Dos atentados suicidas simultáneos en la capital de Chad dejaron al menos 23 personas muertas, informó el lunes el ministro de Información de la nación africana.
Hassan Sylla Bakari anunció que también murieron los cuatro atacantes que arremetieron contra dos edificios de la policía en Yamena. Más de 100 personas resultaron heridas, agregó.
El ataque fue el primero de su tipo en la capital chadiana y se produjo después de amenazas de Boko Haram, un grupo yihadista con sede en Nigeria.
Boko Haram había prometido tomar represalias contra Chad por haber ayudado a los militares nigerianos en su lucha contra los milicianos. Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad de los ataques, pero los atentados coordinados de motociclistas suicidas son un sello característico de Boko Haram.
Hasta ahora Boko Haram sólo ha sido culpado de una serie de ataques en aldeas a lo largo del lago que divide a Nigeria y Chad.
Las fuerzas de seguridad acordonaron el lugar en busca de más artefactos explosivos y comenzaron las investigaciones para rastrear a posibles cómplices de los dos terroristas que se inmolaron.
Se trata del primer atentado cometido por el grupo islamista en Chad, que está en máxima alerta desde que a principios de año decidió mandar tropas, primero a Camerún y luego a Nigeria, para combatir a Boko Haram, que en ese momento controlaba decenas de localidades y enormes extensiones de territorio.
Etiqueta: Chad
-
Siguen los atentados suicidas en Chad
-
Se discute la seguridad en la region del Sahel
Representantes de siete países africanos evaluaban el martes en Argel la situación de la seguridad en la región del Sahel, al sur del Sahara, donde «el terrorismo y el crimen organizado» constituyen «reales amenazas», indicó el ministro argelino de Relaciones Exteriores.
«Nuestro encuentro muestra que hemos tomado conciencia (…) de que la seguridad y la paz son condiciones previas para el desarrollo» de la región, señaló el ministro, Murad Medelci, al iniciar la «conferencia de coordinación».
Además del diplomático argelino se encuentran en la conferencia funcionarios de Burkina Faso, Chad, Libia, Malí, Mauritania y Níger. Estos últimos tres países comparten frontera con Argelia en una zona donde actúan grupos islamistas radicales que aseguran estar afiliados a Al Qaida.
Medelci insistió sobre «los múltiples vínculos entre el terrorismo y el crimen organizado», señalando el tráfico de droga y de armas como ejemplos. El funcionario indicó su confianza en el éxito del encuentro ya que «demuestra nuestra voluntad común de dar respuestas adecuadas y precisas, de manera concertada, a estos desafíos».
«La instauración de una cooperación eficaz en las fronteras de nuestros países es crucial», añadió.
Medelci hizo énfasis además sobre la necesidad de «un compromiso firme y sin condiciones» de los países reunidos «en la lucha contra el terrorismo»
La región del Sahel, una franja que atraviesa el continente inmediatamente al sur del desierto del Sahara, ha visto en los últimos años una intensificación de actividades de tráfico y contrabando de todo tipo, así como de grupos asociados a Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI).
Las fuerzas de seguridad argelinas han sido con frecuencia el blanco de atentados de estos grupos, aunque el número de ataques ha disminuido en los últimos meses.
Los grupos han reivindicado también el rapto de varios extranjeros en los países fronterizos, incluyendo a tres españoles secuestrados en Mauritania y luego trasladados a Mali.
La española Alicia Gámez fue liberada el 23 de febrero por uno de esos grupos, pero cuatro ciudadanos europeos continúan como rehenes en el norte de Malí. Entre ellos figuran los dos españoles secuestrados con Gámez y una pareja de italianos.
El francés Pierre Camatte fue liberado el mismo día, tras la liberación en Malí de cuatro hombres sospechosos de terrorismo, incluyendo a dos argelinos, un mauritano y un burkinés. Argel y Nuakchot se mostraron en desacuerdo con las liberaciones, llamando a sus respectivos embajadores a consultas.
El viernes el brazo magrebí de Al Qaida también reivindicó un ataque el 8 de marzo contra el puesto militar de Tilwa en Níger, que dejó al menos ocho muertos.