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  • Cementos de Chihuahua entrampa justicia norteamericana

    Cementos de Chihuahua entrampa justicia norteamericana

    Grupo Cementos de Chihuahua (GCC) decide apelar la decisión de un juez federal en Colorado Estados Unidos que le obliga a pagar más de 36 millones de dólares resultado de un laudo arbitral dictado por el Tribunal de la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial (CIAC).

    Esta decisión que ha tomado Cementos de Chihuahua le ha llevado a que la deuda de 36 millones de dólares por concepto del arbitraje a favor de su ex socia boliviana Compañía de Inversiones Mercantiles (Cimsa), pase ya a más de 40 millones de dólares sumando gastos jurídicos e intereses por el tiempo transcurrido.

    Además, GCC puede ser embargada en sus plantas en los Estados Unidos por concepto de garantía de pago ante la deuda que ya tiene; sus plantas se encuentran en Tijeras Nuevo México, Rapid City en Dakota del Sur, Pueblo en Colorado, Odessa en el estado de Texas y su planta en Three Forks en Montana; poniendo en riesgo el trabajo de cientos de familias en cualquiera de estas localidades.

    El titular de la dirección general de Cementos de Chihuahua Héctor Enrique Escalante Ochoa ha tenido que enfrentar diversas adversidades en los últimos meses como la caída del 65% de las utilidades en el primer trimestre del año, variaciones del precio de sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores por diversas cuestiones.

    La controversia que se dirime en juzgados de la nación americana se debe a que en 2005 Cementos de Chihuahua y Compañía de Inversiones Mercantiles (CIMSA) firmaron un acuerdo de sociedad en Bolivia que dio pie a la creación de Sociedad Boliviana de Cemento, S.A. (Soboce).

    En dicho convenio se estipulaba que en caso de que alguno de los socios se retirara, debía vender su parte accionaria al socio restante en primer lugar, cosa que la cementera mexicana no hizo. Una segunda cláusula que contenía el convenio era que cualquier problema que se suscitará, sería solucionado a través de un arbitraje.

    En 2010 Grupo Cementos de Chihuahua informa a CIMSA su salida de Soboce, sin dar tiempo a que Cimsa pudiera recapitalizarse y comprar la participación accionaria de GCC, situación que no se dio y por ello ambas partes buscaron un arbitraje para solucionar esta situación.

    En 2015 el Tribunal de la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial (CIAC) que radica en Nueva York, emitió el fallo a favor de CIMSA, pero que Cementos de Chihuahua no reconoce apelando a que hay cuestiones que no fueron tomadas en cuenta como un proceso legal que se tiene en Bolivia.

    Una segunda instancia en una corte federal de Colorado, ratificó la sentencia de la CIAC, pudiéndose ya calcular el daño a Cimsa en 36 millones de dólares, más gastos jurídicos e intereses que dan una cifra superior a los 46 millones de dólares.

    Cementos de Chihuahua ha informado que apela la decisión de la corte del juez John L. Kane en Colorado, alargando el fin de este proceso que ya fue juzgado en dos instancias.

    Cementos de Chihuahua entrampa justicia norteamericana
  • Conflicto empresarial puede derivar en embargo precautorio de planta de Cementos de Chihuahua en EE.UU

    Conflicto empresarial puede derivar en embargo precautorio de planta de Cementos de Chihuahua en EE.UU

    La empresa mexicana Grupo Cementos de Chihuahua (GCC) en 2005 suscribió con Compañía de Inversiones Mercantiles SA (Cimsa) un convenio, creando la sociedad de inversión Soboce, sociedad que en 2008 llega a su fin, pero GCC no honra el convenio firmado en 2005 y vende su parte accionaria a un tercero, cuando Cimsa tenía prioridad en la compra de dichas acciones.

    Desde 2010 GCC y Cimsa han demostrado sus argumentos al respecto de dicha falta de ejecución de convenio comercial, siendo el Tribunal de la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial (CIAC), quien en 2015 diera la razón a la empresa boliviana Cimsa que dirige Samuel Doria Medina, sentenciando a GCC a pagar 36 millones de dólares más gastos jurídicos a Cimsa.

    El fallo del arbitraje comercial dictado por el CIAC de Nueva York fue hace unas semanas ratificado por una corte federal de Colorado, pero es el momento en que Cementos de Chihuahua continúa negando el pago de lo señalado en 2015, y ya la deuda supera los 46 millones de dólares. La empresa mexicana puede ser embargada en sus bienes radicados en Estados Unidos, como lo son algunas plantas de cementos y concretos.

    Conflicto empresarial puede derivar en embargo precautorio de planta de Cementos de Chihuahua en EE.UU
  • Grupo Cementos de Chihuahua en aprietos, debe pagar más de 40 mdd

    Grupo Cementos de Chihuahua en aprietos, debe pagar más de 40 mdd

    La empresa mexicana Grupo Cementos de Chihuahua se encuentra en un momento crucial: O paga a su ex socia boliviana Compañía de Inversiones Mercantiles (CIMSA) la cantidad de 36 millones de dólares más intereses, que a la fecha suman 46 millones de dólares, o se podrían embargar los bienes que GCC posee en Estados Unidos, entre los que se cuentan una planta de cemento y otras de hormigón.

    La cifra fue el resultado del fallo que el Tribunal de la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial (CIAC) diera en Nueva York, siendo ratificado por un juez de Colorado.

    Ambas partes, al momento de firmar su asociación en 2005, habían acordado que sería a través de un arbitraje como se dirimirían las cuestiones que se presentasen.

    “En Estados Unidos se llevaron a cabo las negociaciones de nuestra sociedad con GCC.

    “Ahí se hicieron transacciones en bancos norteamericanos, por lo que fue posible que una Corte Federal de Colorado dictaminara la competencia del caso y ratificara la sentencia de la CIAC por incumplimiento”, señaló Samuel Doria Medina, dueño de CIMSA, en entrevista.

    El incumplimiento se refiere al hecho de que la empresa mexicana vendió sus acciones a empresarios peruanos sin el consentimiento de CIMSA y sin haber puesto a disposición de su socio boliviano la oferta en primer lugar, como estaba especificado en una cláusula del contrato.

    “La diferencia entre la ley de la selva y una sociedad organizada está en el cumplimiento de la ley. Es mediante las buenas prácticas jurídicas que se puede trabajar en sociedad”, afirmó Doria Medina.

    GCC pretende aplazar el laudo interponiendo una apelación al dictamen del juez. Sin embargo, para Doria Medina, “eso sólo significa alargar los tiempos y aumentar los gastos de abogados y de intereses sobre la suma inicial; debemos cumplir con los acuerdos y cumplir los laudos que deriven de los arbitrajes”.

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