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  • Que es ECOBICI y cuanto vale

    ECOBICI es el nuevo sistema de transporte urbano individual, que puedes utilizar como complemento a la red de transporte público de la Ciudad de México. Con él podrás desplazarte de manera cómoda, divertida y ecológica en trayectos cortos.

    ECOBICI, la manera inteligente de moverse.

    Para utilizar el sistema recuerda activar tu tarjeta. Ingresa tu usuario y contraseña, y dentro de la Zona de Usuarios encontrarás la opción para activarla..

    ECOBICI es el nuevo sistema de transporte individual de la Ciudad de México que da servicio a las colonias Cuauhtémoc, Juárez, Roma Norte, Hipódromo Condesa y Condesa, a través de 86 cicloestaciones con 1,114 bicicletas en su etapa inicial.

    Para tu comodidad, las 86 cicloestaciones se encuentran distribuídas con una distancia máxima de 300 metros entre una y otra, y localizadas en puntos estratégicos para que puedas desplazarte rápida y cómodamente en trayectos cortos.

    Solamente toma una bicicleta de cualquier cicloestación y déjala en la más cercana a tu destino.

    ECOBICI permitirá reducir el impacto ambiental y la congestión vial

    Trayectos ilimitados de 30 minutos durante un año – $300

    Del minuto 31 al minuto 60 – $10

    Del minuto 61 en adelante por cada hora o fracción – $35

    Reposición tarjeta ECOBICI por robo o extravío – $50

    Por bicicleta no devuelta en 24 horas – $5000

  • Mayor seguridad en zonas comerciales nocturnas

    La Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) reforzó a partir de este fin de semana la vigilancia que realiza en corredores de la ciudad donde se encuentran la mayoría de centros nocturnos como bares y discotecas.

    Sin precisar el número de elementos o patrullas, la subsecretaria de Prevención del Delito y Participación Ciudadana de la SSPDF, Nora Frías Melgoza, indicó que se están fortaleciendo los esquemas de seguridad así como de prevención.

    ‘Obedeciendo una instrucción del Secretario de Seguridad Pública, Manuel Mondragón y Kalb, estamos reforzando la vigilancia en donde hay más giros como Polanco, San Angel y la Condesa; esto es con personal de los mismos sectores’, apuntó.

    A lo anterior se suma la instalación de puntos de revisión del Programa Conduce Sin Alcohol en estas áreas durante los fines de semana, y en los cuales además de pruebas también se reparte información de carácter preventivo.

    Esto se suma a la estrategia conjunta que acordaron la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) con la Asociación Nacional de la Industria de Discotecas, Bares y Centros de Espectáculos para establecer cordones de seguridad en torno a los locales.

    Cabe señalar que apenas ayer se presentó un nuevo caso de violencia en un centro nocturno, después de que el empresario Oscar Paredes Echegaray fue asesinado por sujetos armados que irrumpieron en un bar ubicado en el perímetro de las colonias Roma y Condesa.

    Frías Melgoza fue entrevistada durante un recorrido por espacios urbanos recuperados en calles de la delegación Iztacalco

  • Excelente cronica sobre lo que ocurre en el DF

    Una, dos, tres veces se escuchó: â??¡aaatchuuú!â?.

    Habí­a estornudado, como millones de personas, millones de millones de veces.

    Pero, en este caso, ojos de expresiones desconfiadas, temerosas, acusadoras, se clavaron en ella, la chica que con el rostro enrojecido, turbada, intentaba sonreí­r, no lo logró. Era una mueca lo que se dibujaba en su rostro. Un hombre que caminaba en sentido contrario al de la chica, se apartó varios metros, la rodeó, la evadió.

    Y es que ayer, quien estornudaba, o tosí­a, o se sonaba la nariz, como millones de personas lo hacen normalmente, millones de millones de veces, era considerado o podí­a sentirse sospechoso, sospechosa, de portar el virus, de ser un peligro, una amenaza andante..

    Una escena en la urbe más grande del mundo.

    No, no era una ciudad fantasma.

    Pero en ella, por sus calles, caminaban a pasos apresurados, con cubrebocas, serios, demudados, los fantasmas del miedo o hasta del pánico, de la incertidumbre, de los más variados, desatados y contradictorios rumores.

    Un dí­a absolutamente distinto a todos.

    Poca, muy poca gente, unos cuantos atrevidos en los restaurantes, en los centros comerciales, en los templos, en los parques, en los clubes deportivos.

    Casi se agotaron los DVDâ??s en los Block- buster. Enorme la venta de pelí­culas o series en los comercios piratas. Ni una sola vacuna en una sola farmacia. Desde luego, casi imposible encontrar los pequeños y codiciadí­simos pedazos de tela o algodón para cubrir narices y bocas , para â??era el pensamiento generalâ?? proteger las vidas.

    Temprano, en uno de los hospitales de lujo, en el sur de la ciudad, la actividad continuaba. Médicos, enfermeras, personal de limpieza y administrativo, todos con los rostros semitapados. Una sola persona acudí­a en esos momentos a que le sacaran sangre para que le hicieran estudios relacionados con otro padecimiento. â??Tuvimos muchas cancelaciones, nunca habí­a pasado. Ayer hablaron para cancelar, quienes lo hicieron, otros ni llamaron, no vienen, no vendrán. Los sábados tenemos lleno esto por la gente que viene a análisis para lo del colesterol por ejemplo, biometrí­as hemáticasâ?, explicaba una mujer tras el mostrador.

    â??Sí­, hay aquí­ un par de casos, en terapia intermedia, aislados están, que podrí­an serâ?¦podrí­an ser. Pero vino mucha, muchí­sima gente desde la tarde del viernes, en la noche y sobre todo en la madrugada de hoy al servicio de urgencias que decí­a tener los sí­ntomas. En realidad, se trataba de la gripas convencionales, resfriados, o bronquitis, inflamación de ví­as respiratoriasâ?, se animaba a platicar un internado, luego se retiraba sin despedirse de mano de quien le preguntó, tampoco hubo el habitual beso para su amiga, la joven que sí­ acudió a la cita.

    Un dí­a, en la ciudad de México, nunca imaginado ni por las mentes más fantasiosas, o pesimistas. Porque los besos, las risas, las bromas, la alegrí­a, el relajamiento de los fines de semana se quedaron guardados, o fueron encerrados por la alarma, la precaución, el miedo.

    Y flotaban en el viento caliente las preguntas sin respuesta. Las versiones sin fundamento conocido, de origen tan incierto como el mutante virus de la nueva y amenazadora clase de influenza.

    â??Dicen que no hay nada, que es lo mismo que cuando lo del chupacabras, que es para distraer a la gente de los problemas económicos y de la inseguridadâ?, sentenciaba con tono categórico el taxista.

    â??Es más grave de lo que dice el gobierno. pero ocultan cosas para no asustarnosâ?, aseguraba un asustado vendedor de frutas.

    â??Me contaba una vecina que su hijo le dijo que un amigo que está bien conectado le platicó que lo que pasó fue que los narcos soltaron una bomba de microbios, o de bacterias, o de virus y que por eso no quieren que salgamos de nuestras casasâ?, platicaba convencida una mujer madura afuera de una iglesia que estaba a punto de cerrar sus puertas.

    Sábado Distrito Federal en el que, poco a poco, al lento, pesado, mórbido paso de las horas, desaparecí­a la poca gente que se atrevió a salir de sus casas, o tuvo que hacerlo.

    Desoladas La Condesa, Polanco, la Zona Rosa, el Centro Histórico. Pero también Chapultepec, Xochimilco, la plazoleta de Tlalpan. Unos cuantos vehí­culos por Insurgentes, Paseo de la Reforma, el Eje Central.

    Sin embargo, también hubo quienes salieron de la ciudad. En autobuses, en carros, por avión. No eran paseos, se trataba de huí­das.

    La ciudad sin conciertos, la de los museos y estadios cerrados, la de los pasos apresurados y las voces sin eco.

    Y almas audaces, suicidas, inconscientes, aventureras, cada quien su circunstancia, unas cuantas, acompañaban sus soledades, veí­an en las pantallas fantasí­as más reales que lo que se viví­a, se sentí­a afuera.

    Era una ciudad con cubrebocas.

    Y sus manos, sudorosas, iban angustiadas a la frente, rogando que fuera el calor del clima lo que se sentí­a en la piel y no la fiebre de la enfermedad.

    Y una mirada que manifestaba todo y nada. Y un silencio que crecí­a, que gritaba su miedo. Y si tosí­a o estornudaba se volví­a sospechosa, peligrosa, amenaza.

    Sábado Distrito Federal como nunca antes se habí­a vivido, como no se habí­a pensado, como nadie lo habrí­a deseado.

    Una ciudad por la que, con la llegada de la noche, seguí­an caminando los fantasmas de la incertidumbre, los rumores, el miedo y hasta la psicosis

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  • Cafe-Galeria de arte, un concpeto de moda en la Ciudad de Mexico

    colonia condesa mexico DFEn la revista Life & Style de este mes, donde escribe mi buen amigo Temoris Grecko (visítenlo este es su blog personal), hablan de algo que efectivamente al menos en la ciudad de México (aunque apostaría sin temor a decir que en otras latitudes de México también) podemos ver con mucha soltura.
    Los café-galerías.
    Estos recintos que si bien en México sirven café veracruzano y en Suiza, vino blanco y chocolate, están desperdigados en toda la ciudad, preponderantemente en la colonia roma y claro esta, la colonia condesa.
    Ambas zonas son muy íchicî para ir en compañía de amigos así como de la pareja o porque no, solos y disfrutar el ambiente pro yuppi seudo intelectualoide que se muestra entre ultimas modas, deportistas y gente cuyas fachas pareciera que están descansando de la ropa habitual, usando lo que habitualmente no usaríamos; pero bueno.
    Estos cafecitos galería que están cada día mas presentes en la estampa de la ciudad, nos permiten ver que a falta de tener espacios para el arte no tan conocido de creadores mucho menos conocidos que sus obras, son alternativas para que les conozcamos y si nos gustan sus íbebesî porque no, tenerlos en casa.
    Hay artistas plásticos que en la zona de la condesa, arman en el cafecito, toda una instalación que es sin demeritar a la decoración del lugar donde exponen, mucho mejor que colores a pinceladas que algún decorador creyó ícreativoî.
    colonia condesa mexico DFA su vez, hay quienes sencillamente muestran una hoja en blanco y mas allá de ponerle algo necesitan explicar el concepto de lo que se supone deberíamos transmitirnos su obra, que esta de hecho ya manufacturada por Kimberly- Clark de México.
    En fin, que cuando asistimos a uno de ellos rara vez reparamos en la exposición, mucho menos en el costo de alguna de las obras, pero me atrevo a decirles que vale la pena reparar en ello ya que así, al menos, de oportunidad podríamos si nos gusta, comprar una pieza de alguien que pudiera llegar a ser famoso y que, nos costo una bagatela, aun mas, si nos gusta lo que adquirimos al fragor ya sea de un café orgánico de Chiapas o, el fashion de estar en donde los que quieren ser íinî están.
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