Etiqueta: deshielo

  • Iceberg gigante a la deriva

    Un iceberg del tamaño de Luxemburgo, de unos 2 mil 550 kilómetros cuadrados, se desprendió del glaciar Mertz, en la Antártida del Este, informó hoy el Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia (CNRS).

    Esta escisión en la lengua de hielo del glaciar, que tuvo lugar entre los pasados 12 y 13 de febrero y que ayudará a estudiar la circulación de las aguas y el cambio climático, se debió a la colisión de un iceberg aún más grande del que ahora navega por las aguas del Antártico.

    El bloque de hielo -de una longitud de 78 kilómetros, una anchura de entre 33 y 39 kilómetros y un espesor medio de 400 metros- y el que le golpeó, al ser ambos de gran tamaño, pueden afectar a la circulación oceánica y al equilibrio de los ecosistemas de la región, precisó el CNRS en un comunicado.

    En la Antártida se están registrando, de manera cada vez más frecuente, desprendimientos de plataformas de hielo, con lo que se ha incrementado el número de icebergs y, como consecuencia, el nivel de agua dulce en el Océano Austral.

    La zona oceánica costera situada inmediatamente al oeste del Mertz es de fundamental interés para los científicos puesto que en ese punto nace una parte de las aguas que alimentan la circulación oceánica mundial.

    Por ello, añade la nota, estudiar la deriva del nuevo iceberg «representa una oportunidad única»

  • Una deceda perdida en la ecologia

    Cuando se ponga el sol en la víspera de Año Nuevo, habrá concluido la década con las temperaturas más altas de la historia de la Tierra y por delante habrá temperaturas superiores todavía, según los científicos. A lo largo de una década de grandes cambios, de guerras y divisiones, los pueblos de todo el mundo enfrentaron un enemigo común: el incremento en los emisiones de gases con efecto invernadero, el alza en las temperaturas, el peligro de un clima cambiante, mareas cada vez más altas y daños monumentales al medio ambiente causados por la humanidad. Sobre el fin de la década, las Naciones Unidas reúnen a los gobernantes de casi 100 países para tratar de concertar una acción mancomunada con el objetivo de reducir el consumo de carbón y de otros combustibles fósiles.

    El secretario general de la ONU Ban Ki-moon les dijo que tienen delante de sí «una gran oportunidad» de hacer algo por la humanidad en la conferencia climática de Copenhague. Sin embargo, sigue sin haber unidad de criterios y no parece probable que se tomen decisiones históricas. «En el fondo, sabemos que ustedes no están escuchando», les dijo el presidente de las Maldivas Mohamed Nasheed a sus colegas en una conferencia realizada en septiembre. Las Maldivas corren peligro de desaparecer por la crecida de los mares. La patria de Nasheed, un grupo de islas en el océano Indico, será una de las primeras víctimas de esa crecida generada por la expansión que produce el calor y por el derretimiento de los glaciares. Los residentes de numerosas islas y de zonas costeras ya están buscando refugio en otros lugares.

    Los mares, además de más cálidos, son más ácidos por el dióxido de carbono, el principal de los gases de efecto invernadero que contaminan la atmósfera. La acidez y las aguas calientes matarán arrecifes y harán peligrar la vida marina. En los primeros nueve años de la década, las temperaturas mundiales promedio fueron 0,6 grados centígrados (1,1 Farenheit) más altas que el promedio de 1951 a 1980, según la NASA y las temperaturas subieron a ritmo más acelerado en el extremo norte del planeta. En los últimos tres veranos del hemisferio norte se derritió más hielo que nunca antes en los tiempos modernos en el mar Artico. La cantidad de agua derretida que arroja al mar la enorme masa de hielo de Groenlandia aumenta un 3% todos los años.

    Con cada año que pasa se debilita la capa de permahielo en el Artico, amenazando con liberar grandes cantidades de metano, un gas que calienta el ambiente. Al disminuir el hielo, se refleja menos el sol y la Tierra absorbe más calor. En el extremo sur, a fines de la década los científicos comprobaron que la Antártida también se está calentando. Las masas de hielo de las costas se desprenden y permiten que los glaciares empujen más hielo hacia el mar. En la década del 2000 los glaciares se derritieron, reduciendo las fuentes de agua para miles de millones de indios, chinos y sudamericanos. También pierden agua los grandes lagos de Africa debido a las temperaturas más altas, la evaporación y las sequías. En todo el mundo, las plantas florecen más temprano y los lagos tardan más en congelarse. En el Artico, sorprendidos esquimales ven aparecer petirrojos, un pájaro de regiones más al sur.

    Todos estos fenómenos suceden a un ritmo mucho más rápido que el anticipado, según los científicos. Hacia el final de la década, las emisiones de dióxido de carbono correspondían al peor de los siete escenarios que planteó en 2001 el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas. Todos los años se emiten casi 29.000 millones de toneladas de gas, un 23% más que hace una década. Al ritmo actual, para 2060 las temperaturas serán cuatro grados centígrados (siete Farenheit) más altas que en la era preindustrial, de acuerdo con científicos británicos. A fines de 1800, usando un lápiz y una regla de cálculos, el genial científico sueco Svante Arrhenius demostró que el dióxido de carbono podría calentar el planeta en un lapso de… 3000 años. No vislumbró el nivel a que llegaría el uso de combustibles fósiles en el siglo XX.

    Las supercomputadoras de hoy le dicen a los científicos que para revertir el fenómeno de las emisiones y evitar una crisis planetaria, la década que comienza puede ser vital, una última oportunidad de corregir el daño que se ha hecho.

  • El deshielo y su contaminacion encerrada

    Hace tiempo que los científicos saben que los glaciares están derritiéndose rápidamente a consecuencia del calentamiento global. Pero, ¿qué consecuencias puede acarrear esto para el medio ambiente? Un grupo de expertos suizos acaba de hacer un descubrimiento alarmante.

    Un equipo de científicos del Instituto de Química y Bioingeniería de Suiza, dirigido por el profesor Christian Bogdal, llevó a cabo un estudio exhaustivo de los sedimentos depositados en la base del lago glaciar de Oberaar, en los Alpes cercanos a Berna.

    El motivo de la investigación fueron las continuas observaciones de cambios en el medio ambiente de la zona.

    Desde hace unos años, algunos lagos adoptaron colores extraños, especies de algas hasta entonces ajenas a esos ecosistemas aparecieron a grandes altitudes y ciertos peces comenzaron a presentar deformidades.

    Lo que Bogdal halló en los sedimentos fue preocupante.

    Productos químicos, ahora prohibidos, pero de uso común en todo el mundo hace sólo 40 años, se habían conservado en el fondo del hielo glaciar después de haber sido transportados por el aire y arrastrados por la nieve.

    Los análisis revelaron altos niveles de dioxinas, policlorobifenilos y pesticidas organoclorinos, una serie de compuestos tóxicos que en la mayoría de casos comenzaron a dejar de utilizarse en los ’80 y ’90.

    Ahora, el deshielo los está haciendo aflorar de nuevo y su presencia está alcanzando tasas que no se habían visto desde los años sesenta.

    Según informa cientificos de diversas fuentes en Zúrich, Imogen Foulkes, los científicos eran conscientes de que los glaciares podrían desaparecer, pero no esperaban lo que podrían dejar tras de sí.

    En declaraciones a medios de comunicacion, Bogdal aseguró que, de momento, la salud de los humanos no está amenazada, pero que esta contaminación del pasado está afectando a la fauna y la flora alpinas.

    El científico suizo cree que quizá ya sea demasiado tarde para detener el deshielo de los glaciares, pero espera que sus investigaciones ayuden a frenar el cambio climático y a que los productos químicos que utilizamos hoy no perjudiquen a las generaciones siguientes.

    Technorati Profile