Se acerca el 14 de febrero y hace unas horas fue el estreno de 50 Sombras de Grey, la esperada adaptación del libro homónimo de E. L. James. Y como ya sabes, el libro cuenta explícitas escenas sexuales que todo mundo espera ver en la cinta también. Por ello mismo antes de que llegues a ver 50 Sombras de Grey mejor ve alguna de estas tres recomendaciones para que sepas que antes de 50 Sombras de Grey hay erotismo en el cine y esta al alcance de todos.
Te presentamos una selección de películas que te pondrán a ti y a tu ligue en el mood perfecto para llegar como todos unos expertos a ver 50 Sombras de Grey.
1. Emmanuelle
Para recordar esas noches en que te quedabas despierto frente al televisor para a las 12 de la noche ponerlo en mute y cambiarle al Golden Choice para ver esas cintas eróticas que tenían algunas escenas sexuales, les recomendamos Emmanuelle. Para que 50 Sombras de Grey llegue a dicho canal, pasara tiempo.
2. Ojos bien cerrados
La última película de Stanley Kubrick, nos pone ante un hombre (Tom Cruise) que al enterarse de que su mujer estuvo a punto de engañarlo, decide que debe aventurarse más en el mundo sexual y eso lo lleva a vivir una odisea sexual, un nuevo descubrimiento de su moral. O sea, el personaje de Tom se va a una casa de Swingers donde hay gente desnuda por todos lados teniendo sexo. ¿Erotismo? hay quienes dicen es más bien porno suave, algo que ni en sueños veran en 50 Sombras de Grey.
3. 9 orgasmos
Para los más rockeros recomendamos 9 songs o 9 orgasmos en español. ¿De qué va? Lisa fue de vacaciones a Londres y ahí forma una relación con Matt, que se basa, literal, en sexo, drogas y rock´n roll. Las escenas de sexo son reales, las conversaciones improvisadas. Pero lo mejor es la música, se grabaron varios conciertos en vivo de grupos que valen la pena como los Black Rebel Motorcycle Club.
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Que hay que ver antes de 50 Sombras de Grey
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Como cuidar al clitoris y estimularlo
Hemos hablado hasta la infinidad de él, y como siempre lo he dicho, podemos hacer mapas enteros de su ubicación exacta, pero… ¿para qué queremos saber dónde está o llegar a él si una vez que estamos allí, no sabemos qué hacer con éste? Bueno, aquí mis recomendaciones para ellos (y para ellas también) acerca de cómo dar un verdadero y exótico masaje al clítoris, esa parte tan sensible femenina por excelencia.
Como bien sabemos todos, el clítoris es el órgano análogo al pene en el hombre, con millones de terminaciones nerviosas, y por ello mismo hay que saber hacer un buen masaje de calidad en una zona tan delicada como ésta.
Una vez que se tiene identificado en dónde está el clítoris, recomiendo a los hombres que sientan y perciban las diferencias de su mujer y sus reacciones cuando tocan el clítoris, o cómo se encuentra éste, antes, durante o después de tener una relación. Aprender a conocerlo, ayudará a saber cuáles son las sensaciones de ella o a intuir lo que está por venir.
Les recomiendo que realicen este primer masaje con ella sentada o acostada, como se sienta más cómoda y segura para comenzar a tener diversas sensaciones, quizá muchas de ellas, nuevas.
Ella debe tener las piernas abiertas y en una posición cómoda, en la que el hombre tenga fácil acceso a la vulva. Si puedes, de preferencia, ten a la mano una pequeña lámpara que te ayudará a mirar de cerca las reacciones del pequeño clítoris.
Comienza a examinar la vulva, toma un poco de lubricante o aceite lubricante comestible, y explora. Abre con dos dedos la vulva para entonces dejar al descubierto el clítoris. Comienza lentamente tocando el clítoris, con apenas toques muy suaves. La yema de tu dedo tocando apenas. Nunca lo aprietes con fuerza o dolerá.
Podrás usar uno o todos los dedos que quieras, siempre y cuando sean con suavidad. Casi después de los primeros toques, el clítoris se pondrá erecto. Toca apenas con la yema de uno de tus dedos el cuerpo erecto del clítoris (sí, no importa que sea de un tamaño minúsculo, las sensaciones serán mayúsculas) de abajo hacia arriba. Ella, para entonces, tendrá grandes dosis de placer, y con seguridad ya habrá lanzado algún pequeño grito y movido sus caderas. Si es así entonces vas por buen camino.
Mueve tus dedos (esta vez sí pueden ser dos por ejemplo) en círculos sobre el clítoris. Conforme esté más excitada aplica más presión. De acuerdo con la frecuencia con que ella solicite las caricias, frota más o menos rápido (de preferencia será más rápido conforme ella se acerque al orgasmo).
También recuerda que mientras das un masaje del clítoris puedes hacer otro al mismo tiempo de la vagina, insertando tu dedo en su vagina, y estimulando la parte superior de su pared vaginal para estimular el punto G.
Tal vez mientras tanto ella te pedirá que la penetres. Puedes hacerlo con alguno de tus dedos, pero por el momento no con el pene (ése será el postre final). Es muy seguro que tras este masaje de clítoris ella no tarde en llegar al orgasmo pero tampoco te apures en conseguirlo. Ella tendrá que definir y poner la pauta del ritmo y fricción.
Si, por el contrario, ella no llega al orgasmo, entonces sí, tal vez puedes intentar a penetrarla en el momento en que ella menos lo espere. El orgasmo vendrá en 5 segundos. Te lo aseguro.
Al final, el mejor final para un buen masaje de clítoris es efectivamente la penetración, aunque no siempre es del todo necesario. A veces puede concluir con una buena penetración anal o con algún otro juguete. El ritmo y la necesidad de lo que vendrá después lo deberán delimitar ustedes
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La Opinion de Aleli La fantasia de sexo entre mujeres
Es la fantasía de todo hombre: ver a dos mujeres juntas besándose, teniendo jugueteos o teniendo una relación sexual perversa, ingenua o coqueta. Para nosotras, aunque la mayoría de las mujeres no lo digamos, es también una fantasía, en muchos casos es preferencia sexual y en otras es simplemente curiosidad.
Algunas han sucumbido o, por lo menos, han estado tentadas a realizar cualquiera de estos actos con una de sus congéneres. Y ahí estarán ellas, comiéndose a mordidas y saboreando sus jugos, rozando sus pezones o uniendo sus caderas. Abriendo sus vulvas para tocarse hasta el orgasmo.
Besos mojados y traviesos, una insinuación de miradas coquetas, manoseos calientes o dedos curiosos, hasta una orgásmica relación sexual, son algunos de los elementos que pueden hacer que dos mujeres que no se consideren a sí mismas lesbianas ni bisexuales, decidan jugar juntas por una noche.
¿Eso significa que habrá que desconfiar de las mejores amigas de tu novia? No siempre. Y si sucede tal vez siempre haya lugar para un invitado número tres, es decir tú ¿no?
Tampoco quiere decir que aquella que alguna vez tuvo un desliz con alguna a partir de ese momento le gusten todas. Es más, ella podría no haberlo intentado nunca jamás o probarlo de vez en cuando o constantemente.
Yo, alguna vez en mi clase de yoga vi a una compañera de pelo corto y oscuro, con alguna cosilla sexy y loca, y los hombros y el cuello desnudos. Su belleza fue lo primero que me llamó la atención y cierto aire de altivez, después fue casi como enamorarse de un hombre. Me di cuenta de que ella era bisexual y una cosa llevó a la otra hasta que un día terminamos en su casa.
Y entonces todo ocurrió: los orgasmos, un sexo oral maravilloso y bien hecho, erotismo en su máxima expresión, sensualidad, coqueteo, excitación, humedad… Todo sin penetración, lo que lo hace todo más suave, más de largo aliento, más insaciable.
Esa vez supe que lo más bello de tener algo lésbico es como tener un romance con una misma, y como no hay con qué penetrar (mientras no se tenga un objeto o un juguete, claro, pero de que se puede se puede) la situación se vuelve platónica al extremo.
Después, debo decirlo, la falta de contrastes, la necesidad de tener a un hombre y, bueno, la presencia fálica se comenzó a hacer presente y esa breve relación terminó.
Y no desde allí, sino desde antes, ver a dos mujeres bailando, haciendo lo suyo o besándose sencillamente me excita, me pone a tope. No sólo porque recuerdo mis escarceos amorosos femeninos, sino porque (en ese sentido entiendo a los hombres) ver a dos mujeres hermosas juntas es doblemente hermoso, sublime, sensual.
Y sí, aunque ustedes no lo crean, a nosotras también nos excita. Entre mujeres lo decimos en broma, pero secretamente sabemos que es cierto, que siempre tendremos la curiosidad de explorar las cavidades de otra mujer. Además, un gran detalle: ¡uno se ahorraría tiempo explicando dónde está el clítoris!
A fin de cuentas a las mujeres desde pequeñas se nos permite ser libres para abrazarnos, mirarnos, besarnos, bañarnos, desnudarnos o dormir juntas. Todas compartimos el secreto… algunas cruzamos la barrera y ocasionalmente la brincamos, la saltamos para habitar de vez en cuando esta sensualidad. Hay quienes se quedan a vivir allí para siempre y son felices. Hay hombres a quienes les gustaría observar desde la ventana de enfrente, hay quienes son partícipes, juez y parte