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  • Scouting, nada como conocer y sentir la plaza

    Conocer los hábitos de consumo, platicar con la gente, escuchar historias, observar costumbres, entender el comportamiento del consumidor en el lugar de origen, identificar los puntos de venta, identificar a la competencia; son parte fundamental de la realización de un scouting. Pero, ¿en qué casos se debe realizar un scouting? Todo depende de las necesidades de la marca y el producto, los fines de la investigación de mercados se que esté llevando a cabo; ya sea en etapa de lanzamiento, relanzamiento o mantenimiento de un producto.

    Una de las cuatro Pâ??s: plaza; es tan importante como el producto en sí­, pues de ella depende el alcance de la comunicación, costos, distribución, producción, promoción, logí­stica. Si bien hay herramientas como el Estudio General de Medios mismo que se obtiene a través del software Pulsar o el Target Group Index; que nos permiten conocer los hábitos, consumo, exposición a medios de las principales plazas de México, la mejor forma de completar esta información es con un scouting.

    Otras dos herramientas importantes son el lNEGI y CONAPO quienes proporcionan información y estadí­stica básica de todos los estados y regiones del paí­s.

    Generalmente los estudios ad hoc sobre hábitos y consumo son poco accesibles para empresas pequeñas y medianas, hay tres formas de sustituirlo: utilizando las herramientas arriba mencionadas, contratar una agencia con las mencionadas herramientas para la elaboración del análisis y, realizar un scouting.

    Antes de llevar a cabo el scouting, hay que realizar un mapeo de los puntos más importantes a visitar, llevar un cronograma de actividades que nos permita aprovechar el tiempo al máximo, contactar a una persona que radique en la plaza y que la conozca perfectamente, identificar los puntos de venta de la competencia, tener un archivo ya elaborado con campos útiles de acuerdo a nuestras necesidades en donde se anoten: los cinco principales platillos de la región, los cinco principales centros comerciales, los cinco principales medios de comunicación, los cinco principales lugares de diversión y esparcimiento es decir, los cinco principales de cada actividad que sea del interés de la investigación de mercados.

    En la mayorí­a de los casos, lo que hacen las marcas, es replicar toda la estrategia de una plaza a otra, se piensa que los consumidores en el Distrito Federal son iguales a los consumidores de Mérida o de Tijuana, por poner un ejemplo; esto es un grave error, ya que cada ciudad, cada plaza tiene usos y costumbres muy diferentes, lo que provoca que los consumidores no se sientan identificados y por lo tanto, nuestros objetivos de ventas se vean afectados; incluso los impuestos en las fronteras no son los mismos que en el centro del paí­s y hasta manera de comunicar debe ser diferente. Tropicalizar una estrategia es una buena opción para lograr objetivos propuestos.

    Parece muy sencillo, pero el desconocimiento de una plaza puede llegar a ser decisivo para determinar una buena proyección de ventas de un producto. Es un tema que no se debe dejar a la ligera y sobre todo cuando se tiene proyectado la expansión de un mercado.

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    * Evelyn Femat H. Mercadologa. Estrategias, inteligencia de negocios, comportamiento del consumidor, investigación de mercados, desarrollo de productos, planificación de medios

  • De cada 5 muertos, 1 es un joven

    De acuerdo con el INEGI, México está enfrentando un fenómeno de â??sobremortalidad masculinaâ? en los jóvenes.

    Por cada cien muchachas fallecidas, se entierra a 295 hombres.

    Las principales causas son los accidentes viales… y la violencia.

    No extraña, por tanto, que el estado más inseguro del paí­s sea el que más sufre este problema.

    El Consejo Nacional de Población (Conapo) detalla que Chihuahua es la entidad con el peor í­ndice de muerte por lesiones intencionales en jóvenes. Ya desde 2007 registraba tasas 25% superiores a la media nacional.

    En Ciudad Juárez, por ejemplo, la ley natural de la vida se trastocó: por cada tres ancianos que perecen, un joven se va al panteón. En una década aumentó seis veces el número de homicidios de muchachos de esa ciudad.

    En 2008, hubo mil 623 homicidios en esa localidad fronteriza. Mil 73 de las ví­ctimas eran menores de 26 años, según el documento Al rescate de la confianza ciudadana y los espacios públicos en Ciudad Juárez, redactado por el gobierno local.

    En 2009, se contaron dos mil 581 asesinados. La pro porción de muchachos ultimados se mantuvo.

    En el paí­s, de cada cien jóvenes entre 15 y 29 años, 20.7% fallecen por accidentes de tránsito y 19.6%, por agresiones. En tercer lugar se ubica el suicidio, con 6.4% del total.

    Este problema, de hecho, se duplicó entre 1980 y 2007. Y no es la única causa de muerte que, entre la población en general, aumentó sensiblemente. La incidencia de tumores mortales creció 78%, y, hace 30 años, la diabetes ni siquiera estaba entre los cinco principales motivos de deceso. Hoy es el número uno.

  • Deficiencia geriátrica en México

    Veinticuatro horas bastan para que 800 mexicanos se vuelvan viejos, pero al menos seis años tienen que pasar para formar a un médico que sepa cómo atenderlos.

    Hasta hoy, hay nueve millones 424 mil personas mayores de 60 años y nada más 350 geriatras registrados en el país. Apenas un especialista para cada 50 mil adultos mayores, cuando mínimo se requiere uno por cada diez mil.

    Y eso que aún somos un país de jóvenes. Qué pasará en 40 años cuando el número de ancianos se cuadruplique, según las proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo).

    No habría en 2050 ni dos mil especialistas que hicieran frente a la demanda de los 36 millones de adultos mayores que en México existirán para entonces, si se mantiene el parámetro actual de 40 geriatras egresados al año.

    Retardar el envejecimiento de la población mexicana no es una opción. A partir de 2020 las generaciones más nutridas, nacidas entre 1960 y 1980 entrarán al grupo de los 60 años y más, y atestiguarán la transición sin retorno de un país joven a uno envejecido.

    El reloj ya entró en la cuenta regresiva y sólo quedan los próximos 20 años, prevén los especialistas, para obtener recursos y desarrollar una infraestructura acorde a las necesidades de un país que por primera vez en su historia tendrá más viejos que niños.

    Pero la cultura del envejecimiento es aún muy joven. Apenas en los ochentas se institucionalizó el tema de la población adulta mayor con la creación del Instituto Nacional de la Senectud que hoy lleva por nombre Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) y hace dos años, por decreto presidencial, se fundó el Instituto de Geriatría.

    Juntos, los dos institutos encargados de la rectoría de las políticas públicas para la atención de los adultos mayores no suman un presupuesto ni de 300 millones de pesos anuales, cantidad que, por ejemplo, destinará el gobierno de Jalisco sólo en el traslado de atletas y jueces durante los Juegos Panamericanos de Guadalajara el próximo año.

    Es más, de los 238 millones de pesos asignados al Inapam, 60 por ciento se va directo al pago del salario de los trabajadores.