Empero, la agresión a los soldados sobre la carretera México-Nogales se salió de esa «normalidad», ha comenzado a generar muestras de solidaridad con los elementos de las Fuerzas Armadas, ante el temor de ser las próximas víctimas de esta violencia creciente, por la disputa de las ganancias del cultivo y la siembra entre los dos grandes grupos delictivos de la región, sus herederos y escisiones.
Hace 15 días un grupo fuertemente armado emboscó durante madrugada a un convoy del Ejército Mexicano que trasladaba en una ambulancia a un presunto delincuente herido sobre la carretera México-Nogales, en Culiacán, Sinaloa, con el saldo mencionado de muertos y heridos.
El primer ataque ocurrió en la sierra del municipio de Badiraguato, donde opera el cártel del narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera. Posteriormente, en el traslado de uno de los heridos los soldados que custodiaban la ambulancia de la Cruz Roja fueron emboscados.
Los elementos del Ejército escoltaban una ambulancia de la Cruz Roja que llevaba en su interior a un, presunto integrante del crimen organizado.
Elementos de la SEIDO, con peritos y efectivos militares llevan a cabo las investigaciones del caso, reconstruyendo hechos revisando cámaras de video, tomando fotografías y cronometrando los tiempos de los recurrido y el tiempo que tardó el convoy en llegar de la entrada norte de Culiacán al fraccionamiento Barcelona.
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Emboscada en Culiacán desata cacería contra el narcotráfico en Sinaloa
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La emboscada en Culiacán que dejó 5 militares muertos
Nadie pensaba que pudiera darse un ataque con tal virulencia, sobre todo después de que hace unos años, las autoridades demostrarán que quien la hace la paga en Tanhuato Michoacán.
Los militares estaban trasladando a un detenido por narcotráfico, lo hacían de noche y en silencio sin gran operativo para que todo pareciera que no había nada de importancia, equivocaron la estrategia.
Dos carros con soldados iban avanzando, cuando de diferentes puntos los cazaron como patos en el estanque.
Algunas versiones hablan de que entre 20 y 30 armas fueron utilizadas, otras que un convoy de camionetas les cerró el paso y comenzó la refriega.
Granadas, disparos de armas automáticas, gritos y carcajadas se escuchaban.
Todo fue muy rápido. Algunos creen que no más de 5 minutos.
Los sicarios rescataron a un capo de las drogas. Sitios especializados en narco cultura hablan de que el hermano del Chapo Guzmán había sido liberado por gente del Cartel de Sinaloa en Culiacán, esta versión sigue sin ser confirmada del todo, pero no extrañaría a nadie dado el despliegue de fuerza del cartel contra militares.
Hoy sabemos que fueron 5 los muertos y seis los heridos.
Fuentes que no desean darse a conocer hablan de que la emboscada duró 40 minutos, algo improbable pero no imposible; improbable ya que el ataque fue certero y rápido, no se deseaba que se pusiera en riesgo la vida del trasladado y menos de que pudieran los militares solicitar apoyo al cuartel.
De hecho se sabe que no pidieron auxilio, lo que indica que fue sorpresivo todo.
Dos vehículos fueron explotados con granadas, los cuerpos quedaron tendidos, ninguno fue fotografiado, los vecinos de la zona fueron los que solicitaron ayuda una vez acabado los disparos escuchando los lamentos y solicitudes de auxilio de los heridos.
Todo había acabado. La SEDENA está dolida por la forma en que cayeron sus elementos en el cumplimiento de su deber. Se anuncia que llegan 100 elementos más a Sinaloa para reforzar la seguridad.
El hermetismo aun cuando ya pasó todo, sigue siendo mayúsculo, pero queda en la memoria de los periodistas y las familias la fotografía de 5 cascos, igual número de chalecos antibalas y rifles, recargados a un lado de la zona de guerra indicando las bajas a minutos de llegar los servicios de emergencia.
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Relato de la matanza de 15 policías en emboscada en Jalisco
El relato detallado de la matanza de 15 policías en una emboscada en Jalisco, hecho por el Fiscal General en su despacho de Guadalajara, suena al relato de una acción de guerra.
Luis Carlos Nájera explica que los agentes viajaban en un convoy de diez vehículos. Las patrullas iban de dos en dos, con una distancia de protocolo entre cada pareja, precisamente para evitar que todos cayesen juntos en una eventual encerrona enemiga. La oficina del fiscal está adornada con curiosos cuadros oníricos. Uno con el bello perfil de una mujer adormecida y un skyline de fondo. Otro de un espacio en ruinas, como después de un bombardeo, desde el que nos miran hieráticos un hombre de traje negro y una mujer en un sexy vestido rojo. Sobre un papel, Nájera dibuja un croquis del mayor atentado contra fuerzas públicas de la historia reciente de México.
Los sicarios esperaban en una curva de la carretera comarcal Puerto Vallarta-Guadalajara, una vía modesta de dos carriles que atraviesa la sierra. El cálculo de Nájera es que eran unos 80 tipos preparados para el ataque, al menos el doble de los 40 agentes que viajaban en la caravana de Fuerza Única, un cuerpo de operaciones especiales. Tenían todo listo para soltarles encima un temporal de balas y fuego. Los narcos emplearon granadas de calibre 40 propulsadas desde rifles, ametralladoras M-60 con capacidad para 550 disparos por minuto y fusiles con proyectiles especiales para la perforación. “Todo lo que usaron es material militar. Inclusive tácticas militares”, dice Nájera.
La curva está metida entre dos terraplenes. El comando de sicarios actuó desde arriba. Desde encima de los terraplenes abrieron fuego. El fiscal dice que han detectado, como mínimo, 12 puntos distintos desde los que lanzaron su cortina de balas. De los diez vehículos de la policía, quedaron atrapados bajo la agresión cuatro patrullas, con cuatro agentes en cada una. A la balacera los criminales añadieron un factor que resultó fatal: desde arriba les lanzaron explosivos adosados a garrafones de 20 litros de gasolina. Resultado: las cuatro patrullas en llamas. Y las granadas y los tiros de fusil y las ráfagas de metralleta. Así murieron 15 de los 16 que iban en esos cuatro vehículos. Uno de ellos, herido por varios impactos de bala, consigue sobrevivir. “Cayó al suelo un poco alejado de su unidad y creemos que los atacantes pensaron que ya no estaba con vida”, apunta el fiscal. A este hombre lo consiguieron rescatar las patrullas que llegaron detrás. Estas también fueron recibidas a tiro limpio, pero pudieron llevarse a su compañero y reagruparse más atrás, con otros cuatro agentes heridos pero a salvo de la emboscada. Veinte agentes salieron ilesos. Todo este infierno, estima Luis Carlos Nájera, debió de durar unos 30 minutos.
Finalmente, los sicarios se retiraron monte a través. El fiscal desconoce si alguno de ellos quedó herido o muerto. Explica que los policías envueltos en el ataque no tenían a la vista a quienes les disparaban, pertrechados tras el empinado borde de los terraplenes. “Si los nuestros acertaron en algún disparo, a sus lesionados o a sus muertos los retiraron sus propios compañeros, porque ellos acostumbran a llevárselos para evitar la investigación”. Hasta ahora, no se ha logrado detener a ninguno de los responsables. Nájera dice que lo más posible es que estén escondidos en la sierra, lo que dificulta la búsqueda. Un reto de la investigación que encabeza el fiscal es revelar cómo los narcos supieron el día, la hora y la ruta de viaje del convoy. “Esta gente tiene muchos informantes. Los conocemos como halcones. Puede ser cualquiera que esté vendiendo en una esquina, o incluso miembros de seguridad. No lo descartamos. Estamos investigando también en el interior de la propia policía. Lo que está claro es que tenían información precisa de nuestros movimientos”.
Nájera confirma que el principal sospechoso de la matanza es el Cartel Jalisco Nueva Generación, el principal grupo criminal de Jalisco, dedicado al tráfico de drogas, al robo de hidrocarburos, al robo de vehículos y a la extorsión, según detalla.
–¿Y cuántos miembros tiene este cartel?
–¡Híjole, no tenemos un censo! –responde.
El capo de Nueva Generación es Nemesio Oceguera, alias El Mencho. Hoy es uno de los narcos más buscados de México. Sorprendentemente, su hijo, El Menchito, fue detenido el año pasado y liberado a principios de 2015.
–¿Por qué lo pusieron en libertad?
–Eso hay que preguntárselo a los jueces –dice el fiscal.
–¿Pero no cree que el hijo estará metido en el cartel?
–Como decía mi padre, “hay que creer en Dios, y en lo demás estar seguro”. Yo no puedo creer cosas.
Nueva Generación fue, también, el cartel que atacó el lunes 30 de marzo a Alejandro Solorio, Comisionado de Seguridad Estatal, expolicía y actual número uno del aparato de seguridad de Jalisco. Lo emboscaron en una calle sobre las once de la noche. “Le atravesaron una camioneta y le dispararon desde distintos puntos. Le arrojaron al menos dos granadas calibre 40, utilizaron un rifle calibre 50 y cartuchos perforantes. Aquí lo que ayudó es que su camioneta blindada impidió que entrasen los impactos. Además, él y sus escoltas repelieron la agresión”.
–¿Él?… ¿El Comisionado también disparó?
–No conoces a Solorio, ¿verdad? –sonríe el fiscal.
Las autoridades de Jalisco consideran que Nueva Generación está tratando de vengar la muerte el 23 de marzo de uno de sus jefes de sicarios. Han intentado matar a Solorio. Han matado a 15 agentes de Fuerza Única. Han matado a un alcalde, al que le dejaron un mensaje clavado en el pecho. Jalisco, uno de los Estados más importantes y ricos de México, vive una guerra frontal del narco contra su aparato de seguridad y justicia. Nájera afirma que esta vendetta extrema le puede costar cara al cartel. “Para nosotros esto no es personal, es trabajo. Muchas veces ellos lo ven personal, y eso es problema de ellos. Puede pasar que ahora haya una reacción más fuerte del Estado”.
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10 soldados colombianos muertos en emboscada de las FARC
Una emboscada del grupo guerrillero de las Farc dejó diez soldados colombianos muertos la madrugada de este miércoles en el departamento del Cauca.
Según las autoridades en la zona otros 20 militares resultaron heridos en el ataque, atribuido a la Columna Móvil Miller Perdomo del grupo armado, y que pone en riesgo los avances de las negociaciones de paz entre el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla, que hasta esta acción había mantenido un cese al fuego unilateral por varias semanas.
«Lamento muerte de soldados en Cauca. Esta es precisamente la guerra que queremos terminar. Estamos con (la) cúpula militar precisando circunstancias de los hechos. Viajaré hoy mismo a la zona», escribió Santos en su cuenta de Twitter. El Ministro de la Defensa Juan Carlos Pinzón también se dirigirá al sitio donde ocurrió el hecho, en el municipio Buenos Aires, según indica Noticias RCN.
Por su parte, el comandante guerrillero alias Pastor Alape dijo desde La Habana, Cuba que el ataque no fue una emboscada sino una acción defensiva. «A todas luces esto tiene su causa en esa incoherencia del gobierno de estar ordenando operativos militares contra una guerrilla que está en tregua», indicó, antes de lamentar las muertes. «Sea emboscada o contraemboscada, lo que tenemos que ver es que hay unos colombianos muertos», reseñó el diario El Espectador.