Estas “vacaciones de semana santa” muchos salimos fuera de nuestras casas a visitar parientes o simplemente a turistear. Nosotros nos fuimos a Zacatecas con la familia, esta vez nos quedamos todos en el mismo hotel. Al llegar nos encontramos con que el hotel estaba lleno de policías federales, que en cumplimiento de su deber, se hospedaban donde nosotros.
Ni les cuento que era un desfile constante de policías por el hotel: los elevadores, el restaurant, los pasillos, el lobby, por todos lados había policías, algunos descansando otros uniformados con sus armas a la mano. No sabía si estábamos protegidos o corríamos algún peligro, ya saben que acá en Monterrey los hoteles donde se quedan han sufrido atentados, por eso la duda.
Pero bueno, la experiencia me sirvió para darme cuenta de cosas que estaba pasando por alto. Entre que subíamos y bajábamos por el elevador con los policías pudimos hacer algunas preguntas sobre la situación en la región y pues medio nos tranquilizamos en caso de que pudiéramos correr algún peligro, ahí también me entere que unos tenían ahí más tiempo que otros, desde hace 5 meses aproximadamente.
El día que llegamos un policía estaba confirmando una reservación, que luego me di cuenta que era para traer a su familia a que pasara las vacaciones en su lugar de trabajo. Mientras disfrutaba del aire fresco de la “terraza” escuche a uno hablar por teléfono por horas con su mama, papa, hermano, esposa, hijos y ¡hasta con los primos! Me dio mucha “cosita”. Al llegar a mi cuarto escuche a otro hablar con una de sus hijas y regañarla por teléfono; Y mientras descansaba un rato del barullo de mi cuarto en la “terraza” uno se sentó a platicar conmigo, no fue mucho lo que platicamos pero nos hicimos recomendaciones mutuamente sobre que libros leer.
Nunca me ha tocado que mis papas estén fuera por trabajo, cuando están fuera es por “placer”. Cualquier cantidad de tiempo fuera de casa por trabajo no es fácil, para nadie, pero imaginen la angustia de las familias de estos hombres y mujeres (porque también había mujeres) por el tipo de trabajo que realizan diario.
Y eso es solo la punta del iceberg, no quiero imaginarme lo que hay detrás de, las horas de soledad y hasta de depresión por estar fuera de casa. Como el policía que se trajo a su familia al hotel y déjenme les digo que no fue el único, otros hicieron lo mismo, por no poder ir a verlos aprovecharon las vacaciones y se los trajeron a todos.
Por eso mi columna de hoy, con todo respeto, está dedicada a todos aquellos que trabajan para la Policía Federal, los Militares, los Marinos y todos esos encapuchados anónimos que diario cuidan nuestras ciudades, nuestras carreteras, que por culpa de gente sin corazón y sin principios están amenazadas con balaceras, secuestros, asesinatos, ataques estilo terrorista y que además atentan contra nuestra salud vendiendo drogas.
Por favor, olvidemos un momento que podrían ser policías corruptos, vendidos con algún cartel del crimen organizado, porque por justos pagan pecadores.
Los invito a pensar sobre lo que les acabo de escribir, valoremos lo que tenemos.
Tania Garza. Lic. En Administración, ferrocarrilera, biónica y federalmente diva
Etiqueta: deber
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Las vacaciones y la Policía Federal
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¡El tener sobre el ser!
Los seres humanos como lo hemos visto somos una parte razón y una parte ser. No podemos ser una sola cosa ni completamente la otra, como lo menciona la ética en sus teorías principales. Como lo dice Xavier Zubiri, somos poseemos una inteligencia sintiente, somos a la vez sentimiento y razón; de forma que ni nuestros sentimientos son puramente irraciona les ni nuestra razón fría e insensible. Y gracias a esto podemos poseer una moral para tomar decisiones que sean mas adecuados a las situación en las que estás .
Retomando el tema principal , muchas de las veces olvidamos que el ser y la razón van ligadas y atentamos contra nuestra parte del ser. El â??serâ? se ha convertido en la sociedad actual en un elemento secundario para el tratar a las personas y para las consideraciones que tienes al momento de hacer tu vida diaria. La modalidad actual es : Eres lo que tienes o cuanto tienes vales. ¿ Por que hemos dejado que la sociedad acepte estos conceptos?, ¿Creemos y actuamos conforme a ellos?, ¿Quién estableció esto?.
Estas son algunas de las cuestiones que me he formulado por que hemos dejado a aun lado la esencia de la persona, nos dejamos llevar por los medios y el mundo. La producción exagerada de nuevos bienes y servicios que cada vez salen más y nos provocan una necesidad que muchas veces no tenemos. Estos dos términos estas tan ligados que hay un punto en el que no sabemos más lo que es ser y nos dejamos llevar por el tener.
Ahora decidimos juzgar a las personas por lo que tienen. El hecho de cómo nos hemos convertido en personas egoístas y que pisoteamos al otro solo por que creemos tener más que él, solo por que creemos que los bienes señalan estatus y posición. Pero, como justificamos el pisotear a la otra persona solo por que no demuestra que posee bienes materiales, nos hemos convertido en personas egoístas y sin razonamiento; en ese momento es cuando atentamos contra la dignidad de las personas. La dignidad es uno de los elementos más importantes del ser por que toda persona es valiosa por sí misma y sn dignos de todo respeto, como lo que dice Kant en su teoría de dignidad y respeto. El tratar a otra persona como un animal o como algún objetos solo por que no tiene lo que tú, no es respetar la dignidad de las personas.
Para respetar a las personas y tratarlas con dignidad es importante que nos pongamos en el lugar del otro y de ahí decidamos que es lo mejor que podemos hacer, ya sea en el aspecto moral o inmoral. Es importante que veamos por nuestro ser antes que por el tener, el que es hace más aportaciones para el mundo que el que tiene.
Samantha Isabel Buenrostro Cortez
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Explotacón infantil. Por Priscila Montano Torres
Todas las personas tenemos derecho a gozar de una infancia alegre y sana, sin embargo, en la actualidad muchos niños no cuentan con esta posibilidad. Debido a la pobreza que existe en varios países, según la OIT, se estima que alrededor de 400 millones de infantes, entre 5 y 14 años, sufren de explotación laboral en todo el mundo, pues se ven en la necesidad de trabajar para poder sobrevivir.
Dichos niños trabajan largas jornadas a un salario mínimo y mucho menor que el de un adulto. Por esta razón las empresas prefieren contratar a niños, ya que los costos de producción se ven disminuidos. Sin embargo la falta de ética es evidente en estas organizaciones, ya que no buscan el bienestar social, sino el bien propio, el cual es incrementar sus ganancias y reducir costos, sin importarles las consecuencias secundarias ni las personas afectadas por dichas acciones.
Los sectores en donde existe un mayor número de niños explotados son en el agrícola, servicio doméstico, minería, pesca, construcción, pirotecnia, carbón vegetal, cerámica, material deportivo y calzado, entre otros. Muchos de estos trabajos ponen en riesgo la vida de los niños, ya que son labores altamente peligrosos. Sin embargo, la pobreza en la que viven estos infantes, los obliga a participar en dichas actividades a costa de su vida y salud.
Está comprobado que el trabajo infantil afecta y genera una gran cantidad de desventajas en los niños, ya que las largas jornadas laborales les limitan el acceso a la educación, los agota físicamente e intelectualmente y les impide jugar y gozar de su infancia. Dichas razones repercuten altamente en su salud, dignidad humana y autoestima. Por otro lado, el trabajo infantil provoca graves efectos socioeconómicos, como el aumento del desempleo en la población activa, pues estos menores ocupan el puesto de trabajo de la población adulta.
La relación entre los niños y la fuerza de trabajo lleva consigo una alta tasa de mortalidad, incentiva una mayor natalidad y alimenta la pobreza. Por otro lado, las naciones heredan una nueva generación de trabajadores con bajos ingresos, sin especialización, analfabetos, tal vez enfermos o inválidos. Por lo que es fácil darnos cuenta que la explotación infantil no es una actividad viable que beneficie la economía de los países, sino al contrario, en vez de conseguir reducir la pobreza la agrava.
Las organizaciones deben tener y seguir un código de ética que guie y oriente su conducta, para evitar que situaciones como estas sigan incrementando, pues las repercusiones que tiene el contratar a niños menores de edad en nuestra sociedad son muy graves. Hay que recodar la filosofía de la â??persona prudenteâ?, la cual dice que es prudente aquel que no sólo piensa en los resultados del momento sino en los del futuro. El permitir contratar a infantes para reducir costos de producción en una empresa, a la alarga nos afectará a todos, pues dichos niños crecerán sin una educación, con muy baja autoestima y tendrán un envejecimiento precoz.
Es necesaria la movilización para promover nuevas actitudes sociales orientadas a presionar a los gobiernos para cumplir con los derechos y las leyes que regulan el trabajo infantil. La presión comunitaria debería ser utilizada para provocar la defensa de los derechos y el respeto de las leyes de protección de los niños. Debemos de tomar conciencia y velar por el bienestar de los niños que sufren dicha explotación, ya que ellos son el futuro de nuestra sociedad, y si no les permitimos una adecuada educación y desarrollo, las repercusiones que habrá en nuestra sociedad se harán notar en poco tiempo.
bibliografía:
http://www.ilo.org/global/What_we_do/Statistics/lang–es/index.htm