureño Manuel Zelaya de regresar el jueves a su país, tras haber sido derrocado y expulsado por los militares el domingo, representa un «peligro» para su seguridad y de quienes le acompañen.
Chávez también responsabilizó este martes al gobernante en funciones de Honduras, Roberto Micheletti, y a la cúpula militar por la seguridad de Zelaya.
«No podemos permitir que unos locos, porque son unos locos, vayan a asesinar a un presidente, o a secuestrarlo y a meterlo en un calabozo, ellos (los golpistas) son responsables de lo que pueda ocurrir» con Zelaya, declaró Chávez a la prensa antes de partir de Managua hacia Venezuela.
Afirmó que a Micheletti «le quedan pocas horas» en el poder y que seguirá de cerca el retorno de Zelaya a Honduras, junto a una comitiva internacional encabezada por el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y la presidenta argentina Cristina Kirchner.
Si ocurre «una agresión contra ellos, nosotros no podemos quedarnos con los brazos cruzados» y «por eso hacemos responsable a ‘Goriletti’ (Micheletti) desde ahora y al alto mando militar hondureño» de la seguridad de Zelaya y la delegación que lo acompañará, dijo.
«Estaremos atentos en las próximas horas, porque un escenario de agresión» obligará a tomar otras acciones, como pedir «la intervención de una fuerza militar de las Naciones Unidas (…) para detener a Goriletti y a sus gorilas», agregó el presidente venezolano.
Chávez minimizó la orden de arresto dictada en Honduras contra Zelaya e insistió en que al gobierno golpista «le quedan pocas horas».
Tras la reunión del Grupo de Río en Managua, donde Zelaya anunció su decisión de regresar a Honduras, «estuvimos hablando por dos horas todos los escenarios y claro que corre peligro», dijo Chávez.
Una fuente del gobierno argentino indicó este martes que la presidenta argentina Cristina Kirchner acompañará a Zelaya en su regreso a su país.
«La presidenta integrará la comitiva de la Organización de Estados Americanos (OEA) que viajará este jueves hacia Honduras con Zelaya», dijo la fuente, que pidió mantener el anonimato.
Mientras tanto, Insulza, quien planteó la creación de una comisión para viajar a Honduras a hablar con los jefes del gobierno que asumió el poder tras el golpe de Estado del domingo, expresó dudas sobre las «garantías» que tiene para llegar con Zelaya a ese país.
Zelaya viajó en la madrugada del martes a Estados Unidos, donde habló ante la Asamblea General de Naciones Unidas, que condenó unánimemente el golpe de Estado en Honduras -
Nuevas autoridades hondureñas, aceptan renuncia de Zelaya
Las nuevas autoridades hondureñas justificaron la remoción del presidente Manuel Zelaya en su «falta de fidelidad a la República» y empezaron a gobernar ajenas al clamor unánime de la comunidad internacional de restituirlo en su cargo.
En contra de lo que ha ocurrido en el extranjero, donde la condena al golpe de Estado del domingo ha sido unánime, en Honduras, políticos, empresarios, medios de comunicación y buena parte de la población están de acuerdo con la destitución de Zelaya, quien ha anunciado su regreso al país el jueves.
Sólo algunas decenas de centenares de personas han salido a las calles de las principales ciudades del país para defender al presidente, y algunas resultaron heridas en enfrentamientos con las fuerzas del orden.
«Aquí no hubo golpe de Estado porque los hondureños siguen regidos por la Constitución, a la que el anterior gobierno quiso reformar sin ningún fundamento y de manera ilegal», dijo tajante el nuevo presidente designado Roberto Micheletti a la radio HRN.
«Respetamos a todo el mundo y sólo pedimos que nos respeten, y nos dejen en paz porque el país se encamina a elecciones generales libres y transparentes en noviembre», agregó.
El Congreso le criticó a Zelaya sus «acciones desafiantes a las autoridades constituidas».
En un informe divulgado el lunes detalla varias faltas, pero la que colmó el vaso de los legisladores fue su proyecto de reformar la Constitución para autorizar la reelección presidencial.
El gobierno de Honduras separó a Zelaya «por su violación a la Constitución y la desobediencia de todo el sistema jurídico nacional porque estaba promoviendo, envuelta en una farsa, una asamblea Nacional Constituyente para cambiar el orden constitucional y el sistema democrático», dijo el nuevo canciller Enrique Ortez a la cadena de televisión norteamericana CNN.
En la conservadora sociedad hondureña tampoco gustaron nada sus amistades con el ideólogo del Socialismo del Siglo XXI, el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien ha recibido virulentas críticas por inmiscuirse en los asuntos internos del país.
Zelaya hizo entrar a Honduras el año pasado en la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), un bloque de países encabezado por Chávez.
Las fuerzas armadas depusieron y expulsaron el domingo del país a Zelaya, en cumplimiento de una orden judicial avalada por el Congreso. Desoyendo a la justicia, que la declaró «ilegal», el mandatario iba a celebrar ese día una consulta popular buscando que la población le diera luz verde a su proyecto de referéndum constitucional.
«Que no cometan la injusticia de juzgar a mi país sin haberle dado la oportunidad de que conozcan la posición nuestra», dijo el nuevo canciller, nombrado este lunes junto a otros miembros del gabinete de Micheletti.
En cambio, Zelaya se ha sentido arropado por la comunidad internacional. Tanto Estados Unidos, como la Unión Europea, la ONU, el Grupo de Río, los países del ALBA y los centroamericanos exigieron su restitución en la presidencia hondureña.
El mandatario estadounidense, Barack Obama, aseguró que para Estados Unidos Manuel Zelaya «sigue siendo presidente de Honduras» y calificó la operación militar para derrocarlo de «ilegal».
Zelaya tiene previsto hablar este martes en la tribuna de la Asamblea General de Naciones Unidas.
En Managua, se reunieron el lunes los presidentes del ALBA, los del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y los representantes del Grupo de Río, con su presidente pro témpore, el mexicano Felipe Calderón, para apoyar a Zelaya.
Los países del SICA -Centroamérica y República Dominicana- han ido un poco más allá que el resto, adoptando medidas: aislar política, económica y comercialmente a la Honduras de los golpistas, de lo que se han quejado los empresarios de la región, que están viendo peligrar el Acuerdo de Asociación que negocian con la UE.
En Honduras, tres grandes organizaciones sindicales han convocado a un paro general y nuevas manifestaciones para defender al presidente