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  • Inglaterra echa diplomatico israeli

    Gran Bretaña expulsará a un diplomático israelí en relación con el uso de pasaportes británicos en el reciente asesinato de un dirigente de Hamas en Dubái, informaron este martes las cadenas de televisión británicas BBC y Sky.
    Un portavoz del Foreign Office británico se negó a comentar esta información pero indicó que el ministro de Relaciones Exteriores, David Miliband, haría una declaración en el parlamento sobre este asunto a las 15H30 locales y GMT.
    El diario Daily Telegraph publicó por su parte que el embajador de Israel en Gran Bretaña, Ron Prosor, fue convocado el lunes al ministerio para informarle sobre los resultados de la investigación llevada a cabo por Gran Bretaña, lo que desató las especulaciones sobre la posible expulsión de un diplomático.
    El primer ministro británico Gordon Brown prometió en febrero una «investigación exhaustiva» sobre el uso de pasaportes británicos y su ministro de Exteriores dijo esperar que la «plena» cooperación de Israel en este asunto, que provocó una fuerte tensión diplomática entre ambos países.
    Mahmud al Mabhuh, un dirigente de Hamas considerado por Israel como un hombre clave en el contrabando de armas destinadas a la franja de Gaza, fue hallado muerto el 20 de enero en un hotel de Dubái.
    La policía del emirato acusó al Mosad, el servicio de inteligencia exterior israelí, de haber cometido este asesinato. Las autoridades de Dubái difundieron una lista de 26 portadores de pasaportes occidentales, entre ellos 12 británicos, e Interpol emitió órdenes de búsqueda de esos ciudadanos.
    La policía de Dubái acusó a Israel de «falsificación a gran escala» de pasaportes de ciudadanos occidentales.
    Israel, que mantiene la ambigüedad sobre la implicación de sus servicios secretos exteriores, se ha limitado a afirmar que la policía de Dubái no ha presentado pruebas que incriminen al Mosad.
    Según el Telegraph, Miliband responsabilizará formalmente a los servicios de seguridad israelíes de ‘clonar pasaportes’, pero indicará que carece de pruebas par acusar al Mosad del asesinato.
    En caso de confirmarse la expulsión de un diplomático, esta tensará todavía más las relaciones entre Gran Bretaña e Israel, una semana después también de que Brown expresara su «seria preocupación» por la reciente decisión israelí de extender la colonización en Jerusalén Este

  • Guerra verbal entre Argentina y ReinoUnido

    Un fuego cruzado de comunicados enfrenta a Londres y Buenos Aires 28 años después de la guerra de las Malvinas y esta vez a la histórica rivalidad por la soberanía del archipiélago se suma una cuestión económica clave, el petróleo del Atlántico Sur.

    Paradójicamente, a pesar de esta nueva dimensión económica, no habrá una segunda guerra de las Malvinas/Falklands, aseguran diplomáticos y analistas.

    «No veo que la retórica pueda degenerar en otro conflicto», aseguró a la AFP Michael Codner, director de ciencias militares en el instituto Rusi de Londres.

    ¿La razón? «Londres, que tenía en 1982 un puñado de Marines en las Falklands (nombre británico de las Malvinas) dispone hoy de una presencia mucho más importante con una guarnición y una fuerza disuasiva en tierra, mar y aire», agregó.

    Además, «cuando el dinero empiece a afluir, Gran Bretaña, las Falklands, Argentina, todo el mundo se beneficiará», predijo el Daily Telegraph.

    «Orgullo imperial» (The Guardian), «Aguas turbulentas» (The Times), «Diplomacia a la moda de las Falklands» (Daily Telegraph), escriben los editorialistas británicos cuando la plataforma off-shore «Ocean Guardian» llega a la zona, situada a 160 km al norte del archipiélago de 3.000 habitantes, 1.000 soldados británicos, 500.000 corderos e impresionantes colonias de focas y leones marinos.

    «Las perforaciones empezarán según lo previsto, si la meteorología lo permite», afirmó el viernes la asamblea legislativa de las Malvinas, en un comunicado publicado en portada del Penguin News, el semanario local.

    «Similitudes en el contexto de un lado y otro, a 28 años de intervalo, incitan al nacionalismos, pero aquí termina la analogía», señala un diplomático europeo en Londres.

    En 1982, las tropas argentinas invadieron las Malvinas para tratar de resolver los problemas de un régimen agonizante. La aventura fue fatal para la dictadura militar (1976-1983). En cuanto a la «dama de hierro», Margaret Thatcher, hundida en los sondeos, reconquistó el archipiélago y logró un tercer mandato, al final de una guerra de 74 días que dejó 649 argentinos y 255 británicos muertos.

    En este comienzo de 2010, el gobierno de Cristina Kirchner tiene problemas económicos y políticos al acercarse el 200 aniversario del primer paso hacia la independencia de su país, mientras que el primer ministro británico Gordon Brown debería según todas las encuestas ser desalojado de Downing Street en las próximas elecciones.

    Sin embargo, cuando el vicecanciller argentino Victorio Taccetti denuncia la decisión «unilateral e ilegítima» británica de explotar recursos naturales argentinos, precisa que defenderá su causa «por medios pacíficos» ante la ONU.

    «Lo bélico está excluido de nuestro horizonte», insistió Taccetti este viernes.

    Y cuando el Foreign Office británico afirma el carácter inalienable de la soberanía británica sobre las islas desde 1833, y reivindica la legitimidad de las perforaciones, lo hace elogiando la excelente cooperación anglo-argentina en numerosos ámbitos.

    Una primera campaña de perforación, en 1998, en seis pozos diseminados por una zona del tamaño de la mitad del estado de Texas, confirmó la presencia de petróleo, pero su explotación no parecía rentable. Doce años más tarde, la multiplicación por siete del precio del barril y los progresos técnicos cambian totalmente la situación.

    Según la Sociedad Geológica Británica, las reservas en torno a las Malvinas podrían alcanzar los 60.000 millones de barriles, o el equivalente del yacimiento del mar del Norte que contribuyó a 25 años de prosperidad en el Reino Unido.

    El archipiélago obtiene hoy 60% de sus ingresos de la pesca, pero para quienes lo ven ya transformado en un mini Dubái, Juanita Brock, de la agencia de noticias Falklands Island News Network (FINN) escribe: «Pretender que cada habitante de las Malvinas será un millonario es totalmente utópico».